• Пожаловаться

Dennis Lehane: Rio Mistico

Здесь есть возможность читать онлайн «Dennis Lehane: Rio Mistico» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию). В некоторых случаях присутствует краткое содержание. категория: Триллер / на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале. Библиотека «Либ Кат» — LibCat.ru создана для любителей полистать хорошую книжку и предлагает широкий выбор жанров:

любовные романы фантастика и фэнтези приключения детективы и триллеры эротика документальные научные юмористические анекдоты о бизнесе проза детские сказки о религиии новинки православные старинные про компьютеры программирование на английском домоводство поэзия

Выбрав категорию по душе Вы сможете найти действительно стоящие книги и насладиться погружением в мир воображения, прочувствовать переживания героев или узнать для себя что-то новое, совершить внутреннее открытие. Подробная информация для ознакомления по текущему запросу представлена ниже:

Dennis Lehane Rio Mistico

Rio Mistico: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Rio Mistico»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Jimmy, Dave y Sean crecieron juntos en la sección peligrosa de Boston. Veinticinco años después vuelven a reunirse, cuando la hija de 19 años de Jimmy es brutalmente asesinada. Sean, que ahora es policía, es asignado para resolver el caso. Además de desenredar este crimen, Sean deberá estar pendiente de su amigo Jimmy, quien busca vengarse del asesino de su hija. Conectado al crimen por una serie de circunstancias, Dave se ve obligado a enfrentarse con los demonios de su propio pasado. A medida que la investigación se concentra alrededor de estos tres amigos, se despliega una siniestra historia, que tiene que ver con la amistad, la familia y la inocencia perdida demasiado pronto.

Dennis Lehane: другие книги автора


Кто написал Rio Mistico? Узнайте фамилию, как зовут автора книги и список всех его произведений по сериям.

Rio Mistico — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Rio Mistico», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– ¡Mi nariz! -exclamó Johnny, volviéndose hacia Brendan.

Sean oyó, sorprendido, cómo su propia respiración le salía de la boca, y al bajar los ojos vio el arma que se apartaba de su cuerpo, como si diera vueltas en lo alto de un trípode. Extendió los brazos con tanta rapidez que parecía que otra persona le controlara los movimientos de los brazos. Asió la pistola al tiempo que Whitey entraba en la habitación, apuntando con la Glock al pecho del chico. La boca del chico emitió un sonido, un grito de asombro y decepción, como si hubiera abierto un regalo de Navidad y se hubiera encontrado con un calcetín sucio; Sean le apoyó la frente contra la pared y le quitó la pistola.

– ¡Cabronazo! -exclamó Sean, mientras le guiñaba un ojo a Whitey a través del sudor que le empapaba.

Johnny empezó a llorar como un niño de trece años, como si el mundo entero descansara sobre su cabeza.

Sean lo colocó de espaldas a la pared, le puso las manos detrás, y vio que Brendan finalmente respiraba profundamente aliviado, con labios y brazos temblorosos. Ray estaba de pie tras él en una cocina que parecía haber sido arrollada por un ciclón. Whitey se acercó a Sean, le puso una mano en el hombro y le preguntó:

– ¿Cómo estás?

– Ha estado a punto de hacerlo -respondió Sean, sintiendo el sudor que le empapaba la ropa, incluso los calcetines.

– No es verdad -protestó Johnny-. Sólo bromeaba.

– ¡Que te jodan! -le espetó Whitey, y acercó su cara a la del chico-. A excepción de tu madre, a nadie le importan tus lágrimas, desgraciado. Así que ya te puedes ir acostumbrando.

Sean le colocó las esposas a Johnny O'Shea y lo cogió de la camisa; a continuación lo llevó a la cocina y lo dejó caer en una silla.

– Ray, por el aspecto que tienes -apuntó Whitey-, cualquiera diría que te han tirado desde la parte trasera de un camión.

Ray se volvió hacia su hermano.

Brendan se apoyó en el horno, y su cuerpo se tambaleó de tal modo que Sean se imaginó que la más ligera de las brisas le haría caer al suelo.

– Lo sabemos -declaró Sean.

– ¿Qué es lo que saben? -preguntó Brendan en un susurro.

Sean observó al chaval que lloriqueaba y al otro, mudo, que les miraba con la esperanza de que se marcharan pronto para poder volver a su habitación y jugar al Doom. Sean estaba prácticamente seguro de que cuando consiguieran un intérprete de sordomudos y un asistente social, los chicos tendrían un montón de justificaciones: dirían que lo habían hecho porque tenían la pistola, porque se encontraban en aquella calle cuando ella pasó por allí, tal vez porque a Ray nunca le había caído bien la chica, porque les pareció una idea divertida, porque nunca habían matado a nadie antes, porque cuando uno tenía el dedo alrededor del gatillo lo único que podía hacer era disparar, porque si no lo hacía, ese dedo le dolería durante semanas.

– ¿Qué es lo que saben? -repitió Brendan, con una voz ronca y monótona.

Sean se encogió de hombros. Deseaba tener una respuesta para Brendan, pero contemplando a aquellos dos chavales, no se le ocurrió nada. Nada en absoluto.

Jimmy cogió una botella y se fue a la calle Gannon. Al final de la calle había una residencia de ancianos, un edificio de dos plantas típico de los sesenta, de piedra caliza y granito que se extendía media manzana más allá de Heller Court, la calle que empezaba donde Gannon acababa. Jimmy se sentó en los escalones blancos de la parte delantera y se dispuso a contemplar la calle. De hecho, había oído rumores de que habían empezado a echar ancianos de allí, pues el barrio se había vuelto tan popular que el propietario del edificio había decidido vendérselo a un tipo que se dedicaba a la construcción de pisos pequeños para parejas jóvenes. En realidad, el barrio de la colina había desaparecido. Siempre había sido el pariente rico del barrio de las marismas, pero entonces ni siquiera parecía pertenecer a la misma familia. Con toda probabilidad, muy pronto redactarían un estatuto, le cambiarían el nombre y lo borrarían del mapa de Buckingham.

Jimmy sacó la botella de medio litro de su chaqueta, echó un trago de whisky y contempló el lugar en el que habían visto a Dave Boyle por última vez el día que aquellos hombres se lo llevaron, mirando atrás por la ventanilla trasera, oscurecido por las sombras y alejándose en la distancia.

«Ojalá no lo hubieras hecho tú, Dave. De verdad.»

Brindó por Katie. «Papá le ha pillado, cariño. Papá ha acabado con él.»

– ¿Estás hablando solo?

Jimmy alzó los ojos y vio a Sean saliendo del coche. Sean, que llevaba una cerveza en la mano, sonrió al ver la botella de Jimmy, y le preguntó:

– ¿ Qué excusa tienes tú?

– Ha sido una noche muy dura -respondió Jimmy.

Sean asintió con la cabeza y añadió:

– Para mí también. No me han matado de milagro. Jimmy se hizo a un lado y Sean se sentó junto a él.

– ¿Cómo has sabido que estaba aquí?

– Tu mujer me ha dicho que probablemente te encontrarías aquí.

– ¿Mi mujer?

Jimmy nunca le había contado que solía ir a la calle Gannon. ¡Realmente era una mujer fuera de lo corriente!

– Sí. Jimmy, hemos arrestado a alguien.

Jimmy tomó un largo trago de la botella; el pecho le latió con fuerza. Repitió:

– Arrestado.

– Así es. Hemos cogido a los asesinos de tu hija y les hemos encerrado.

– ¿Asesinos? -preguntó Jimmy-. ¿Hay más de uno?

Sean hizo un gesto de asentimiento y contestó:

– En efecto, son unos chavales de trece años. Se trata del hijo de Ray Harris, Ray hijo, y de un chico llamado Johnny O'Shea. Confesaron hace media hora.

Jimmy sintió cómo un cuchillo le atravesaba el cerebro de un extremo a otro. Un cuchillo afilado que le cortaba el cráneo en pedazos.

– ¿Estáis seguros?

– Del todo.

– ¿Por qué?

– ¿Que por qué lo hicieron? Ni siquiera lo saben. Estaban jugando con una pistola y vieron que se acercaba un coche. Uno de ellos se plantó en medio de la carretera, el coche se desvió bruscamente, y frenó de golpe. Johnny O'Shea se dirigió a toda velocidad hacia el coche, pistola en mano. Nos ha dicho que sólo tenía intención de asustarla, pero que el arma se le disparó. Katie le golpeó con la puerta, y los chavales dicen que se asustaron. La persiguieron porque no querían que contara a nadie que tenían una pistola.

– ¿Y la paliza que le dieron? -preguntó Jimmy, después de tomar otro trago.

– Ray hijo tenía un palo de hockey. No ha respondido a las preguntas. Es mudo, ¿sabes? Ha estado allí sentado pero no ha dicho nada. Sin embargo, Johnny O'Shea nos contó que la golpearon porque al ponerse a correr les había hecho enfadar -se encogió de hombros como si todos esos excesos le sorprendieran a él mismo-. ¡Chiquillos gilipollas! ¡La mataron porque tenían miedo de que los castigaran!

Jimmy se puso en pie. Abrió la boca para tragar un poco de aire, pero las piernas le flaquearon, y se encontró de nuevo sobre el escalón. Sean le colocó una mano en el codo.

– ¡Tómalo con calma, Jim! ¡Respira profundamente!

Jimmy vio a Dave sentado en el suelo, tocándose la raja que Jimmy le había hecho de punta a punta del abdomen. Oyó su voz: «Mírame, Jimmy. Mírame».

– He recibido una llamada de Celeste Boyle -añadió Sean-. Me ha dicho que su marido ha desaparecido. Me ha contado que ella se había trastocado un poco estos últimos días y que quizá tú, Jimmy, sabrías dónde estaba Dave.

Jimmy intentó hablar. Abrió la boca, pero la tráquea se le llenó de algo parecido a trozos húmedos de algodón.

– Nadie más sabe dónde puede estar Dave -recalcó Sean-. Es muy importante que hablemos con él, Jim, porque podría saber algo de un tipo que fue asesinado la otra noche delante del Last Drop.

Читать дальше
Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Rio Mistico»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Rio Mistico» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё не прочитанные произведения.


John Katzenbach: La Historia del Loco
La Historia del Loco
John Katzenbach
John Connolly: Todo Lo Que Muere
Todo Lo Que Muere
John Connolly
Chris Mooney: Desaparecidas
Desaparecidas
Chris Mooney
Iris Johansen: La Huida
La Huida
Iris Johansen
Carlo Lucarelli: El comisario De Luca
El comisario De Luca
Carlo Lucarelli
Отзывы о книге «Rio Mistico»

Обсуждение, отзывы о книге «Rio Mistico» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.