Linda Howard - La Bahia Del Diamante

Здесь есть возможность читать онлайн «Linda Howard - La Bahia Del Diamante» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современные любовные романы, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

La Bahia Del Diamante: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La Bahia Del Diamante»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

El calor era tan intenso que no se podía dormir. Cuando miraba las oscuras olas del océano, Rachel intuía que allí fuera había algo, aunque no lo viera. Entonces él apareció en la orilla, inconsciente. Apenas vivo. Llevaba dos balas en el cuerpo. Impulsada por su instinto, Rachel no llamó a la policía. Su sexto sentido le decía que ella era su única esperanza. Mientras él permanecía inconsciente, ella tenía que decidir el futuro de ambos. Pero alguien quería muerto a aquel hombre. ¿Estaría poniendo su propia vida en peligro por un extraño?

La Bahia Del Diamante — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La Bahia Del Diamante», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Presionó la tela al chichón, tratando de limpiar la arena del corte. ¿Se había golpeado la cabeza con una de las rocas enormes y dentadas que cubrían la boca de la bahía? Con la marea baja quedaban apenas bajo la superficie del agua y era difícil evitarlas a menos que se supiese exactamente donde estaban. Sabiendo lo que sabía acerca de la bahía, Rachel supo que eso era exactamente lo que había ocurrido, y se mordió el labio al pensar que había arrastrado al hombre de la forma en lo que había hecho cuando probablemente estaba sufriendo de una conmoción cerebral. ¿Qué ocurría si su imaginación andaba descontrolada, y daba lugar a la muerte del hombre por culpa de sus miedos y vacilaciones?. Una conmoción cerebral era seria, y también lo era una herida de bala. ¿Oh, Dios mío, estaba haciendo lo correcto? ¿Habría recibido el disparo por accidente y caído al mar por la noche, luego se desorientó por el dolor y la confusión? ¿Había alguien buscándole frenéticamente ahora mismo?

Miró fija y ciegamente hacia abajo, y movió la mano sobre su hombro como disculpándose, acariciando ligeramente con sus dedos la piel caliente, misteriosamente bronceada. ¡Qué tonta era! Lo mejor que podría hacer por este hombre sería llamar la patrulla de rescate inmediatamente y esperar que no le hubiera hecho ningún daño adicional con sus malos tratos. Comenzó a ponerse de pie, para olvidar sus fantasías alocadas y hacer lo más sensato, cuando se dio cuenta de que había estado clavando los ojos en sus piernas, y que la izquierdo tenía una tira anudada de tejido vaquero envuelta alrededor de ella. Tejido vaquero. Él también había atado tejido vaquero alrededor de su hombro. Un escalofrío recorrió su columna vertebral, y dejó su posición al lado de su cabeza para bajar poco a poco hacia su pierna, asustada por lo que encontraría. No podía desatar el nudo. Estaba hecho demasiado prieto, y el agua sólo lo había apretado más.

Sacó unas tijeras de su cesto de la costura y pulcramente cortó en dos la tela. Las tijeras se resbalaron repentinamente de su nerviosos dedos mientras se quedaba con la mirada fija en su muslo, en la fea herida en el músculo exterior. Había recibido un disparo en la pierna, también. Examinó su pierna casi clínicamente. Había una herida de entrada y de salida, así que al menos la bala no estaba todavía dentro de él. No había sido tan afortunado con el hombro.

Nadie recibía disparos dos veces por accidente. Deliberadamente alguien había tratado de matarle.

– ¡No consentiré!- dijo ferozmente, sobresaltándose con el sonido de su propia voz. No conocía al hombre que yacía en el suelo, inmóvil e inerte, pero se puso en cuclillas sobre él con todo el instinto protector de una leona por un cachorro indefenso. Hasta que supiera qué pasaba, nadie iba a tener siquiera una oportunidad para herir a este hombre.

Con manos suaves, empezó a lavarle como mejor pudo. Su desnudez no la avergonzó, dadas las circunstancias sintió que sería tonto acobardarse por su carne desnuda. Estaba herido, indefenso; si se lo hubiera encontrado tomando el sol al desnudo, habría sido harina de otro costal, pero él la necesitaba ahora, y no pensaba permitir que la modestia le impidiera ayudarle.

Oyó el sonido de la llegada del coche por la carretera y se puso precipitadamente de pie. Ésa debería ser Honey, y aunque Joe normalmente no era tan hostil con las mujeres como lo era con los hombres, después de los inusuales acontecimientos de la noche podría estar nervioso y podría desquitarse a costa de la veterinaria. Rachel descorrió el cerrojo de la puerta principal y la abrió, saliendo un momento al porche delantero. No podría ver a Joe, pero un gruñido bajo surgía de debajo del arbusto de la adelfa, y habló en voz baja hacia él mientras el coche de Honey daba vuelta a en el camino de acceso.

Honey salió y metió la mano en el asiento trasero para sacar dos bolsas del supermercado, que sujetó con fuerza mientras echaba a andar a través del patio.

– Gracias por esperar, – dijo claramente. – La tía Audrey quiere que le des tu opinión sobre unos cojines.

– Entra – la invitó Rachel, manteniendo abierta la puerta de tela metálica. Joe gruñó otra vez mientras Honey subía por las escaleras, pero se quedó bajo la adelfa.

Honey las dos bolsas en el suelo y observó como Rachel cerraba cuidadosamente la puerta principal otra vez.

– ¿Qué pasa?- Exigió, plantando sus puños firmes, pecosos en las caderas. – ¿Por qué estoy escondiendo mi maletín?

– Aquí dentro, – dijo Rachel, conduciéndola rumbo hacia su dormitorio. Él todavía no se movía, excepto por el movimiento regular de su pecho mientras respiraba-. Ha recibido disparos- dijo cayendo de rodillas al lado de él.

El color saludable desapareció de la cara de Honey, dejando sus pecas como lugares brillantes en su nariz y los pómulos.

– ¿Dios mío, qué pasa aquí?. ¿Quién es él? ¿Has llamado al sheriff? ¿Quién le disparó?.

– No sé contestar a esas tres preguntas -dijo Rachel tensamente, sin mirar a Honey. Dejó sus ojos fijos en la cara del hombre, deseando verle abrir los ojos, deseando que él le diera las respuestas a las preguntas que Honey le había hecho. – Y no voy a llamar al sheriff.

– ¿Cómo que no le vas a llamar?- gritó Honey claramente, con su habitual calma rota por la vista de un hombre desnudo en suelo del dormitorio de Rachel -. ¿Le dispaste?

– ¡Claro que no!. ¡Él apareció nadando en la playa!.

– ¡Una razón más para llamar al sheriff!.

– ¡No puedo!- Rachel levantó la cabeza, con los ojos feroces y extrañamente calmados. – No puedo arriesgar su vida de ese modo.

– ¿Has perdido la razón?. ¡Necesita un doctor, y el sheriff necesita averiguar por qué recibió disparos!. Podría ser un criminal evadido, o un traficante de droga. ¡Cualquier cosa!.

– Lo sé.- Rachel inspiró profundamente. – Pero en las condiciones en las que está, no creo que corra un riesgo. Está indefenso. Y si las cosas no son… como parecen… él no tendría ninguna posibilidad en un hospital donde alguien podría acercarse a él.

Honey le puso su mano a su cabeza.

– No entiendo de lo que hablas – dijo con fatiga-. ¿Cómo que, «sin no son como parecen»? ¿Y por qué piensas que alguien trataría de acercarse a él?. ¿Para terminar el trabajo que empezaron?.

– Sí.-

– ¡Así que es un trabajo para el sheriff!

– Escucha- dijo Rachel insistentemente.- Cuando era periodista, vi algunas cosas que eran… extrañas. Estaba trabajando una noche cuando fue encontrado un cuerpo. El hombre había recibido disparos en la parte de atrás de la cabeza. El sheriff de ese condado cumplió con su informe, el cuerpo fue llevado en para identificación, pero cuando el informe de un párrafo apareció en el periódico dos días más tarde, ¡dijeron que había muerto de causas naturales!. En cierto modo, supongo que es natural morir de una bala en el cerebro, pero me pareció raro, y hurgué un poco más buscando el archivo. El archivo había desaparecido. La oficina del médico forense no tenía constancia de un hombre que había sido disparado en la cabeza. Finalmente me dijeron que dejara de fisgonear, que ciertas personas en el gobierno se habían encargado del asunto y habían querido que se echara tierra por encima.

– Esto no tiene ningún sentido- masculló Honey.

– ¡El hombre era un agente!

– ¿De qué era agente? ¿La DEA? ¿El FBI? ¿Qué…?

– Vas bien encaminada, pero era más secreto.

– ¿Un espía? ¿Dices que era un espía?

– Era un agente. No sé de qué lado, pero todo fue encubierto y adulterado. Después de eso hubo otras cosas que no fueron lo que parecieron. ¡He visto demasiado para dar simplemente por supuesto que este hombre estará a salvo si le entrego a las autoridades!

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La Bahia Del Diamante»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La Bahia Del Diamante» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «La Bahia Del Diamante»

Обсуждение, отзывы о книге «La Bahia Del Diamante» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x