Jessica Hart - Entre llamas de pasión

Здесь есть возможность читать онлайн «Jessica Hart - Entre llamas de pasión» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современные любовные романы, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Entre llamas de pasión: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Entre llamas de pasión»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Según Strachan, la única forma de que Giselle pudiera pasar una noche en la torre Caedle sería durmiendo con él. Y Strachan preferiría acostarse con una serpiente de cascabel antes que hacerlo con una periodista.
Ella no tenía intención de llegar tan lejos. Solo quería investigar en su castillo el origen de una leyenda. Pero pronto le pareció más importante averiguar si Strachan tenía corazón…

Entre llamas de pasión — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Entre llamas de pasión», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Condujo despacio por el sendero angosto y se esforzó para ver a través de la lluvia la señal que Meg había marcado en el mapa. O no la vio, o su amiga no tenía idea de la distancia. Cuando decidió dar la vuelta y regresar, un vehículo viejo se detuvo ante su petición.

– ¿El Castillo Kilnacroish? -preguntó con lentitud el anciano-. Supongo que desea encontrar la entrada principal.

– La entrada más cercana estará bien -respondió Gisella y trató de no parecer impaciente.

– Hay un camino a través de la granja, a la derecha, hacia arriba, pero tiene muchos baches -observó el coche deportivo-. Será mejor que vaya por la entrada principal. Está sólo a unos kilómetros.

Como era típico en ella, eligió la ruta más cercana.

El anciano no había exagerado al decir que el camino estaba en mal estado. La lluvia había llenado todos los baches y los lados del camino, antes cubiertos de hierba, ahora estaban encharcados.

Gisella se mordió el labio cuando el coche pasó sobre un surco, y se arrepintió, no por primera vez, de haber cedido ante una decisión tan instantánea. Si el camino empeoraba, tendría que regresar. El anciano había dicho que más adelante hallaría una granja.

Se esforzó por ver a través del parabrisas, con la esperanza de que el granjero le permitiera dar la vuelta en su patio. Con seguridad, no todos serían tan antipáticos como Strachan McLeod.

Como si sus pensamientos lo hubieran conjurado, un Land Rover salió de una curva a gran velocidad, y apenas logró detenerse a tiempo. Como el camino era muy angosto, los vehículos quedaron uno frente al otro. Sobrecogida, Gisella observó al hombre que bajaba del Land Rover y que caminaba hacia ella.

¡Tenía que ser Strachan McLeod!

Bajó la ventana cuando él se inclinó para hablarle y se sintió en desventaja debido a que su coche era muy bajo. Él acercó su rostro al de ella y sus facciones le resultaron extrañamente familiares. Pudo notar la textura de su piel curtida y la forma en que el cabello crecía en sus sienes. Sus cejas oscuras estaban juntas, puesto que fruncía el ceño, y los ojos azules parecían tan poco amistosos como siempre. Tenía unas pestañas largas y negras y estaban mojadas por la lluvia.

– Tendrá que regresar.

No la saludó ni dijo «por favor». Gisella olvidó su decisión de impresionarlo con su encanto. Sus nervios, ya de punta debido al susto, se estremecieron por su cercanía.

– ¿Por qué no regresa usted? -preguntó.

Strachan contuvo la respiración y habló entre dientes.

– Porque tendría que dar marcha atrás como medio kilómetro, señorita Pryde, mientras que usted sólo se encuentra a unos metros del camino. ¿No le parece lógico?

– ¡De acuerdo -respondió ella con sarcasmo-, puesto que me lo ha pedido de tan buena manera!

Él la miró con enfado y ella se apresuró a dar marcha atrás. Se mordió el labio y se negó a mirar a Strachan mientras retrocedía por el camino. Su parabrisas trasero estaba sucio y la lluvia aún caía con fuerza, lo que impedía la visibilidad todavía más.

– ¡Maldición! -se dio cuenta demasiado tarde que se había salido del camino y caído en la cuenta. Las llantas giraron con furia, pero el coche se hundió más en el lodo.

La joven colocó la cara entre las manos. ¿Por qué tenía que suceder eso ahora, frente a él?

Levantó la mirada y se encontró con Strachan McLeod mirándola con impaciencia, así que se puso el impermeable y bajó del coche para enfrentarse a él.

– ¿Qué demonios hace ahora?

– Es obvio, ¿no lo cree? ¡Tomo la ruta pintoresca!

Él suspiró exasperado y Gisella notó con satisfacción que su coche se encontraba en un ángulo que impedía el paso del Land Rover. Sin duda, si él pudiera pasar, la dejaría allí sola para que se las arreglara como pudiera.

– No debería conducir por senderos como éste con un coche así -observó él y rodeó el vehículo para ver cuánto se habían hundido las llantas.

– Me han dicho que este era el mejor camino para llegar al castillo -indicó la joven y él la miró por encima del coche-. ¡No sabía que lo utilizaran como pista de carreras!

– ¿Qué quiere decir con eso?

– Usted ha salido de es curva a toda velocidad. Si yo no hubiera ido tan despacio, habríamos tenido un choque fatal.

– Si no anduviera por aquí con un coche tan poco adecuado, yo no estaría perdiendo el tiempo ahora -replicó Strachan-. Creo que si quiero ir a algún sitio, tendré que ayudarla a sacarlo de ahí -suspiró de nuevo. Se quitó la gorra y se pasó una mano por el cabello-. Usted póngase al volante y yo empujaré.

A pesar de que Gisella deseaba rechazar su ayuda, subió de nuevo al coche y asió el volante con fuerza, mientras Strachan se inclinaba hacia adelante para empujar el coche. Después de unos segundos, él se enderezó y regresó al frente del coche. Asomó la cabeza por la ventanilla y señaló en voz baja:

– Ayudaría si pusiera en marcha el motor.

– Oh, sí… sí, por supuesto -respondió Gisella, furiosa consigo misma por ser tan tonta.

A pesar de los esfuerzos del hombre, el coche se negaba a salir del lodo.

Strachan se secó la lluvia del rostro y se enderezó de nuevo.

– Tendré que tirar de él. ¿Tiene una cuerda?

– Atrás, en algún sitio.

Cuando Gisella abrió la puerta trasera del coche, una avalancha de bolsas de plástico cayeron y esparcieron su contenido en el lodo. Un frasco de caviar, el aperitivo favorito de Gisella, cayó a los pies de Strachan. Él levantó los ojos hacia el cielo y se inclinó para recogerlo.

– Veo que ha traído lo más esencial.

Gisella recogió los comestibles con rapidez y los metió en las bolsas. Sentía que lo odiaba y estaba convencida de que todo había sido culpa de él.

Al fin encontró la cuerda y la ataron al Land Rover. La joven suspiró con alivio cuando el coche se deslizó despacio, salió del lodo y quedó de nuevo en el camino. Strachan desató la cuerda y la siguió, mientras ella daba marcha atrás y recorría los últimos metros del sendero.

Strachan le devolvió la cuerda y comentó con tono áspero:

– Sugiero que tome unas lecciones para aprender a conducir marcha atrás antes de volver a aventurarse en un sendero como este.

Gisella le arrebató la cuerda de la mano.

– Si mantuviera su sendero en mejor estado, no habría problema. Me sorprende que el lord no diga nada al respecto.

– El lord tiene cosas mucho más importantes de que preocuparse -respondió Strachan. La joven no notó el brillo divertido en sus ojos pues estaba colocando la cuerda en la parte trasera del coche-. ¿Por qué desea verlo? Supongo que por eso se dirige al castillo.

– No es asunto suyo -respondió Gisella y cerró con fuerza la puerta.

– Como guste, pero puedo decirle que ahora él no está allí.

– Prefiero averiguarlo por mí misma -replicó ella, con tono cortante-. ¿Falta mucho para llegar al castillo?

– Un par de kilómetros, pero le aconsejo que dé la vuelta y utilice la entrada principal.

– Puedo arreglármelas muy bien sin su consejo, gracias -respondió la joven. Casi había decidido hacerle caso, pero de pronto cambió de opinión.

– Será mejor que no esté en el camino cuando yo regrese -le advirtió Strachan. Caminó hacia el Land Rover y un momento después se alejó a gran velocidad y sin mirar atrás.

Gisella esperó hasta que él desapareció y condujo con decisión por el sendero. No se encontró con más coches, pero cuando llegó al final del camino, el flamante coche rojo estaba totalmente cubierto de lodo. Pasó junto a una granja, que supuso sería de Strachan, y un poco después condujo entre unos árboles hacia las caballerizas y edificios exteriores del castillo.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Entre llamas de pasión»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Entre llamas de pasión» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Entre llamas de pasión»

Обсуждение, отзывы о книге «Entre llamas de pasión» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x