Liz Fielding - Un Marido de Ensueño

Здесь есть возможность читать онлайн «Liz Fielding - Un Marido de Ensueño» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современные любовные романы, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Un Marido de Ensueño: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Un Marido de Ensueño»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Stacey estaba bien sola. El problema era que sus dos hijas querían un padre y habían decidido que fuera Nash Gallagher.
Nash era estupendo con las niñas y, además, besaba maravillosamente. Pero hacía falta mucho más que unos labios sugerentes para que Stacey se casara de nuevo. En esa ocasión, quería un marido en quien pudiera confiar y Nash no era lo que parecía ser…

Un Marido de Ensueño — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Un Marido de Ensueño», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– De acuerdo

Cerró la puerta y todo lo que pudo hacer fue preguntarse cómo iba a pasarse el resto del día sin Stacey.

A Stacey le hicieron una limpieza de cutis, la peinaron y le hicieron la manicura.

Una vez que estuvo lista, se pasó por el banco a ver qué opinarían de darle un crédito para empezar un negocio de flores silvestres.

Puede que fuera el pelo, o la manicura, pero algo la ayudó a que el director del banco al menos no se riera. Tampoco es que se mostrara entusiasmado, pero le dio un montón de papeles sobre cómo iniciar un negocio y le dijo que volviera cuando tuviera un plan de empresa. Un plan de vida no era suficiente.

Se comió un sandwich y luego se fue a visitar a Archie. Tenía un aspecto muy frágil, pero se alegró mucho de verla.

– ¿Has conseguido hacer algo de dinero, muchacha?

– No, por desgracia. ¿Por qué?

– Porque no has venido en tu bicicleta. No puede ser, si tienes ese aspecto.

– Es que mi hermana me ha prestado el coche.

– Maldición. Tenía la esperanza de que hubiera un nuevo hombre en tu vida.

– Pues siento decepcionarlo -dijo ella.

– Los hombres de hoy en día son tan lentos en darse cuenta de dónde hay algo bueno. Yo no habría dejado escapar a una viuda guapa y joven como tú -el anciano se rió y, una vez más, su carcajada se convirtió en una tos seca-. Bueno, bueno. ¿Y cómo está mi jardín?

– La verdad es que cada vez tiene mejor aspecto.

– ¡Vaya! -el hombre alzó la cabeza y Stacey pudo ver una chispa de interés en sus ojos.

– ¿Qué pasa, Archie? ¿Es verdad que van a construir naves industriales ahí, o es solo un rumor?

– ¿Un rumor?

– He preguntado en la oficina del ayuntamiento, y han aprobado un plan para la construcción de una serie de naves -su silencio parecía una aserción-. Entonces, ¿por qué hay alguien limpiando los caminos, abonando los frutales y volviendo a organizar todo aquello?

– ¿Es eso lo que está sucediendo? -su rostro arrugado se arrugó aún más con una sonrisa-. Bien, bien, bien.

– Tú sabes lo que pasa allí, ¿verdad?

– ¿Te preocupa que pongan naves industriales allí?

– No me entusiasma la idea. Pero es algo más que eso. Si el vivero va a ser abierto otra vez, me gustaría saberlo. Estoy buscando una salida comercial porque me he decidido entrar en el negocio de las plantas silvestres.

– Te gustaría alquilar el terreno, ¿es eso?

– Bueno, me parece una opción un poco ambiciosa. Pero tal vez podríamos llegar a algún tipo de acuerdo…

– No hay nada malo en ser ambiciosa. Si vas a meterte en un negocio serio, necesitarás espacio, probablemente más del que hay en los viveros. Pero lo siento Stacey, no es algo que esté en mis manos. Tendrás que preguntárselo a la persona que está trabajando allí. ¿Cómo se llama?

– Nash Gallagher -esperó alguna reacción que no obtuvo-. Ya le he preguntado y se limita a decirme que está limpiando el lugar -lo que era cierto-. ¿Puedo preguntarte a quién le has vendido el vivero? Así podré averiguar qué está pasando.

– No lo he vendido, Stacey.

– Pero…

Un cuidador apareció en aquel momento.

– Ya se ha terminado el tiempo de visitas, Archie. Es la hora del baño.

– Vete a ver al señor Gallagher otra vez. Pregúntale qué es, exactamente, lo que está haciendo allí. Después, vuelve y me cuentas lo que te ha respondido -dijo el anciano mientras se alejaba en su silla de ruedas.

No lo entendía. Si Archie no había vendido el jardín entonces, ¿qué?

El sudor le corría por la cara, pero ya casi había terminado. Nash abrió una botella de agua y dio un par de tragos. Luego se la echó por la cabeza. En ese momento, oyó las voces de Rosie y Clover que acababan de llegar del colegio.

– Mamá, ¿va a venir Nash a merendar esta tarde? -preguntó Rosie, mientras mecía a uno de los gatitos en sus brazos.

«Se están acostumbrando a él demasiado deprisa», pensó Stacey. Esperan que esté aquí. Hacía bien en no complicar más las cosas.

– Hoy no. Voy a salir, ¿recordáis? Ya os lo dije.

– ¿Tienes que irte?

– Os lo pasaréis bien. Vera va a venir a cuidaros. Dice que tiene una nueva película de Walt Disney que os va a encantar.

– Quizás Nash pueda venir a verla con nosotras.

«Vera seguro que estaría encantada», pensó Stacey y subió las escaleras a toda prisa, dispuesta a cambiarse de ropa.

Se quitó la falda y se desabrochó la camisa. Abrió la puerta del baño y se detuvo de golpe.

Estaba todo amarillo, el tipo de amarillo que hacía juego con las margaritas que Nash había cortado para ella. Y los muebles estaban todos blancos, bien pintados.

Nash se había dado la vuelta al sentir que la puerta se abría, y estaba esperando algún tipo de comentario. Difícil, cuando ella estaba sin habla…

– Nash, es maravilloso. No me lo esperaba. No tenías porqué…

– Lo sé -dijo él y tragó saliva-. Pero es que el pastel estaba muy bueno.

– ¿De verdad? -se rió ella-. No tendrías que haber estado trabajando.

– Eso es lo que he estado haciendo. Está casi terminado. Vendré mañana y te pondré los baldosines -agarró unas cuantas brochas y unos botes de pintura-. Ahora me marcho, para dejar que te prepares para tu fiesta -la miró de arriba abajo-. Aunque, personalmente, para mi gusto estás perfecta así.

Ella bajó la vista y gimió avergonzada. Rápidamente, se cubrió con la camisa que llevaba en la mano.

Él se rió.

– Trata de no salpicar

Nash se pasó las manos por la cara. Estaba cansado. Había estado despierto casi toda la noche, primero buscando a la gata, luego en el veterinario. Luego, se había pasado todo el día haciendo algo por Stacey, para que cada vez que entrara en el baño se acordara de él, se acordara del modo en que la había besado.

Estaba agotado, pero inquieto al mismo tiempo.

Sí, le había tomado el pelo por su inesperada desnudez pero, en realidad, no había sido algo gracioso, sino profundamente perturbador. Nunca había deseado a una mujer del modo en que la deseaba a ella.

Dio un sorbo de la botella de agua y se echó el resto sobre la cabeza, en un esfuerzo de aclarar su mente. No lo ayudó en exceso. No hizo sino certificarle que era algo más profundo que un deseo pasajero.

Si solo era sexo lo que quería, podría haber aceptado su tácita invitación.

De acuerdo que quería sexo, pero aquello era algo más, mucho más. Se preocupaba por Stacey, le importaba lo que le pudiera ocurrir. Quería verla. Se puso de pie y miró al muro. Apretó el puño dentro del bolsillo, en un gesto de frustración porque ella se iba.

¡La estudiante! Se le había olvidado decirle lo de la estudiante. Aunque fuera a salir, seguro que querría saber que alguien estaba interesado en alquilar la habitación.

Stacey no estaba segura de si ponerse o no el traje de seda. Tampoco estaba muy convencida de su pelo. Se parecía demasiado a su hermana así. No parecía ella misma.

Bueno, quizás eso fuera una buena cosa, después de todo.

Estaba segura de que a Lawrence no le gustaría que fuera descalza, con sus rizos alborotados malamente recogidos en una goma de niña.

El timbre sonó. Se miró por última vez al espejo y decidió que no había forma de que pudiera hacer bien el papel de «señora Stepford».

Lawrence estaba en la puerta, con un ramo de rosas rojas en la mano. Seguro que su hermana le había dicho que las comprara para causarle buena impresión. Puede que hasta hubiera interrumpido alguna reunión importante para hacer el pedido ella misma por él.

Stacey lo rescató, agarrándoselas.

– Gracias -dijo él agradecido, y claramente aliviado por no habérselas podido entregar sin más preámbulos, totalmente ajeno al hecho de que debería de haber sido ella la que diera las gracias, y no a la inversa.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Un Marido de Ensueño»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Un Marido de Ensueño» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Un Marido de Ensueño»

Обсуждение, отзывы о книге «Un Marido de Ensueño» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x