Robert Sawyer - Recuerdos del futuro

Здесь есть возможность читать онлайн «Robert Sawyer - Recuerdos del futuro» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Город: Madrid, Год выпуска: 2001, ISBN: 2001, Издательство: La Factoría de Ideas, Жанр: Фантастика и фэнтези, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Recuerdos del futuro: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Recuerdos del futuro»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Recuerdos del futuro es la historia de un asombroso descubrimiento en las instalaciones del CERN en Suiza. El equipo de investigación de Lloyd Simcoe y Theo Procopides está empleando el acelerador de partículas del laboratorio para buscar el esquivo bosón de Higgs, una partícula subatómica teórica. Pero su experimento sale terriblemente mal y, durante unos instantes, la conciencia de toda la raza humana es arrojada veinte años hacia el futuro.
Mientras la humanidad debe restañar los catastróficos efectos inmediatos del experimento (miles resultan muertos o heridos cuando el cuerpo de todos los hombres y mujeres queda inconsciente en el presente), las implicaciones más serias tardan algo en aparecer. Aquellos que no recibieron visión del porvenir tratan de descubrir cómo morirán, mientras que otros buscan a sus futuros amantes. Lloyd deberá superar la culpabilidad de haber provocado accidentalmente la muerte de la hija de su prometida, mientras Theo se ve atrapado en la investigación de su propio asesinato.
A medida que las verdaderas consecuencias de lo sucedido comienzan a hacerse claras, la presión para repetir el experimento aumenta sin cesar. Todos quieren un destello del futuro, una oportunidad para saltar y ser testigo de su éxito... o para aprender a evitar sus errores.

Recuerdos del futuro — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Recuerdos del futuro», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

El gobierno de Queensland, Australia, ha declarado formalmente el estado de emergencia por los efectos del salto al futuro.

La Bondplus Corporation de San Rafael, California, está en estado de gran agitación. El director ejecutivo, el consejero financiero y todo el consejo de administración murieron cuando el reactor corporativo se estrelló al despegar durante el salto al futuro. Bondplus se encontraba en pleno proceso de defensa contra una adquisición hostil por parte de su archirrival, Jasmine Adhesives.

La Comisión de Transportes de Toronto ha recibido una demanda por valor de mil millones de dólares (canadienses) por su responsabilidad por los pasajeros muertos y heridos durante el salto al futuro. La demanda asegura que la Comisión actuó de forma negligente al no instalar pavimentos acolchados en el fondo de las escaleras manuales y mecánicas para proteger al público en caso de caídas.

La venta masiva de yenes ha provocado una nueva crisis en la economía japonesa, al haberse recibido informaciones mediante el salto al futuro de que la moneda se depreciará en un 50% respecto al dólar americano para 2030.

Y seguía.

Theo tenía la cabeza inclinada, contemplando los informes extendidos por toda su mesa. Debía haber una respuesta, una explicación racional para lo que había sucedido. Los físicos investigaban, exploraban y debatían posibles causas por todo el CERN.

La puerta del despacho de Theo se abrió, dejando entrar a Michiko Komura, que llevaba varios papeles en la mano.

—He oído que buscas información sobre tu propio asesinato —dijo.

Theo sintió cómo se aceleraba su pulso.

—¿Sabes algo?

—¿Yo? —dijo ella frunciendo el ceño—. No. No, lo siento.

—Oh —un latido—. ¿Por qué lo comentas?

—No, sólo estaba pensando. No puedes ser el único desesperado por saber más sobre su propio futuro.

—Supongo.

—Y bueno, creo que debería haber un método centralizado para coordinar todo eso. Quiero decir que vi tu mensaje colgado en el grupo de noticias esta semana, y no era precisamente el único.

—¿De verdad?

—Hay miles de personas buscando información sobre su futuro. No todos quieren hechos sobre sus muertes, claro, pero… bueno, déjame leerte algunos.

Se sentó y comenzó a leer los papeles.

—“Cualquiera con información sobre el paradero futuro de Marcus Whyte, póngase en contacto…”. “Estudiante de universidad busca consejo sobre su carrera: si su visión indicaba cualquier cosa sobre los trabajos con gran demanda en 2030, hágamelo saber”. “Se busca información sobre el futuro del Comité Internacional de la Cruz Roja…”.

—Fascinante —dijo Theo. Sabía lo que Michiko pretendía: enterrarse en algo, lo que fuera, con tal de no pensar en la pérdida de Tamiko.

—¿A que sí? Y también hay ya un puñado de anuncios en la Web, invitaciones de grandes corporaciones en busca de información que pudiera serles de utilidad. No sabía que podías coger un banner y colocarlo tan rápido, pero supongo que todo es posible si estás dispuesto a pagar por ello —se detuvo y apartó la mirada; era claro que Tamiko pasaba por su mente. Por desgracia, había cosas para las que no había precio alguno. Tras un momento, continuó—. En realidad, me parece que no deberías publicar la información sobre tu asesinato. Esta mañana le decía a Lloyd que es probable que las compañías de seguros ya estén reuniendo datos sobre cualquiera que vaya a morir en los próximos veinte años para poder rechazar sus peticiones de pólizas.

Theo sintió mariposas en el estómago. No había pensado en todo aquello.

—Y entonces ¿crees que alguien debería coordinar todo esto?

—Bueno, la información empresarial no; no permitiría que mis jefes en Sumitomo me oyeran diciendo esto, pero me da igual qué compañía se enriquece y cuál no. Pero los asuntos personales, la gente que trata de averiguar lo que le reserva el futuro, que intenta buscar sentido a sus visiones… creo que deberíamos ayudarlos.

—¿Tú y yo?

—No, no solo tú y yo. Todo el CERN.

—Béranger nunca pasará por ahí —dijo Theo, negando con la cabeza—. No quiere que admitamos participación alguna.

—No tenemos que hacerlo. Simplemente podemos presentarnos voluntarios para coordinar una base de datos. Poseemos la capacidad informática necesaria y, después de todo, el CERN tiene un historial de computación altruista. La WWW se creo aquí, ¿no?

—¿Cuál es tu idea? —preguntó Theo.

Michiko levantó un poco los hombros.

—Un depósito central. Una página web con un formulario: describe tu visión en, no sé, doscientas palabras. Podríamos indexar todas las descripciones, de modo que la gente pudiera buscar mediante palabras clave y operadores booleanos. Ya sabes, todas las visiones que mencionen Aberdeen, pero no acontecimientos deportivos. Cosas así. Por supuesto, el programa indexador cruzaría de forma automática hockey, basboru , etc., con términos generales como “acontecimientos deportivos”. No sólo te ayudaría a ti, sino también a mucha otra gente.

Theo se descubrió asintiendo.

—Tiene sentido. ¿Pero por qué limitar la longitud de las entradas? Es decir, el espacio de almacenamiento es barato. Yo animaría a la gente a ser lo más detallada posible en sus descripciones. Después de todo, lo que puede parecer irrelevante a una persona con una visión podría ser vital para otra.

—Es cierto —dijo Michiko—. Mientras la moratoria de Béranger sobre el LHC esté en efecto, la verdad es que no tengo mucho que hacer. Pero necesito algo de ayuda. Lloyd no me sirve a la hora de programar, y pensé que podrías echarme una mano.

El equipo de Lloyd y Theo había comenzado porque el primero necesitaba alguien con mucha más experiencia programando que él, para codificar sus ideas en experimentos que pudieran desarrollarse mediante ALICE.

Theo ya estaba pensando en la aproximación. Podrían anunciarlo con una nota de prensa; la encargada de relaciones públicas que se golpeó la cabeza durante su visión podía enviarla allá donde fueran esas cosas. Pero en la nota podía usar su propio caso como ejemplo; sería el modo perfecto de asegurarse de que el problema recibiera atención mundial.

—Claro —dijo—. Cuenta con ello.

Después de que Michiko se hubiera ido, Theo regresó a su ordenador y comprobó el correo electrónico. Había las cosas habituales, incluyendo correo basura de una compañía en Mauritania. El gobierno de ese país había conseguido un golpe notable: siendo una de las pocas naciones que no había prohibido la publicidad indiscriminada a sus propias empresas, había atraído a miles de negocios a sus costas.

Theo revisó los demás mensajes. Una nota de un amigo en Sorrento. La petición de una copia de un artículo del que era co-autor; al menos en el MIT todo parecía haber vuelto a la normalidad. Y…

¡Sí! Más información sobre su asesinato.

Era de una mujer en Montreal. Pero había nacido en Francia, no en Canadá, y le gustaba seguir las noticias de su patria. El CERN, por supuesto, estaba a horcajadas entre las fronteras francesa y suiza; aunque la ciudad más cercana fuera Ginebra, un asesinato en sus instalaciones era noticia en los dos países.

Su visión le había encontrado leyendo un artículo en Le Monde sobre su asesinato. Todos los hechos concordaban con el relato de Kathleen DeVries, la primera confirmación de que la mujer surafricana no se estaba riendo de él. Pero las palabras sobre el informe eran bastante distintas. No era solo una traducción de los que DeVries había visto, sino un artículo totalmente distinto. Y contenía un hecho sobresaliente que no aparecía en la noticia de Johannesburgo. Según la mujer francesa, el nombre del detective que investigaría el asesinato era Helmut Drescher, de la policía de Ginebra.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Recuerdos del futuro»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Recuerdos del futuro» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Robert Sawyer - Far-Seer
Robert Sawyer
Robert Sawyer - Origine dell'ibrido
Robert Sawyer
Robert Sawyer - Wonder
Robert Sawyer
Robert Sawyer - Factor de Humanidad
Robert Sawyer
libcat.ru: книга без обложки
Robert Sawyer
Carmen Romero Lorenzo - Hijas del futuro
Carmen Romero Lorenzo
Marco Fogliani - Scherzi Del Futuro
Marco Fogliani
Blas Bernácer - En el umbral del futuro
Blas Bernácer
Отзывы о книге «Recuerdos del futuro»

Обсуждение, отзывы о книге «Recuerdos del futuro» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x