• Пожаловаться

Robert Heinlein: Puerta al verano

Здесь есть возможность читать онлайн «Robert Heinlein: Puerta al verano» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию). В некоторых случаях присутствует краткое содержание. Город: Madrid, год выпуска: 1986, ISBN: 84-270-1051-6, издательство: Martínez Roca, категория: Фантастика и фэнтези / на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале. Библиотека «Либ Кат» — LibCat.ru создана для любителей полистать хорошую книжку и предлагает широкий выбор жанров:

любовные романы фантастика и фэнтези приключения детективы и триллеры эротика документальные научные юмористические анекдоты о бизнесе проза детские сказки о религиии новинки православные старинные про компьютеры программирование на английском домоводство поэзия

Выбрав категорию по душе Вы сможете найти действительно стоящие книги и насладиться погружением в мир воображения, прочувствовать переживания героев или узнать для себя что-то новое, совершить внутреннее открытие. Подробная информация для ознакомления по текущему запросу представлена ниже:

Robert Heinlein Puerta al verano

Puerta al verano: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Puerta al verano»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

En el avanzado planeta Tierra ya no es necesario matar a un enemigo para deshacerse de él. Sólo hace falta un “largo sueño”, un proceso que le mantiene congelado el tiempo preciso: un mes, un año, un siglo... Ésta es la historia de una víctima del “largo sueño”, un hombre que despierta en el futuro, pero que, sin embargo, descubrirá que es posible volver al pasado para cumplir su venganza. Una extraordinaria novela sobre el tema del viaje en el tiempo escrita por uno de los autores más galardonados de todos los tiempos, ganador de cuatro permios Hugo.

Robert Heinlein: другие книги автора


Кто написал Puerta al verano? Узнайте фамилию, как зовут автора книги и список всех его произведений по сериям.

Puerta al verano — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Puerta al verano», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

No dije nada porque la verdad es que no puedo hablar muy bien cuando la mandíbula me cuelga. Prosiguió.

—Sus observaciones de la semana pasada me perturbaron. ~ fue que visité este lugar el miércoles, algo que no había hecho des hacía… bueno, más de un año. Encontré esta moneda en la plataforma, de modo que supe que había estado usando… que iba a usar nuevamente la instalación. Hasta esta noche no me decidí a hace funcionar para usted.

Miré la moneda, y la toqué:

—¿Esto estaba en su bolsillo cuando vinimos aquí esta noche?.

—Desde luego.

—¿Pero cómo podía haber estado en su bolsillo y en el mío mismo tiempo?

—¡Vaya por Dios! ¿Es que no tiene ojos para ver, ni cerebro para pensar? ¿No puede usted absorber un sencillo hecho solamente porque se encuentra fuera de su monótona experiencia? Usted trajo aquí esta noche, y lo enviamos a la semana pasada. Usted vio. Hace unos días lo encontré aquí, y me lo metí en el bolsillo. Lo traje conmigo esta noche. La misma moneda… o, para ser exacto un segmento posterior de su estructura del espacio-tiempo, usa‹ una semana más, un poco más gastado… pero lo que el vulgo llamaría la «misma» moneda. Si bien no es en realidad más idéntica de lo que un bebé es idéntico al hombre en que aquel bebé se convierte. Más viejo.

Le miré:

Doctor… hágame retroceder una semana… Me miró con enojo:

—¡ímposible!

¿Por qué no? ¿Es que eso no funciona con personas?

—¿Cómo? ¡Pues claro que funciona con personas!

—Entonces, ¿por qué no hacerlo? No tengo miedo. Imagínese qué cosa más maravillosa sería para el libro… que yo pudiese testificar por experiencia propia que el desplazamiento en el tiempo de Twitchell es una realidad.

—Ya puede usted informar por experiencia propia. Usted lo vio.

—Sí —admití lentamente—, pero no lo creerán. Esa historia de las monedas… y lo vi y lo admito. Pero cualquiera que no haga más que leer una descripción de ello deducirá que soy muy crédulo, y que usted se burló de mí gracias a un sencillo juego de manos.

—Maldita sea…

—Eso es lo que los demás dirán. No serían capaces de creer que yo verdaderamente vi lo que describí. Pero si usted me enviase al pasado, solamente una semana, entonces podría informar por experiencia propia…

—Siéntese y escúcheme. —El se sentó, pero no había sitio bastante para que yo pudiese sentarme, de lo cual él no pareció darse cuenta—. Hace tiempo experimenté con seres humanos y es por esa razón que resolví no volverlo a hacer nunca más.

—¿Por qué? ¿Es que los mató?

—¿Cómo? No diga tonterías. —Me miró fijamente y añadió—:

Esto no debe ponerlo en su libro.

—Como usted diga, señor.

—Ciertos pequeños experimentos demostraron que los sujetos vivos podían efectuar desplazamientos temporales sin sufrir daños. Había confiado en un colega, un joven que enseñaba dibujo y otras asignaturas en la escuela de arquitectura. Era en realidad más bien un ingeniero que un científico, pero a mí me gustaba: era de viva inteligencia. Ese joven, no puede hacer ningún daño decirle su nombre: Leonardo Vincent, estaba loco por probarlo… por probarlo en serio; quería sufrir un desplazamiento de gran alcance, de quinientos años. Fui débil y se lo permití.

—¿Y entonces qué ocurrió?

—¿Cómo puedo saberlo? ¡Quinientos años, amigo mio! No viviré para saberlo.

—¿Pero usted cree que está a quinientos años en el futuro?

—O en el pasado. Quizás haya ido a parar al siglo quince; o al veinticinco. La probabilidad es exactamente la misma. Hay una indeterminación; ecuaciones simétricas. A veces se me ha ocurrido… pero no, es solamente una semejanza de nombres.

No le pregunté lo que quería decir porque yo también me di cuenta de repente y se me pusieron los pelos de punta. Lo desplacé de mi mente; tenía otros problemas. Además, no podía ser sino una casualidad, no era posible que un hombre fuese de Colorado a Italia; no en el siglo XV.

—Pero resolví que no iba a ser tanteado otra vez. No era ciencia; no añadía nada a los datos conocidos. Si era desplazado hacia delante, bueno. Pero si era desplazado hacia atrás… entonces probablemente enviaba a mi amigo a ser asesinado por los salvajes. O a ser comido por las fieras.

O incluso, quizá, pensé yo, a convertirse en un «Gran Dios Blanco» Me guardé esa idea para mi.

—Pero conmigo no necesitaría usted utilizar un desplazamiento tan largo.

—No hablemos más del asunto, por favor. Pierde usted completamente el tiempo.

—Como usted quiera, doctor. —Pero no lo podía dejar correr—. Ah, ¿me permite hacer una sugerencia?

—Bueno. Hable.

—Podríamos obtener casi el mismo resultado sencillamente por medio de un ensayo.

—¿Qué quiere usted decir?

—Un ensayo en vacío, haciéndolo todo exactamente como si intentase usted desplazar un sujeto vivo; yo me prestaré a desempeñar el papel. Haremos todo exactamente lo mismo como si usted tuviese intención de desplazarme, hasta el punto en que usted apriete el botón. Entonces me haré cargo del proceso… que es lo que hasta ahora no he conseguido.

Gruñó un poco, pero la verdad es que tenía ganas de enseñar su juguete. Me pesó, y puso aparte pesos metálicos que igualaban exactamente mis setenta y seis kilos.

—Estas son las mismas balanzas que utilicé con el pobre Vincent.

—Entre los dos las colocamos a un lado de la plataforma.

—¿Qué ajuste temporal vamos a hacer? Se trata del experimento de usted.

—Ah… ¿usted dijo que se podría calibrar exactamente?

—Así lo dije, señor mío. ¿Es que lo duda?

—Oh, no, no… Bueno, veamos, hoy es el día 24 de mayo; supongamos que… ¿qué le parecería treinta y un años, tres semanas, un día, siete horas, trece minutos y veinticinco segundos?

—Una broma bien poco graciosa, señor. Cuando dije «exactamente» quise decir «con exactitud mayor que una parte de cien mil». No he tenido la oportunidad de calibrar a una parte en novecientos millones.

—Ah… Se ve, doctor, lo importante que es para mí un ensayo exacto, puesto que sé tan poco de todo esto. Bueno, digamos treinta y un años y tres semanas. ¿O eso es todavía demasiado preciso?

—En modo alguno. El error máximo no deberá exceder a dos horas. —Efectuó algunos ajustes—. Puede usted colocarse en su lugar en la plataforma.

—¿Es esto todo?

—Sí. Todo menos la energía. En realidad no me sería posible efectuar este desplazamiento con la línea de voltaje que utilicé para aquellas monedas. Pero puesto que no vamos a hacerlo en realidad, esto no importa.

Me sentí decepcionado.

—¿Entonces usted no dispone de lo que es realmente necesario para producir tal desplazamiento? ¿Hablaba usted en teoría?

—Maldita sea, señor. No hablaba en teoría.

—¿Pero si carece usted de energía…?

—Puedo obtener la energía si es que insiste. Espere.

Se fue a un rincón del laboratorio y cogió un teléfono. Debieron haberlo instalado cuando el laboratorio era nuevo; no había visto uno como aquél desde que me había despertado. Siguió una animada conversación con el superintendente nocturno de la central energética de la universidad. El doctor Twitchell no tenía necesidad de utilizar un lenguaje indecente; podía prescindir por completo de ello, y ser más incisivo que la mayoría de los verdaderos artistas pueden serlo utilizando palabras más expresivas.

—No me interesan lo más mínimo sus opiniones, señor mío. Lea sus instrucciones. Tengo derecho a toda clase de facilidades siempre que las solicite. ¿O es que no sabe usted leer? ¿Quiere usted que nos entrevistemos con el presidente mañana por la mañana a las diez, para que se las lea? ¡Ah! ¿De modo que sí que sabe usted leer? ¿Y sabe usted escribir también? ¿O hemos ya agotado sus aptitudes? Entonces escriba: Toda la potencia de emergencia a través de las barras del Laboratorio Conmemorativo Thornton exactamente dentro de ocho minutos. Repítalo.

Читать дальше
Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Puerta al verano»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Puerta al verano» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё не прочитанные произведения.


Carlos Fuentes: Instinto De Inez
Instinto De Inez
Carlos Fuentes
Robert Silverberg: Por el tiempo
Por el tiempo
Robert Silverberg
George Martin: Sueño del Fevre
Sueño del Fevre
George Martin
Javier Negrete: El sueño de los dioses
El sueño de los dioses
Javier Negrete
Robert Silverberg: La estrella de los gitanos
La estrella de los gitanos
Robert Silverberg
Отзывы о книге «Puerta al verano»

Обсуждение, отзывы о книге «Puerta al verano» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.