Jason se quedó mirando a los dos queridos niñitos. La vida siempre seguía adelante. Cuando los levantaba y los apretaba con fuerza contra él, las lágrimas se secaron en sus ojos y en su corazón.
– ¿Qué están haciendo, diablitos, despiertos tan tarde?
Everett le dio un beso húmedo en el cuello. Douglas estaba apretándole el cuello tan fuerte que casi lo quebraba.
– Escuchamos a mamá discutiendo sola.
Jason asintió.
– Eso también despertaría mi curiosidad. Ah, madre, ¿también estás despierta?
Alex fue a arrancar a uno de los niños del hombro de Jason.
– Estoy aquí para rescatarte. No, Everett, nada de vals esta noche. Es hora de que los dos regresen a la cama.
Luego de no más de dos minutos de quejas, James llegó al punto de decir:
– Suficiente. Los dos se callarán. Den a su tío un beso de buenas noches. Volverán a verlo pronto. Iré enseguida a arroparlos.
Douglas sacudió la cabeza a su esposa.
– Creo que le decía lo mismo a él y a Jason.
– Muy probablemente. Innumerables veces. ¿Estás bien, Jason?
Jason abrazó a su madre y se apartó.
– No te preocupes por mí, mamá. Me voy. -Se detuvo un momento y entonces dijo: -Los extrañé mucho a todos cuando estuve en Baltimore, por favor, nunca duden de eso.
Mientras oía las pisadas de bota de Jason alejándose en el piso de baldosas, James dijo:
– Daré a Hallie cualquier cosa que desee.
Su padre sonrió.
En el desayuno la mañana siguiente, Hallie dijo alegremente:
– Ha pasado casi una semana desde la carrera Beckshire. ¿Qué haremos con lord Grimsby?
Mientras untaba miel en su tostada, Jason respondió:
– Esas son las primeras palabras que salen de tu boca desde que me marché de la casa anoche y te dejé sola con Petrie y Martha.
– Te vi regresar y supe que estabas bien.
Por supuesto que iba a esperarlo levantada.
– Dormí en la habitación de Angela.
– Sí, lo sé. Espero que hayas dormido bien.
– No mucho, pero no importa. -Jason se volvió repentinamente muy rígido y formal. -Deseo disculparme por mi melodrama de anoche, Hallie.
– Lo tuyo no fue un melodrama.
Aunque él levantó una ceja en interrogación, ella simplemente negó con la cabeza y no dijo nada más.
– Ya veo, vas a ser misteriosa respecto a esto. Esperaba que ayer fuera el día para ir a ver a lord Grimsby, pero no fue. Tengo esperanzas, de cualquier modo, de que sea hoy.
Sacó su reloj del bolsillo de su chaleco y lo consultó.
– Ahora tú estás siendo misterioso.
– Así es, ¿verdad? Bueno, veremos. Imagino que está preguntándose por qué diablos estoy esperando tanto, especialmente porque sabe que tenemos a Kindred.
Hallie dijo:
– Tal vez piensa que lo has perdonado, ya que parece estar bien visto. ¿Cuándo estarás listo? ¿De qué depende que vayas a verlo? -Jason simplemente le sonrió. -Muy bien, un cerebro de trucha callado, como diría Martha.
– Tan misterioso como mi esposa.
– Eso es diferente, pero no importa. Ahora, tengo una maravillosa sorpresa para ti, Jason -y le sonrió abiertamente.
Una ceja se levantó.
– ¿Estás embarazada?
Ella dejó caer su tostada.
– Oh, cielos, no lo sé. No lo creo.
– No has tenido tu flujo femenino mensual desde que nos casamos.
– Oh, bendito infierno, ¿es eso cierto? Pero no siempre soy… Jason, eso es muy privado. No deseo hablarlo.
– Soy tu esposo. Debes hablar conmigo de todo.
– No, seguramente no.
– Mi padre siempre dijo que era muy importante que una esposa contara todo a su esposo. Cuéntame tu sorpresa.
¿Embarazada? Su flujo era irregular pero no pensaba discutir eso con él. Hallie no podía imaginar una cosa semejante. La dejó helada que él sacara el tema tan tranquilamente.
Dio un mordisco a su tostada, se aclaró la garganta y dijo:
– En la carrera, ¿recuerdas al otro hombre, el que realmente disparó a Lorry, al que no atrapamos…?
– Sí, por supuesto, no puedo descubrir quién es, maldición. Kindred no me dice una maldita cosa. Ni siquiera admite nada.
Ella miró el reloj junto al aparador y le ofreció una enorme sonrisa.
– Como soy una esposa y socia excelente, estoy sirviéndotelo en bandeja. Henry y Quincy deberían llegar a la puerta principal con él en breve.
– ¿El hombre que disparó a Lorry? ¿Qué es esto, Hallie? ¿De qué estás hablando?
– Temprano esta mañana, tuve un encuentro informativo con Kindred. Me dijo el nombre del otro hombre. Es Potter. También es mozo de cuadra de lord Grimsby. Culpó a Potter por todo, por supuesto.
Jason se quedó mirando a su esposa.
– ¿Estás diciéndome que Kindred soltó todo simplemente porque le preguntaste? No puedo creerlo, Hallie. Amenacé a Kindred varias veces con un largo viaje a Botany Bay, pero seguía sin decirme nada, afirmó una y otra vez que estaba fumando su pipa de plata cuando una roca llegó volando por el aire y lo golpeó en la cabeza. No puedo creer que te lo haya dicho.
– Las grandes amenazas no funcionaban con él, así que hice una amenaza creíble. Kindred dijo que “el pequeño maldito debe haber creído que está a salvo”, y Kindred escupió entonces, así que no creo que lamente haberme dado el nombre de Potter.
No podía más que mirarla, esta joven mujer que esta misma mañana había roto el silencio de casi una semana de un hombre. No sabía si estar feliz o aullar porque ella lo había logrado y él no.
– Hallie, ¿qué amenazaste? No cortar su masculinidad, espero.
– Oh, no, eso no es creíble.
– Dime.
Hallie se adelantó en su silla y apoyó el mentón sobre los dedos unidos.
– Dije a Kindred que lo dejaría desnudo y haría que caminara tras mi caballo, con las manos atadas frente a él, atado a una soga. Le dije que montaría por todas partes… que visitaría cada alma en la aldea, que vería a todos sus parientes, sus amigos, sus enemigos, que visitaría a lord Grimsby y los establos, y que le diría a todos lo que había hecho, y que ese sería el castigo para cualquiera que intentar dañar a nuestros caballos o a nuestros jinetes. Escogió no creerme. Se rió, me dijo que era una niñita bonita, y que seguramente no podía ser una muchachita audaz.
Jason no se había dado cuenta de lo excelente narradora que ella era.
Esperó un instante y entonces:
– ¿Y?
– Hice que lo dejaran desnudo hasta su sucia piel, con las manos atadas y enlazado al final de una soga. Monté a Carlomagno, sosteniendo la otra punta. Él maldijo, gritó que yo no era una niñita bonita para nada, y me llamó anormal, entre otros nombres encantadores. Cuando no habíamos llegado a más de treinta metros pasando Lyon’s gate, recién comenzábamos a ir hacia la aldea, se dio por vencido. Gritó el nombre de Potter, juró que lord Grimsby había dicho a Potter que visitara a su hermano en Cranston hasta que todos olvidaran la carrera. Volvió a maldecir y dijo que no era justo que Dodger igualmente hubiera ganado, que apostaba que lord Grimsby no estaba feliz con eso.
Jason no quería imaginar a Kindred desnudo en su mente, pero lo hizo. No era una visión apetitosa. Kindred era alto, pero tenía piernas delgadas y un pecho que se hundía hacia adentro. Tenía pelo en todas partes. ¿Incluso en la espalda? No pensaba preguntar a su esposa.
– Así que Henry y Quincy fueron tras este tipo Potter.
– Sí. La clave es llevar a cabo la amenaza. Uno incluso debe estar preparado para subir las apuestas por repetir la mala conducta. Mientras lo tenía desnudo en medio del camino, le dije que si personalmente intentaba lastimar a alguno de nuestros caballos o jockeys otra vez, haría que su suegra lo llevara por todas partes. El idiota dijo que a ella no le gustaban los caballos, a lo que repliqué que podía montar en mi encantador carruaje en un encantador día soleado, con él trotando detrás suyo. Me creyó. Le dije que difundiera esto, ya que sería el castigo oficial de Lyon’s gate para cualquier problema en la pista de carreras.
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