Sue Grafton - T de trampa

Здесь есть возможность читать онлайн «Sue Grafton - T de trampa» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

T de trampa: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «T de trampa»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Es el mes de diciembre, y Kinsey Millhone atraviesa una época de calma. Tiene entre manos un caso rutinario: una colisión entre dos vehículos, que ha de investigar para el abogado Lowell Effinger. Sin embargo, a medida que avanza en sus pesquisas, empieza a sospechar que la mayoría de los implicados, incluidos los testigos, no son lo que parecen. Además, la tranquilidad de Kinsey se ve perturbada cuando Gus Vronsky, un vecino que no se distingue precisamente por su amabilidad ni su buen humor, sufre una caída y no puede valerse por sí mismo; contrata entonces a Solana Rojas, una enfermera que habrá de cuidarlo y tras cuya aparición Gus parece ir de mal en peor. Para colmo, Henry, el octogenario casero de Kinsey, se echa novia e insiste en que la detective le dé su opinión. Inmersa de pronto en todos estos asuntos que no le dan respiro, Kinsey se ve obligada a agudizar su olfato de investigadora, pues tendrá que lidiar con peligrosos psicópatas, con desaprensivos inquilinos y caseros y con ciudadanos aparentemente honestos que, de una manera u otra, hacen trampa y ocultan una identidad irredenta.

T de trampa — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «T de trampa», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Salí camino del despacho a las ocho y treinta y cinco de esa mañana y no volví a verla hasta al cabo de seis días. En eso quedó la cena.

Capítulo 9

A última hora de la tarde del sábado, me reuní con Henry y Charlotte para celebrar con ellos la colocación de los adornos en el árbol. Rechacé el ponche, que, como sabía, contenía una asombrosa cantidad de calorías, por no hablar de las grasas y el colesterol. La receta de Henry incluía una taza de azúcar refinado, un litro de leche, una docena de huevos grandes y dos tazas de nata montada. Había preparado una versión sin alcohol, lo que permitía a los invitados añadir bourbon o coñac a su gusto. Cuando llegué, las luces navideñas ya estaban hilvanadas entre las ramas, y Rosie ya había pasado por allí y se había marchado. Tras aceptar una taza de ponche, había vuelto al restaurante, puesto que su presencia dictatorial se requería en la cocina.

Henry, William, Charlotte y yo desenvolvimos y admiramos los adornos, la mayoría de los cuales pertenecían a la familia de Henry desde hacía años. En cuanto el árbol estuvo engalanado, William y Henry se enzarzaron en su discusión anual sobre cómo colocar el espumillón. William era partidario del método de «una tira por vez»; Henry, en cambio, consideraba que el efecto era más natural si se lanzaba el espumillón a fin de crear formas pintorescas. Al final, acordaron una combinación de ambos.

A las ocho recorrimos a pie la media manzana hasta el restaurante de Rosie. Como William ocupó su puesto detrás de la barra, nos sentamos a la mesa Henry, Charlotte y yo.

No había prestado atención a cuánto habían bebido ellos dos, lo cual puede explicar o no lo que ocurrió a continuación. Esa noche la carta se componía del extraño surtido de platos húngaros habitual, muchos de los cuales, según Rosie había decidido de antemano, eran los que nosotros elegiríamos libremente para la ocasión.

Mientras esperábamos los primeros, me volví hacia Henry.

– He visto luz en casa de Gus. Imagino, pues, que esta mañana has conocido a Melanie después de irme yo a la oficina.

– Sí, así es, y me ha parecido de lo más enérgica y eficiente. Acostumbrada como está a los agobios de la vida en Nueva York, sabe hacer frente a los problemas. A las nueve y cuarto llegábamos ya a Colinas Ondulantes. Naturalmente, no había ni rastro del médico ni manera de conseguir el alta de Gus sin su autorización. Melanie lo ha localizado, no sé cómo, y le ha hecho firmar el impreso. Lo ha organizado todo con tal eficacia que a las once y diez teníamos a Gus en su casa.

– ¿Y ella ha encontrado alojamiento?

– Ha tomado una habitación en el Wharfside de Cabana. También ha hecho la compra y alquilado una silla de ruedas. Ya se la han entregado, y esta tarde paseaba a Gus por el barrio. Tantas atenciones han obrado maravillas. Él estaba francamente amable.

Cuando me disponía a introducir un comentario como respuesta, Charlotte tomó la palabra.

– ¿Quién construyó esa hilera de casas en tu manzana? Son todas muy parecidas.

Henry se volvió y la miró, un tanto desconcertado por el cambio de tema.

– No tanto. Mi casa y la de Gus son casi idénticas, pero la que está más allá del solar vacío y la de Moza Lowenstein, que es la siguiente, causan una impresión muy distinta. Es posible que se construyeran por la misma época, pero con las reformas incorporadas desde entonces resulta difícil saber cómo eran los planos originales.

Henry y yo cruzamos una breve mirada que a Charlotte le pasó inadvertida. Una vez más había encauzado la conversación hacia la propiedad inmobiliaria. Yo esperaba que fuese una pregunta ociosa, pero por lo visto tenía una intención.

– Ninguna de ellas fue diseñada por un arquitecto de renombre, supongo.

– No que yo sepa. A lo largo de los años, sucesivos contratistas fueron comprando las parcelas y construyendo lo más rápido y barato posible. ¿Por qué lo preguntas?

– Pensaba en las restricciones para edificios de más de cincuenta años. Si una casa no tiene valor histórico, el comprador está autorizado a derribar la estructura y construir otra nueva. De lo contrario, te ves más o menos condicionado por el plano original, que reduce las posibilidades.

– ¿Y eso a qué viene? Ningún vecino ha manifestado interés en vender.

Ella arrugó la frente.

– Entiendo que no haya habido mucha movilidad, pero dada la avanzada edad de los propietarios en la zona, algunas de estas casas por fuerza acabarán poniéndose en venta. El caso de Gus es un ejemplo.

– ¿Y?

– ¿Qué pasará cuando muera? Melanie no tendrá ni idea de cómo vender la casa.

Lancé otra mirada a Henry, que ahora mantenía el semblante cuidadosamente inexpresivo. En los siete años desde que lo conocía, lo había visto perder los estribos unas cuantas veces, y en todos los casos había conservado una actitud de impecable comedimiento.

– ¿Qué propones? -preguntó, sin llegar a mirarla.

– No propongo nada. Sólo digo que alguien de fuera del estado podría equivocarse y fijar un precio por debajo del valor del mercado.

– Si Gus o Melanie se lo plantean, les daré tu tarjeta y podrás meter la cuchara.

Charlotte lo miró.

– ¿Cómo dices?

– No me había dado cuenta de que estabas aquí en busca de clientes. ¿Acaso planeas cultivar la zona? -preguntó. Se refería a la práctica del sector inmobiliario de trabajar una zona repartiendo folletos, visitando a los vecinos, sembrando con la esperanza de cosechar una venta.

– Claro que no. Ya hemos hablado de eso, y dejaste claro que te parecía mal. Si te he ofendido de alguna manera, no era mi intención.

– Seguro que no, pero me parece una falta de delicadeza por tu parte calcular el precio de las casas contando ya con la muerte de personas a las que conozco desde hace años.

– Por Dios, Henry, no puede ser que hables en serio. Esto no tiene nada de personal. La gente muere todos los días. Yo misma tengo setenta y ocho años y creo que la planificación patrimonial es importante.

– Sin duda.

– No hace falta que me hables así. Al fin y al cabo, hay que pensar en los impuestos. ¿Y qué hay de los herederos? Para la mayoría de la gente, una casa es su bien más valioso, y desde luego lo es para mí. Si desconozco el valor de la propiedad, ¿cómo voy a establecer un reparto justo entre mis herederos?

– Estoy seguro de que lo tienes calculado hasta el último centavo.

– No hablaba literalmente. Me refiero a una persona normal y corriente.

– Gus no es tan normal y corriente como, por lo visto, tú crees.

– ¿A qué viene tanta hostilidad?

– Eres tú quien ha sacado el tema. Kinsey y yo hablábamos de otra cosa muy distinta.

– Pues lamento haberos interrumpido. Es evidente que te has ofendido, pero yo no he hecho más que expresar una opinión. No entiendo qué es lo que temes.

– No quiero que mis vecinos piensen que apoyo a agentes inmobiliarios.

Charlotte abrió la carta con el menú que tenía ante sí.

– Veo que éste es un tema sobre el que no nos pondremos de acuerdo. Será mejor dejarlo.

Henry también alcanzó la carta y la abrió.

– Sería de agradecer. Y ya puestos, quizá podríamos hablar de otra cosa.

Sentí que me ruborizaba. Aquello era como una discusión conyugal, sólo que ellos dos apenas se conocían. Pensé que a Charlotte la abochornaría el tono de Henry, pero ni pestañeó. El momento de tensión quedó atrás. El resto de la conversación durante la cena transcurrió sin nada digno de mención y la velada concluyó en aparente armonía.

Henry la acompañó a su coche, y mientras los dos se despedían, dudé si mencionar o no el enfrentamiento, pero decidí que no era de mi incumbencia. Sabía a qué se debía la suspicacia de Henry al respecto. A los ochenta y siete años, seguro que pensaba en el lado económico de su propio fallecimiento.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «T de trampa»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «T de trampa» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Sue Grafton - U Is For Undertow
Sue Grafton
Sue Grafton - I de Inocente
Sue Grafton
Sue Grafton - H is for Homicide
Sue Grafton
Sue Grafton - P is for Peril
Sue Grafton
Sue Grafton - O Is For Outlaw
Sue Grafton
libcat.ru: книга без обложки
Sue Grafton
Sue Grafton - F is For Fugitive
Sue Grafton
Sue Grafton - C is for Corpse
Sue Grafton
Sue Grafton - E Is for Evidence
Sue Grafton
Sue Grafton - K Is For Killer
Sue Grafton
Sue Grafton - Z Jak Zwłoki
Sue Grafton
Sue Grafton - S is for Silence
Sue Grafton
Отзывы о книге «T de trampa»

Обсуждение, отзывы о книге «T de trampa» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x