Sue Grafton - I de Inocente

Здесь есть возможность читать онлайн «Sue Grafton - I de Inocente» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

I de Inocente: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «I de Inocente»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Una bala a través de la mirilla de la puerta acabó con la vida de Isabelle. En el juicio por el asesinato, el acusado David Berney, esposo de la victima, fue absuelto por falta de pruebas. Seis años despúes, uno de los ex maridos de Isabelle decide interponer una demanda por lo civil contra Barney.
El investigador que llevaba el caso ha fallecido recientemente y Kinsey Millhone lo sustituye en el que es su primer trabajo para el bufete de abogados Kingman e Ives. Uno de los principales escollos que Kinsey deberá afrontar es la caótica acumulación de datos. Algunos de sus archivos están vacios, otros contienen información relativa a entrevistas que al parecer nunca mantuvo, y toda la acusación se basa en las declaraciones de un ex convicto cuya credibilidad es más que cuestionable.
Resuelta a recomponer esta embrollada historia, Kinsey se pierde en un mar de dudas e incongruencias. Hay tantos cabos sueltos, tantas preguntas sin respuesta que ni siquiera la probada pericia de la detective parece suficiente para desvelas el venenoso secreto del asesino.

I de Inocente — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «I de Inocente», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Los Voigt vivían en una finca de tres o cuatro hectáreas, si es que era lícito determinar sus fronteras por la fila de setos de cinco metros de altura que serpenteaban en sentido paralelo a la avenida y que recorría la falda de la loma. Los arbustos y arriates estaban muy bien cuidados y en los márgenes había grupos de eucaliptos. El sendero de entrada trazaba un arco de 180 grados alrededor de un lecho de violetas apiñadas, una profusión de pétalos granates y morados que parecían vibrar bajo la luz de los focos situados estratégicamente para crear efectos paisajísticos. A la derecha vi unas caballerizas, un cobertizo para la guarnición y un corral vacío. El aire olía a rancio, a una mezcla de paja, humedad y subproductos varios de excremento equino.

La casa se había construido en la parte más hundida del terreno, madera blanca y ladrillo pintado de blanco, con una serie de terrazas de ladrillo en la parte delantera y postigos de color verde oscuro en las anchas ventanas dotadas de parteluz. Dejé el coche en el sendero, llamé al timbre y esperé. Abrió una doncella blanca, imperturbable y con uniforme negro. Tenía aspecto de cincuentona y, no sé por qué, me pareció extranjera: la estructura del rostro, la complexión… la verdad es que no habría sabido decir el motivo. No me miró a los ojos; antes bien, su mirada se prendió de mi clavícula y allí se quedó mientras le decía quién era y cuáles eran mis intenciones. No contestó, pero me dio a entender con el lenguaje del cuerpo que me había comprendido.

La seguí por el vestíbulo de blanco mármol reluciente y poco después accedí con ella a un pasillo alfombrado con una moqueta tan blanca, gruesa y nueva como una espesa capa de nieve. Cruzamos la sala de estar, vidrio y cromo, ni un solo libro o adornito a la vista. Se había diseñado para celebrar en ella una carrera de gigantes. Todos los muebles, tapizados en blanco, eran de tamaño desmesurado: supersofás mullidos, sillones enormes y una mesita de servicio que parecía una cama de matrimonio. A un lado había un aparador colosal con un frutero rebosante de manzanas artificiales que parecían balones de fútbol. El conjunto producía un efecto tan extraño que me daba la sensación de haber vuelto a la más tierna infancia. Puede que, sin darme cuenta, hubiera empezado a encogerme.

Recorrimos un pasillo por el que habría pasado tranquilamente una máquina quitanieves. La doncella se detuvo ante una puerta, llamó una vez, me la abrió y se quedó mirándome educadamente la pechera mientras desfilaba ante ella y entraba en la habitación. Francesca estaba sentada ante una máquina de coser en una estancia de dimensiones humanas y pintada de amarillo mantequilla. Pegado a una pared, ocultándola totalmente, había un aparador hecho por encargo y organizado con un gusto exquisito donde podía verse toda clase de compartimentos para guardar figurines, retales, pasamanería y los habituales trebejos de costura. La habitación estaba bien aireada, la iluminación interior era excelente y el suelo de madera noble se había lijado y barnizado.

Francesca, alta y muy delgada, tenía el pelo castaño muy corto y una cara esculpida con cincel. Pómulos altos, mandíbula poderosa, nariz larga y recta, boca carnosa y labio superior pronunciado. Vestía un pantalón blanco y ancho de una tela que le colgaba divinamente y una blusa larga y sin botones, de color melocotón, que se sujetaba con un cinturón de cuero recio. Tenía las manos delgadas y los dedos largos, las uñas ahusadas y brillantes. Lucía en las muñecas una colección de gruesas pulseras de plata que tintineaban como cadenas y que me confirmaron la sospecha de que el lujo es una carga que sólo las mujeres hermosas pueden soportar con firmeza. Me dio la sensación de que olía a lilas o a naranjas recién peladas.

Me sonrió y nos presentamos con un apretón de manos.

– Siéntese. Estoy a punto de acabar. ¿Le digo a Guda que nos sirva un poco de vino?

– Se lo agradecería.

Me volví en el momento preciso en que la mirada de Guda aterrizaba en la hebilla del cinturón de Francesca. Supuse que aquello significaba que había oído la observación y que se apresuraba a obedecerla. Hizo un movimiento afirmativo con la cabeza y salió de la estancia. Calzaba zapatos de suela de caucho.

– ¿Habla inglés? -pregunté a Francesca cuando salió la criada.

– No con fluidez, pero bastante bien. Es sueca. Hace sólo un mes que está con nosotros. Pobrecilla. Sé que añora su tierra, pero no consigo que me cuente nada. -Volvió a la máquina y recuperó un pedazo de tela azul ya fruncido por un extremo-. No quisiera que pareciese una grosería, pero no me gusta dejar las cosas a medias.

Dio la vuelta a la tela, alisó un bulto y dio una serie de puntos en zigzag en el otro extremo. La máquina producía un zumbido grave y adormecedor. La observé sin saber qué decir. Mis conocimientos de costura eran demasiado limitados para formarme una opinión, pero Francesca pareció intuir mi curiosidad. Me miró con una sonrisa.

– Es un turbante. Confecciono tocados para enfermos de cáncer.

– ¿Y a qué se debe esa afición?

Cosió a la prenda un pedazo de tela adhesiva, tras accionar con la rodilla la palanca que ponía en marcha la máquina.

– Hace dos años me diagnosticaron un cáncer de mama y tuve que someterme a tratamiento quimioterapéutico. Una mañana, mientras estaba en la ducha, comenzó a caérseme el pelo a mechones. Había quedado para comer con unas personas una hora más tarde y de pronto me encontré más calva que una sandía. Improvisé un turbante con un pañuelo, pero no conseguí el efecto deseado. Los tejidos sintéticos no se adhieren a un cráneo liso como el vidrio. La idea de dedicarme a esto de manera regular se me ocurrió durante el tratamiento. Es curioso, pero la tragedia puede transformar nuestra vida radicalmente si no caemos en la obcecación. -Me miró durante medio segundo-. ¿Ha estado alguna vez muy enferma?

– Me han dado más de una paliza de muerte. ¿Es lo mismo?

No pronunció las habituales exclamaciones de sorpresa o malestar. Habida cuenta de lo que había pasado, recibir una tanda de puñetazos tenía fácil arreglo.

– Avíseme la próxima vez que le suceda. Tengo cosméticos especialmente fabricados para disimular toda clase de contusiones. A decir verdad, tengo toda una gama de productos para solucionar los estragos del destino. La casa que los fabrica se llama Head-of-Cover. Soy la única accionista y propietaria.

– ¿Se encuentra bien de salud actualmente?

– Perfectamente, gracias. En la actualidad son muchos los que lo superan. No es como en el pasado, cuando el cáncer significaba la muerte. -Cosió la otra tira de tejido adhesivo, levantó los pies, retiró la prenda y le cortó los hilos. Se puso el turbante en la cabeza-. ¿Qué le parece?

– Exótico -dije-. Aunque usted estaría bien incluso si se envolviera la cabeza con papel higiénico.

Se echó a reír.

– Me gusta la idea. Turbantes desechables. -Tomó nota mental de la ocurrencia, se quitó el turbante y se sacudió el pelo-. Ya está. Salgamos a la terraza. Si tenemos frío, pondremos la calefacción.

Desde la ancha terraza de piedra, situada en la parte trasera de la casa, se veía Santa Teresa con las montañas al fondo. Las luces de la ciudad se habían encendido y perfilaban las manzanas como un tablero de damas. Nos acomodamos en dos butacas de mimbre con el asiento protegido por un mullido cojín de cretona estampada con motivos florales. La piscina, iluminada, era un resplandeciente rectángulo verdiazul con un surtidor termal en un extremo. De la superficie se desprendían rizos de vapor que creaban una brisa ligera y que olía a cloro. La hierba que nos rodeaba tenía aspecto lozano y la casa era un delirio amarillo.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «I de Inocente»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «I de Inocente» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Sue Grafton - T de trampa
Sue Grafton
Sue Grafton - U Is For Undertow
Sue Grafton
Sue Grafton - H is for Homicide
Sue Grafton
Sue Grafton - P is for Peril
Sue Grafton
Sue Grafton - O Is For Outlaw
Sue Grafton
libcat.ru: книга без обложки
Sue Grafton
Sue Grafton - F is For Fugitive
Sue Grafton
Sue Grafton - C is for Corpse
Sue Grafton
Sue Grafton - E Is for Evidence
Sue Grafton
Sue Grafton - K Is For Killer
Sue Grafton
Sue Grafton - Z Jak Zwłoki
Sue Grafton
Sue Grafton - S is for Silence
Sue Grafton
Отзывы о книге «I de Inocente»

Обсуждение, отзывы о книге «I de Inocente» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x