Poul Anderson - Estrella del mar

Здесь есть возможность читать онлайн «Poul Anderson - Estrella del mar» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Город: Barcelona, Год выпуска: 2000, ISBN: 2000, Издательство: Ediciones B, Жанр: Альтернативная история, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Estrella del mar: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Estrella del mar»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Estrella del mar — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Estrella del mar», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

De esa forma se ganó Gutherius la recompensan que le había sido prometida: porque el barco llevaba una rica carga y el procurador decidió que al que había salvado a la tripulación le correspondía una parte justa. Gutherius pensó que la vieja mujer debía de haber sido la mismísima Nehalennia.

Al ser la diosa de los barcos y el comercio, él invirtió sus ganancias en una nave que hacía viajes a Britania. Siempre disfrutó de buen tiempo y viento seguro, mientras que las mercancías que transportaba siempre obtuvieron grandes precios. Gutherius se convirtió en un hombre rico.

Sabiendo lo que debía, levantó un templo a Nehalennia, donde después de cada viaje realizaba generosas ofrendas, y cuando veía relucir el lucero del alba o de la noche, se inclinaba, porque eran las estrellas de Nehalennia.

De ella son los árboles, las vides y los frutos que producen. De ella son el mar y las naves que lo surcan. De ella son el bienestar de los mortales y la paz entre ellos.

20

—Acabo de recibir tu carta —le había dicho Floris por teléfono—. Oh, sí, Manse, ven tan pronto como puedas.

Everard no había malgastado el tiempo tomando un avión. Se metió el pasaporte en un bolsillo y saltó directamente desde la oficina de la Patrulla en Nueva York a la de Ámsterdam. Allí consiguió algo de dinero holandés y cogió un taxi hasta su casa.

Cuando entraron en el apartamento y se abrazaron, el beso de ella fue más cariñoso que apasionado y acabó pronto. Él no estaba seguro de si eso le sorprendía o no, de si estaba decepcionado o aliviado.

—Bienvenido, bienvenido —le dijo al oído—. Ha pasado mucho tiempo. —Pero el cuerpo apenas presionaba contra él y pronto se apartó. El pulso empezó a ir más despacio.

—Tienes tan buen aspecto como siempre —dijo.

Era cierto. Un corto vestido negro realzaba la alta figura y destacaba las trenzas ámbar. La única joya era un broche en forma de pájaro del trueno de plata sobre el pecho izquierdo. ¿En su honor?

Una leve sonrisa curvó los labios de Floris.

—Gracias, pero mira más de cerca. Estoy muy cansada, y bien dispuesta para mis vacaciones.

En los ojos turquesa veía recuerdos terribles . ¿Qué más ha visto desde que nos dijimos adiós? —pensó—. ¿Qué me he perdido?

—Entiendo, Sí, más que yo. Tuviste que realizar el trabajo de diez personas. Debía haberme quedado a ayudar.

Ella movió la cabeza.

—No. Lo comprendí entonces y todavía lo comprendo. Una vez que la crisis estuvo resuelta, la Patrulla tenía mejores misiones para ti, el agente No asignado. Tenías autoridad para asignarte a ti mismo al resto de la misión, pero a un alto coste para tu línea de vida. —Volvió a sonreír—. El vicio y leal Manse.

Mientras que tú, la Especialista que realmente conoce el entorno, debe asegurarse de que el trabajo se completa, Con la ayuda que puedas conseguir de tus colegas y de los auxiliares recientemente entrenados para el propósito (no es mucho, ¿eh?) debes vigilar los acontecimientos; asegurarte de que siguen el curso de la primera versión de Tácito,, sin duda intervenir, con todo cuidado, aquí y allá, antes y después: hasta que finalmente estuviesen fuera de la zona inestable del espacio-tiempo y pudiesen ser abandonados a sus propios recursos.

Oh, ciertamente te has ganado las vacaciones.

—¿Cuánto tiempo permaneciste sobre el terreno? —preguntó.

—Desde el 70 al 95 d.C. Claro está, di saltos, así que en mi línea del mundo da un total de… algo más de un año. ¿Y tú, Manse? ¿De qué te has ocupado?

—Para ser sinceros, de nada más que de mi recuperación —admitió—. Sabía que regresarías a esta semana por tus padres, así como por tu personalidad pública, así que vine directamente, te dejé un par de días de descanso y te escribí.

¿Fue justo? He saltado atrás. Primero, porque soy menos sensible que tú; lo que sucede en la historia me afecta menos. Y además, has soportado los meses extra allí.

Era como si la mirada de ella buscase más allá de la cara de Everard.

—Eres dulce, —Riendo, con rapidez le agarró las manos—. Pero ¿por qué te quedas ahí? Ven, pongámonos cómodos.

Fueron a la sala de las pinturas y los libros. Ella había preparado una mesa baja con café, canapés, diversos accesorios, el whisky escocés que sabía que a él le gustaba… sí, Glenlivet, aunque él no recordaba habérselo nombrado específicamente, Se sentaron juntos en el sofá. Ella se recostó y sonrió.

—¿Comodidad? —ronroneó—, No, lujo. Una vez más estoy aprendiendo a apreciar mi época de nacimiento.

¿Está realmente relajada o es una fachada? Yo no puedo. Everard se sentó en el borde del cojín. Sirvió café para los dos y un buen whisky para sí mismo. Cuando la miró, ella le hizo un gesto de negativa y cogió la taza.

—Es temprano para mí —dijo.

—Eh, no estaba proponiendo atamos —le aseguró—. Nos lo tomaremos con calma, hablaremos e iremos a cenar, o eso espero. ¿Qué te parece ese delicioso local caribeño? O puedo hacer estragos en un rijstaffel, si lo prefieres.

—¿Y después? —preguntó ella con calma.

—Bien… —Sintió la sangre en las mejillas.

—¿Entiendes por qué tengo que mantener la cabeza despejada?

—Janne! ¿No creerás que … ?

—No, claro que no. Eres un hombre de honor. Creo que más honorable de lo que te conviene. —Le puso una mano en la rodilla—. Como has sugerido, hablaremos.

Levantó la mano antes de que él pudiese pasarle un brazo por encima. Por una ventana abierta entraba la suavidad de la primavera. El tráfico sonaba como un mar distante.

—No tiene sentido fingir felicidad —dijo ella al cabo de un rato.

—Supongo que no. Bien, podemos ir directamente a lo serio. —Extrañamente, eso lo tranquilizó un poco. Se recostó, con el vaso en la mano. Se inhala su aroma delicado tanto como se bebe.

—¿Qué harás a continuación, Manse?

—¿Quién sabe? Nunca tenemos escasez de problemas. —Se volvió para mirarla—. Quiero oír tu relato. Tuviste éxito, evidentemente, porque me hubiesen informado de cualquier anomalía.

—¿Tales como más copias de Tácito?

—Ninguna. Ese único manuscrito existe, y cualquier trascripción que haya hecho la Patrulla, pero ahora no es más que urja curiosidad.

Notó el ligero estremecimiento de Floris.

—Un objeto sin causa, formado de la nada sin razón. Qué universo tan aterrador. Es más fácil no hacer caso a la realidad variable. A veces lamento haber sido reclutada.

—Y también cuando estás presente en ciertos episodios. Lo sé. —Él quería eliminar las infelicidad de sus labios con besos. ¿Debería intentarlo? ¿Podría?

—Sí. —La brillante cabeza se levantó, la voz se hizo más fuerce—. Pero entonces pienso en la exploración, el descubrimiento, la ayuda, y vuelvo a alegrarme.

—Buena chica. Bien, cuéntame tus aventuras. —Una lenta aproximación a la verdadera pregunta—. Todavía no he leído tu informe, porque quería oírlo de ti en persona.

La alegría decayó.

—Mejor que busques el informe si estás interesado —dijo, mirando al otro lado de la habitación hacia la fotografía de la Nebulosa del Velo.

—¿Qué?… Oh. Te resulta difícil hablar de ello.

—Sí.

—Pero tuviste éxito. Aseguraste la historia y de la forma correcta, con paz y justicia.

—Una medida de paz y justicia. Durante un tiempo.

—Eso es lo mejor que los seres humanos pueden llegar a esperar, Janne.

—Lo sé.

—Nos saltaremos los detalles. —¿ Fueron realmente tan sangrientos? Mi impresión era que la reconstrucción se había producido con facilidad, y a los Países Bajos les fue muy bien en el Imperio hasta que éste empezó a descomponerse —. Pero ¿no puedes contarme un par de cosas? ¿Qué hay de la gente que conocimos? ¿Burhmund?

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Estrella del mar»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Estrella del mar» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Poul Anderson - Margin of Profit
Poul Anderson
Poul Anderson - Delenda est
Poul Anderson
Poul Anderson - Guardianes del tiempo
Poul Anderson
Poul Anderson - Stella Maris
Poul Anderson
Poul Anderson - Mariusz
Poul Anderson
Poul Anderson - El año del Rescate
Poul Anderson
Poul Anderson - Patrulla del Tiempo
Poul Anderson
Poul Anderson - Il popolo del vento
Poul Anderson
Отзывы о книге «Estrella del mar»

Обсуждение, отзывы о книге «Estrella del mar» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x