Robert Crais - El último detective

Здесь есть возможность читать онлайн «Robert Crais - El último detective» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El último detective: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El último detective»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Elvis Cole se enfrenta a uno de los momentos más delicados de su vida: acaba de recibir la llamada de un hombre que asegura tener secuestrado a Ben, el hijo de Lucy, su compañera sentimental. El niño, que estaba al cuidado de Cole mientras su madre se hallaba de viaje, salió al jardín a jugar y pocos minutos después desapareció sin dejar rastro. Según las palabras del hombre que retiene a Ben, el secuestro está relacionado con un oscuro suceso del pasado de Cole. Éste fue el único superviviente de un batallón americano que fue aniquilado en Vietnam, y aunque en su momento fue premiado por su heroicidad, parece que alguien sigue resentido por el hecho. Para complicar aún más las cosas, Cole tiene que enfrentarse con Richard, ex marido de Lucy y padre de Ben, quien además de culparle por lo acontecido entorpece La búsqueda al insistir en la participación de su propio equipo de investigadores. Ayudado por su socio, Joe Pike, y la policía Carol Starkey, Cole se vuelca de pleno en el rescate en una carrera contra el reloj, mientras revive unos espinosos episodios que creía haber enterrado. Robert Crais ahonda en cuestiones vitales al retomar el pasado de su protagonista en esta novela que aúna con acierto una clásica trama detectivesca con un thriller de gran intensidad.

El último detective — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El último detective», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Lucy fue hasta donde estábamos nosotros, junto a las cristaleras.

– Quizá deberíamos llamar al FBI. ¿No se encargan ellos de los secuestros?

Gittamon contestó con el tono pausado de un hombre que llevaba años tratando con padres y niños asustados.

– Si hace falta sí que llamaremos al FBI, pero primero tenemos que saber exactamente qué ha sucedido.

– Ya sabemos qué ha sucedido. Alguien ha raptado a mi hijo.

Gittamon, que había seguido mirando la noche, se volvió y se acercó al sofá. Starkey se sentó junto a él y sacó una libretita de espiral.

– Ya sé que tiene miedo, señora Chenier. Yo también lo tendría, pero para nosotros es importante comprender a Ben y lo que ha desencadenado todo esto.

– Nada ha desencadenado todo esto, sargento -repliqué-. Un capullo lo ha secuestrado y ya está.

Lucy tenía mucha experiencia en los juzgados y se le daba bien pensar en cosas difíciles en momentos de tensión. Aquello era infinitamente peor, pero supo mantenerse centrada, seguramente mucho mejor que yo.

– Lo comprendo, sargento -aseguró-, pero se trata de mi hijo.

– Lo sé muy bien, así que cuanto antes terminemos, antes lo recuperará.

Gittamon le hizo una serie de preguntas generales que no guardaban ninguna relación con un secuestro en la ladera de una colina.

Mientras conversaban, anoté todo lo que me había dicho el tipo del teléfono, y después subí a buscar una foto de Ben y otra de las que había encontrado éste en mi armario, las de mi época militar. Hacía años que no veía ni aquella imagen ni ninguna otra. No me apetecía.

Poitras estaba sentado en la butaca del rincón cuando bajé.

– Los de PacBell se han puesto con lo del rastreo de la llamada -anunció-. En un par de horas tendremos el número de origen.

Le di las fotografías a Gittamon.

– Éste es Ben. El de la otra foto soy yo. He anotado lo que me ha dicho el que ha llamado, y estoy bastante seguro de no haberme dejado nada.

Gittamon echó un vistazo a las imágenes y se las pasó a Starkey.

– ¿Por qué nos da también la suya?

– El que ha llamado ha dicho: «La 5-2.» ¿Ve que hay un tío a mi lado con un cartel con ese número? La 5-2 era nuestra patrulla. No se me ocurre nada más a lo que pudiera haber querido referirse.

Starkey levantó la vista.

– Perdone, Cole, pero mirándole no parece que tuviera edad para haber estado en Vietnam.

– No la tenía.

– Vale, ¿qué más le ha dicho? -preguntó Gittamon.

– Se lo he escrito todo, palabra por palabra. No ha dicho gran cosa, sólo el número y que tenía a Ben. Y que estaba vengándose por algo.

Gittamon miró el papel y se lo entregó a Starkey.

– ¿Has reconocido la voz? -preguntó Poitras.

– No tengo ni idea de quién es. Me he estrujado el cerebro, pero no lo he reconocido.

Gittamon recuperó la foto de manos de Starkey y la miró con ceño.

– ¿Cree que se trata de uno de estos hombres?

– No, no puede ser. Unos minutos después de que se tomara la foto nos fuimos a una misión y murieron todos menos yo. De ahí la importancia de la patrulla 5-2. Por eso me acordaba.

Lucy dejó escapar un leve suspiro. Starkey apretó los labios como si quisiera un cigarrillo. Gittamon bajó la cabeza, incómodo, como si no quisiera hablar de algo tan violento. Yo tampoco quería hablar de ello, la verdad.

– ¿Hubo algún incidente?

– No, si lo que me pregunta es si fue culpa mía. Salió mal y punto. No hice nada más que sobrevivir.

Me sentía culpable de la desaparición de Ben y avergonzado porque parecía que lo habían secuestrado por mi culpa. La historia se repetía: una vez más servidor metía a Lucy de lleno en una pesadilla.

– No sé qué más ha podido querer decir el del teléfono -aseguré-. Sólo se me ocurre eso.

Starkey se acercó a su compañero y le dijo:

– Tal vez deberíamos pasar la descripción de Ben a los coches patrulla.

Poitras asintió para indicarle que lo hiciera.

– Y habla también con la compañía telefónica -le ordenó-. Que pinchen el número de Elvis.

Starkey salió al vestíbulo con el móvil en la mano. Mientras llamaba, Gittamon me preguntó por los días que acababa de pasar con Ben. Cuando le conté que me lo había encontrado rebuscando en mi vestidor enarcó las cejas.

– Entonces; ¿Ben sabía la historia esa de la patrulla 5-2?

– No sabía que los demás habían muerto, pero sí había visto las fotos.

– ¿Y eso cuándo fue?

– Esta semana, hará unos tres días. ¿Y eso qué importancia tiene?

Gittamon se concentró en la foto, como si estuviera a punto de ocurrírsele una idea muy profunda. Miró a Lucy y después se volvió otra vez hacia mí.

– Estoy intentando descubrir cómo encaja esto. Lo que parece es que han secuestrado al hijo de la señora Chenier como venganza por alguna cosa que ha hecho usted. No la señora Chenier, sino usted. Pero Ben no es su hijo, ni siquiera su hijastro, y sólo ha vivido con usted estos últimos días. Eso es así, ¿verdad? ¿La señora Chenier y usted mantienen residencias separadas?

Lucy se reclinó contra la chimenea. Estaba claro que Gittamon se había puesto a sopesar otras posibilidades, y eso había despertado su interés.

– Sí, eso es.

El sargento asintió y volvió a mirarme.

– ¿Por qué iba a raptar al hijo de la señora Chenier si a quien odia tanto es a usted? ¿Por qué no incendiar su casa o pegarle un tiro o incluso ponerle una demanda? ¿Ve por dónde voy?

Lo veía, y no me hacía ninguna gracia.

– Mire, eso es imposible. Ben no puede hacer una cosa así. Sólo tiene diez años.

Lucy miró a Gittamon, luego a mí y después otra vez a Gittamon. No lo entendía.

– ¿Qué es lo que no puede hacer Ben?

– Lou, por el amor de Dios -exclamé.

Poitras asintió para demostrar que me apoyaba.

– Dave, Ben no haría una cosa así. Conozco al chico.

– ¿Está diciendo que Ben ha simulado un secuestro? -preguntó Lucy.

Gittamon dejó la foto en la mesita del sofá como si ya hubiera visto suficiente.

– No, señora, es demasiado pronto para aventurar algo así, pero he visto niños que han simulado secuestros por motivos muy variados, sobre todo si se sentían inseguros. El hermano mayor de algún amigo podría haber llamado al señor Cole.

Me sentía furioso e impaciente. Me acerqué a las puertas de cristal. Una parte de mí que estaba asustada tenía la esperanza de que Ben estuviera en el porche, observándonos, pero no era así.

– Si no quiere que nos hagamos ilusiones sin sentido -propuse-, no siga. He pasado los últimos cinco días con él. Ben no se sentía inseguro y es incapaz de hacer una cosa así.

La voz de Lucy sonó con fuerza a mi espalda:

– ¿Es que prefieres que alguien lo haya secuestrado?

Tenía tantos deseos de creerlo que la esperanza brillaba en sus ojos como una chispa.

Poitras se puso de pie.

– Oye, Dave, si ya tienes bastante material para empezar será mejor que nos vayamos. Quiero llamar a un par de puertas. A lo mejor alguien vio algo colina abajo.

Gittamon hizo un gesto a Starkey para indicarle que podía cerrar la libreta y acto seguido se puso en pie y se colocó al lado de Poitras.

– Señora Chenier, por favor, no digo que Ben haya montado un secuestro falso. De verdad que no, señor Cole. Pero es algo que debemos tener en consideración. Me gustaría disponer de una lista de los amigos de Ben, con sus teléfonos. Aún es pronto y podemos hacer algunas llamadas.

Lucy también se levantó, resuelta y centrada como nunca.

– Tengo que ir a casa a buscarlos -dijo-. Puedo ir ahora mismo.

– Gittamon -intervine-, ¿piensa hacer caso omiso de la llamada?

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El último detective»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El último detective» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Robert Crais - Suspect
Robert Crais
Robert Crais - Taken
Robert Crais
Robert Crais - L.A. Requiem
Robert Crais
Robert Crais - Free Fall
Robert Crais
Robert Crais - The sentry
Robert Crais
Robert Crais - The Watchman
Robert Crais
Robert Crais - The Monkey
Robert Crais
Robert Crais - The Last Detective
Robert Crais
Robert Crais - Indigo Slam
Robert Crais
Robert Crais - Sunset Express
Robert Crais
Robert Crais - Voodoo River
Robert Crais
Отзывы о книге «El último detective»

Обсуждение, отзывы о книге «El último detective» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x