Charles Sheffield - La telaraña entre los mundos

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La telaraña entre los mundos: краткое содержание, описание и аннотация

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Charles Sheffield es uno de esos escritores de ciencia ficción que hace que el resto de nosotros piense seriamente en hacer carrera como vendedores de saldos. De hecho, la única razón por la que le permitimos vivir es que también somos lectores de ciencia ficción. Tiene la base científica de un Clarke, la capacidad narrativa de un Heinlein, la aguda ironía de un Pohl o un Kornbluth y la habilidad como constructor de universos de un Niven.
Spider Robinson

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—No. No sabía que no pudiera. Creo que comencé a preguntarle sobre el rejuvenecimiento y las cicatrices una vez, después de conocer a Regulo, pero algo nos interrumpió y nunca tuve respuesta. Me había contado por qué a Regulo no le gustan las luces brillantes, y yo supuse que las cicatrices eran una secuela de la misma experiencia. Nunca volvió a hablar del tema.

—Y me imagino por qué —Senta asentía con la cabeza—. ¿Alguna vez oíste hablar de las enfermedades llamadas Cancer crudelis y Cancer pertinax ?

Rob negó con la cabeza.

—¿En qué consisten?

—No sé qué significan las palabras —dijo Senta. Howard Anson la interrumpió.

—Cáncer cruel y cáncer persistente —dijo—. Es una traducción literal. Perdón, Senta, pero cuando se tiene una mente acumuladora como la mía, hay que ponerla en funcionamiento cuando se puede.

Ella le sonrió con gesto tolerante.

—Y te es muy útil, Howard, no tienes por qué justificarte. La cuestión es, Rob, que son dos formas de cáncer, como habrás adivinado.

—¿Viejas enfermedades? —preguntó Rob—. Supongo que matarían gente en otras épocas, como las demás formas de cáncer.

—Ésa es la diferencia —Senta se inclinaba hacia adelante, más animada—. No son viejas enfermedades. Aún existen. Son poco comunes, pero son las únicas dos formas de la enfermedad que todavía no se sabe cómo curar, y las dos son mortales. Darius Regulo no tiene cicatrices por el vuelo solar. Lo que tiene es Cancer pertinax . Es la forma menos común, y es una enfermedad muy lenta. Pero no se la puede detener, ni es reversible. Hace ya casi cincuenta años que la tiene. Lo matará al fin, a pesar de los tratamientos y las operaciones. La tenía ya cuando lo conocí, y comenzaba a notarse. Ésa fue la razón fundamental por la cual debió irse de la Tierra, su organismo no soportaba la gravedad cuando el cáncer se afianzó. Dudo que Darius viva hasta los noventa años. La enfermedad es doblemente mortal. Aparte de los efectos directos y de la desfiguración que causa, tiene efectos colaterales que inhiben los resultados de cualquier tratamiento de rejuvenecimiento del paciente. Los tratamientos no tienen resultado cuando el paciente ha contraído la enfermedad.

—Pero eso significa que perderá más de la mitad de su vida —Rob pensó de pronto en la mente poderosa y fértil de Regulo aprisionada dentro de esa cara arruinada en ese cuerpo debilitado—. ¿Se da cuenta de que es una tragedia espantosa? No me refiero a una tragedia personal, aunque lo es, claro, sino una pérdida para todos. Regulo es uno de los grandes hombres de este siglo. Y jamás le he oído quejarse de su enfermedad, a lo sumo dice que se cansa con facilidad, y todavía tiene una energía increíble cuando se pone a trabajar en un problema que le interesa.

—Ah, pero tendrías que haberle conocido hace treinta años —dijo Senta. Le sonrió a Anson—. No me interpretes mal, Howard, pero hace treinta años, antes de que la enfermedad lo atrapara del todo, Darius era un superhombre. Tenía la energía de diez personas normales, para el trabajo o para la diversión. Casi daba miedo. Nunca he encontrado a nadie con la mitad de sus ganas de vivir, y he conocido a casi todos los dínamos, los hombres y mujeres que hacen funcionar el Sistema. Sé que piensas que ahora es algo extraordinario, y estoy segura de que lo sigue siendo, pero no es más que la sombra de lo que fue. Su enfermedad lo está matando, poco a poco.

—¿Y no hay tratamiento para eso? —preguntó Rob—. ¿Ni siquiera para retardar los efectos?

—No, no hay tratamientos para el crudelis y el pertinax . —Senta negó con la cabeza—. Ésa es una de las más grandes ironías. Joseph Morel descubrió un tratamiento para el Cancer crudelis que ha resultado efectivo en todos los casos probados. Se utiliza, y se conoce con el nombre de tratamiento Morel. Pero se equivocó de enfermedad. Regulo sufre de Cancer pertinax , y el tratamiento de Morel no sirve para ése. Intentó varias formas, pero cuando las drogas fueron usadas en humanos, produjeron efectos mortales a largo plazo. Hay una sutil diferencia entre las dos formas de la enfermedad. Estoy segura de que Morel sigue trabajando en ellas, pero por lo que me dices sobre la apariencia de Regulo, no ha habido grandes adelantos.

—No menospreciéis a Morel tan rápidamente —dijo Anson. Estaba recostado en la cama, mirando el techo—. Vi su historia y no es tan sólo inteligente, es brillante. Y en un aspecto es como Regulo, o como tú, Rob, por lo que he visto. Cuando comienza a trabajar en una idea, no se detiene hasta haber hallado lo que busca.

—A mí me dio la misma impresión —dijo Rob, encogiéndose de hombros—. No sé cómo trabaja Morel, pero yo lo único que hago es seguir las cosas que me interesan, me lleven a donde me lleven. Tal vez por eso no me gusta Morel. Queremos perseguir objetivos diferentes, mientras que Regulo y yo nos interesamos en casi las mismas cosas.

—¿Has visto su escritorio? —le preguntó Senta. Él asintió—. Ya lo tenía hace treinta años —prosiguió ella—. Por aquel tiempo comenzó a poner esas extrañas leyendas en el escritorio. Decía que estaba construyendo su filosofía. Me gustaría ver lo que tiene ahora, comprobar si ha cambiado algo en estos treinta años.

Negó con la cabeza, mirando hacia atrás, a su pasado, pero esta vez sin el poder de la droga.

—¿Cómo era? Los cohetes no sirven . Ése fue el primero que puso. Comenzaba a construir Atlantis. Yo entonces no me di cuenta de que su intención era convertirlo en un mundo privado, un mundo en el que pudiera retirarse y dejar que el resto del Sistema hiciera lo que quisiera. Y ahora después de todo este tiempo, ahí tenéis el Tallo, su réplica a los cohetes. Howard tiene razón: Regulo no se da por vencido así como así. —Miraba a Rob con una expresión diferente, viendo en él algo que no había visto antes—. Ten cuidado, Rob. No exageres. Es bueno tener metas, pero es malo permitir que se conviertan en obsesiones. Darius es adicto a algo tan fuerte como la taliza. No puede soportar perder. Que no te pase lo mismo.

Rob frunció el ceño. Senta estaba poniendo el dedo en la llaga.

—Trataré de no hacerlo, sé a qué te refieres, pero siempre he hecho todo lo mejor que he podido. No será fácil cambiar.

—Lo sé. —Tomó la mano derecha de Rob entre las suyas y le pasó un dedo con suavidad por la superficie—. No intentes compensar con creces esto, Rob. Hace ya mucho que has demostrado ser tan bueno como cualquiera que tenga manos naturales. Hablé con Cornelia ayer, y dice que no has parado de trabajar desde que conociste a Regulo. No olvides que el trabajo también puede ser una adicción y una forma de escape.

—No exageraré. —Rob notó que las manos de Senta habían vuelto a temblar otra vez. Estaban mucho más calientes que las suyas—. Corrie y yo nos tomaremos un descanso esta noche, iremos a Nápoles a pasar un día, antes de dirigirnos a Quito, al Control de Amarre. Sé que respetas a Regulo, pero ahora comprendo que hay algunas cosas de él que no te gustan. ¿Qué te parece que Corrie trabaje con él? Algunas de las tareas que le encomienda son bastante extrañas, como por ejemplo decirle que vaya a buscarme y me lleve a la órbita a conocerlo. Son demasiadas responsabilidades para su edad. ¿Fuiste tú quien se la presentaste a Regulo?

Rob estiró el brazo y tocó a Anson en los riñones. El otro se incorporó, miró a Senta y enseguida metió la mano en el bolsillo.

—Ven, querida —dijo—. Es la hora de un sedante. Gracias, Rob.

Senta no había oído las palabras de Anson. Miraba a Rob asombrada.

—No sé a qué os habéis dedicado tú y Cornelia todo el tiempo que habéis pasado juntos. ¿Ella no te ha contado nada de sí misma?

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