Jaime Hales - Baila hermosa soledad

Здесь есть возможность читать онлайн «Jaime Hales - Baila hermosa soledad» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Baila hermosa soledad: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Baila hermosa soledad»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

"Un poco de viento a ratos, nubes que van y vienen, unas más negras que otras, instantes de luminosidad plena, calor, mucho calor y una humedad terrible". Dos días antes un atentado en contra del general que gobierna, desató un temporal de persecuciones. Hombres y mujeres, todos nacidos bajo las mágicas influencia de la conjunción de Saturno y Plutón en Leo, en los alrededores de la mitad del siglo XX, ven sacudidas sus vidas que un día fueron de esperanzas, de luchas y de hermosos ideales. Una novela – escrita entre 1985 y 1987 – en la que se combinan el amor, la política, los miedos y, sobre todo, la soledad, muestra a los personajes creados por Jaime Hales, uno a uno, saliendo un baile manejado por manos ajenas e invisibles. El propio autor aparece como uno más de estos hombres y mujeres en una obra de ficción, pero que no escapa al tiempo real. La niña María ha salido en el baile baila que baila que baila y si no lo baila, castigo le darán. Salga usted que la quiero ver bailar por lo bien que lo baila Hermosa Soledad.
(Ronda infantil)
De este texto se ha dicho que es un retrato veraz y valiente de los acontecimientos del Chile de los años 70 y 80, donde acontecimientos y personajes son vistos en forma íntima en sus diversas facetas.

Baila hermosa soledad — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Baila hermosa soledad», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Fernanda se levantó muy lentamente y, como si se tra­tara de una esce­na en cá­ma­ra lenta, caminó hasta sentarse al lado de Rafael, muy cerca, mi­rán­dolo con sim­patía y cu­­riosidad, queriendo es­cu­dri­ñar, en los rasgos du­ros y la mi­ra­da profunda de este hombre lle­no de mis­te­rios para ella, una bue­na respuesta para el llanto de mamá, para este llanto en par­ti­cu­lar, por­que si bien ella era una llo­rona habitual, esta vez le ha­bía resultado una revelación la ex­­presión de afecto de­mos­tra­do a este personaje que lle­ga­ba desde el pasado en un día cual­quiera.

− Pareces simpático, Rafael, pero espero descubrir cuál es tu gra­cia. No me con­testes nada, so­li­ta voy a descubrirlo, si me das la oportunidad para verte de nuevo.

El sonido del timbre sobresaltó a Rafael, que per­ma­ne­ció inmóvil y se tensó. Sus ojos revelaron preocu­pa­ción, pues recién había recordado su si­tua­ción real y que ésta no era una visita de cortesía.

− No te asustes, debe ser mi hermano. ¿Tú sabías que tengo un her­mano?

Si, lo sabía, sabía incluso que se llamaba Nicolás, pe­­ro lo tenía muy ocul­to en la me­mo­ria y se reconoció que no le in­teresaba verlo, temiendo que se pa­re­ciera al padre, aquel que fue el conquis­ta­dor de Margarita antes de que él es­tuviera en condiciones de competir y que como un imbécil la había reem­­pla­zado por otra, aquel que fue avia­dor y del que se dice que fue colaborador de los servicios.

Para Rafael fue una sorpresa ver a un Nicolás dis­tin­­to al pa­dre, sua­ve y menudo, pelo negro y ojos verdes al es­ti­lo de la ma­dre, con un aire que re­cordaba al abuelo ma­ter­no, vestido de uniforme colegial, se­rio y desa­pren­si­vo, que lue­go de soltar un hola ge­ne­ral, se abalanzó hacia la cocina. Se re­con­ci­lió con él, aunque el muchacho ni siquiera pre­­gun­tó quién era o qué estaba ha­cien­do allí; sin­tió ver­güen­­za de sus prejuicios y lo miró con mucha simpatía cuan­do pasó nue­va­­men­te por su lado, ahora llevando un enorme pan entre la bo­­ca y la mano.

Luego que Fernanda fue al segundo piso, rea­pa­re­ció Margarita, más tran­quila, re­pues­ta de la sorpresa y se ins­ta­ló a su lado en el sillón. Le tomó ma­no.

− Me alegro mucho de verte. No sabes cuánto. ¿Algo anda mal, Rafael?

El sonrió con el rostro, pero mantuvo la seriedad con la mirada. Si, al­go andaba mal, so­bre todo en él, que siem­pre fue tan listo de palabra, tan ágil en los foros y en las asam­bleas y que frente a esta mujer parecía un mudo.

-Ya me lo vas a contar todo, amigo, no te apures. Yo tengo todo el tiempo del mundo ¿Y tú?

− Todo el tiempo, demasiado o nada, no lo sé...

− Huy, amigo, caramba, que las cosas están muy mal. ¿Sabes? To­davía tienes cara de santo. ¿Eres ya un santo con­sumado?

− No soy un santo, no Margarita, no lo creo.

− Ojalá.

Y se quedaron en silencio. Ella se apretó contra él, su­surró algo sobre el gusto de te­ner­lo, apoyó la cabeza en el pe­cho, sintió la agitación de Rafael, la del miedo y del amor, bus­­can­do la barba con la mano. Rafael se fue in­mo­vi­li­zan­do pau­latinamente. No quería romper el he­chizo, años y años de su vida es­pe­rando un momento como éste, esperando es­te abra­zo, es­te pelo, es­ta mano en su mano, distinto de tan­tos abra­zos con tantas mujeres que ha­bían com­par­ti­do su in­­ti­mi­dad y su pecho con mucho amor, pero todo esto era nuevo por tan lar­­ga­men­te soñado, por la convicción de que jamás su­ce­de­ría, de que era com­ple­tamente imposible, man­tuvo la res­pi­ra­ción cons­tan­te para que ninguna al­te­ra­ción jus­tificara que ella se moviera de su lado un solo milímetro, para que na­da in­te­rrumpiera esta sorpresiva mani­fes­ta­ción de ca­riño, te­mien­do que si ella se iba regresaría para su vi­da la sórdida rea­lidad de las últimas ho­ras, que­daría solo, se ter­minarían las es­pe­ran­zas y quizás la vida misma. Sin mo­ver­se, tal vez com­par­tien­do el deseo de no interrumpir el momento, Margarita ha­­bló.

− ¿Viste a mis hijos?

Si, le habían gustado, pero sólo dijo “si” y nada más y muy bajito, pa­ra que no tu­vie­ran que moverse, sin­tiendo to­do muy cálido y suave, pos­ter­gan­do eter­namente el mo­men­to de las explicaciones, porque a Margarita sólo le ha­­­bía in­te­re­sa­do que él estuviera allí y no pre­­guntaba nada, ni por qué ni has­ta cuándo, era todo un eterno minuto, un instante, un en­cuen­­tro de cualquier día y a cualquier hora, sin nada más que el presente, intenso y gra­to, que Ra­fael sa­bía que no era de cual­quier día y cualquier hora, que to­da es­ta magia era po­si­ble sólo porque las cosas le habían re­sultado mal, pe­ro con su ten­sión y sus conflictos él que­ría gozar, simplemente gozar, sin pre­gun­tarse por qué esta vez ella era tan expresiva con él, por qué no antes o tantos otros porqué, por qué tantas cosas sí y tantas no, pero no te muevas, Mar­garita, no digas nada, no res­­pires, no suspires, no pre­guntes, que te he ama­do siempre, que no he dejado de amarte aunque haya amado a otras de por me­dio; que, a pesar de tus amo­res y los míos, te he tenido en el co­razón, aquí, en el pecho, donde ahora estás, Mar­garita, sa­bien­do que algún día te lo di­ría con todo mi ser, sin saber has­ta dón­de y cuánto te estaba que­riendo, Margarita mía, no te mue­vas, Margarita, Mar­garita, amor mío, por fin, sé que te he es­­perado, que la espera valió la pena aun­que ni siquiera en es­te mi­nuto de maravillas me atre­va a expresar en pa­la­bras lo que estoy sin­tien­do por dentro, todo esto tan lindo que pasa por mí, no te muevas Margarita, no me toques la ca­ra, amor mío, no hagas nada, Mar­ga­ri­ta, que de repente me pongo a ha­blar y te digo todo esto, cuando quizás otra vez he llegado tar­de y ya tienes un hombre que duerme contigo en las noches, Mar­­garita mía, querida Mar­ga­ri­ta, me quieres mucho, poquito y nada, Mar­ga­ri­ta, me quieres mucho-poquito-nada, no sus­pi­res Margarita.

− ¿Por qué te cortaste la barba?

Rafael suspiró fuerte, cambió el aire de los pul­mo­nes soltando briz­nas de amor por todas partes, in­ter­cam­biando el aire propio con este mundo de la casa de Mar­ga­rita.

− Por razones de seguridad.

Y entonces ella se hizo hacia atrás y lo miró son­rien­­do, como si no enten­die­ra nada, arrugó los ojitos verdes y re­pitió la misma frase, pero dando to­no de pregunta, sin sol­­tarle la ma­no, percibiendo que en esos ojos serios ha­bía miedo.

− A ver, a ver, amigo mío. Parece que esto va en serio. Va­mos a con­­versar lar­go, porque hay mu­chas cosas que no en­tien­do con faci­lidad. ¿Te sirvo algo, un ca­fé, un trago? ¿Quie­res fu­mar?

Nada, no quería nada, nada más que seguir con ella has­ta que el mun­do estallara en pedazos, que todo lo de­más se fue­ra a la misma mierda, el Par­­tido, el General, los agentes, pe­ro ella encendió un ci­ga­rrillo y se paró para acer­car un ce­ni­ce­ro.

En ese mismo momento se interrumpió la tras­mi­sión musical y un so­lemne lo­cutor anunció que pasaban a in­­te­grar red nacional de radios y de te­le­­vi­sión.

Margarita se quedó de pie y Rafael puso atención a la radio.

DOS

− Aló, ¿Javier? Anoche detuvieron a Ismael.

Parece pleno otoño, no por la fecha, sino por el cli­­­­ma. Un po­co de viento a ra­tos, nu­bes que van y vienen, una más negras que otras, instantes de lumi­no­sidad plena, calor, mu­­­cho calor y una hu­me­dad terrible. Un día abo­chor­na­do, de esos en los que resulta im­po­si­ble caminar tranquilo por las ca­lles del centro, con todos los transeúntes más ner­viosos que de cos­tumbre y un am­bien­te que mezcla las frus­tra­cio­nes, el de­sá­nimo, el desconcierto y la hu­medad.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Baila hermosa soledad»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Baila hermosa soledad» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Baila hermosa soledad»

Обсуждение, отзывы о книге «Baila hermosa soledad» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x