—¿Alguien? ¿Quieres decir algo vivo ? ¿Cómo se metió ahí dentro?
—¡Eh!, podrías definirme mejor lo que es la vida. Si te refieres a algo capaz de generar señales no aleatorias, entonces sí, quiero decir vivo . En cuanto a cómo se metió ahí… ha estado ahí todo el tiempo.
—¿Pero cómo ? ¿Y qué podría querer decir algo que hubiera dentro de un núcleo?
—Vamos por partes, Sylv. ¿ Quieres descubrir qué es lo que sucede, o iniciar un debate? Recuerda, la termodinámica sólo dice lo que sucede por término medio con la radiación de un núcleo. No dice lo que emite en cada momento concreto… así que echemos un vistazo a esto. —Aybee encendió una segunda pantalla—. No vemos nada cuando repasamos el nivel de radiación total del núcleo, porque el nivel medio es muy alto. Pero puedo calcular la variación temporal de la radiación… la desviación de la media. ¿Ves esa fluctuación? Eso podría ser una señal . Información, procedente del núcleo… de ninguna parte. Justo lo que estaba buscando Bey como señales erróneas para el proceso de cambio de formas. Y apuesto a que esto podría ser la causa del colapso de las comunicaciones de todo el sistema. No olvides que hay núcleos activos en cada lugar importante, en todas partes, desde las Cosechadoras hasta las Granjas Espaciales. Podría ser la causa de la serpiente enroscada del Anillo de Núcleos, de la mujer gigantesca caminando por el recolector de la Granja Espacial, de las espadas azules llameantes, de los sabuesos rojos gigantes… de lo que quieras.
Sylvia estudiaba las fluctuaciones de la pauta de radiación. —Pero no parece una señal. Es puro ruido. —Una señal perfectamente eficaz parece ruido… hasta que conoces las reglas. —Aybee seguía los circuitos que surgían de los monitores del núcleo—. Antes de que la señal pueda ser interpretada, tiene que ser descifrada . Y ahí es donde entra el sistema informático. Mira, una corriente de datos suministra esta señal al ordenador… el ordenador central del Agujero de Ransome. Echemos un vistazo a lo que el ordenador piensa que está viendo. Empieza por… oh… —Contemplaba una nueva señal en la pantalla.
—¿Qué ocurre?
—Malas noticias para Bey. —La señal de alerta desapareció y fue sustituida por un mensaje que parpadeaba—. Mientras jugaba con el sistema de comunicaciones, tomé una precaución. Establecí una interrupción prioritaria respecto a la información sobre Ransome. —Aybee contemplaba la pantalla con el ceño fruncido—. Según esto, Ransome está en dos lugares a la vez en el habitat. Pedí su posición, pero lo único que consigo como respuesta es «SITUACIÓN INCIERTA». Bey podría toparse con el verdadero Ransome.
—¿Puedes hacer algo?
—Nada. Ni siquiera sabemos dónde está.
—Entonces tenemos que continuar. —Sylvia estaba más intrigada de lo que creía—. Averigüemos qué tenemos ahí dentro. ¿Cuál es el siguiente paso?
Aybee tardó un minuto o dos en contestar, luego marcó con el cursor un punto en la pantalla.
—¿Ves ese rastro? Indica que hay un programa en el sistema informático principal, diseñado como interface con este núcleo. Debe de tratarse del algoritmo codificador-decodificador. Podemos intentarlo. Quédate aquí, Sylv, y dime qué pasa. Iré a la consola de arriba y lo ejecutaré.
Aybee subió por la escalerilla, dejando a Sylvia. Ella se preguntó qué esperaban encontrar. Era difícil ver cómo juguetear con los núcleos podría ayudarlos a escapar del Agujero de Ransome. Pero era difícil detener a Aybee cuando tenía el bocado entre los dientes… y ahora ella no quería que se detuviera.
La iluminación de la cámara del blindaje era pobre y Sylvia no tuvo más remedio que acercarse para ver la diminuta pantalla de control. Durante otro par de minutos nada llamó su atención. Luego advirtió que el mecanismo spin-arriba/spin-abajo del núcleo se había activado de repente. Añadía y restaba diminutas descargas de momento angular, demasiado pequeñas para que pudieran ser interpretadas como lecturas energéticas.
—¿Estás haciendo eso tú? —llamó ella.
—¿Haciendo qué? —Aybee asomó la cabeza por la trampilla.
—Spin-arriba y spin-abajo. Pero sólo pequeños cambios. Ahora se ha parado.
—Estaba introduciendo una pregunta sobre el funcionamiento del núcleo. Pero eso no debería producir ningún cambio en el spin. —Aybee se marchó de repente—. ¿Y ahora? —gritó desde arriba.
—Sí, vuelve a hacerlo. Y estoy viendo un cambio en la pauta de radiación del núcleo. ¿Qué lo causa?
—No estoy seguro, pero tengo ideas. ¡Eh! —Su voz se alzó media octava—. ¿Has hecho algo ahí abajo? ¿Tocado los sensores, tal vez?
—No los tengo cerca.
—Bueno, estoy recibiendo algo extraño en la pantalla. Sube a verlo.
Sylvia subió corriendo las escaleras y se acercó a la consola. La pantalla fluctuaba con luces aleatorias. Mientras observaban, cambió súbitamente a una distorsionada secuencia de letras. Sylvia se quedó boquiabierta mientras la pantalla se estabilizaba y un mensaje inteligible empezaba a tomar forma.
PREGUNTA… PREGUNTA… PREGUNTA: ¿ESTÁS PREPARADO PARA RECIBIR?
—Preparado —dijo Aybee, y añadió en voz baja para Sylvia—: Esperemos que sí.
TRANSFERENCIA DE MENSAJE: EL GRADO DE REDUNDANCIA DE LA SEÑAL TRANSMITIDA SE HA REDUCIDO. LA ENTROPÍA CODIFICADA POR UNIDAD ES AHORA DISTINTA DE LA DE TODAS LAS COMUNICACIONES RECIBIDAS ANTERIORMENTE. DEDUCIDA PRESENCIA DE NUEVO GENERADOR DE SEÑAL EN EL SISTEMA TRANSMISOR. PREGUNTA: ¿QUIÉN ERES?
Aybee parpadeó y se quedó mirando el panel. Tras un momento, se encogió de hombros.
—Me llamo Aybee Smith. —Su voz sonó súbitamente ronca e insegura, y hubo una breve pausa antes de que el codificador vocal pudiera hacer la adaptación y una transcripción de sus palabras apareciera en la pantalla—. Soy ayudante especial de Cinnabar Baker, coordinadora general del Sistema Exterior. Me acompaña Sylvia Fernald, responsable de los sistemas de control de la Nube. Eh. Vamos al grano. Pregunta: ¿quién demonios eres TÚ?
… Por primera vez sintió la aturdida y furiosa indefensión que es el primer golpe de advertencia del triunfo de la mutabilidad. Como el Atbulf envenenado de La tragedia de los locos, podría haber exclamado: «Oh, estoy cambiando, cambiando, cambiando terriblemente».
DOROTHY L. SAYERS
El interior del Agujero de Ransome le recordaba a Bey un gran almacén en desorden. Esparcidos por él, aparentemente al azar, había centenares de núcleos, cada uno capaz de suministrar energía a una estructura el doble de grande. Las diminutas singularidades estaban distribuidas por toda la estructura; mantenidas en posición por imanes elecromagnéticos, flotaban dentro de sus triples escudos esféricos.
Sin otra masa que proporcionara gravedad, los núcleos definían todo el campo interno del habitat. Los pasillos se retorcían y serpenteaban, siguiendo la horizontal local; los cables colgantes serpenteaban sus mareantes caminos a través de espacios abiertos, curvándose para seguir potenciales invisibles. El suelo de un pasillo podía girar en ángulo recto en treinta metros y seguir proporcionando un entorno de gravedad constante.
En el estado de Bey, el viaje por el interior fue un episodio de pesadilla surrealista.
La geometría en espiral que lo rodeaba cuadraba a la perfección con las condiciones de su propia cabeza. Concentró su atención en seguir las instrucciones de Aybee y continuó adelante. Por fortuna, los túneles internos estaban casi desiertos. Empezaba a creer que podría llegar a las habitaciones de Ransome pasando inadvertido cuando vio ante sí cuatro oficiales de segundad armados. Dos de ellos estaban vueltos hacia él. No había manera de evitarlos y, en cualquier caso, tampoco conocía otro camino que pudiera conducirle a su destino.
Читать дальше