Lucy Gordon - Una vida despreocupada

Здесь есть возможность читать онлайн «Lucy Gordon - Una vida despreocupada» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современные любовные романы, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Una vida despreocupada: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Una vida despreocupada»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

A Jane le producía una gran satisfacción ser la directora más joven de una sucursal del banco Kells y trabajaba mucho… hasta que Gil Wakeman le pidió: primero, un préstamo, y segundo, que compartiese con él una vida despreocupada. Y a Jane la tentaron ambas cosas…
Pero la vida de Gil resultó ser menos romántica de lo que Jane había esperado. Tenía que convivir en la caravana con un hombre endemoniadamente atractivo y su adorable perro de caza, Perry. Uno, le robaba los bocadillos, el otro estaba a punto de robarle el corazón…

Una vida despreocupada — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Una vida despreocupada», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– No tienes ningún derecho a hacer eso.

– Alguien tenía que actuar con responsabilidad y ya he visto que no ibas a ser tú. ¿Sabías que, oficialmente, Gil Wakeman no existe? No está en ningún ordenador…

– Porque habrás mirado en los ordenadores equivocados. Va de un sitio a otro y…

– Escucha, he conseguido descubrir quiénes son sus proveedores y me he puesto en contacto con ellos, y tampoco saben nada de él. Siempre paga al contado, ni siquiera tiene una tarjeta de crédito. Ni una sola.

– Lo dices como si eso fuera un crimen.

– Como directora de una sucursal bancaria, deberías saber que cualquier hombre respetable tiene papeles, una cuenta corriente y una dirección… ¡Por el amor de Dios! Enfréntate a los hechos, está utilizando un nombre falso. Lo más seguro es que haya salido de la cárcel.

– Eso no me lo creo -dijo Jane violentamente.

– Jane, es un delincuente. Así es como esos hombres actúan. Vas a tener problemas con el banco cuando se enteren de que le has prestado dinero.

– En el banco no se van a enterar -dijo Jane-. Le he prestado mi dinero.

– ¿Lo ves? -dijo Kenneth en tono arrogante-. Consigue engatusar a las mujeres sin sentido para que le den dinero. Y después de sacarte todo lo que pueda, te dejará y se irá a engañar a otra.

Durante un momento, Jane estuvo a punto de perder los nervios, pero consiguió controlarse. Kenneth no tenía mala intención, lo que ocurría era que no sabía nada de los fuegos artificiales que estallaban dentro de ella cuando estaba en los brazos de Gil, ni tampoco sabía nada de la belleza que había en que a ella le resultara imposible pensar nada malo de su amante.

– Por favor, no te preocupes por mí -le dijo Jane-. Conozco a Gil mejor que tú y tengo plena confianza en él.

– ¿Y qué sabes de él?

– Sé lo que realmente importa -respondió ella con decisión.

– ¿Cómo de dónde viene y qué familia tiene? Creo que de eso no sabes nada. ¿Está casado?

– ¡Claro que no!

– ¿Te ha dicho que no está casado?

– No se lo he preguntado.

– ¡Dios mío, dame paciencia! Y, naturalmente, como utiliza un nombre falso, no puedes averiguarlo. ¿Y qué me dices de esa bestia salvaje que vi en el asiento de atrás de su coche? ¿También te fías de ese animal?

Jane se echó a reír.

– Perry no es una bestia salvaje, sino un perro de caza, un basset, con pedigrí y, además, de muy buen carácter.

– ¡Sí, ya, pedigrí!

– Es verdad, pedigrí. Su nombre completo es Prince Pendes Heyroth Talleyrand de Moxworth, IV.

Kenneth lanzó un gruñido.

– ¿Y qué hace un tipo como Gil Wakeman con un perro de pedigrí? Lo más seguro es que lo haya robado.

– No lo ha robado, Gil tiene los papeles del perro.

– ¿Y a nombre de quién está la propiedad del perro?

– No lo sé, supongo que a su nombre.

– ¿Has visto los papeles?

– No los he mirado…

– ¿Lo ves?

– Adiós, Kenneth -dijo Jane con firmeza y colgó. Cuando regresó a la caravana encontró a Gil preparando la cena.

– ¿Está todo bien? Has estado mucho tiempo fuera.

– Sí, todo bien. He tenido que llamar a Kenneth y aguantar sus advertencias contra ti.

Gil sonrió maliciosamente.

– ¿Qué ha dicho?

– Cree que acabas de salir de la cárcel y que Perry es robado.

Gil estalló en carcajadas y casi se le cayó la sartén.

– ¿Y lo crees?

– Por supuesto que no -respondió Jane inmediatamente, aunque reconsideró sus palabras-. Supongo que puedes haberte escapado de la cárcel.

Gil sacudió la cabeza.

– Eso es una tontería.

– Cierto, pero es verdad que eres muy misterioso. Jamás hablas de tu familia ni de nada de esas cosas.

Gil la besó.

– Sabes sobre mí lo que realmente importa.

– Sí, lo sé.

Pero sus palabras carecieron de convicción.

Al día siguiente, ocurrió algo que a Jane le hizo volver a pensar en lo poco que sabía realmente a cerca de Gil. Mientras buscaba un destornillador en un cajón, se encontró con un cuaderno en el que Gil anotaba los detalles de sus transacciones financieras, incluyendo el préstamo que ella le había dado. Sin ninguna intención en particular, Jane pasó las hojas, fijándose en la claridad y profesionalidad de las anotaciones, que no concordaba con el carácter despreocupado de Gil.

Estaba a punto de dejar el cuaderno cuando descubrió algo que llamó su atención. Hacía un año, Gil había tomado otro préstamo por tres mil libras; lo había devuelto ya, aunque los pagos no habían sido realizados a intervalos regulares. La cifra final incluía el pago de un interés por el dinero que la hizo silbar.

El silbido atrajo la atención de Gil, que entró en la caravana.

– No era mi intención cotillear, pero supongo que eso era lo que estaba haciendo -dijo Jane, incómoda.

– No tiene importancia. ¿Qué te parece?

– Me parece que el que te prestó dinero te robó descaradamente. ¿Cómo pudiste ser tan inocente para ir a pedirle dinero a él?

– Es el único que se dignó a hacerme caso.

– Es un ladrón -dijo Jane directamente.

Gil rió al ver su expresión indignada.

– En realidad, es un respetable agente de bolsa, y muy conocido en los medios financieros.

– Has escrito Dane arriba, en la hoja. He oído hablar de una compañía de agentes de bolsa que se llama Dane & Son.

– Es el hijo.

Ella se lo quedó mirando.

– ¿Tú conoces aun agente de bolsa? ¿Eres amigo suyo? Gil vaciló unos momentos.

– Lo conozco. Amigos es una palabra algo fuerte. No me gusta ese hombre.

– No me extraña. Es un ladrón -repitió Jane obstinadamente.

– No es un ladrón, es un hombre que en todo ve una oportunidad de ganar dinero.

– ¿Y no se conforma con la bolsa? Al margen, presta dinero a un interés vergonzoso.

– Bueno, la verdad es que yo soy la única persona a la que ha prestado dinero, y él ni siquiera quería hacerlo por mí, me costó mucho convencerlo. Yo no le gusto, no nos ponemos de acuerdo en lo que es importante y lo que no lo es. Es un depredador. Se crió en la jungla financiera, y me temo que eso tiene sus desventajas en lo que respecta al carácter. En fin, ahora ya me he librado de él.

– Eso espero. ¿Cómo es que le conociste?

– Ibamos al mismo colegio -respondió Gil brevemente.

Jane se sintió como si acabaran de darle una clave más que enfatizaba las contradicciones de Gil. Sarah decía que tenía un gusto muy sofisticado. Al parecer, sus padres habían tenido dinero suficiente para enviarle a un colegio caro, pero debían haber sufrido un revés económico posteriormente. Eso explicaría muchas cosas. Jane miró a su alrededor con intención de hacerle más preguntas, pero Gil se había ido ya a trabajar.

La función ahora era más elaborada. Gil le había prometido que el espectáculo que iban a dar esa noche causaría sensación. No le había dicho cómo iba a ser, y Jane no podía imaginar cómo seria.

Con el nuevo espectáculo había trabajo doble y, una vez que empezó a trabajar, Jane no pudo parar ni un momento. Ahora no dudaba de que la decisión de Gil de invertir dinero en mejor material en vez de en un ordenador había sido la adecuada, pero correr de un lado para otro la dejó sin respiración.

Por fin, llegó el momento.

– Vete ahí delante y dime cómo se ven.

– ¿No necesitas que te ayude con esto?

– Es más importante que lo veas.

Jane se colocó delante justo en el momento en que Gil lanzó su figura principal. Al principio, la gente no sabia lo que era; luego, cuando se hizo claro, todos comenzaron a gritar y a aplaudir. Jane se quedó con la boca abierta.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Una vida despreocupada»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Una vida despreocupada» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Una vida despreocupada»

Обсуждение, отзывы о книге «Una vida despreocupada» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x