Ella negó con la cabeza, odiándose a sí misma por acobardarse y quedarse en una esquina, pero lo hizo de todos modos.
Él saltó fuera de cama, despreocupado de su erección abultada que se veía de su cuerpo desnudo. Henry clavó los ojos en él con miedo y la admiración,el miedo porque él avanzaba hacia ella como un dios amenazador, y la admiración porque fue explícitamente claro que él la deseaba . El hombre definitivamente la quería.
Dunford la agarró por los hombros y tembló. Cuando este dejo de agitarla las palabras de su boca, le hicieron temblar otra vez él tembló otra vez.
– ¿"Qué diablos pasa contigo "?
– "No lo sé," – ella gritó, sorprendida por el volumen de su respuesta. – "No lo sé, y me mata. -
Cualquier resquicio que contenía la furia de Dunford exploto. -¿ Cuando lo desafiaba haciéndose la victima . En esta unión sórdida ? -
– " Te diré qué diablos pasa contigo," – él dijo amenazándola en voz baja.
– " Te diré exactamente qué diablos pasa contigo . Tu – "
Él se tropezó con sus palabras, no preparado para la mirada de desolación total que se vislumbraba sobre su cara. No. No. Él no sentirá lastima por a ella. Obligándose a ignorar el dolor sombrío en los ojos de ella, él continuó. -" Tu sabes que descubrí tu pequeño juego. ¿Por eso te levantaste de la cama estas asustada? Tu recibiste una carta de Rosalind, y ahora sabes que sé tu secreto".-
Henry clavó los ojos en él, apenas capaz para respirar.
– " Sé todo acerca de ti," él dijo con una risa lastimera. " Sé que piensas que soy un hombre bastante agradable. Sé que te casaste conmigo por Stannage Park. Bien, te casaste. Y te traje a tu precioso Stannage Park ".
– ¿"Por qué te casaste conmigo"? Ella susurró.
Él bufó. -" Un caballero no deja plantada a una señora. ¿Recuerdas? La lección número 363 como debe comportarse un caballero – "
– ¡" No!" Ella dijo precipitadamente. -" Eso no te habría detenido. ¿Por qué te casaste conmigo"?-
Sus ojos parecieron pedirle una respuesta, pero él no supo lo que ella quería oír. Caramba, no supo que decirle a ella. Dejo que ella se torture un ratito mientras. Le hacia sufrir como él había sufrido. -¿"Sabes, Henry"? Él dijo con una horrible voz. -" No tengo la menor idea".-
Él observó como el fuego titilaba fuera de sus ojos, disgustado con sí mismo pero disfrutando de su desasosiego demasiado furioso y, desesperado para hacer cualquier cosa aparte de jalarla bruscamente en sus brazos y aplastar su boca con la de él. Rasgó su bata de dormir hasta que ella estuviese desnuda como él, y la abrazo para sentir su piel caliente y mojada en contra de la suya.
– "Pero tu eres mía ahora," él susurró calurosamente, sus palabras acariciaron su cuello. -"Para siempre mía".
Él la besó con un fervor nacido de furia y desesperación, sintió el instante cuando el deseo le alcanzó a ella. Sus labios comenzaron a moverse en contra de su boca, su manos deambularon los músculos acordonados de sus nalgas, y ella presiono sus caderas urgentemente en contra de la de él.
Fue tortura absoluta, y él no podría obtener bastante.
Él quiso rodearse a sí mismo de ella, sepultarse dentro de ella y nunca salir. Irreflexivo en su deseo, él no estaba seguro cómo la llevo a la cama y se puso sobre ella, presionando su cuerpo primitivamente en el de ella.
– "Tu eres mía, Henry," él susurró. "Mía".
Ella gimió incoherentemente en la respuesta.
Él se cayó rodando encima de su lado, jalándola con él. Su mano tiró de su tobillo, encortinando su pierna sobre su cadera.
– "Oh, Dunford," ella suspiró.
– "Oh, Dunford, ¿ Qué"? Él se quejó, mordiendo su lóbulo suavemente con sus dientes.
– "Yo -" Ella se quedó sin aliento cuando él apretase sus nalgas.
– ¿"Me necesitas, Henry"?
– " Yo no -" Ella no podría terminar la frase. Sus respiraciones se entre mezclaban del uno al otro, y apenas podría hablar.
Él alisó su mano más abajo de su trasero hasta que doblase una curva bajo su femineidad y la tocó íntimamente. - ¿"Me necesitas?
¡" Sí! ¡Sí "! En ese entonces ella abrió sus ojos y miró perdidamente hacia él. "Por favor".
Los pensamientos de cólera y venganza se zafaron de su mente cuando la miró perdidamente, hacia profundos ojos, grises. Él podía sentir sólo amor, recuerdo sólo la risa y la intimidad que habían compartido. Él besó sus labios y recordó la primera vez que había visto su sonrisa la sonrisa abierta tan sincera, y descarada. Él corrió sus manos a lo largo de sus brazos flexibles y recordó cuando ella tercamente levanto las rocas para construir la porqueriza y como él se sentó a observarla.
Esa era Henry, y él la amó. Él no podía ayudarse a sí mismo.
– "Dime que te falta, Henry," él susurro.
Ella clavó los ojos en él ciegamente, incapaz para formar palabras.
– ¿"Quieres esto"? Él rodó su pezón entre su pulgar y el dedo medio, observándolo endurecerse.
Con una boqueada constreñida, ella asintió con la cabeza.
– ¿"Quieres esto"? Él se apoyó abajo y con su boca empezó a lamer su seno para darle placer.
– "Oh, Dios mío," ella gimió. "Oh, Válgame Dios".
– ¿"Deseas esto"? Él amablemente la colocó sobre ella acomodado de atrás y mano en cada uno de sus muslos. Él lentamente los movió a un lado, no responsabilizándose por resistencia. Con una sonrisa endiosada, él se inclinó hacia adelante y la besó suavemente en la boca como sus dedos cosquilleados los pliegues calientes de su feminidad.
Su corazón latiendo fuertemente fue suficiente respuesta.
Él sonrió diabólicamente. -"¿ Dime, bribona quieres esto"? Él besó dejando un rastro fogoso a través del valle entre sus pechos, a lo largo de su estomago por su vientre plano hasta que su boca chocó con sus dedos.
– "Oh, Dunford," – Henry se quedó sin aliento. – "Oh, Mi Dios".
Él pudo haber pasado horas amándola de esa manera. Ella era mujer dulce misteriosa y pura. Pero él podría sentir como su deseo avanza llevándola al clímax, y él quiso estarle unido a ella cuando llegase. Él necesitó sentir su cuerpo unido herméticamente alrededor de ella.
Él se deslizó a sí mismo arriba a lo largo de la longitud suya hasta que estuvieron cara a cara otra vez. -¿"Me quieres dentro, Henry"? Él susurró. -" No haré esto a menos que tú lo desees.
Henry lo busco con la pasión nublándole sus ojos. -" Si Dunford. ".-
Él casi no se estremeció de alivio, no sabiendo cómo habría podido conservar su palabra si ella le hubiera rehusado. Estaba pesado, y duro, su cuerpo lloraba por una liberación. Él empujó hacia arriba, entrando en ella ligeramente. Ella estaba caliente y mojada, pero su cuerpo estaba apretado con inexperiencia, y él tuvo que obligarse a ir lentamente.
Pero Henry no sentía eso. Ella estaba esforzándose en contra de él, arqueando sus caderas para recibir su longitud entera. Eso hizo que Dunford se empujara más completamente a sí mismo para estar dentro de ella.
Fue como volver a casa, y él se levantó en sus codos para poderla ver. Repentinamente él no podía recordar por qué estaba tan enojado con ella. La miró y todo lo que él podría ver era su cara riéndose, sonriendo abiertamente, su boca estremeciéndose por afición por un bebé que, murió en la casa abandonada.
– "Henry," – él gimió. Le amó. Empujó hacia adelante otra vez, absorbiéndose en un ritmo primitivo. La amó. Se movió. La amó. Él besó su frente en un intento desesperado para mover alguna vez más cerca a para su alma.
Él la amó.
Podría sentir como se movía debajo de él. Ella comenzó a gemir roncamente sin liberar sonido hasta.Que gimió su nombre, con toda su energía en esa sola palabra.
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