Larry Niven - La paja en el ojo de Dios

Здесь есть возможность читать онлайн «Larry Niven - La paja en el ojo de Dios» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Город: Barcelona, Год выпуска: 1994, ISBN: 1994, Издательство: Martínez Roca, Жанр: Фантастика и фэнтези, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

La paja en el ojo de Dios: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La paja en el ojo de Dios»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Año 3017 d.C. Aunque el Segundo Imperio del Hombre abarca cientos de sistemas solares, todavía no se ha contactado con otros seres inteligentes. El hallazgo de una insólita nave espacial con el cuerpo exánime de un alienígena en el interior conducirá a los humanos hasta una lejana estrella inmersa en una densa nube de polvo estelar: la Paja. Una expedición descubrirá allí una antiquísima civilización, amable y hospitalaria, pero que rehúye tratar de ciertos aspectos de su sociedad. Y es que bajo las sonrisas tranquilizadoras, los pajeños ocultan un secreto planetario de impacto universal y devastador. Compuesta a cuatro manos en perfecta sintonía, esta novela conjuga acción, drama, suspense, tecnología y alienígenas verosímiles, política y violencia. Su extraordinario poder de entretenimiento y sorpresa la ha convertido en una auténtica obra de culto.

La paja en el ojo de Dios — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La paja en el ojo de Dios», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Aquellos Mediadores estaban casi en el límite, pero aguantarían. Se preservaría la especie. Así había de ser.

Doy mil coronas por tus pensamientos —dijo Sally. Sus ojos relampaguearon de felicidad… y alivio.

Rod se apartó de la ventana y la miró sonriendo. La habitación era grande, y los demás estaban reunidos cerca del bar, salvo Hardy que, sentado junto a los pajeños, escuchaba su parloteo como si pudiese entender algo. En realidad, Rod y Sally estaban solos.

—Eres muy generosa —dijo él.

—Puedo permitírmelo. Te pagaré inmediatamente después de la boda…

—Con los ingresos de Crucis Court. Aún no es mía, no tengas tantas ganas de eliminar a papá. Puede que tengamos que vivir aún muchos años de su generosidad.

—¿En qué pensabas? Parecías muy serio.

—¿Cómo voy a votar a favor de esto si el senador no está de acuerdo? Ella asintió sobriamente.

—Eso pensabas…

—Podría perderte por eso, ¿no es así?

—No sé, Rod. Supongo que dependería de por qué rechazases la oferta de los pajeños. Y qué aceptaras en su lugar. Pero no vas a rechazarla, ¿verdad? ¿Por qué no te parece bien lo que proponen?

Rod miró el vaso que tenía en la mano. Era una especie de bebida no alcohólica que había comprado Kelley; la reunión era demasiado importante para beber whisky.

—Por nada, quizás. Es el quizás, Sally. Mira. —Señaló las calles de Nueva Escocia.

Había poca gente a aquella hora. Los que iban al teatro y a cenar. La gente iba a ver el Palacio después del oscurecer. Pasaban marinos con sus chicas. Soldados con faldas escocesas y pieles de oso se mantenían firmes ante la garita de centinela que había junto a la entrada.

—Si nos equivocamos, sus hijos están condenados.

—Si nos equivocamos, la Marina sería derrotada —dijo lentamente Sally—. Rod, y si los pajeños salen y en veinte años se establecen en una docena de planetas. Si construyen naves. Si amenazan al Imperio. La Marina puede aún controlarlos… tú no tendrás que hacerlo, pero podría hacerse.

—¿Estás segura de ello? Yo no lo estoy. No estoy seguro de que podamos derrotarles ahora. Exterminarles, sí, pero ¿derrotarles? ¿Y dentro de veinte años? ¿Te imaginas la carnicería? Y Nueva Escocia sería el lugar más afectado. Está en su camino. ¿A qué otros mundos iban a ir?

—¿Y qué alternativas tenemos? —preguntó ella—. Yo… Rod, me inquieto también por nuestros hijos. Pero ¿qué podemos hacer? ¡No podemos hacer la guerra a los pajeños porque puedan llegar a ser una amenaza algún día!

—No, claro que no. Aquí está la cena. Y siento haber estropeado tu buen humor.

Todos reían antes de que terminara la cena. Los pajeños hicieron una exhibición: imitaciones de los personajes más famosos de la trivisión de Nueva Escocia. Al cabo de unos minutos todos los comensales reían.

—¿Cómo lo consiguieron? —preguntó David Hardy entre ataques de risa.

—Hemos estudiado su humor —contestó Charlie—. Hemos exagerado levemente ciertas características. Pensamos que si nuestra teoría era correcta, y al parecer lo era, el efecto acumulativo resultaría divertido.

—Podrían hacerse ricos —dijo Horvath— como animadores y artistas, aparte de lo demás que pudiésemos intercambiar.

—Eso, al menos, tendrá pocas repercusiones en nuestra economía. Sin embargo, les pediremos ayuda para una comunicación reglamentada de nuestra tecnología.

Horvath asintió con gravedad.

—Me alegro de que se hagan cargo del problema. Si lo soltáramos todo de golpe, se produciría un caos en el mercado…

—Créame, doctor, no tenemos ningún deseo de causarles problemas. ¡Si ustedes nos consideran una oportunidad, piense cómo lo veremos nosotros! ¡Poder salir del sistema pajeño después de tantos siglos! ¡Salir de la botella! Nuestra gratitud no tiene límites.

—¿Qué antigüedad tiene su civilización? —preguntó David Hardy.

—Tenemos fragmentos y restos que indican varios cientos de miles de años de antigüedad, doctor Hardy. Los asteroides estaban ya colocados entonces. Otros quizás sean más viejos, pero no podemos interpretarlos. Nuestra historia real comienza hace unos diez mil años.

—¿Y han tenido ustedes colapsos de la civilización desde entonces? —preguntó Hardy.

—Desde luego. ¿Cómo podría ser de otro modo, atrapados como estábamos en aquel sistema?

—¿Conservan ustedes testimonios de la guerra asteroidal? —preguntó Renner.

Jock frunció el ceño. Su cara no se adaptaba a aquel gesto, pero el gesto que hizo indicaba menosprecio.

—Sólo leyendas. Tenemos… Son muy parecidas a las canciones de ustedes, o a los poemas épicos. Instrumentos lingüísticos para facilitar la memorización. No creo que sean traducibles, pero… —la pajeña se detuvo un instante. Fue como si quedase congelada en la posición que tenía al decidir pensar. Luego

Hace frío y no hay nada que comer,
los demonios arrasan la tierra.
Nuestras hermanas mueren, hierven las aguas,
pues los demonios hacen caer el cielo.

La alienígena se detuvo ceñuda.

—No es muy bueno, pero qué le vamos a hacer.

—Es bastante bueno —dijo Hardy—. Nosotros tenemos también poesía de ese tipo. Leyendas de civilizaciones perdidas, desastres de nuestra prehistoria. Podemos remontar la mayoría de ellas hasta una explosión volcánica que tuvo lugar hace unos cuatro mil quinientos años. En realidad, parece ser que fue entonces cuando los hombres concibieron la idea de que Dios podía intervenir en sus asuntos. Directamente, en vez de crear ciclos y períodos y cosas así…

—Una teoría interesante… Pero ¿no va en contra de sus creencias religiosas?

—No. ¿Por qué habría de ir? ¿No puede Dios disponer un acontecimiento natural para producir efectos deseables, pudiendo como puede alterar las leyes de la naturaleza? En realidad, ¿qué es más milagroso, una marea cuando es necesaria o un acontecimiento sobrenatural y único? Pero no creo que tengan ustedes tiempo para discutir de teología conmigo. Parece que el senador Fowler ha acabado su cena. Así que, si me perdonan, me iré unos minutos, y creo que pronto empezaremos de nuevo…

Ben Fowler llevó a Rod y a Sally a una pequeña oficina que había detrás de la sala de conferencias.

—¿Bien? —preguntó.

—Ya sabes mi opinión —dijo Sally.

—Sí. ¿Rod?

—Tenemos que hacer algo, senador. La presión se nos va de la mano.

—Sí —dijo Ben—. Maldita sea, necesito un trago. ¿Rod?

—Gracias, yo paso.

—Bueno, si no puedo pensar bien después de un buen trago de whisky el Imperio está perdido. —Buscó por el escritorio hasta que encontró una botella, la olió y se sirvió un buen trago en una taza de café usada—. Hay algo que me desconcierta. ¿Por qué no presiona más la Asociación de Comerciantes Imperiales? Yo esperaba que la mayor presión viniera de ellos, y están muy tranquilos. Debemos dar gracias a Dios. —Bebió media taza y suspiró.

—¿Qué tiene de malo que aceptemos? —preguntó Sally—. Podemos cambiar de idea si descubrimos algo nuevo…

—En absoluto, gatita —dijo Ben—. En cuanto haya algo concreto los tipos listos pensarán cómo hacer un puñado de billetes a costa de ellos, y en cuanto tengan dinero invertido… Creí que sabías algo más de política elemental. ¿Qué os enseñan hoy en la Universidad? Rod, aún estoy esperando que digas algo.

Rod se rascó la curvada nariz.

—Ben, no podemos aguantar mucho tiempo. Los pajeños deben saberlo… Quizás lleguen incluso a retirar su oferta cuando vean la gran presión que tenemos encima. Lo que yo digo es que debemos aceptar.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La paja en el ojo de Dios»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La paja en el ojo de Dios» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «La paja en el ojo de Dios»

Обсуждение, отзывы о книге «La paja en el ojo de Dios» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x