Lucy Gordon - Una vida despreocupada

Здесь есть возможность читать онлайн «Lucy Gordon - Una vida despreocupada» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современные любовные романы, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Una vida despreocupada: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Una vida despreocupada»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

A Jane le producía una gran satisfacción ser la directora más joven de una sucursal del banco Kells y trabajaba mucho… hasta que Gil Wakeman le pidió: primero, un préstamo, y segundo, que compartiese con él una vida despreocupada. Y a Jane la tentaron ambas cosas…
Pero la vida de Gil resultó ser menos romántica de lo que Jane había esperado. Tenía que convivir en la caravana con un hombre endemoniadamente atractivo y su adorable perro de caza, Perry. Uno, le robaba los bocadillos, el otro estaba a punto de robarle el corazón…

Una vida despreocupada — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Una vida despreocupada», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

La vieja sonrisa apareció vagamente en el rostro de Gil cuando intentó animar a Jane con una broma.

– Gil Wakeman no quería hacerlo y, la verdad, es que Gilbert Dane tampoco. La opinión que éste tiene de Gil es como la tuya cuando me viste el primer día. Sin embargo, Gil consiguió convencerle.

– Sí, ya me lo dijiste el día que vi el cuaderno.

– Exacto. El señor Dane le hizo un préstamo a Gil, pero a cambio de un interés exagerado. Ningún favor. Y Gil devolvió el préstamo.

Gil concluyó sombríamente al ver que no había logrado conmover a Jane.

– Jane, cariño, te quiero. Todo lo que te he dicho es la pura verdad. Jamás ha sido mi intención engañarte. Al principio, eras sólo la directora de una sucursal bancaria, pero me enamoré de ti inmediatamente y creía que tú también estabas enamorada de mí… o de Gil Wakeman para ser exactos. Pero ya era demasiado tarde para confesarte la verdad. Quería hacerlo, pero me acobardé porque tenía miedo de perderte.

Gil suspiró.

– La otra noche, la de la recepción, cuando llevé a Connie a su casa, la obligué a que me contara todo lo que te había dicho. Me quedé horrorizado. Ya sé lo que debió parecerte, pero te juro que no hay nada entre Connie y yo. Y le dejé muy claro que no volviera a pensar en un posible matrimonio conmigo porque estaba enamorado de ti.

– No lo entiendes, ¿verdad? -preguntó ella con voz queda-. Crees que estoy enfadada sólo por lo de Connie, no te das cuenta de lo que has hecho. Me has engañado.

– Pero acabo de explicarte que Connie y yo…

– No me refiero a ella -le interrumpió Jane-. Me refiero a todo lo demás. Me refiero a la carretera y a no saber nunca lo que traerá el mañana, me refiero a eso de ser un espíritu libre al que sólo le importa la belleza del cielo y jamás se interesa por las cosas materiales. Todo eso era mentira. La verdad es que eres un hombre rico que se puede permitir el lujo de tener todo lo que se le antoje. La carretera está muy bien para un rato porque sabes que puedes volver a tu casa cuando te apetezca. ¡Eres un agente de bolsa! -Jane pronunció las tres últimas palabras con odio.

Gil empalideció.

– Hace sólo unas semanas un agente de bolsa te habría sonado a música celestial.

– Pero tú me enseñaste otro lado de la vida -gritó ella-; y sin embargo, para ti, sólo era un juego.

– No más que…

– ¡Vamos, por favor! Para ti, no ha sido más que representar un papel. Y cuando te canses de ello, volverás a tu vida normal. ¿Verdad, señor Dane?

– Preferiría que no me llamases así. Soy Gil Wakeman.

– Gil Wakeman no existe -gritó ella-, es un hombre falso que vive una vida falsa. Pues bien, ya me he cansado de tu teatro. Se acabó.

Gil se la quedó mirando.

– ¿Qué quieres decir con eso de que se acabó?

– Que se ha acabado la broma. Te presté dos mil libras porque creí que las necesitabas.

– Y las necesito para…

– ¡Tonterías! Ve a pedírselas a Gilbert Dane.

– No puedo, no quiere tener nada que ver conmigo.

– Deja de hablar como si fueras dos personas distintas.

– Es que así es. Somos distintos. Hay algo que aún no te he dicho, y es lo más difícil. No estaba probando sólo mi capacidad para abrirme camino por mí mismo. La verdad es que, antes de eso, me examiné a mí mismo y no me gustó nada lo que vi. Gilbert Dane era una máquina de hacer dinero y nada más. No tenía tiempo para la gente porque no podía levantar la cabeza de los números que representaban ese dinero. Ya no podía soportar estar con él. Sabia que había otro yo en alguna parte, pero no le había dado la oportunidad de existir.

Gil la miró fijamente.

– Ese Otro yo es Gil Wakeman. Al principio, me resultó difícil ser él: pero al poco tiempo, se apoderó de mí y comenzó a ser lo más natural del mundo. Gil Wakeman es como es, natural. Es quien quiero ser. Y después… te conocí y me enamoré de ti. Y tú también te enamoraste de mí; al menos, de Gil Wakeman. Y quiero seguir siendo el hombre del que te enamoraste, pero necesito tu ayuda. Sin ti, puede que vuelva a ser Gilbert Dane y no quiero hacerlo. Por favor, Jane, te lo ruego, no me obligues a ser él otra vez.

Pero Jane se había obligado a dejar de escuchar.

– Eres muy hábil con las palabras, pero deberías haberme confesado la verdad hace tiempo.

– Tenía miedo de estropear lo que había entre los dos cuando era tan perfecto.

– Es demasiado tarde…

– No es demasiado tarde -dijo Gil apasionadamente-. Ayúdame, Jane. No me pidas que te pague ahora porque, si tengo que echar mano del dinero de Dane, significará que habré fracasado. Tengo que lograr el contrato con Joe Stebbins.

– En ese caso, espero que lo consigas -dijo Jane con voz fría.

– ¿Cómo voy a conseguirlo sin tu ayuda? Van a ser los mayores que he hecho hasta ahora, contaba contigo.

– Que te ayude Tommy, le encantará.

– Tommy se ha ido a hacer un curso de formación profesional. Además, quiero que me ayudes tú. Los dos trabajamos bien juntos. Por favor, Jane, significa mucho para mí. La semana que viene voy a tener otra función aquí, en Willhampton, y el señor Stebbins va a venir a verla. Dame un poco de tiempo, el suficiente para que Stebbins vea el trabajo. Después, le pediré que me dé algo de dinero avanzado con el contrato y te devolveré el préstamo.

– Muy bien, tienes dos semanas -contestó ella por fin.

– ¿Y me ayudarás a montarlo?

– No, de eso nada. Ya me he retirado del mundo de los fuegos artificiales.

– Al menos, ven a ver la función. Habrá un mensaje para ti.

– ¿Es que no comprendes que eso ya ha pasado? -gritó ella-. Me has engañado una vez, pero no lo harás dos veces.

Gil se la quedó mirando fijamente. La expresión de él le rompió el corazón, pero se negó a dar su brazo a torcer. Después de unos momentos, recuperó la compostura.

– ¿Estás ya listo para hablar de negocios? -preguntó ella.

Gil pareció salir de un trance.

– Está bien -dijo Gil con voz queda-. He traído unos papeles que tenemos que revisar. Contienen nuestra propuesta de…

Jane se obligó a concentrarse en el trato y pronto vio que Gil era un experto con las cifras. En el pasado, le habría considerado el hombre apropiado para ella, pero ya no.

Cuando acabaron, Gil levantó la cabeza de los papeles, la miró preocupado y dijo con voz tierna.

– No pareces encontrarte bien. Cariño, perdóname. No quería…

– Mi salud es perfecta, muchas gracias. Me pondré en contacto contigo para hablar de esto dentro de un par de días.

Tras unos momentos, Gil dijo:

– Gracias, señorita Landers. Le diré a mi padre que ha sido un acierto decidir hacer negocios con este banco. Y también me aseguraré de que lo sepan los de la oficina central.

– No me hagas ningún favor -le contestó Jane.

– No es un favor. Eres una excelente directora de un banco, Jane. Te deseo mucha suerte con tu carrera.

Entonces, Gil se marchó y Jane ya no tuvo que seguir conteniendo las lágrimas.

Tres días después, por la tarde, cuando Jane entró en su casa oyó voces. Rápidamente, sonrió encantada.

– Tony -gritó al ver a su hermano preferido.

El se puso en pie de un salto y la dio un vigoroso abrazo. Tony tenía veintiocho años, cara de niño y ojos sonrientes…, aunque no habían sonreído mucho desde que Tony «sentó la cabeza» y dejó el teatro.

Después de saludarse y echarse piropos el uno al otro, Sarah llevó el té y Jane preguntó.

– ¿Cómo está Delia?

Delia era la hija del jefe del banco donde trabajaba Tony, y la familia entera esperaba que cualquier día anunciasen su compromiso matrimonial.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Una vida despreocupada»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Una vida despreocupada» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Una vida despreocupada»

Обсуждение, отзывы о книге «Una vida despreocupada» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x