Gene Wolfe - La quinta cabeza de Cerbero

Здесь есть возможность читать онлайн «Gene Wolfe - La quinta cabeza de Cerbero» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Город: Barcelona, Год выпуска: 1978, ISBN: 1978, Издательство: Acervo, Жанр: Фантастика и фэнтези, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

La quinta cabeza de Cerbero: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La quinta cabeza de Cerbero»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Muy lejos de su planeta madre, la Tierra, dos mundos gemelos, Sainte Anne y Sainte Croix, fueron colonizados en su tiempo por inmigrantes franceses, que aniquilaron a la población nativa del segundo de ellos. Muchos siglos después, tras una guerra que dispersó a los colonos originales y relegó a la leyenda el recuerdo del genocidio original, un etnólogo de la Tierra, John V. Marsch, dedica su vida a buscar las huellas de aquella cultura alienígena, los abos, el Pueblo Libre, los hijos de la Sombra, convertida hoy en una indefinida mitología aplastada bajo un subterráneo sentimiento de culpabilidad que niega incluso la realidad de su existencia…

La quinta cabeza de Cerbero — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La quinta cabeza de Cerbero», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

—Volví a soñar que era un hombre-colina, y que había ido a la fuente del río, donde en una cueva sagrada me hablaría un oráculo. Para oírlo, me tendí cerca de un torrente de agua.

Última Voz no decía nada, y Viento del Este continuó:

—Tú esperabas que hubiera estado andando por las estrellas, pero como ves no fue el sueño de un espíritu.

—Quizá. Pero ¿qué te dicen las estrellas de la empresa de mañana? ¿Devanarás la caracola?

—Como diga mi Maestro.

Cuando Paso en la Arena se despertó estaba duro y frío. Ya había tenido antes sueños así, pero se desvanecían muy pronto, y si en éste había algún mensaje no lo entendía, y por cierto sabía que Última Voz no era el sacerdote cuyo fantasma él había invitado. Durante unos minutos pensó en quedarse en el cañón hasta que estuviera listo para dormir de nuevo, pero abandonó la idea recordando el claro cielo matinal de arriba y el cálido sol de la meseta. Era casi mediodía cuando, con un hambre voraz, trepó el último trecho y se arrojó a descansar en el tibio suelo polvoriento.

Una hora después estaba dispuesto a levantarse y cazar. Era buen cazador, joven y fuerte, y mucho más paciente que la gran gata de dientes largos que, tendida en una saliente, espera todo un día, dos días, recordando a los cachorros que languidecen maullando por ella, suspiran, duermen y vuelven a llorar hasta que ella mata.

Había habido otros cuando Paso en la Arena era apenas uno o dos años más joven. No, quizá, tan fuertes como él; otros que, después de correr y rastrear y cazar de nuevo hasta casi el crepúsculo regresaban al lugar de dormir con las manos vacías y la barriga floja, a mendigar restos y suplicar a las madres unos pechos que ahora pertenecían a un niño más pequeño. Esos otros estaban muertos. Habían aprendido la verdad de que el proveedor de alimento encuentra fácilmente el lugar de dormir; que a la barriga llena no le cuesta encontrarlo; pero que ante la boca hambrienta el lugar de dormir se desplaza y gira hasta perderse en las piedras, y al tercer día desaparece para siempre.

Y así Paso en la Arena estuvo dos días cazando como sólo cazan los hombres-colina, buscando de todo, recogiendo de todo, olisqueando el nido del ratón búho para tragarse a sus hijos como langostinos y mascando las semillas hasta convertirlas en pulpa dulce. Arrastrándose, la piel del frío color del polvo pétreo, el pelo hirsuto rompiendo la delatora silueta de la cabeza; silencioso como la bruma que llega a las tierras altas y no se advierte hasta que toca la mejilla, y entonces enceguece.

Una hora antes de que el segundo día oscureciese del todo, cruzó el rastro de un venado chinche; este ungulado sin cuernos vive de lamer a los bebedores de sangre marrón que salen de los escondites junto a los pozos de agua cuando oyen el repique de los cascos. Lo siguió mientras la esfera hermana se alzaba y dominaba el cielo, y lo seguía aún cuando el mundo ya había ocultado la mitad de su azul riqueza continental tras las más lejanas de las humeantes montañas del oeste. Entonces oyó elevarse ante él la canción festiva que los hijos de la Sombra cantan cuando han matado lo suficiente para todas las bocas, y comprendió que lo había perdido.

Antaño, en los grandes días del largo sueño, cuando Dios era rey de los hombres, los hombres habían andado de noche sin temor entre los hijos de la Sombra, y los hijos de la Sombra, sin temor, habían buscado de día la vecindad de los hombres. Pero los años del largo sueño eran ya parte del río desde hacía mucho, y ahora corría hacia los prados de agua y de la muerte. Aunque era un gran cazador, pensó Paso en la Arena —y entonces, porque conservaba desde la infancia ese don que permite a un hombre mirar con ojos ajenos y reír, añadió para sí: Un gran cazador que tiene mucha hambre—, podría probar de nuevo las viejas usanzas. Dios, sin duda, ordenaba todas las cosas. Tal vez los hijos de la Sombra mataran a diestra y siniestra mientras el sol estaba dormido, pero qué necios parecerían si intentasen matarlo a él cuando Dios no lo deseaba, de noche o de día.

En silencio —pero orgulloso y recto— siguió la marcha, hasta que la luz azul de la esfera hermana alumbró el lugar donde los hijos de la Sombra rodeaban al venado chinche, como murciélagos alrededor de un charco de sangre. Mucho antes de que llegara volvieron la cabeza, sobre tallos sin traba, como los cuellos de las lechuzas.

—Cumplida mañana en la que hay mucha comida —dijo Paso en la Arena cortésmente.

Dio cinco pasos sin que hubiera ruido alguno, hasta que una boca no humana respondió:

—Mucha comida, por cierto.

Las mujeres del lugar de dormir, para asustar a los niños que seguían jugando cuando las sombras eran más largas que ellos, decían que los dientes de los hijos de la Sombra chorreaban una saliva venenosa. Paso en la Arena no lo creía, pero cuando oyó la voz, lo recordó. Sabía que «mucha comida» no se refería sólo al venado chinche, pero dijo:

—Eso está bien. Oí vuestra canción: cantabais con muchas bocas y todas llenas. Fui yo quien condujo la carne hasta vosotros, y pido una parte, o mataré al más grande de los vuestros y me lo comeré, y cuando haya acabado los demás podrán almorzar los huesos. A mí me da lo mismo.

—Los hombres no son como tú. Los hombres no comen la carne de los suyos.

—¿Habláis de vosotros? Sólo la coméis cuando tenéis hambre, pero tenéis hambre todo el tiempo.

Varias voces dijeron «Nooo», arrastrando la palabra.

—Un hombre que conozco, Pies Voladores, que es alto y no teme al sol, mató a uno de los vuestros y dejó la cabeza como ofrenda nocturna. Cuando despertó, el cráneo estaba desnudo.

—Fueron los zorros —dijo una voz que hasta entonces no había hablado—, o un niño nativo, lo que es más probable. Tú al venir aquí nos dejaste ratones, y ahora se te recompensará con carne de venado. Buenos ratones, por cierto. Tendríamos que haberte estrangulado mientras dormías.

—Habríais perdido a muchos en el intento.

Una de las figuras sombrías se puso de pie.

—Podría matarte ahora. Yo solo. Así carneamos a los mocosos que vienen a gimotear: primero les cerramos el pico, luego nos los merendamos.

—Yo no soy ningún cachorro; tengo catorce veranos. Y no vengo muerto de hambre. He comido hoy y comeré de nuevo.

El hijo de la Sombra que se había levantado dio un paso adelante. Varios de los demás alargaron el brazo como para detenerlo.

—¡Anda! —dijo Paso en la Arena—. ¿Te parece bien llamarme desde el lugar de dormir para matarme entre las rocas? ¡Asesino de niños!

Flexionó rodillas y manos y palpó la fuerza que le vivía en los brazos. Antes de decidir acercarse, había resuelto que si los hijos de la Sombra intentaban matarlo huiría al instante sin luchar. Estaba seguro de que no lo alcanzarían: tenían piernas demasiado cortas. Pero también estaba seguro de que ahora, fuera cierto o no lo de la mordida envenenada, podía lidiar con la figura diminuta que tenía enfrente.

Con urgencia, pero tan baja que era casi un susurro, la voz que había hablado primero dijo:

—No debes hacerle daño. Es sagrado.

—No vine a pelear con vosotros —dijo Paso en la Arena—. Sólo quiero una buena porción del venado chinche que os traje a las manos. Habéis cantado que tenéis mucho.

El hijo de la Sombra que se había alzado a enfrentarlo dijo:

—Con mi dedo más pequeño, animalito nativo, te quebraré los huesos hasta que las puntas te revienten la piel.

Paso en la Arena esquivó las garras que el otro le acercaba y desdeñosamente anunció:

—Si eres de su sangre, haz que se agache de nuevo… o es mío.

—Sagrado —replicaron las voces. El sonido de la palabra era como el viento nocturno que busca el lugar de dormir y no lo encuentra nunca.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La quinta cabeza de Cerbero»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La quinta cabeza de Cerbero» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «La quinta cabeza de Cerbero»

Обсуждение, отзывы о книге «La quinta cabeza de Cerbero» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x