Ian Rankin - La música del Adiós

Здесь есть возможность читать онлайн «Ian Rankin - La música del Adiós» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

La música del Adiós: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La música del Adiós»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Otoño, Edimburgo, hacia el final de la carrera del inspector John Rebus, que intenta cerrar alguno de los casos pendientes antes de jubilarse, cuando aparece muerto joven poeta ruso, al parecer a causa de un atraco que ha salido mal. Como por casualidad, una delegación comercial rusa que intenta de hacer negocios en Escocia visita la ciudad, y políticos y banqueros se muestran decididos a que el caso sea rápidamente cerrado y sin ambigüedades. Pero cuanto más indagan Rebus y su colega, la sargento Siobhan Clarke, más convencidos están de que no se trata de una simple agresión; más aún al producirse un segundo y repugnante homicidio.
Simultáneamente, la brutal agresión a un gángster de Edimburgo sitúa a Rebus bajo sospecha. ¿Ha llevado el inspector Rebus demasiado lejos su intervención en la solución de los casos? A escasos días de jubilarse de su magnífica carrera, ¿se habrá liado Rebus la manta a la cabeza?
Intensa y emocionante, La Música del adiós no es sólo el colofón agridulce de los años de servicio del inspector John Rebus, es una incisiva reflexión sobre el poder, el dinero y el crimen en un país en venta al mejor postor.

La música del Adiós — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La música del Adiós», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– No lo sé, pero me gustaría oírle en acción, por así decir.

– Tengo el disco maestro en el estudio de casa. Se lo puedo grabar mañana.

– Mi comisaría está en Gayfield Square… ¿podría enviármelo?

– Se lo llevará uno de los niños -dijo Riordan mirando al técnico y a la recepcionista.

– Gracias por su ayuda -dijo Clarke.

* * *

Cuando en marzo prohibieron fumar, Rebus pensó en el desastre que aquello iba a suponer para locales que, como el bar Oxford, eran pubs tradicionales que ofrecían servicio de necesidades básicas al corredor de apuestas, tal como una pinta de cerveza, un cigarrillo y las carreras de caballos en la tele. No obstante, la mayoría de sus guaridas predilectas habían sobrevivido, aunque con menos clientela. Los fumadores empedernidos habían formado un grupo irreductible que se juntaba en la acera para hablar y contar chismes. Aquella noche la charla era la mezcla habitual: uno daba su opinión sobre un bar de tapas recién inaugurado, la mujer que estaba a su lado preguntaba cuál era la hora menos agobiante para ir a Ikea, uno que fumaba en pipa argumentaba sobre la plena independencia y su interlocutor inglés replicaba en broma que al sur le alegraría que se separaran «¡ y se acabaron las limosnas !».

– La única limosna que necesitamos es el petróleo del Mar del Norte -dijo el fumador de pipa.

– No durará veinte años. Dentro de veinte años estarán otra vez pidiendo limosna.

– Dentro de veinte años seremos Noruega.

– O Albania.

– Pero si los laboristas pierden los escaños escoceses en Westminster -terció otro fumador-, no volverán a votarles al sur de la frontera.

– Tiene razón -comentó el inglés.

– ¿Nada más abrir o antes de que cierren? -preguntó la mujer de Ikea.

– … Trocitos de calamar con tomate -decía su vecino-. No está mal si le coges el gusto.

Rebus aplastó la colilla y entró al bar. Le esperaba la ronda de bebidas con el cambio. Colin Tibbet llegó para ayudarle.

– Puedes quitarte la corbata, ¿sabes? -dijo Rebus en broma-. No estamos en la comisaría.

Tibbet sonrió sin decir nada. Rebus se guardó el cambio y cogió los dos vasos. Le agradaba que Phyllida Hawes bebiera cerveza. Tibbet tomaba un zumo de naranja y Clarke un vaso de vino blanco. Estaban en la mesa del fondo y Clarke había puesto encima su libreta. Hawes, sin decir nada, alzó el vaso hacia Rebus al sentarse él en la silla.

– Han tardado bastante en servirme -dijo a guisa de disculpa.

– Habrás aprovechado para fumarte un pitillo -le recriminó Clarke, sin que él se inmutara.

– Bien, ¿qué tenemos? -preguntó.

Lo único que tenían era el detalle de las dos o tres últimas horas de la vida de Todorov, una lista más amplia de las cosas que faltaban -presuntamente robadas al muerto- y un nuevo escenario del crimen: el aparcamiento.

– ¿Hay algún dato que apunte -dijo Colin Tibbet-, a que realmente nos enfrentamos con algo que no sea un atraco particularmente brutal?

– Pues no -respondió Clarke, cruzando la mirada con Rebus, quien asintió con un lento parpadeo.

Pero no acababa de estar claro; Clarke lo advertía también. El móvil de Rebus, que estaba en la mesa, comenzó a vibrar haciendo temblar el vaso próximo a él. Lo cogió y se apartó para tener más cobertura o evitar el barullo del local. En el salón de atrás había más gente: tres turistas desconcertados en un rincón que miraban con exagerado interés los diversos objetos y anuncios de la pared, y dos hombres con traje inclinados sobre otra mesa, discutiendo algo en voz muy baja. La televisión emitía un concurso.

– Podíamos formar un grupo los cuatro -dijo Tibbet, y Hawes manifestó su sorpresa-. En Jefatura, una semana antes de Navidad, van a formar uno para un concurso en un pub -añadió él.

– Para entonces -terció Clarke-, seremos un equipo de tres.

– ¿Sabes algo del ascenso? -preguntó Hawes. Clarke negó con la cabeza-. Se lo toman con tranquilidad -añadió pinchando más.

Rebus regresó.

– ¿A que no sabéis una cosa? -dijo sentándose-. Era Howendall, con novedades. Los análisis demuestran que el poeta ruso eyaculó en algún momento durante el día. Por lo visto han descubierto manchas en los calzoncillos.

– Tal vez ligó en Glasgow -aventuró Clarke.

– Quizá -dijo Rebus.

– ¿Él y ese especialista en sonido? -sugirió Hawes.

– Todorov estaba casado -dijo Clarke.

– Pero con los poetas nunca se sabe -añadió Rebus-. Pudo ser bastante después de la cena, desde luego.

– En cualquier momento antes de que lo atracasen -Clarke y Rebus intercambiaron otra mirada.

Tibbet se rebulló en la silla.

– O tal vez fue… Bueno, ya sabéis -añadió con un carraspeo, ruborizándose.

– ¿Qué? -preguntó Clarke.

– Ya sabe… -repitió Tibbet.

– Creo que Colin se refiere a la masturbación -exclamó Hawes. La mirada de agradecimiento que Tibbet le dirigió fue de antología.

– ¿John? -dijo el camarero, y Rebus se volvió-. ¿Ha visto esto? -preguntó, mostrándole un ejemplar del Evening News con un titular que decía Muerte de un poeta y un subtítulo en negrita: «¡ El disidente que osó decir nyet!». Había una foto de archivo de Alexander Todorov; seguramente tomada en el parque de Princes Street porque se veía el castillo al fondo. Llevaba una bufanda escocesa y era probablemente su primera jornada en el país. Un hombre con sólo dos meses de vida.

– Se fue de la lengua -comentó Rebus cogiendo el diario-. ¿Vale como metáfora? -añadió para la concurrencia.

TERCER DÍA

Viernes, 17 de noviembre de 2006

Capítulo 7

En el Departamento de Investigación Criminal de la comisaría de Gayfield Square había un olor extraño. Solía notarse en pleno verano, pero aquel año era como si no fuera a desaparecer. Pasaban días o semanas sin que se notara y de pronto, una mañana, reaparecía solapadamente. Habían dirigido diversas protestas a Jefatura y la Federación de la Policía Escocesa presentó una amenaza de paro. Se procedió a levantar los suelos, revisar las cañerías y a echar insecticida, pero todo resultaba inútil.

« Huele a muerto », comentaban los veteranos. Rebus sabía a qué se referían: de vez en cuando aparecía un cadáver en descomposición en un sillón de algún adosado de los años sesenta, o sacaban un cuerpo flotando del canal de Leith. Había un cuarto especial para ellos en el depósito, en el que los celadores habían puesto una radio en el suelo que podía enchufarse a voluntad: « Ayuda a olvidar la peste ».

En Gayfield Square la solución consistía en abrir todas las ventanas, lo que producía un bajón de temperatura. El despacho del inspector jefe James Macrae -separado por una puerta de cristal de las oficinas del DIC- era como una nevera. Aquella mañana el previsor Macrae se había traído una estufa eléctrica de su casa de Blackhall. Rebus había leído que Blackhall era la zona residencial de los ricos de Edimburgo. Le parecía inverosímil… chalets y más chalets. Las casas en Barnton y en la Ciudad Nueva valían millones. Pero tal vez eso explicara por qué la gente que vivía allí no era tan rica como la de Chaletilandia.

Macrae enchufó la estufa orientada hacia su mesa. Phyllida Hawes se había arrimado tanto que estaba sentada en el regazo de Macrae, como quien dice, lo que hizo fruncir el ceño al inspector jefe.

– Bien -exclamó juntando las manos como si fuera a rezar enfadado-, el informe de la investigación -pero antes de que Rebus tomara la palabra Macrae advirtió una anomalía-. Colin, cierre la puerta, por favor. Aprovechemos nosotros el poco calor de que disponemos.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La música del Adiós»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La música del Adiós» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Ian Rankin - Fleshmarket Close
Ian Rankin
Ian Rankin - Hide And Seek
Ian Rankin
Ian Rankin - En La Oscuridad
Ian Rankin
Ian Rankin - Resurrection Men
Ian Rankin
Ian Rankin - Aguas Turbulentas
Ian Rankin
Ian Rankin - The Complaints
Ian Rankin
Ian Rankin - Mortal Causes
Ian Rankin
Ian Rankin - Strip Jack
Ian Rankin
Ian Rankin - Westwind
Ian Rankin
Отзывы о книге «La música del Adiós»

Обсуждение, отзывы о книге «La música del Adiós» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x