Sue Grafton - C de cadáver

Здесь есть возможность читать онлайн «Sue Grafton - C de cadáver» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

C de cadáver: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «C de cadáver»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Kinsey Millhone acepta ayudar y proteger a Bobby Callahan, un reservado joven que conoció en el gimnasio. Él está convencido de que, tras el accidente que le dejó amnésico y con el cuerpo zurcido de cicatrices, alguien quiere matarle, aunque nadie le cree. Pero tres días después Bobby aparece muerto. Y ahora a Kinsey le toca encontrar al asesino.

C de cadáver — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «C de cadáver», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Sufi era un contacto -dijo al fin, en voz baja-. Se trataba de una investigación, un servicio que Bobby le estaba prestando a otra persona.

– ¿A quién?

– No lo sé.

– Era a los Fraker, ¿verdad? Anoche estuve hablando con Sufi y, nada más irme yo, cogió el coche y se fue derecha al domicilio de los Fraker. La visita duró tanto que al final me cansé y me fui a mi casa.

Me miró a los ojos.

– No sé de qué se trataba.

– Pero ¿cómo se metió Bobby en el asunto? ¿Y cuál era el asunto en concreto?

– Lo único que sé es que me dijo que buscaba algo y que había entrado a trabajar en el depósito de cadáveres para poder buscar de noche.

– ¿En los archivos médicos, quizá? ¿Algo que se guardaba allí?

La cara volvió a ensombrecérsele y se encogió de hombros.

– Pero Kitty -insistí-, cuando supiste que habían querido matar a Bobby, ¿no lo relacionaste con esa búsqueda?

Se había metido otra vez el pulgar en la boca y se mordisqueaba la uña con toda seriedad. Vi que le cambiaba la dirección de la mirada y me volví. El doctor Kleinert la observaba desde la puerta. Posó los ojos en mí cuando se dio cuenta de que le había visto. La sonrisa que esbozó parecía forzada y no era exactamente de alegría.

– Bien. No sabía que esta mañana estuvieses ocupada -dijo a Kitty. Y a mí, con sequedad-: ¿Qué la ha traído tan temprano a este lugar?

– Me dirigía a casa de Glen y como me quedaba de camino… Trataba de convencer a Kitty para que comiera -dije.

– No hace ninguna falta -dijo con toda naturalidad-. Esta jovencita y yo hemos hecho un pacto. -Consultó la hora con ademán experto, colocándose la esfera del reloj en el dorso de la muñeca antes de que la manga volviera a ocultarlo-. Tendrá usted que disculparnos. Me esperan otros pacientes y tengo el tiempo justo.

– Ya me iba -dije. Miré a Kitty-. Igual te llamo dentro de un rato. Trataré de convencer a Glen de que venga a verte.

– Estupendo -dijo-. Gracias.

Les dije adiós con la mano y abandoné la habitación mientras me preguntaba cuánto tiempo habría estado Kleinert en la puerta y cuánto habría escuchado. Recordé algo que me había dicho Carrie St. Cloud. Bobby, según ella, andaba metido en algo parecido a un chantaje, pero que no tenía nada que ver con la típica extorsión económica. Era otra cosa. "Alguien sabía o tenía algo relacionado con otra persona, amiga de Bobby, y éste trataba de echarle una mano." Esto era más o menos lo que me había dicho la joven. Si en última instancia se trataba de una exacción, ¿por qué no había acudido a la policía? ¿Y por qué había sido Bobby el encargado de echarle una mano a quien fuera?

Volví al coche y me dirigí a casa de Glen.

21

Eran las nueve pasadas cuando detuve el coche ante la casa. El jardín estaba vacío. La fuentecita lanzaba un chorro de agua de tres metros de altura que caía sobre sí produciendo destellos nevados y esmeraldinos. Una máquina eléctrica de cortar el césped gemía en una de las terrazas de atrás y los aspersores rociaban los helechos gigantes y moteados de sol que bordeaban los senderos de grava. El aire olía a jazmín, a bosque tropical.

Llamé al timbre y me abrió una de las doncellas. Pregunté por Glen y me murmuró algo en español, al tiempo que alzaba los ojos hacia la planta superior. Deduje que Glen estaba arriba.

La puerta de la habitación de Bobby estaba abierta y Glen estaba sentada en uno de los sillones con las manos en el regazo y la cara impasible. Al verme sonrió de un modo casi imperceptible. Parecía agotada, se le habían acentuado las arrugas bajo los ojos. Se había maquillado por encima, pero el maquillaje sólo había conseguido realzarle la palidez de las mejillas. Llevaba un vestido de punto de un rojo demasiado chillón para ella.

– Hola, Kinsey -dijo-. Siéntese.

Lo hice en el otro sillón.

– ¿Cómo se encuentra?

– No muy bien. Creo que paso aquí arriba demasiado tiempo. Sin hacer nada. Esperando a Bobby. -Su mirada se encontró con la mía-. No en sentido literal, por supuesto. Soy demasiado cerebral para creer en el retorno de los muertos.

Pero creo que hay algo más, algo que no puede desaparecer tan fácilmente. ¿Sabe a qué me refiero?

– No. No del todo.

Se quedó mirando al suelo, como quien consulta con sus voces interiores.

– En parte es un sentimiento de traición, supongo. Yo era una mujer valiente y hacía todo lo que se esperaba de mí. Era una actriz y ahora quiero que se me pague por ello. Pero la única recompensa que me atrae es recuperar a Bobby. Por eso espero. -Paseó la mirada por el cuarto como si estuviera haciendo fotos. A pesar del contenido emocional de sus palabras me parecía demasiado abatida. Decía cosas humanas, pero de un modo mecánico-. ¿Ve eso?

Seguí la dirección de su mirada. En la alfombra blanca aún se distinguían las pisadas de Bobby.

– No quiero que limpien este cuarto -prosiguió-. Sé que es ridículo. No quiero convertirme en una de esas mujeres asustadizas que erigen altares a los muertos y lo conservan todo como estaba. Pero tampoco quiero borrar su presencia. No quiero que desaparezca como si tal cosa. Ni siquiera tengo ganas de revolver sus enseres.

– No hay ninguna necesidad de hacer nada todavía, ¿no cree?

– No. Supongo que no. No sé qué haré con la habitación de todos modos. En la casa hay docenas y todas vacías. Otra cosa sería que tuviese necesidad de transformarla en estudio o en cuarto de costura.

– Lo fundamental es no abandonarse.

– No se preocupe. Sé bastante de esas cosas. El dolor es una enfermedad para la que no hay curación. Lo que me preocupa es que me doy cuenta de que en cierto modo me seduce. Sufro, pero el sufrimiento por lo menos hace que me sienta cerca de él. De tarde en tarde advierto que estoy pensando en otras cosas y me siento culpable. No sufrir se me figura una deslealtad, incluso olvidar por un instante que ha muerto se me figura una deslealtad.

– No sea cruel consigo misma y no sufra más de lo que es justo -dije.

– Es lo que intento hacer poco a poco. Cada día me lamento una pizca menos. Como cuando se quiere dejar el tabaco. Mientras tanto finjo que soy una persona íntegra y cabal; pero no lo soy. Ojalá se me ocurriera algún remedio. Señor, Señor, no debería darle tantas vueltas. Me siento como quien ha sufrido un ataque al corazón o una operación vital. No hago más que hablar de ello, de lo que me ocurre a mí. -Volvió a hacer una pausa, transcurrida la cual pareció recordar que existían la educación y los buenos modales-. ¿Qué ha estado usted haciendo?

– Esta mañana he ido al St. Terry para ver a Kitty.

– ¿Sí? -Su expresión delataba una falta de interés total.

– ¿No podría usted ir a verla?

– No, nunca. En primer lugar, me da rabia que ella esté viva y Bobby no. Además, me enfurece que Bobby le haya dejado ese montón de dinero. Desde mi punto de vista, es acaparadora, autodestructiva, manipuladora… -Se interrumpió y estuvo en silencio unos instantes-. Disculpe. No quería ser tan impulsiva. Nunca me ha gustado esa chica. Y el que ahora esté en apuros no cambia las cosas. Ella es la única responsable de lo que le ocurre. Pensaba que siempre habría alguien dispuesto a echarle una mano, pero no voy a ser yo. Y Derek no es capaz de hacerlo.

– Me han dicho que se ha ido de casa.

Se removió con inquietud.

– Tuvimos una pelea sonada. No acababa de irse y tuve que llamar a uno de los jardineros. Siento por él un gran desprecio. Me asquea pensar que durante todos estos años ha dormido en mi cama. Y no sé qué es peor, haber suscrito esa póliza asquerosa a nombre de Bobby o que carezca de la menor sensibilidad para darse cuenta de lo vil de su proceder.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «C de cadáver»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «C de cadáver» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Sue Grafton - T de trampa
Sue Grafton
Sue Grafton - U Is For Undertow
Sue Grafton
Sue Grafton - I de Inocente
Sue Grafton
Sue Grafton - H is for Homicide
Sue Grafton
Sue Grafton - P is for Peril
Sue Grafton
Sue Grafton - O Is For Outlaw
Sue Grafton
libcat.ru: книга без обложки
Sue Grafton
Sue Grafton - F is For Fugitive
Sue Grafton
Sue Grafton - C is for Corpse
Sue Grafton
Sue Grafton - E Is for Evidence
Sue Grafton
Sue Grafton - K Is For Killer
Sue Grafton
Sue Grafton - Z Jak Zwłoki
Sue Grafton
Отзывы о книге «C de cadáver»

Обсуждение, отзывы о книге «C de cadáver» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x