Robert Silverberg - Tiempo de cambios

Здесь есть возможность читать онлайн «Robert Silverberg - Tiempo de cambios» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Город: Buenos Aires, Год выпуска: 1976, Издательство: Tiempo Cero, Жанр: Фантастика и фэнтези, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Tiempo de cambios: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Tiempo de cambios»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

En Borthan, un planeta colonizado cientos de años atrás, la humanidad vive en paz, sin embargo el precio pagado parece demasiado elevado: nada es considerado más obsceno que el compartir los propios sentimientos con otro humano, y se ha prohibido el uso de la palabra “yo”. Kinnall Darival es un hombre que lo tiene todo en la vida para ser feliz. Solo una cosa le perturba: las convenciones sociales le impiden expresar sus sentimientos a la persona amada. Cuando conoce a Scxhweiz, un comerciante de la Tierra, este le ofrece una sustancia mágica capaz de derribar los muros entre las almas de los hombres. El sistema de valores de Darival se trastoca y experimenta cada vez más dudas que le conducirán a ser un proscrito entre los suyos y a provocar el dolor entre aquellos a los que ama.

Tiempo de cambios — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Tiempo de cambios», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

—¿Usas a menudo esta sustancia? — preguntó.

—Hasta ahora once veces.

—Once… ¿Por qué, Kinnall?

—Para conocer la índole del propio yo, mediante la comunión de ese yo con otros.

—¿Exhibicionismo, Kinnall?

—Uno, al llegar a la madurez, descubre raras aficiones.

—¿Y con quién has jugado a este juego?

—Los nombres no importan. Con nadie que tú conozcas. Gentes de Manneran, aquellos en cuyas almas hay algo de aventura, aquellos que están dispuestos a correr riesgos.

—¿Loimel?

Ahora lancé yo el bufido.

—¡Jamás! No sabe nada de esto.

—¿Halum, entonces?

Meneé la cabeza.

—Uno quisiera haber tenido el valor de acercarse a Halum. Hasta ahora, uno le ha ocultado todo. Uno teme que sea demasiado virginal, demasiado fácil de escandalizar. Es triste, verdad, Noim, cuando uno tiene que esconder a su hermana vincular algo tan exaltante como esto, tan maravillosamente gratificante.

—También a su hermano vincular — observó con irritación.

—Uno te lo habría dicho tarde o temprano — dije —. Se te habría ofrecido la oportunidad de experimentar la comunión.

Los ojos de Noim relampaguearon.

—¿Crees que yo aceptaría?

La obscenidad deliberada no me produjo más que una leve sonrisa.

—Uno tiene la esperanza de que su hermano vincular comparta todas sus experiencias. En este momento, la droga abre una brecha entre nosotros. Uno ha ido varias veces a un sitio que tú nunca has visitado. ¿Entiendes, Noim?

Noim entendía. Se sentía tentado; vacilaba al borde del abismo; se mordisqueaba los labios y se tironeaba los lóbulos, y todo lo que pasaba por su mente era tan transparente para mí como si ya hubiéramos compartido el polvo sumarano. Estaba preocupado por mí; sabía que me había desviado seriamente del Pacto, y que pronto podía verme en graves aprietos espirituales y jurídicos. En cuanto a él, le roía la curiosidad; sabía que exhibirse con el propio hermano vincular no era un gran pecado, y anhelaba de algún modo conocer el tipo de comunión que acaso pudiese lograr conmigo bajo el efecto de la droga. Además, sus ojos revelaban un resplandor de celos, porque yo me había desnudado ante éste y ése y aquél, desconocidos sin importancia, y no ante él. Te digo que en ese momento comprendí estas cosas, aunque las confirmé más tarde, cuando el alma de Noim se abrió para mí.

Nada nos dijimos sobre estas cuestiones durante varios días. Noim fue conmigo a mi oficina, y presenció admirado cómo yo administraba asuntos de la mayor importancia nacional. Vio las reverencias con que los empleados se acercaban y se retiraban en mi presencia, y también al escribiente Ulman, que había tomado la droga, y cuya tranquila familiaridad conmigo despertó vibraciones suspicaces en las sensibles antenas de Noim. Visitamos a Schweiz, y vaciamos muchas botellas de buen vino, y ebrios discutimos sobre temas religiosos con seriedad y entusiasmo. (Dijo Schweiz: «Toda mi vida ha sido una búsqueda de razones plausibles para creer en lo que sé irracional».) Noim advirtió que Schweiz no siempre acataba las finuras gramaticales. Otra noche cenamos con un grupo de nobles mannerangueses en una voluptuosa casa de las colinas, sobre la ciudad: hombres pequeños que parecían pájaros, nerviosos y engalanados en exceso, y jóvenes esposas, enormes y bellas. A Noim le desagradaron estos duques y barones decadentes, que hablaban de comercio y joyas, pero se exacerbó más aún cuando la charla tocó el tema del rumor según el cual ahora se podía conseguir en la capital una droga llegada del continente sur, una droga que abría la mente. Ante esto, sólo emití unas corteses interjecciones de sorpresa; Noim me miró furioso por tanta hipocresía, y hasta rechazó un plato de suave coñac mannerangués, tan tensos tenía los nervios. Al día siguiente fuimos juntos a la Capilla de Piedra; no para drenarnos, sino simplemente para contemplar las reliquias de épocas tempranas, ya que Noim se interesaba ahora en las antigüedades. El drenador Jidd cruzó casualmente el claustro durante sus devociones y me miró con una sonrisa peculiar: vi que Noim calculaba en seguida si yo habría arrastrado incluso al sacerdote a mis subversiones. Durante esos días se acumulaba en Noim una ardiente tensión, pues era evidente que ansiaba volver al tema de nuestra conversación inicial, pero no llegaba a decidirse. Yo no hice nada por replantear la cuestión. Fue Noim quien tomó finalmente la iniciativa, la víspera de su partida de vuelta a Salla.

—Esa droga tuya… — comenzó con voz ronca.

Según dijo, sentía que no podía considerarse mi verdadero hermano vincular si no la probaba. Le costó mucho pronunciar estas palabras. La agitación le había arrugado las elegantes ropas, y sobre el labio superior tenía una fina hilera de gotas de sudor. Fuimos a una habitación donde nadie podría interrumpirnos, y preparé la poción. Cuando tomó la botella me lanzó brevemente su sonrisa familiar, descarada, socarrona y audaz, pero la mano le temblaba tanto que estuvo a punto de derramar la bebida. La droga nos hizo efecto rápidamente a los dos. Era una noche de espesa humedad, con una densa niebla gris que cubría la ciudad y los suburbios, y me pareció que por la ventana parcialmente abierta penetraban en nuestra habitación jirones de esa niebla; vi hebras de nube, trémulas y vibrantes, que nos buscaban, danzando entre mi hermano vincular y yo. Las sensaciones iniciales de ebriedad inquietaron a Noim, hasta que le expliqué que todo era normal; los dobles latidos del corazón, la cabeza algodonosa, los agudos sonidos quejumbrosos en el aire. Ya estábamos abiertos. Miré dentro de Noim y vi no sólo su yo sino su imagen de su yo, cubierta de vergüenza y desprecio por sí mismo; había en Noim una feroz y ardiente abominación de sus imaginarios defectos, y los defectos eran muchos. Se consideraba culpable de pereza, indisciplina y ambición, irreligiosidad, poca preocupación por las obligaciones elevadas, y debilidades físicas y morales. No pude comprender por qué se veía así, ya que el verdadero Noim estaba allí, junto a la imagen, y el verdadero Noim era un hombre de espíritu tenaz, leal con aquellos a quienes amaba, duro para juzgar la estupidez, lúcido, apasionado, enérgico. El contraste entre el Noim de Noim y el Noim del mundo era sorprendente: parecía capaz de evaluarlo todo correctamente, menos sus propios méritos. Ya había visto antes esa clase de disparidades en los viajes con la droga; a decir verdad, eran universales en todos menos en Schweiz, que no había sido preparado para la autonegación desde la infancia; sin embargo, eran más marcadas en Noim que en cualquier otro.

También vi, como había visto antes, mi propia imagen refractada a través de la sensibilidad de Noim: un Kinnall Darival mucho más noble que el que yo reconocía. ¡Cómo me idealizaba! Yo era todo lo que él anhelaba ser, un hombre de acción y coraje, que ejercía el poder; un enemigo de todo lo frívolo, que practicaba la más severa devoción y disciplina interior. Sin embargo, esta imagen comenzaba a mostrar señales de deterioro, porque, ¿acaso ahora no era también yo un exhibicionista que violaba el Pacto, que había hecho esto y eso y aquello y lo otro con once desconocidos, y que ahora había seducido a su propio hermano vincular para hacer un experimento criminal? Y también Noim encontró en mí la verdadera hondura de mis sentimientos hacia Halum, y al hacer este descubrimiento, que confirmaba antiguas sospechas, volvió a modificar su imagen de mí, no para mejorarla. Mientras tanto, yo le mostraba a Noim cómo le había visto siempre — rápido, inteligente, capaz — y también le mostré a su propio Noim, así como al Noim objetivo, mientras él me ofrecía una visión de mis yoes que él podía ver ahora junto a ese Kinnall idealizado. Estas exploraciones mutuas continuaron largo rato. Pensé que el intercambio era de un valor inmenso, pues sólo con Noim podía yo alcanzar la hondura de una perspectiva necesaria, el adecuado paralaje de carácter, y él sólo conmigo; teníamos grandes ventajas respecto de dos extraños que se encuentran por primera vez mediante la droga sumarana. Cuando el hechizo de la poción empezó a disiparse, me sentí exhausto por la intensidad de nuestra comunión, y también ennoblecido, exaltado, transformado.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Tiempo de cambios»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Tiempo de cambios» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Tiempo de cambios»

Обсуждение, отзывы о книге «Tiempo de cambios» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x