Robert Sawyer - Recuerdos del futuro

Здесь есть возможность читать онлайн «Robert Sawyer - Recuerdos del futuro» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Город: Madrid, Год выпуска: 2001, ISBN: 2001, Издательство: La Factoría de Ideas, Жанр: Фантастика и фэнтези, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Recuerdos del futuro: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Recuerdos del futuro»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Recuerdos del futuro es la historia de un asombroso descubrimiento en las instalaciones del CERN en Suiza. El equipo de investigación de Lloyd Simcoe y Theo Procopides está empleando el acelerador de partículas del laboratorio para buscar el esquivo bosón de Higgs, una partícula subatómica teórica. Pero su experimento sale terriblemente mal y, durante unos instantes, la conciencia de toda la raza humana es arrojada veinte años hacia el futuro.
Mientras la humanidad debe restañar los catastróficos efectos inmediatos del experimento (miles resultan muertos o heridos cuando el cuerpo de todos los hombres y mujeres queda inconsciente en el presente), las implicaciones más serias tardan algo en aparecer. Aquellos que no recibieron visión del porvenir tratan de descubrir cómo morirán, mientras que otros buscan a sus futuros amantes. Lloyd deberá superar la culpabilidad de haber provocado accidentalmente la muerte de la hija de su prometida, mientras Theo se ve atrapado en la investigación de su propio asesinato.
A medida que las verdaderas consecuencias de lo sucedido comienzan a hacerse claras, la presión para repetir el experimento aumenta sin cesar. Todos quieren un destello del futuro, una oportunidad para saltar y ser testigo de su éxito... o para aprender a evitar sus errores.

Recuerdos del futuro — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Recuerdos del futuro», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

—Un minuto y medio aproximadamente antes del comienzo del fenómeno —dijo Jake—. Si hubiera habido algo como un PEM, también hubiera borrado lo que ya estaba en la cinta.

—¿Qué quieres decir? —preguntó Lloyd—. ¿Que la cinta se queda en blanco justo al comienzo del fenómeno? —le gustaba la palabra que Jake había usado para definir lo sucedido.

—Sí… y que recupera la imagen exactamente un minuto y cuarenta y tres segundos más tarde. Sucede lo mismo en todas las cintas que he comprobado: un minuto y cuarenta y tres segundos de estática.

—¡Lloyd, Jake, venid rápido! —Era la voz de Michiko; los dos hombres se giraron para verla llamándolos desde el umbral. Corrieron tras ella y entraron en la puerta más cercana, la sala de descanso, en la que el televisor aún mostraba la CNN.

—…y, por supuesto, se grabaron cientos de miles de vídeos durante el período en el que las mentes de la gente estuvieron en otra parte —decía la presentadora Petra Davies—: grabaciones de cámaras de seguridad, cámaras de vídeo caseras en marcha, cintas de los estudios de televisión, incluyendo las de nuestros propios archivos, aquí en la CNN, exigencia de la FCC, y más. Asumíamos que todas ellas mostrarían claramente a la gente quedando inconsciente, desplomándose en el suelo…

Lloyd y Jake intercambiaron miradas.

—Pero —siguió Davies— ninguna mostraba nada. O, para ser más exactos, no mostraban nada salvo estática, puntos blancos y negros pulsando en la pantalla. Por lo que sabemos, todos los vídeos realizados en el mundo durante el salto al futuro muestran esta estática durante precisamente un minuto y cuarenta y tres segundos. Del mismo modo, otros dispositivos de grabación, como los conectados a los instrumentos meteorológicos que empleamos en nuestra información del tiempo, no registraron dato alguno durante el periodo de inconsciencia. Si alguno de los espectadores tiene un vídeo o grabación realizada durante este tiempo, y que muestre alguna imagen, nos gustaría ponernos en contacto con él. Puede llamarnos al teléfono gratuito…

—Increíble —dijo Lloyd—. No puedo más que preguntarme qué pasó exactamente durante aquel tiempo.

Jake asintió.

—Así es.

—“Salto al futuro”, ¿eh? —dijo Lloyd saboreando el término empleado por la presentadora—. No es un mal nombre.

Jake asintió de nuevo.

—Desde luego, es mucho mejor que “El desastre del CERN”, o algo parecido.

Lloyd frunció el ceño.

—Así es.

Theo se recostó en la silla de su despacho, con las manos detrás de la cabeza, contemplando la constelación de oquedades en las baldosas acústicas del techo, pensando en lo que le había dicho DeVries.

No era como saber que ibas a morir en un accidente. Si te advertían de que te iba a atropellar un coche en una calle, a una hora, te bastaba con evitar estar en ese lugar en ese momento, y ¡voilà! , crisis solucionada. Pero si alguien estaba dispuesto y decidido a matarte, sucedería antes o después. No estar aquí, o dondequiera que tuviera lugar el asesinato (la historia del Johannesburg Star no mencionaba el lugar preciso), el 21 de octubre de 2030, no bastaba necesariamente para salvar a Theo.

El Dr. Procopides deja…

¿Deja qué? ¿A sus padres? Papá tendría ochenta y dos y mamá setenta y nueve para entonces. Su padre había sufrido un infarto hacía algunos años, pero desde entonces había sido muy escrupuloso con el colesterol, dejando el saganaki y las ensaladas de queso feta que tanto le gustaban. Desde luego, podían estar vivos para entonces.

¿Cómo se lo tomaría papá? Se suponía que los padres no sobrevivían a sus hijos. ¿Pensaría que ya había tenido una buena y larga vida? ¿Perdería las ganas de vivir, muriendo pocos meses después y dejando a su madre sola? Theo deseaba que sus padres estuvieran vivos dentro de veintiún años, pero…

El Dr. Procopides deja…

…¿mujer e hijos?

Eso era lo que normalmente se ponía en las necrológicas. Lo pondría su mujer, su esposa Anthoula , quizá una hermosa muchacha griega. Eso haría feliz a papá.

Salvo que…

Salvo que Theo no conocía a ninguna hermosa muchacha griega… ni a ninguna hermosa muchacha de ningún país. Al menos (un pensamiento acudió a su cabeza, pero lo alejó de sí) a ninguna que estuviera libre.

Se había dedicado en cuerpo y alma a su trabajo. Primero, obteniendo unas notas que le permitieran acudir a Oxford. Después, para conseguir el doctorado. Después para lograr su puesto en el CERN. Sí, había habido mujeres, por supuesto, adolescentes en Atenas, asuntos de una noche con otras estudiantes e incluso una vez, en Dinamarca, una prostituta. Pero siempre había pensado que más tarde habría tiempo para el amor, el matrimonio y los hijos.

¿Pero cuándo llegaría ese tiempo?

Se había preguntado si el artículo comenzaría por “Ganador del Nóbel”. No era así, pero se lo había preguntado; y, para ser honesto consigo mismo, era algo para preocuparse seriamente. Un Nóbel representaba la inmortalidad, ser recordado para siempre.

El experimento del LHC que Lloyd y él habían pasado varios años preparando debería haber producido el bosón de Higgs; si lo hubiesen logrado, sin duda el Nóbel le hubiera seguido poco después. Pero no habían tenido éxito.

El éxito. Como si se contentara sólo con uno.

¿Muerto en veintiún años? ¿Quién lo recordaría?

Era una locura. Era inconcebible.

Era Theodosios Procopides, por el amor de Dios. Era inmortal.

Claro que lo era. Claro que sí. Tenía veintisiete años, ¿no?

Una esposa. Hijos. Sin duda, la necrológica los hubiera mencionado. Si DeVries hubiera movido la noticia hacia abajo, se hubiera encontrado con sus nombres, y posiblemente con sus edades.

Pero… ¡espera! ¡Espera!

¿Cuántas páginas tenía el típico periódico urbano? ¿Unas doscientas? ¿Y cuántos lectores? La tirada típica de un diario importante podía ser de medio millón de ejemplares. Por supuesto, DeVries había dicho que leía el periódico del día anterior. De todos modos, no podía ser la única que leyera ese artículo durante aquel destello de dos minutos de futuro.

Y, además, al parecer Theo sería asesinado en Suiza (el artículo estaba fechado en Ginebra), pero la historia había llegado a la prensa de Johannesburgo. Eso significaba que debía de haberse filtrado a otros periódicos y grupos de noticias del mundo, posiblemente con diferentes relatos de los acontecimientos. Desde luego, el Tribune de Gèneve dispondría de un artículo más detallado. Podía haber cientos, miles de personas que leyeran la noticia sobre su muerte.

Podía poner anuncios para encontrarlos, en la Internet y en los principales periódicos. Podía descubrir más, enterarse con seguridad de si lo que había dicho la señora DeVries era cierto.

—Mira esto —dijo Jake Horowitz, depositando su tablero de datos sobre la mesa de Lloyd; mostraba una página web.

—¿Qué es?

—Material del Servicio Geológico de los Estados Unidos. Lecturas sismográficas.

—¿Sí?

—Mira las lecturas de hace unas horas.

—Oh, Dios mío.

—Exactamente. Durante casi dos minutos, comenzando a las cinco de la tarde de nuestro huso, los detectores no registraron nada. O marcaron alteración cero, lo que es imposible, pues la Tierra siempre tiembla ligeramente, aunque sólo sea por la interacción de la Luna con las mareas, o no grabaron dato alguno. Es como con las cámaras de vídeo: no existe registro alguno de lo que sucedió durante aquellos dos minutos. Lo he contrastado con diversos servicios meteorológicos nacionales. Sus instrumentos de medición (velocidad del viento, temperatura, presión del aire, etc.) no grabaron nada durante el salto al futuro. Y la NASA y la ESA informan de períodos muertos en la telemetría de sus satélites durante el lapso.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Recuerdos del futuro»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Recuerdos del futuro» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Robert Sawyer - Far-Seer
Robert Sawyer
Robert Sawyer - Origine dell'ibrido
Robert Sawyer
Robert Sawyer - Wonder
Robert Sawyer
Robert Sawyer - Factor de Humanidad
Robert Sawyer
libcat.ru: книга без обложки
Robert Sawyer
Carmen Romero Lorenzo - Hijas del futuro
Carmen Romero Lorenzo
Marco Fogliani - Scherzi Del Futuro
Marco Fogliani
Blas Bernácer - En el umbral del futuro
Blas Bernácer
Отзывы о книге «Recuerdos del futuro»

Обсуждение, отзывы о книге «Recuerdos del futuro» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x