Cassandra Clare - Ciudad de los ángeles caídos

Здесь есть возможность читать онлайн «Cassandra Clare - Ciudad de los ángeles caídos» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Фэнтези, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Ciudad de los ángeles caídos: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Ciudad de los ángeles caídos»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Este libro, escrito por Cassandra Clare, es el cuarto de la colección de Los Instrumentos Mortales. Es mucho más detallista que los anteriores y el final es espectacular pese a que hace visible que no es el último libro de la colección. Tiene de todo y te engancha desde el principio hasta el final, y es segun mi punto de vista incluso mejor que los anteriores. Contiene mucho misterio, acción, emoción y sentimiento, y está escrito de una manera que mezcla en uno la curiosidad y el sentimiento. Te hace sentir las cosas como si fueses uno de los protagonistas.
Jace y Clary sin duda vuelven a acaparar la atención del lector, pero en ningun momento el libro se hace cansino o soso. Si os habeis leido los libros anteriores descubrireis que este es mucho mejor, y si os gusta os recomiendo que os leais "Shadow Web" de N.M. Browne. Son los dos libros escritos, sobre todo, para chicas jóvenes y recomiendo fuertemente que sean leidos en su idioma original: el ingles. El título original de "Ciudad de Ángeles Caidos" es "City of Fallen Angels" y merece la pena leerlo (es uno de los mejores libros de su estilo), sobre todo en ingles aunque en español no le falta la emoción, etc, del original; pero en España saldrá dentro de, más o menos, un año. Espero que os guste ya que a mi me ha encantado.

Ciudad de los ángeles caídos — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Ciudad de los ángeles caídos», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Mamá -musitó-. Para ya, mamá.

Ella se quedó mirándolo, con los ojos abiertos de par en par, y los labios sin parar de moverse.

– Mamá, no te enfades así. -Oyó su propia voz como si sonara a lo lejos, cálida y tranquilizadora, la voz de un desconocido. Habló mirando fijamente a su madre a los ojos, capturando la mirada de ella como el gato capturaría al ratón-. No ha pasado nada. Te quedaste dormida en el sillón de la sala de estar. Tenías una pesadilla cuando llegué a casa y yo te decía que era un vampiro. Pero es una locura. Eso no podría pasar nunca.

Su madre había dejado de rezar. Pestañeó.

– Estoy soñando -repitió.

– Es una pesadilla -dijo Simon. Se acercó a ella y le pasó el brazo por encima del hombro. Ella no hizo ningún ademán de retirarse. Dejó caer la cabeza, como un niño agotado-. Sólo un sueño. Nunca encontraste nada en mi habitación. No ha pasado nada. Estabas durmiendo, eso es todo.

Le cogió la mano a su madre. Ella dejó que la guiara hacia la sala de estar, donde la instaló en el sillón. Sonrió cuando Simon la cubrió con una manta y luego cerró los ojos.

Simon entró de nuevo en la cocina y de manera rápida y metódica metió las botellas y las bolsas de sangre en una bolsa de basura. La cerró con un nudo y la llevó a su habitación, donde cambió la chaqueta manchada de sangre por otra y guardó rápidamente algunas cosas en un petate. Apagó la luz y salió, cerrando la puerta a sus espaldas.

Cuando pasó por la sala de estar, su madre ya se había dormido. Le acarició la mano.

– Estaré fuera unos días -susurró-. Pero no estarás preocupada. No esperarás mi regreso. Creerás que he ido a ver a Rebecca. No es necesario que llames. Todo va bien.

Retiró la mano. En la penumbra, su madre parecía a la vez más mayor y más joven de lo habitual. Acurrucada bajo la manta, era menuda como una niña, pero observó en su cara arrugas que no recordaba haber visto antes.

– Mamá -musitó.

Le acarició la mano y ella se removió. No quería despertarla, de modo que la soltó y avanzó sin hacer ruido hacia la puerta, cogiendo de paso las llaves que antes había dejado en la mesa.

En el Instituto reinaba el silencio. Últimamente siempre reinaba el silencio. Aquella noche, Jace había decidido dejar la ventana abierta para oír los sonidos del tráfico, el gemido ocasional de las sirenas de las ambulancias y el graznido de las bocinas que circulaban por York Avenue. Podía oír cosas que los mundanos no podían oír, y aquellos sonidos se filtraban en la noche y penetraban sus sueños… la ráfaga de aire desplazada por la moto aerotransportada de un vampiro, la vibración de una fantasía alada, el aullido lejano de los lobos en noches de luna llena.

Ahora lucía en cuarto creciente y proyectaba luz suficiente como para poder leer acostado en la cama. Tenía la caja de plata de su padre abierta delante de él y estaba repasando su contenido. Allí seguía una de las estelas de su padre, y una daga de caza con empuñadura de plata con las iniciales SWH grabadas en ella y -lo que resultaba más interesante para Jace- un montón de cartas.

En el transcurso de las últimas seis semanas, se había impuesto la misión de intentar leer una carta cada noche para tratar de conocer al que fuera su padre biológico. Y poco a poco había empezado a emerger una imagen, la de un joven pensativo con padres exigentes que se había visto atraído hacia Valentine y el Círculo porque parecían ofrecerle la oportunidad de poder destacar en el mundo. Había seguido escribiéndole a Amatis incluso después de divorciarse, un hecho que ella nunca mencionó. En aquellas cartas quedaba patente su desencanto con respecto a Valentine y la repugnancia que le inspiraban las actividades del Círculo, aunque rara vez, si es que existía alguna, mencionaba a la madre de Jace, Céline. Tenía sentido -a Amatis no le apetecería oír hablar de su sustituta-, pero aun así Jace no podía evitar odiar un poco a su padre por ello. Si no quería a la madre de Jace, ¿por qué se había casado con ella? Y si tanto odiaba al Círculo, ¿por qué no lo había abandonado? Valentine era un loco, pero como mínimo se había mantenido fiel a sus principios.

Y luego, claro está, Jace se sentía fatal por preferir a Valentine antes que a su padre de verdad. ¿Qué tipo de persona debía de ser por ello?

Una llamada a la puerta le despertó de aquel ejercicio de autorrecriminación. Se levantó para ir a abrir, esperando que fuera Isabelle que llegaba para pedirle alguna cosa o para quejarse de algo.

Pero no era Isabelle. Era Clary.

No iba vestida como siempre. Llevaba una camiseta de tirantes escotada de color negro, una blusa blanca abierta por encima y una falda corta, lo bastante corta como para mostrar las curvas de sus piernas hasta medio muslo. Se había recogido en trenzas su pelirrojo cabello, dejando algunos rizos sueltos que le caían por las sienes, como si en el exterior lloviera levemente. Le sonrió al verlo y arqueó las cejas. Eran cobrizas, igual que las delicadas pestañas que enmarcaban sus ojos verdes.

– ¿No piensas dejarme entrar?

Jace miró hacia un lado y otro del pasillo. No había nadie, afortunadamente. Cogió a Clary por el brazo, tiró de ella hacia dentro y cerró la puerta. Se apoyó en el umbral a continuación y dijo:

– ¿Qué haces aquí? ¿Va todo bien?

– Todo va bien. -Se quitó los zapatos y se sentó en la cama. La falda ascendió con aquel gesto, mostrando una mayor superficie de sus muslos. Jace estaba perdiendo la concentración-. Te echaba de menos. Y mi madre y Luke se han ido a dormir. No se darán cuenta de que he salido.

– No deberías estar aquí. -Aquellas palabras surgieron como una especie de gruñido. Odiaba tener que pronunciarlas, pero sabía que necesitaba decirlo, por razones que ella ni siquiera sabía. Y que esperaba que nunca llegara a saber.

– De acuerdo, si quieres que me vaya, me iré. -Se levantó. Sus ojos eran de un verde brillante. Dio un paso para acercarse a él-. Pero ya que he venido hasta aquí, por lo menos podrías darme un beso de despedida.

La atrajo hacia él y la besó. Había cosas que tenían que hacerse, aunque no fuera buena idea hacerlas. Ella se doblegó entre sus brazos como delicada seda. Le acarició el pelo, deshaciéndole las trenzas hasta que la melena cayó sobre los hombros de Clary, como a él le gustaba. Recordó que la primera vez que la vio ya quiso hacerle aquello, y que había ignorado la ocurrencia por considerarla una locura. Ella era una mundana, una desconocida, y no tenía ningún sentido desearla. Y después la besó por primera vez, en el invernadero, y casi se volvió loco. Habían bajado allí y habían sido interrumpidos por Simon, y jamás en su vida había deseado con tantas ganas matar a alguien como en aquel momento deseó matar a Simon, por mucho que su cabeza supiera que el pobre Simon no había hecho nada malo. Pero lo que sentía no tenía nada que ver con el intelecto, y cuando se había imaginado a Clary abandonándolo por Simon, se había puesto enfermo y había sentido más miedo del que nunca pudiera haberle inspirado un demonio.

Y después Valentine les había explicado que eran hermano y hermana, y Jace se había dado cuenta de que existían cosas peores, cosas infinitamente peores, que el hecho de que Clary pudiera abandonarlo por otro: saber que la forma en que la amaba era cósmicamente errónea; que lo que le parecía la cosa más pura y más irreprochable de su vida se había mancillado sin remedio. Recordó que su padre le había dicho que cuando caían los ángeles, caían angustiados, porque habían visto en su día el rostro de Dios y jamás volverían a verlo. Y que había pensado que comprendía muy bien cómo podían llegar a sentirse.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Ciudad de los ángeles caídos»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Ciudad de los ángeles caídos» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Cassandra Clare - Clockwork Angel
Cassandra Clare
Cassandra Clare - Ciudad de cristal
Cassandra Clare
Cassandra Clare - Ciudad de cenizas
Cassandra Clare
Cassandra Clare - City of Lost Souls
Cassandra Clare
Cassandra Clare - Saving Raphael Santiago
Cassandra Clare
libcat.ru: книга без обложки
Cassandra Clare
libcat.ru: книга без обложки
Cassandra Clare
Cassandra Clare - Ciudad de hueso
Cassandra Clare
Cassandra Clare - City of Glass
Cassandra Clare
Отзывы о книге «Ciudad de los ángeles caídos»

Обсуждение, отзывы о книге «Ciudad de los ángeles caídos» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x