John Darnton - Experimento

Здесь есть возможность читать онлайн «John Darnton - Experimento» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Фантастика и фэнтези, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Experimento: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Experimento»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Un cadáver mutilado, sin rostro ni huellas dactilares ha aparecido en extrañas circunstancias… Un thriller de máxima actualidad sobre la clonación y la manipulación genética, donde se mezcla la ciencia más avanzada con el suspense más estremecedor.

Experimento — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Experimento», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Jude volvió a meterse en el coche y puso el motor en marcha.

– ¿Por qué no alquilamos una de esas habitaciones? -preguntó Tizzie.

– El sitio es demasiado familiar. Seguro que la patrona mete las narices en los asuntos de todo el mundo y chismorrea con los vecinos. Llamaríamos demasiado la atención. Necesitamos un sitio anónimo, por el que pasen tantos viajeros que nadie se fije en nadie.

Enfilaron la Ruta 17 y setenta kilómetros más al sur Jude encontró lo que buscaba en Camp Verde, una moderna y anónima encrucijada de caminos. En una esquina había una gasolinera Giant en la que los precios se anunciaban con letras de más de medio metro de altura. Enormes surtidores de autoservicio permanecían a la sombra de la marquesina protectora. Enfrente había un Taco Bell y, separado de él por dos estacionamientos, un Country Kitchen. Al otro lado de la calle se veía un centro comercial coronado por un mástil de más de diez metros.

Un gran letrero azul y blanco con letras amarillas llamó la atención de Jude: Best Western. Junto a la puerta del motel-restaurante, un letrero verde y blanco anunciaba: Desayuno $2,99. El edificio, de ladrillo rojo, tenía dos plantas y era de forma rectangular, con amplias puertas color marrón y ventanas cuadradas cubiertas por dentro con tupidas cortinas que impedían el paso de la luz. En el centro del edificio, una escalera ascendía hasta una galería a la que daban las puertas de las habitaciones del segundo piso.

Jude entró a registrarse. Por la fuerza de la costumbre, pidió tres habitaciones. Al rellenar las tarjetas de registro, marcó con una cruz la casilla de pago en efectivo. La mujer del mostrador lo examinó de arriba abajo y miró hacia el coche, dentro del cual seguían Tizzie y Skyler. Exigió el pago por anticipado de dos noches de estancia. Jude metió la mano en un bolsillo y sacó un fajo de billetes grandes -el resto de los 4 000 dólares que había retirado en Nueva York- y, manteniendo el dinero por debajo del mostrador, separó doscientos y se los tendió a la mujer. La recepcionista le extendió un recibo y le dijo que podía estacionar el coche en el aparcamiento, situado en la parte posterior del edificio.

Se acomodaron en sus habitaciones, donde el calor era sofocante y tuvieron que conectar el aire acondicionado. Luego se reunieron a tomar café en el restaurante.

– Y ahora ¿qué? -preguntó Tizzie.

– Voy a husmear por ahí -dijo Jude-. Tú puedes hacer lo que quieras. En cuanto a él -añadió señalando a Skyler con un movimiento de cabeza-, creo que le vendrá bien acostarse y descansar.

– ¿No quieres que te acompañe?

– No, sólo voy a echar un vistazo -mintió Jude.

Echó a andar por la calle en dirección sur. La ciudad era bastante anodina, un simple conglomerado de viviendas, tiendas y escuelas. Su único rasgo notable era un espléndido panorama de lejanas montañas coronadas de nieve. Encontró con facilidad el Ayuntamiento y, una vez en él, se dirigió al Registro Civil, situado en el sótano. Oprimió un timbre y el sonido del zumbador hizo aparecer a un funcionario de mediana edad que pareció alegrarse de que alguien rompiera la monotonía de su jornada.

– ¿Qué desea? -preguntó sonriente.

Jude sacó una fotocopia de su partida de nacimiento y dijo que estaba de paso por la ciudad y sentía curiosidad por ver el documento original. El hombre le echó un vistazo a la fotocopia, se sentó a un ordenador y estuvo largo rato tecleando. Hizo una pausa para observar la pantalla y luego siguió tecleando. Al fin negó con la cabeza y regresó al mostrador.

– Pues debió de nacer usted en la parte alta de la zona montañosa. Porque en la época de su nacimiento, a los niños que nacían más allá de Cottonwood no los inscribían aquí, sino en la Mesa, en la reserva india -le explicó a Jude, quien lo miró desconcertado-. Así que, si quiere ver su partida de nacimiento, tendrá que subir hasta allí.

El hombre le indicó cómo llegar. Jude le dio las gracias y volvió a su coche. En el siguiente cruce, giró a la derecha por la 260, una angosta y sinuosa carretera que discurría entre promontorios cubiertos de hierba, arbustos y grandes rocas alisadas por la erosión. Llegó a Dead Horse Park, y a partir de allí la carretera no dejó de ascender en dirección a la Mesa. El fuerte viento impulsaba las plantas rodadoras contra las barreras de protección de la carretera.

Durante un tramo, la carretera discurrió paralela al seco cauce de un arroyo, pasando de orilla a orilla a través de angostos puentes. Cuando Jude miró hacia abajo, vio que el fondo estaba cubierto de rocas redondeadas que brillaban al sol. Llegó hasta un inmenso promontorio rocoso que tenía una extraña forma, parecida al puño de un gigante. Al acercarse, experimentó una extraña sensación de familiaridad. Y cuando rebasó el promontorio y siguió ascendiendo por la cuesta, la sensación persistió.

Todo en el paisaje -el calor, el sol reflejándose en los fragmentos de mica, los arbustos, la hierba y la tierra rojiza- se combinaba para retrotraerlo a su infancia. Sabía que había estado en aquellos lugares anteriormente. El recuerdo se fue formando poco a poco, como la foto de una Polaroid. Él iba en la parte posterior de un coche, un descapotable, el viento le revolvía el cabello y el ardiente sol caía implacable sobre él. Alguien conducía. Su padre. Al enfocar el objetivo del recuerdo, pudo ver su nuca, los cabellos que se agitaban al viento, los hombros caídos. Se sentía seguro, protegido y entusiasmado, todo al mismo tiempo. ¿Adonde se dirigían? No tenía ni idea pero tampoco le importaba, porque había depositado toda su confianza infantil en un adulto. Aquélla era una sensación que no volvió a experimentar.

Dobló un recodo del camino y la visión se esfumó, pero lo dejó confuso. Apretó el acelerador y le gustó sentir la potencia del coche al tomar las curvas, siempre cuesta arriba. Al fin llegó a una pequeña meseta y allí, a la derecha, donde el funcionario del Registro Civil le había dicho que lo encontraría, había un camino de tierra que descendía por un cañón. Un polvoriento letrero indicaba que por allí se iba a la reserva india de Camp Verde.

Se metió por el camino, que discurría por el fondo del cañón durante casi un kilómetro. A ambos lados se alzaban enormes promontorios rocosos entre los que sólo existía la separación suficiente para que el camino los atravesara. Luego los promontorios quedaron atrás y Jude vio ante sí una polvorienta llanura y un grupo de edificios de madera.

El coche se detuvo entre una nube de polvo frente al edificio principal. Atado a una pequeña cerca de estacas había un burro con una manta de colores sobre el lomo. El animal volvió la cabeza para mirar a Jude cuando se apeó del coche. El calor era asfixiante y Jude notó quebrarse la hierba bajo sus pies como si estuviera petrificada.

Oyó el zumbido de las moscas que volaban en torno al burro y que éste trataba de espantar con movimientos de cola. Frente al coche, sobre la cerca de madera, Jude vio un lagarto de más de un palmo de longitud sentado a la sombra. Rodeó la cerca sin que el lagarto le quitara ni por un momento la vista de encima.

Traspuso el umbral de la puerta del edificio, en cuyo interior encontró a dos mujeres y un viejo, los tres de raza india. Sólo el viejo lo saludó, con una leve inclinación de cabeza. Jude le explicó lo que buscaba y, sin decir palabra, el hombre lo condujo a una habitación del fondo, tres de cuyas paredes estaban llenas de viejos ficheros. Después lo dejó solo. En el cuarto había una única ventana cuyos gruesos cristales resultaban casi opacos a causa del polvo. Las tablas del suelo crujían al pisarlas. Hacía un calor achicharrante y en su camisa no tardaron en formarse grandes manchas de sudor bajo las axilas.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Experimento»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Experimento» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Experimento»

Обсуждение, отзывы о книге «Experimento» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x