Liz Fielding - Orgullo y amor
Здесь есть возможность читать онлайн «Liz Fielding - Orgullo y amor» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современные любовные романы, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.
- Название:Orgullo y amor
- Автор:
- Жанр:
- Год:неизвестен
- ISBN:нет данных
- Рейтинг книги:4 / 5. Голосов: 1
-
Избранное:Добавить в избранное
- Отзывы:
-
Ваша оценка:
- 80
- 1
- 2
- 3
- 4
- 5
Orgullo y amor: краткое содержание, описание и аннотация
Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Orgullo y amor»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.
Orgullo y amor — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком
Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Orgullo y amor», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.
Интервал:
Закладка:
– Sí, tuve la impresión de que lo estabas disfrutando -él sonrió con satisfacción.
– ¿Y tú? ¿Lo disfrutaste, Gil?
– No tenías ni que preguntar. Claro que sí -le brillaron los ojos-. Te puedo decir que lo disfruté enormemente -se incorporó y ella se quejó cuando se alejó-. No debes ser tan ambiciosa, querida. Voy a llenar la tina para ti.
– Me parece maravilloso -declaró ella desperezándose-. Y me muero de hambre.
– Claro. Ya son las tres de la tarde, nos perdimos la hora del almuerzo.
Media hora después Casey alejó su plato y se recargó en la silla.
– Preparas una omelette exquisita, Gil -apoyó la cara en sus manos y lo contempló-. Todo lo haces tan bien.
– ¿De veras? -él hizo un gesto-. Casi arruiné nuestro matrimonio. Llegué al extremo de pensar que tendría que dejarte ir.
– ¿Irme? -ella palideció.
– Parecías tan infeliz, que me estabas rompiendo el corazón. Yo creía que mantenerte alejada de Michael sería una forma de venganza por haberme tratado tan mal hace años.
– No, Gil… -él pareció no escucharla.
– Tonterías. Descubrí que te amaba demasiado. Cuando lo vi besarte comprendí que tenía que dejarte ir con él si eso era lo que querías. No tenía sentido que ambos fuéramos infelices.
Ella acarició la idea de que la amaba, en su interior, manteniéndola ahí para pensar y atesorarla cuando tuviera tiempo de disfrutarla. Ahora tenía asuntos más importantes.
– Gil, escúchame -él levantó la vista ante su tono ansioso de voz-. Le envié un telex a mi madre.
– ¿Para qué demonios? -él levantó las cejas azorado.
– Fue por aquella carta en la que te avisaban que estabas despedido. Tan pronto la leí supe que no la escribió mi papá -él trató de interrumpir, pero ella sacudió la cabeza con impaciencia-. Mi papá no estudió mucho. Jamás escribiría una carta si puede arreglarlo con una llamada telefónica o una junta.
– No entiendo, Casey. ¿Qué me quieres decir?
– Mi padre se hubiera parado frente a ti y te hubiera dicho lo que pensaba cara a cara. Y dudo que te hubiera despedido. Era más seguro que exigiera te casaras conmigo -se puso a pensar-. Si hubiera acudido a él nos hubiéramos ahorrado tantas desdichas -agitó la cabeza. Se habrían terminado los sinsabores. Mi madre lo sabía, por eso supongo que nunca le pidió que hablara contigo. Verás, cuando ella presenció mi precipitada huida del bosque, tuvo el ingenio de esperar a ver quién me seguía. Luego se sentó a escribir esa correcta misiva de despido. Reconocí el tipo de letra de su máquina portátil. El cheque era para aliviar su conciencia.
– Pero la carta me estaba esperando en la oficina -señaló Gil.
– Mi madre es una mujer de muchos recursos. Tenía las llaves de la oficina. Pero no tienes que creerme. De eso trata la carta que recibí de ella. Es su confesión.- Tomo la misiva que estaba sobre la chimenea y se la entregó a él-.Léela tú mismo.
– ¿Pero, por qué, Casey? -preguntó él tomando la carta, sin intención de leerla.
– Mamá proviene de una familia "aristocrática de provincia", Gil. El Pony Club, el Colegio de Cheltenham para mujeres y todo eso. Conoció a papá, y su familia no lo aprobó -ella rió-. No podía hacer otra cosa, ¿comprendes? Lo único que tenía como recomendación eran unas anchas espaldas, una sonrisa que podía conquistar al mundo y una inclinación por los negocios. De modo que huyó con él.
– ¿Quieres decirme que se arrepintió? -preguntó Gil entrecerrando los ojos.
– No. No es eso. Adora a mi papá tanto como entonces, creo. Sin embargo, sabia cuanto se perdió.
– ¿Y no iba a permitir que tú cometieras el mismo sacrificio'?
– Lee la carta, Gil -ella se puso de pie-. Es una mescolanza extraña. Mitad disculpa y mitad justificación. Después de todo, no te hubieras ido a Australia a ganar una fortuna que nos salvó, si ella no te hubiera corrido -se limpió una lágrima que resbalaba por su mejilla.
Gil puso atención a la carta, mientras Casey le dio de comer a la gata; luego subió a arreglarse. La casa estaba tranquila, como esperando que Gil pasara lentamente hoja por hoja de la carta de su suegra. Ella preparó el té y después de servir dos tazas, las colocó en la mesa; se sentó frente a él, sintiendo una extraña sensación ante su callada y quieta concentración en la lectura.
Finalmente levantó la vista. Casey sintió un impacto al mirarlo a los ojos. No había ahí ninguna ternura; por el contrario, el hombre que acababa de hacerle el amor como si se acercara el fin del mundo, la miraba con inmenso y total desagrado.
– Muy interesante, Casey. Tú y tu padre merecen todas mis disculpas por haberlos juzgado, al menos entonces. Es una lástima que se te olvidara decirme que leyera el resto de la misiva.
– No sé de qué estás hablando -angustiada, la joven miraba a Gil y a la carta repetidamente.
– ¿No?
– Gil. Por favor. Sólo leí las primeras hojas. ¿Qué dice que te ha disgustado tanto?
– No te culpo por hacer la lucha, Casey -esbozó una mueca de burla-. Y tengo que admitir que me habías convencido -una vena brincaba en su frente-. De verdad, fui como arcilla en tus manos también, ¿no es cierto? Admitiendo lo mucho que te deseaba.
– ¡Gil! ¡Esto es una locura!
– ¿De veras? -él se puso de pie y pareció llenar la cocina-. ¿No te costó mucho trabajo representar esa escenita, ¿eh, Casey? Estaba yo preparado, listo para reaccionar en el momento en que me tocaras. Y no perdiste ni un instante. ¡Una palabra de tu madre avisándote que Gil Blake tiene una fortuna y te entregaste tan rápido como pudiste!
Capítulo 9
– ¡BASTA! -el grito de Casey interrumpió el discurso violento de Gil.
– ¿Qué pasa, cariño? ¿No puedes aceptar que te digan la verdad a secas? -y furioso, le impidió hacer el intento de negar sus acusaciones, cualesquiera que esas fueran-. Te quería, Casey. Y mucho. Parecías tan vulnerable, tan inocente. Y fui tan estúpido que pensé que correspondías a mis sentimientos. Risible, a decir verdad. Porque te esmeraste en dejar bien claro que sólo pretendías divertirte conmigo hasta que consiguieras el marido "adecuado"; pobre imbécil.
– ¡No, Gil…!
– ¡Oh, sí, Gil! -se burló él-. Y perdí la cabeza por completo. No era suficientemente bueno para que te casaras conmigo. ¡Pero con un demonio, me aseguré de que te daría algo para recordar! -soltó una carcajada-. Mal chiste. Tú supiste muy bien ponerle fin a eso.
Casey no pudo ya contener el llanto. No sabía por qué estaba llo¬rando. Sólo, que todo lo que había soñado en la vida estaba siendo destrozado en su cara.
– Estás equivocado -protestó ella, pero él no quiso escucharla.
– Durante años, lo único que me motivó fue la necesidad de borrar el recuerdo de cómo me humillaste. Fue esa imagen tuya la que me estimulo hasta que gané lo suficiente para comprarte. Claro que no esperaba que me amaras -sacudió la cabeza-. Ya el amor no formaba parte de la ecuación. Pero no tenía que ser un genio para saber que el dinero bastaría… -ella le dio la espalda tratando de huir, pero él la tomó de la muñeca y la obligó a mirarlo de frente-. Y descubrí que sabía hacer dinero, porque no tenía miedo de tomar riesgos. Soy igual que tu padre, Casey. Sólo que yo tomaba mayores riesgos porque no tenía nada que perder.
Casey estaba inmóvil, estupefacta por la amargura con que Gil le abría su alma. Un suspiro estremecedor escapó de sus labios. El soltó su muñeca y le dio la espalda, luego sus hombros cayeron.
– Yo resulté ser la víctima, Casey. El día que nos casamos aprendí que poseer tu cuerpo jamás sería suficiente, no si tu corazón estaba ausente. Descubrí que necesitaba poseerte completa -paso distraídamente los dedos entre sus cabellos-. Y por algún tiempo tenía la esperanza de que así sería. No inmediatamente. Pero estaba dispuesto a esperar -se enderezó-. Pero tú no tienes corazón, ¿verdad, Casey? ¿Sólo una pequeña bóveda de banco que únicamente abre para depósitos?
Читать дальшеИнтервал:
Закладка:
Похожие книги на «Orgullo y amor»
Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Orgullo y amor» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.
Обсуждение, отзывы о книге «Orgullo y amor» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.