C. Cherryh - El orgullo de Chanur

Здесь есть возможность читать онлайн «C. Cherryh - El orgullo de Chanur» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Город: Barcelona, Год выпуска: 1988, ISBN: 1988, Издательство: Ediciones B, Жанр: Фантастика и фэнтези, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El orgullo de Chanur: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El orgullo de Chanur»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Los comerciantes hani y sus antiguos enemigos, los kif, coexisten en precaria paz en la estación Punto de Encuentro. Hasta que el Extraño aparece y provoca la gran conmoción que acabará poniendo en peligro el pacto interestelar entre diversas especies. La capitana hani Pyanfar Chanur deberá afrontar la persecución de los kif, con la ayuda de los mahendo sat y la constante presencia de los misteriosos knnn. Y todo ello sin olvidar la defensa de la mismísima casa de Chanur en su planeta natal.
Una saga espacial que moderniza lo mejor de la clásica
y que da inicio a una tetralogía que hará historia dentro del genero.

El orgullo de Chanur — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El orgullo de Chanur», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Una voz hani preguntó algo.

¡Hani!

Pyanfar saltó de su cama con la sensación de que las paredes de pronto se habían vuelto transparentes ante la fuerza avasalladora de esa imagen: la estación, una nave hani atracada en el dique y los kif pidiendo entrar en ella para moverse a su antojo. El desenlace no importaba, ya que había tenido lugar hacía mucho. La Orgullo estaba separada de esa nave hani y de los kif no sólo por el espacio, sino también por el tiempo y ahora, derivando a ciegas en el vacío, Pyanfar nada podía hacer para ayudarles.

—¡Dioses! —bufó, empujando la silla que tenía delante a lo largo de su riel con un fuerte golpe. En el muelle de la estación había una nave Faha, la Buscaestrellas de Faha, y tanto la casa como la compañía eran aliadas de Chanur. La primera mujer de su hermano Kohan fue Huran Faha. ¡La madre de Hilfy, en el nombre de los dioses! Había lazos, pactos, acuerdos de alianza…

Y Hilfy.

Los mahendo’sat de la estación le pidieron a la nave hani que mantuviera la calma. Los mahe habían confesado que no tenían ninguna intención de verse implicados en un problema de los kif y no iban a dejar que los actos temerarios de alguna hani les ocasionaran problemas.

Los hani pedían información; los kif perseguían a una nave de Chanur. La nave Faha lo había estado oyendo todo y se había estado poniendo cada vez más nerviosa: ahora quería respuestas. Sabía que todo el diálogo estaba teniendo lugar por circuito abierto, al igual que la estación sabía muy bien lo que pretendía la nave Faha al causar tantos problemas con su transmisión, asegurándose de que toda la información contenida en ella surcaba la oscuridad del espacio hasta llegar, muy posiblemente, a oídos de la nave Chanur.

Oh, dioses, oh, dioses. Así que después de todo había un aliado haciendo por ellos todo lo que en ese momento podía hacerse… y ninguna de las dos naves podía enfrentarse directamente al enemigo.

Pyanfar puso nuevamente la silla en su sitio y se instaló en ella, absorta durante unos minutos en lo que oía. No hubo demasiada información nueva: la ráfaga de señales les había llegado a través del sistema de largo alcance de la estación o quizá de la Buscaestrellas. Una serie de informaciones como un faro encendido para iluminar la oscuridad del sistema, deliberada y conscientemente. Si habían imaginado que la Orgullo se encontraba ahí, entonces también eran capaces de imaginarlo los kif.

Hubo ecos y repeticiones del mensaje: el sistema de comunicaciones lo estaba clasificando, colocando las transmisiones según su grado de claridad y el vello de la nuca de Pyanfar se erizó súbitamente al darse cuenta con gratitud de que todas las naves esparcidas por el sistema habían empezado a retransmitir ese mismo mensaje, dejando que se difundiera cual una serie de ondulaciones en la tranquila superficie de un estanque, como lanzando así un desafío masivo a los kif. Y los kif no habían ordenado el silencio… al menos de momento. No estaban en condiciones de hacer cumplir tal orden, dados los límites actuales de su agresión a Urtur, pero esos límites podían cambiar. La información seguía extendiéndose como un grito repetido por una multitud de gargantas: pese a que en su origen se había extinguido hacía mucho tiempo, aún seguía viajando por el espacio.

Por una vez encontró a Hilfy allí donde teóricamente debía estar: en su camarote, dormida. Al oír la voz soñolienta que le contestó por el intercomunicador de la puerta Pyanfar vaciló un instante, pero sólo un instante.

—Levanta —dijo por el comunicador—, tengo algo que contarte.

Hilfy la obedeció sin tardanza. La puerta se abrió para revelar su rostro en el umbral, aún algo hinchado a causa del sueño y torciendo el gesto ante la luz que llegaba del corredor. No se había detenido el tiempo suficiente para vestirse.

Pyanfar pasó junto a ella, esperó unos momentos mientras Hilfy aumentaba la intensidad de luz en el camarote y alzó la mano para indicarle que no hacía ninguna falta que la pusiera al máximo. La habitación había llegado a pertenecerle como propia gracias a una serie de toques personales muy típicos del estilo Chanur, aún más presente aquí que en el camarote de Pyanfar: los muros estaban llenos de recuerdos, imágenes de las montañas de su mundo natal y las anchas llanuras de las tierras de Chanur y un cuadro de la Residencia, con sus piedras doradas a las que daban sombra profusos emparrados. Pyanfar miró lo que la rodeaba y luego sus ojos volvieron a Hilfy.

—Para ser breve —dijo Pyanfar—, bien, he venido a explicarte algo. Y para empezar te diré que no podemos hacer nada al respecto. Hemos recogido una señal procedente de una nave Faha atracada en la estación. Están rodeadas de kif y le enviaron un mensaje a la estación pretendiendo, creo yo, que lo oyéramos: el volumen era muy alto. Creo que conocen nuestra presencia aquí y saben en qué tipo de problema andamos metidas. Pero los kif están en medio de ellas y de nosotras, y ninguna de las dos naves puede hacer gran cosa por la otra. ¿Me entiendes?

Hilfy había dejado de pestañear ante la luz. Ahora sus ojos estaban clavados en Pyanfar, con círculos ambarinos rodeando el negro de las pupilas, y sus orejas se abatieron pegándose al cráneo para alzarse luego con un lento esfuerzo. Para ser tan joven y estar recién despertada, su tranquila dignidad al aceptar la situación resultaba notable.

—¿Sabes de qué nave se trata, tía?

—La Buscaestrellas. Está bajo el mando de Unan Faha.

Hilfy asintió. Sus orejas desprovistas de adornos se agitaron levemente pero en su rostro no se movió ni un músculo.

—Estarán en peligro. Igual que la Viajera. Y no lo saben. Nadie sería capaz de prever ese tipo de ataque.

—Lihan no es ninguna tonta, chiquilla, créeme. No debemos interferir en sus movimientos, igual que ellos no lo harán con los nuestros. De hecho, no podemos. Estando aquí no podemos hacer nada.

—Podríamos mandarles una advertencia y salir corriendo.

—Por el momento no consideraría esa opción como demasiado factible. Si la enviamos desde lejos, los kif la recibirán antes de que la Buscaestrellas tenga la menor oportunidad de oírla. Y eso constituiría un desafío público que involucraría a la Buscaestrellas en nuestros actos, obligando a tos kif a reaccionar. Para los kif la venganza es algo inherente a su mentalidad y debes hacer tus cálculos tomando eso en consideración. No, la Buscaestrellas deberá correr sus propios riesgos confiando en su propia suerte: no tengo intenciones de hacerles correr peligros innecesarios. Por lo tanto, vuelve a la cama, ¿me has oído?

Hilfy se quedó inmóvil un momento y acabó asintiendo, con un gesto lleno de dignidad.

—Bien —dijo Pyanfar con voz tensa, y salió del camarote. Oyó cerrarse la puerta a su espalda y caminó por el pasillo que llevaba del camarote de Hilfy al suyo, cruzando el corredor principal de la cubierta superior y siguiendo luego por un corto trecho de pasillo.

Quizá le hubiera robado su reposo a Hilfy (aparte de que su comida anterior le pesaba en el estómago como si fuera plomo), pero el riesgo que corría Faha no era algo que Hilfy debiera descubrir luego como una niña a la que se la protege de las desagradables realidades de la vida adulta. Seguía viendo ante ella el rostro de Hilfy mientras que el sensor, colgado de su cinturón, continuaba emitiendo su parloteo de estática con los ocasionales ecos del mensaje y alguna que otra transmisión más cercana, cada vez más rara. Una nave stsho había entrado en el sistema. Los kif no se tomaron la molestia de abordarla y la nave se apresuró a pedir instrucciones a la estación, ansiando protegerse de la tormenta que se avecinaba.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El orgullo de Chanur»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El orgullo de Chanur» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «El orgullo de Chanur»

Обсуждение, отзывы о книге «El orgullo de Chanur» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x