Robert Wilson - Los cronolitos

Здесь есть возможность читать онлайн «Robert Wilson - Los cronolitos» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Город: Madrid, ISBN: , Издательство: La Factoría de Ideas, Жанр: Фантастика и фэнтези, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Los cronolitos: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Los cronolitos»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Scott Warden es un hombre perseguido por el pasado… y pronto también por el futuro. En la Tailandia de comienzos del siglo XXI es un vago en una comunidad costera de expatriados, cuando es testigo de un acontecimiento imposible: la aparición en el boscoso interior de un pilar de piedra de casi setenta metros. Su llegada colapsa los árboles en un cuarto de kilómetro alrededor de su base. Parece estar compuesto de una exótica forma de materia y la inscripción tallada muestra la conmemoración de una victoria militar… que tendrá lugar dentro de dieciséis años.
Poco después, un pilar aún mayor aparece en el centro de Bangkok. A lo largo de los siguientes años, la sociedad humana queda transformada por estos misteriosos visitantes, al parecer llegados desde el futuro reciente. ¿Quién es el guerrero “Kuin”, cuyas victorias celebran? Scott sólo quiere reconstruir su vida, pero un extraño bucle le arrastra sin cesar hacia el misterio central… y una fascinante batalla con el futuro.
Tensa, emotiva, rigurosa y emocionante, “Los Cronolitos” es una obra maestra de uno de los mejores autores de ciencia ficción de la actualidad.

Los cronolitos — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Los cronolitos», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Pero Morris había subestimado el número de pruebas que me iban a realizar en el Edificio Federal: no sólo me sacaron sangre, sino que también me hicieron una radiografía torácica y una escáner craneal. Además me cogieron muestras de orina, heces y cabello, me tomaron las huellas dactilares, firmé una autorización para que analizaran mi secuencia cromosomática y, por fin, fui escoltado hasta la sala del polígrafo.

Durante las horas que habían transcurrido desde que Morris Torrance mencionó por teléfono la palabra “polígrafo” sólo había sido capaz de pensar en una cosa: Hitch Paley.

Sabía cosas sobre él que podían enviarlo directamente a la cárcel, a no ser que ya estuviera allí. Hitch nunca había sido mi mejor amigo y, después de tantos años, no estaba seguro del grado de lealtad que le debía; de todas formas, durante el transcurso de una noche en vela decidí que rechazaría aquel trabajo en el mismo instante en que la libertad de Hitch se viera amenazada. De acuerdo, Hitch era un delincuente y, según la ley, tendría que estar entre rejas, pero a mí no me parecía justo encarcelar a un hombre que vendía marihuana a unos melómanos adinerados que, de otra forma, habrían invertido su dinero en vodka, coca o speed.

Puede que Hitch no fuera demasiado escrupuloso con lo que vendía, pero yo sí que lo era cuando se trataba de personas.

A pesar de la bata blanca, el supervisor del polígrafo tenía más pinta de portero de discoteca que de doctor. Morris Torrance se reunió con nosotros en la sencilla sala de enfermería para supervisar la prueba. Morris era un empleado del gobierno federal que debía de estar unos trece kilos por encima de su peso ideal y unos diez años por encima de la flor de la vida. Su cabello había ido retrocediendo de esa forma que hace que los hombres de mediana edad luzcan coronilla, pero sus apretones de mano eran firmes y su actitud, relajada. Además, no parecía una persona hostil.

Dejé que el supervisor colocara los electrodos por todo mi cuerpo y respondí a las preguntas iniciales sin vacilar. A continuación, Morris se hizo cargo del diálogo para interrogarme, con todo lujo de detalles, sobre mi primera experiencia con el Cronolito de Chumphon, y de vez en cuando se detenía para que el supervisor añadiera alguna anotación en el papel impreso que salía del polígrafo (la maquina parecía anticuada… y lo era, pues había sido diseñada según las especificaciones fijadas por la jurisprudencia del siglo XX). Expliqué la historia con sinceridad pero también con cautela; no dudé en mencionar el nombre de Hiten Paley (pero no su verdadera profesión) e incluso di detalles sobre su tienda de aparejos de pesca pues, al fin y al cabo, era un negocio legal… al menos, a tiempo parcial.

A continuación expliqué lo de la cárcel de Bangkok.

—¿Buscaban drogas cuando os registraron? —preguntó Morris.

—Me registraron en más de una ocasión. Puede que buscaran drogas, pero no lo sé.

—¿Llevabas encima alguna droga o sustancia ilegal?

—No.

—¿Has transportado sustancias ilegales por alguna frontera nacional o estatal?

—No.

—¿Fuiste avisado de la aparición del Cronolito antes de su llegada? ¿Tenías algún conocimiento previo del acontecimiento?

—No.

—¿Fue una sorpresa para ti?

—Sí.

—¿Conoces el nombre de Kuin?

—Sólo por las noticias.

—¿Has visto la imagen tallada en los monumentos contemporáneos?

—Si.

—¿El rostro te resulta familiar? ¿Conoces ese rostro?

—No.

Después de asentir, Morris estuvo hablando en privado con el analista del polígrafo. Al cabo de unos minutos, me liberaron de la máquina.

Morris me acompañó a la salida del edificio.

—¿He superado la prueba?

Se limitó a sonreír.

—No en mi departamento, pero no tienes de qué preocuparte.

Sue me llamó por la mañana y me dijo que me presentara en el trabajo.

Por razones que probablemente sólo conocía el senador de Maryland, el gobierno federal dirigía esta rama de investigación sobre los Cronolitos en un edificio normal y corriente situado en un parque industrial de las afueras de Baltímore. Al entrar, descubrí que mi nuevo lugar de trabajo no era más que un humilde apartamento con oficinas y una improvisada biblioteca. Según me explicó Sue, las universidades y laboratorios federales se encargaban de realizar las partes más laboriosas de la investigación, puesto que la labor de Sue era similar a la de un gabinete estratégico: aparte de cotejar los resultados, este lugar era una especie de asesoría y cámara de compensación para las donaciones del Congreso. Básicamente, el trabajo de Sue consistía en evaluar los conocimientos e identificar nuevas líneas de investigación prometedoras. Sus superiores inmediatos eran los directores de la agencia y los asesores del Congreso. En las tareas de investigación sobre los Cronolitos, Sue representaba el escalón superior de lo que podría denominarse, plausiblemente, ciencia.

Me sorprendió que una persona tan motivada por la investigación como ella hubiera acabado ocupando un glorificado cargo administrativo, pero mis dudas se desvanecieron en el mismo instante en que abrió la puerta de su despacho y me indicó que entrara. Era una habitación enorme en la que había un escritorio de segunda mano barnizado y demasiados ficheros para poder contarlos. Alrededor de su terminal de trabajo se amontonaban recortes de periódico, publicaciones y copias de misivas recibidas a través del correo electrónico. Las paredes habían sido empapeladas con fotografías.

—Bienvenido al sanctum sanctorum —dijo Sue con alegría.

Eran fotografías de los Cronolitos.

Todas estaban en este lugar: las nítidas tomas realizadas por profesionales se mezclaban con instantáneas cedidas por turistas y crípticas imágenes de colores irreales enviadas por los satélites. En una de ellas pude ver el Cronolito de Chumphon con mucho más detalle que nunca… incluso las palabras de su inscripción, que quedaban resaltadas por una iluminación suave. En otra aparecía el de Bangkok y la primera imagen esculpida del propio Kuin (aunque la mayoría de los expertos consideraba que no era una representación verdadera, puesto que los rasgos eran demasiado genéricos, como si alguien le hubiera pedido a un procesador de gráficos que mostrara la imagen de un “líder mundial”).

En ésta estaban los de Pyongyang y Ho Chi Minh. En otra, los de Taipei, Macao y Sapporo; ésta de aquí mostraba el Cronolito de la Llanura de Kanto, alzándose sobre un par de graneros derrumbados. En ésta aparecía la ciudad de Yichang, tanto antes como después del inútil ataque nuclear. Aunque el monumento permanecía inmutable, el Río Amarillo se había convertido en una arteria seccionada; con la explosión, el dique había reventado y el agua salía a borbotones por todas partes.

En ésta, tomada desde la órbita, podía verse la corriente de color marrón vaciándose en el Mar de China.

Y por todas partes aparecía el rostro inmaculadamente calmado de Kuin, que observaba todo esto desde su trono de nubes.

—Si lo piensas bien, te das cuenta de que es justo lo contrario a la idea de monumento —dijo Sue, al ver que estaba echando un vistazo a las fotografías—. En teoría, los monumentos son mensajes para el futuro, mensajes que dejan los muertos a sus herederos.

—“Observad nuestra obra, vosotros los poderosos, y desesperad”.

—Exacto. Sin embargo, lo que pretenden los Cronolitos es exactamente lo contrario. No se trata de un “yo estuve aquí”, sino de un “vendré… os guste o no, soy el futuro”.

—“Observad mi obra y temedme”.

—Su perversidad es digna de admiración.

—¿Lo dices en serio?

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Los cronolitos»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Los cronolitos» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


libcat.ru: книга без обложки
Robert Wilson
Robert Wilson - Mysterium
Robert Wilson
Robert Wilson - À travers temps
Robert Wilson
Robert Wilson - Julian Comstock
Robert Wilson
Robert Wilson - Chronos
Robert Wilson
Robert Wilson - Die Chronolithen
Robert Wilson
Robert Wilson - Los asesinos ocultos
Robert Wilson
Robert Wilson - Les Chronolithes
Robert Wilson
Robert Wilson - The Harvest
Robert Wilson
Отзывы о книге «Los cronolitos»

Обсуждение, отзывы о книге «Los cronolitos» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x