– ¿"Pasa algo, Simpy"?- Henry inquirió antes de subir la manzana a su boca para otro mordisco. -"Él está de regreso.” -
Henry se congeló, sus dientes se alojaron en la manzana. Ella lentamente removió la fruta de su boca, dejando una huella con sus dientes pequeños y perfectos. -¿" Asumo que usted quiere decir que mi marido ha vuelto"? Ella dijo cuidadosamente.
La Señora Simpson asintió con la cabeza cuando ella soltó un caudal de palabras. " Yo le decía lo que pienso de él, también, y no me importa pagar con las consecuencias. Él tenía que ser un monstruo para dejarle la forma que él dejó. La…"
Henry no oyó el resto de sus palabras. Sus pies, caminaban sin dirección de su cerebro, ya la llevaban fuera De la cocina y arriba de las escaleras laterales. No supo si escapaba de él o iba hacia él. No tuvo ni idea donde estaba él. Podía estar en el estudio, en el cuarto de estar, o en su dormitorio.
Ella tragó saliva, esperando que no estuviese en el dormitorio. Abrió la puerta. Tragó. Nunca había sido una persona excepcionalmente afortunada. Él estaba de pie en la ventana, viéndose insoportablemente bien parecido. Se había sacado su abrigo y se había aflojado su corbata. Inclinó su cabeza y la saludo. -Henry".-
– "Tú estás en casa," ella dijo en voz baja.
Él se encogió de hombros.
– "Yo… necesito un baño".
Una luz tenue de una sonrisa tocó su cara. -"Así es ".- Él caminó encima para el cordón del timbre.
– " Ya ordene que me prepararan el baño. Las criadas deberían deber aquí de un momento a otro para llenarlo ".-
Dunford bajó su mano y dio la vuelta. -" Supongo que te preguntas por qué estoy de regreso.
– " Yo… bien, sí. No pienso que sea algo relacionado conmigo ".
Él respingó e hizo una mueca. -" Emma tuvo a un bebé varón. Pensé que a ti te gustaría saberlo ".- Él observó su expresión cambiar de desconfianza desesperada a completa alegría.
– ¡" Oh, pero eso es maravilloso!" Ella exclamó. ¿"Que nombre le han puesto?
– "William," -él dijo tímidamente. -"Por mí".-
– Tú debes estar tan orgulloso".
– " Lo estoy. Soy el padrino. Es realmente un honor ".
– " Oh, sí. Debes estar encantado. Deben estar encantados ".
– " Lo están".
Fue en ese momento que se quedaron sin más cosas que decir. Henry clavó los ojos en los pies de Dunford, él clavó los ojos en su frente. Finalmente ella barbulló, – "yo en realidad necesito tomar un baño".-
Un golpe sonó en la puerta, y dos criadas entraron trayendo cubos de agua hirviendo. Entraron al baño y comenzaron a llenar la bañera.
Henry clavó los ojos en la bañera.
Dunford clavó los ojos en Henry, imaginándola desnuda en el baño. Finalmente él salió del cuarto.
* *
Después cuando Henry se encontró con su marido, olía un poquito a flores y menos a una porqueriza. Ella se vistió con uno de sus vestidos, para que él no piense que llevaba puesta ropa de hombre justamente para molestarle. No quiso darle la satisfacción de saber que él estaba frecuentemente en sus pensamientos.
Él le estaba esperando a ella en el cuarto de estar antes de la cena, con un vaso de whisky junto a una mesa. Se levantó cuando ella entró, sus ojos la miraron con una expresión de hombre torturado.
– "Te ves preciosa, Hen".- Él sonó como si deseara que no fuese así.
– " Gracias. Tú también te ves muy bien. Siempre luces bien ".
– ¿"Te gustaría a ti una bebida"?
– " Yo… sí. No. No. Quiero decir sí. Sí, lo deseo ".
Él le dio la espalda a ella mientras buscaba en el gabinete una bebida y sonreía sin que ella lo viera. -¿"Qué te gustaría?
– "Nada," ella dijo débilmente, sentándose. "Cualquier cosa estaba bien.” -
Dunford le sirvió a ella un vaso de jerez. -"Aquí tienes".-
Ella tomó el vaso de su mano extendida, segura de que estaba emocionada por estar junto a él. Tomó un sorbo, de jerez, y pregunto, – ¿ "Cuánto tiempo piensas quedarte"?
Sus labios se retorcieron. – ¿ "Tan ansiosa estas por librarte de mí, Hen"?
– "No," ella dijo rápidamente. -" Aunque más bien pensaba tú no quería permanecer demasiado tiempo conmigo. Soy perfectamente feliz de que te quedes ". Y en ese entonces agregó, por culpa de su orgullo, "Tú no interrumpirás mi rutina".-
– " Ah, sí, claro que no. Soy un tipo bastante agradable. Casi se me había olvidado de eso".
Henry se encogió de miedo por la amargura encerrada en sus palabras. -" No quería ir a Londres e interrumpir tu rutina, el cielo prohíba que te separe de tu vida social". ella le respondió
Él clavó los ojos en ella inexpresivamente. -" No tengo idea acerca de que estas hablando".
– "Eso es porque soy muy educada para discutirlo," ella masculló, casi deseando q ue él discutiese sobre su amante . " O piensas que no soy muy educada ".
Él estuvo parado. -" He viajado todo el día, y estoy muy cansado para desperdiciar mi energía tratando de resolver tus pequeños acertijos. Si tú me disculpas me voy a cenar. Únete a mí si gustas ". -Él se fue de pronto.
Henry ahora sabia bastante acerca de las costumbres de la sociedad para saber que él acababa de ser terriblemente grosero con ella. Y conocía bastante acerca de él para saber que lo había hecho a propósito. Ella se paro con rabia y fue tras él, dobló hacia las escaleras, huyo rápidamente, y gritó, -¡" No tengo hambre!
En ese entonces ella corrió subiendo las escaleras para su cuarto, ignorando los estruendos de su estómago.
* *
La cena supo como aserrín. Dunford se quedó con la mirada fija directamente en la comida, ignorando a los sirvientes cuando le hicieron señales por el puesto vacío y sirvieron la mesa para una sola persona en frente, obviamente preguntándose si deberían quitar el puesto de la señora.
Él terminó su comida en diez minutos, comiendo lo primero que vio e ignorando el resto. Fue un sentimiento terrible, viendo el sitio donde Henry debería haber estado, sintiendo la hostilidad de los sirvientes, quienes estaban pendientes de la pelea.
Con un empujón de su silla, se levantó y se retiró para su estudio, donde él se sirvió un vaso de whisky. Y otro. Y otro. No lo suficiente como para ponerse borracho, justo la adecuada cantidad para apaciguarse. Y lo suficiente como para pasar el rato hasta estar seguro que Henry se había quedado dormida.
Él se abrió paso hasta su dormitorio, caminado suavemente. ¿Qué él iba a hacer con su esposa? Dios mío, que desastre. Él la amaba pero no quería amarla. Quiso odiarla pero no podía a pesar de su falta de amor por él, ella era todavía la mujer que lo impresiono cuando se conocieron, y nadie podría encontrar un defecto en su amor y su devoción por su tierra. Él la quería y se despreciaba a sí mismo por su debilidad. – ¿ Y que diablos estaba pensando ella ? -
Además del hecho que ella no le amaba. Eso estaba muy claro.
– Ojalá pudiera. .. Deseo que le pudiese amar.
Bien, usted no le podría echar la culpa a la chica por no intentarlo.
Él revolvió la manija de la puerta y se encontró de pronto en el cuarto. Sus ojos cayeron sobre la cama. ¡Henry!
Él recobró su aliento. ¿Le había esperado? ¿Queria decir esto que ella quería estar con él?
No, él pensó perversamente, no había una cama en el otro dormitorio.
Ella descansaba allí, dormida, su pecho moviéndose suavemente al ritmo de su reparación. La luna llena, entro por la ventana abierta y la ilumino. Ella se veía perfecta era todo lo que él desea en una mujer. Él se hundió abajo en un gran sillón confortable, sus ojos nunca dejaron a la persona que dormía en la cama.
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