Alguien había debido quitar sus esposas porque repentinamente sus brazos la rodearon. Ella miró hacia arriba y vio que sus ojos, incluso el que estaba hinchado, brillaban por las lágrimas. El sentía cada palabra que decía, descubrió ella con un sentimiento de admiración. Esa declaración de amor no tenía nada que ver con el orgullo herido ni ninguna otra cosa por el estilo. Él estaba hablando con el corazón en la mano.
– Dime que lo vas a reconsiderar -murmuró él, ahuecando su mejilla en la palma de su mano-. Dime que de alguna manera, aún me amas a pesar de todo.
Se le hizo un nudo en la garganta por la emoción.
– Es mi debilidad.
– ¿El qué?
– Amarte. Te amo, Bobby Tom Denton; Y siempre lo haré.
Ella sintió como temblaba su pecho contra el suyo.
– Nunca sabrás lo feliz que me hace oír eso. -Por un momento cerró los ojos con fuerza como si estuviera armándose de valor. Cuando los reabrió, tenía las pestañas húmedas-. ¿Te vas a casar conmigo, no es cierto, cariño? Dime que te casarás conmigo.
La incertidumbre que oyó en su voz la hizo amarle todavía más, y lo miró plenamente.
– Oh, claro que voy a casarme contigo. Puedes apostar algo.
Durante unos momentos, olvidaron todo el mundo a su alrededor. Estaban solos al lado de esa carretera de Texas con un brillante sol sobre ellos y un futuro aún más brillante delante. Uno lleno de risas, niños y abundante amor. Él la besó con su pobre boca hinchada y ella presionó sus labios suaves contra los de él. Suzy finalmente rompió su abrazo, tocando el rostro magullado de su hijo para asegurarse que no estaba mal herido, mientras Way abrazaba a Gracie cuando Bobby Tom la soltó. Gradualmente, todos fueron conscientes de puertas de coches que se cerraban de golpe y más ciudadanos de Telarosa que se acercaban bloqueando la carretera para ser testigos de la fuga de prisión de Bobby Tom. Gracie vio a Toolee Chandler y Judy Baines, junto con el Pastor Frank y el club de bridge de Suzy.
Jimbo Thackery se apartó a un lado del camino, donde Connie Cameron pareció reportarle algo de sosiego. Luther aunque parecía suspicaz, pareció bastante contento consigo mismo cuando miró a Bobby Tom, que otra vez abrazaba a Gracie.
– Voy a darte un par de horas para arreglar las cosas con Gracie y luego, tú y yo vamos a tener una bonita reunión con el Juez Gates. No tiene fama de juez inflexible así porque sí, B.T. Antes de que terminemos, te puedo asegurar que te vas a encontrar con un montón de multas y algún tipo de servicio comunitario realmente duro. Esta escapada te va a costar un dineral, chico.
Gracie no pudo resistirse a apartarse del pecho de Bobby Tom para dar su opinión.
– En el centro de la tercera edad comentaron lo bien que vendría disponer de un autobús con rampa motorizada.
Luther le dirigió una sonrisa orgullosa.
– Una idea excelente, Gracie. Sería bueno que asistieras a la vista previa por si acaso el Juez Gates necesita inspiración.
– Me encantaría.
Bobby Tom arqueó las cejas con indignación.
– Pero vamos a ver, ¿de parte de quién estás tú?
A ella le llevó un momento responder porque estaba imaginando todas las buenas obras que la Fundación Bobby Tom Denton haría en el futuro.
– Ya que voy a formar parte de este pueblo, tengo un deber hacia la comunidad.
De alguna manera, él pareció todavía más indignado.
– ¿Y quién te ha dicho a ti que vamos a vivir aquí?
Ella sonrió mostrando todo el amor que sentía por él, pensando que, para ser un hombre inteligente era realmente obtuso. Se preguntó cuánto tiempo tardaría él en darse cuenta que nunca sería verdaderamente feliz en otra parte.
– ¿Por qué no volvéis con nosotros? -dijo Way.
Bobby Tom estaba justo a punto de aceptar esa sugerencia cuando Terry Jo se adelantó entre la multitud.
– ¡No tan rápido! -La decidida expresión de su cara hizo patente que ella aún no había perdonado a Bobby Tom el daño que le había infligido a su marido-. Necesitas un castigo después de lo que le hiciste a mi Buddy, y que me maten si dejo que esto sea tan fácil para ti.
– ¡Fácil! -exclamó Bobby Tom, manteniendo firmemente el brazo alrededor de Gracie como si todavía temiera que se pudiera marchar sigilosamente-. ¡Pero si casi me mato!
– Bueno, eso está bien, porque casi mataste a Buddy anoche.
– No hizo eso, Terry Jo. -Buddy parecía desconcertado-. Caramba, Bobby Tom y yo sólo tuvimos un desacuerdo.
– Tú te callas. No es lo único. También está el hecho de que Gracie es mi amiga y es demasiado obvio que está tan enferma de amor que no puede cuidar sus intereses, y voy a hacerlo yo por ella.
A Gracie no le gustó el brillo en los ojos de Terry Jo. Le recordó que la mayoría de los habitantes de Telarosa, Texas, podían considerarse rematadamente locos aunque no lo parecieran. También le recordó que consideraban divertidas algunas cosas muy peculiares.
– Está bien, Terry Jo -dijo precipitadamente-. De verdad.
– No, no lo está. Tú no te das cuenta de esto, Gracie, pero la gente ha estado hablando a tus espaldas desde el momento en que Bobby Tom anunció vuestro compromiso y ahora que parece que realmente vais a casaros, va a ir a peor. La cosa es que una gran parte del pueblo se han dado cuenta de que da la impresión de que no sabes demasiado de fútbol y dicen que Bobby Tom nunca te hizo el examen.
Oh, válgame Dios.
– Algunos incluso dicen que hizo trampa, ¿no es cierto, Suzy?
Suzy cruzó las manos remilgadamente por delante.
– Dudo que hiciera trampas. Pero ha habido comentarios.
Gracie clavó los ojos en ella. Hasta ese momento siempre había considerado a Suzy como un modelo de cordura.
Terry Jo plantó las manos en las caderas.
– Gracie, lo cierto es que, incluso la gente que vaya a tu boda va a cuestionar en secreto la legitimidad de tus hijos si no están seguros de que pasaste el examen. Díselo tú, Bobby Tom.
Ella levantó la mirada hacia Bobby Tom sólo para notar con alarma que él se frotaba el dedo sobre la ceja.
– Supongo que tienes algo de razón, Terry Jo.
Cada una de esas personas debían estar en un manicomio, decidió Gracie. Especialmente su futuro marido.
Él apretó los dientes.
– Pero sólo le haré cinco preguntas ya que no es de Texas y no se crió viendo fútbol. ¿Es un problema para alguien?
Unas cuantas mujeres, incluyendo a Connie Cameron, lo miraron como si tuvieran un gran problema con ello, pero nadie protestó en voz alta.
Bobby Tom asintió con satisfacción. Soltó a Gracie y dio un pequeño paso hacia atrás, haciéndola saber que contestaría sin ayuda de nadie.
– Allá vamos. Pregunta número uno. ¿Qué significan las siglas NFL?
La multitud gimió ante una pregunta tan ridículamente fácil, pero él los silenció con una mirada.
– Ah, Nacional Football League -contestó ella, preguntándose a dónde quería llegar sabiendo, como sin duda sabía, que él pretendía que ella aprobara ese ridículo examen.
– Muy bien. Pregunta número dos. -Arrugó la frente con concentración-. En el mes de enero, los dos mejores equipos del país, el ganador de cada liga, juegan el partido de fútbol más importante del año. El mismo donde el ganador recibe un anillo grande, muy grande -agregó él por si acaso ella necesitaba alguna pista-. ¿Cómo se llama ese partido?
Más gemidos del público.
Gracie los ignoró.
– Es la Super Bowl.
– Excelente. Lo estás haciendo muy bien, cariño. -Hizo una pausa y se acercó para besarle la punta de la nariz y luego se alejó otra vez-. Ahora una pregunta un poco más díficil, así que espero que estés lista. ¿Cuántos postes verticales -también llamados uprights - tiene la portería que hay en cada extremo del campo de juego?
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