Michael Connelly - La Rubia de Hormigón

Здесь есть возможность читать онлайн «Michael Connelly - La Rubia de Hormigón» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

La Rubia de Hormigón: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La Rubia de Hormigón»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Harry Bosch es juzgado por haber matado, cuatro años antes, a Norman Church, asesino de once mujeres, conocido como El Fabricante de Muñecas. Incumpliendo el reglamento, Bosch no esperó refuerzos y disparó a Church cuando creyó que iba a sacar una pistola oculta bajo la almohada; en realidad, buscaba su peluquín. Por este asunto, el detective fue degradado a Homicidios de Hollywood.
Durante el transcurso del juicio es descubierto el cadáver enterrado en hormigón de una mujer. Todo apunta a que se trata de una antigua víctima de El Fabricante de Muñecas; pero cuando se establece la fecha de su muerte se descarta a Church como su asesino, puesto que entonces ya había fallecido. Este hecho pone en dificultades al detective, pues según la acusación podría haber matado a un hombre inocente. Bosch demuestra que un nuevo asesino en serie, El Discípulo, está imitando a Norman Church.
En el terreno personal, Harry tiene problemas con Sylvia Moore, que le reprocha que la mantenga al margen de sus preocupaciones y pensamientos

La Rubia de Hormigón — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La Rubia de Hormigón», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Capítulo 28

Cuando Bosh dejó libre el canal de la radio, Rollenberger entró en antena casi inmediatamente.

– ¡Bosch! ¡Sheehan, equipo uno! ¿Qué está pasando ahí? ¿Qué pasa? Informad inmediatamente.

Al cabo de un momento, Bosch respondió con tranquilidad.

– Aquí seis. Jefe de equipos, sería conveniente que se dirigiera al veinte del sujeto.

– ¿A su casa? ¿Cómo? ¿Ha habido tiros?

– Jefe de equipos, sería aconsejable que dejara libre el canal. A todas las unidades del operativo, no hagáis caso al llamamiento. Todas las unidades están diez-siete hasta nuevo aviso. Unidad cinco, ¿me escuchas?

– Cinco -contestó Edgar.

– Cinco, ¿puedes reunirte conmigo en el veinte del sujeto?

– Voy para allá.

– Seis, corto.

Bosch apagó la radio antes de que Rollenberger pudiera volver a entrar en antena.

El teniente tardó una media hora en ir desde el centro de operaciones del Parker Center a la casa de Sierra Linda. Para cuando llegó, Edgar ya estaba allí y había un plan en marcha. Bosch abrió la puerta principal justo cuando Rollenberger llegaba a ella. El teniente se abrió paso a grandes zancadas con la cara roja tanto por la rabia como por el aturdimiento.

– Ya está bien, Bosch. ¿Qué cono está pasando aquí? Tú no tienes autoridad para cancelar mi llamamiento, para contradecir mis órdenes.

– Pensé que cuanta menos gente lo supiera, mejor, teniente. Llamé a Edgar. Me pareció que con él bastaría para controlar la situación y así no habría demasiados…

– ¿Saber qué, Bosch? ¿Controlar qué? ¿Qué está pasando?

Bosch lo miró durante un instante antes de contestar. Luego, en un tono sereno, dijo:

– Uno de los hombres que estaban a su mando llevó a cabo un registro ilegal de la residencia del sospechoso. Fue sorprendido en ese acto cuando el sospechoso eludió la vigilancia que usted supervisaba. Eso es lo que ha ocurrido.

Rollenberger reaccionó como si le hubieran dado una bofetada.

– Bosch, ¿has perdido la cabeza? ¿Dónde está el teléfono? Voy a…

– Si llama al inspector Irving puede olvidarse para siempre de volver a dirigir un operativo. Puede olvidarse de muchas cosas.

– ¡Joder! Yo no tengo nada que ver con todo esto. Tú estabas trabajando por tu cuenta y te pillaste los dedos. ¿Dónde está Mora?

– Está arriba, en la habitación de la derecha, esposado a la máquina de pesas.

Rollenberger miró a todos los que estaban en el salón. Sheehan, Opelt, Edgar. Todos miraron al teniente con indiferencia. Bosch dijo:

– Si no sabía nada de esto, teniente, tendrá que demostrarlo. Todo lo que se ha dicho en la simplex cinco esta noche está en las cintas del centro de comunicaciones. Yo dije que estaba en la casa y usted estaba escuchando. Incluso habló conmigo varias veces.

– Bosch, estabais hablando en clave, yo no…, no sabía na…

De pronto Rollenberger se abalanzó salvajemente sobre Bosch, con las manos en alto y dispuesto a agarrarlo por el cuello. Bosch estaba preparado y reaccionó con agresividad. Golpeó con las palmas de las manos en el pecho del otro hombre y lo empujó contra la pared del pasillo. Un cuadro se deslizó y cayó estrepitosamente al suelo.

– Bosch, eres un estúpido, has echado a perder la detención -dijo mientras se desplomaba contra la pared-. Todo esto es ile…

– No hay detención. No es él. Pero tenemos que estar seguros. ¿Quiere ayudarnos a registrar el lugar y pensar cómo atajar este asunto o quiere llamar al jefe y explicarle lo mal que ha organizado a su operativo?

Bosch retrocedió, pero añadió:

– El teléfono está en la cocina.

Tardaron más de cuatro horas en registrar la casa. Los cinco, metódicamente y en silencio, registraron todas las habitaciones, los cajones y los armarios. Las escasas pruebas que iban recopilando de la vida secreta del detective Ray Mora, las ponían en la mesa del comedor. Durante todo ese tiempo, su anfitrión permaneció en el gimnasio del piso de arriba, esposado a una de las barras cromadas de la máquina de pesas. Se le concedieron menos privilegios que a un asesino al que hubieran arrestado en su propia casa. Ni llamada de teléfono, ni abogado, ni derechos. Lo mismo ocurría siempre que los polis investigaban a otros polis. Cualquier poli sabía que los abusos de poder más flagrantes se producían cuando el afectado era uno de los suyos.

De vez en cuando, al comenzar su trabajo, oían a Mora gritar. La mayoría de las veces llamaba a Bosch, algunas a Rollenberger, pero nadie acudió hasta que, finalmente, Sheehan y Opelt -preocupados porque los vecinos pudieran oírlo y llamar a la policía- entraron en la habitación y lo amordazaron con una toalla de baño y cinta aislante negra.

El silencio de los que registraban, sin embargo, no estaba motivado por el respeto hacia los vecinos. Los detectives trabajaban sin cruzar palabra por la tensión que se respiraba en el ambiente. Aunque Rollenberger estaba manifiestamente enfadado con Bosch, la mayor parte de la tensión derivaba del hecho de que Sheehan y Opelt hubieran fracasado en la vigilancia, lo cual había desembocado directamente en que Bosch fuera descubierto por Mora en el interior de su domicilio. Nadie, a excepción de Rollenberger, estaba molesto por el asalto ilegal de Bosch. En la casa del propio Bosch habían irrumpido al menos en dos ocasiones, que él supiera, cuando por alguna razón había sido el centro de una investigación interna. Era exactamente igual que la placa, formaba parte del trabajo.

Cuando acabaron el registro, la mesa del comedor estaba repleta de revistas porno y cintas originales, el equipo de grabación, la peluca, la ropa de mujer y la agenda de teléfonos personal de Mora. La televisión a la que había ido a parar el disparo fallido de Mora también estaba allí. Para entonces, Rollenberger ya se había tranquilizado tras haber analizado la situación durante aquellas horas mientras efectuaba el registro.

– Muy bien -dijo cuando los otros cuatro se reunieron alrededor de la mesa para evaluar los resultados-. ¿Qué es lo que tenemos? Número uno: ¿estamos seguros de que Mora no es nuestro hombre?

Rollenberger miró a su alrededor y detuvo la vista al llegar a Bosch.

– ¿Qué te parece, Bosch?

– Ya ha oído lo que creo. Él lo niega y lo que había en la última cinta, antes de que me hiciera borrarla, no coincide con el Discípulo. Parecía tener su consentimiento, aunque estaba claro que los chicos que estaban con él eran menores. Él no es el Discípulo.

– ¿Entonces qué es?

– Alguien con problemas. Yo creo que lleva demasiado tiempo en antivicio, eso pudo con él y empezó a montarse sus propias películas.

– ¿Las vendía? -No lo sé. Me extrañaría. Aquí no hay pruebas de eso.

No se esmeró mucho por ocultarse en la cinta que yo vi. Yo diría que era más bien material para su consumo. No se metió en eso por dinero. Va más allá.

Nadie dijo nada, de forma que Bosch continuó.

– Yo lo que creo es que empezó a olerse que le seguíamos un tiempo después de que fijáramos en él nuestro objetivo y comenzó a deshacerse de las pruebas. Esta noche, seguramente, ha estado intentando despistarnos para averiguar por qué le seguíamos. Ha destruido la mayoría de las pruebas, pero si alguien se pone manos a la obra con la agenda de teléfonos, apuesto a que acabaríamos encajando las piezas. Si seguimos el rastro de las listas que tiene sólo con los apellidos probablemente llegaremos hasta algunos de los chicos que utilizaba para los vídeos.

Sheehan hizo ademán de coger la agenda de teléfonos.

– Déjala -dijo Rollenberger-. Si alguien continúa con esto, será asuntos internos.

– ¿Cómo van a hacerlo? -preguntó Bosch.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La Rubia de Hormigón»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La Rubia de Hormigón» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Michael Connelly - The Wrong Side of Goodbye
Michael Connelly
Michael Connelly - Murder in Vegas
Michael Connelly
Michael Connelly - The Crossing
Michael Connelly
Michael Connelly - The Drop
Michael Connelly
Michael Connelly - The Fifth Witness
Michael Connelly
Michael Connelly - Nueve Dragones
Michael Connelly
Michael Connelly - Cauces De Maldad
Michael Connelly
Michael Connelly - Cmentarzysko
Michael Connelly
Michael Connelly - The Scarecrow
Michael Connelly
Michael Connelly - Angels Flight
Michael Connelly
Отзывы о книге «La Rubia de Hormigón»

Обсуждение, отзывы о книге «La Rubia de Hormigón» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x