Jonathan Kellerman - Obsesión

Здесь есть возможность читать онлайн «Jonathan Kellerman - Obsesión» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Obsesión: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Obsesión»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Patty Bigelow pensaba que por fin había conseguido enderezar su vida, pero de repente, su rebelde hermana Leila abandona a su hija, Tanya, en la puerta de su casa. Tía y sobrina aprenden con dificultad a vivir juntas con la ayuda profesional del doctor Alex Delaware, psiquiatra. Ahora, quince años después, Tanya acude de nuevo a la consulta de Alex porque la única madre que ha tenido, Patty Bigelow, ha fallecido dejando a la joven un extraño legado: le confesó, en su lecho de muerte, haber matado a un hombre años atrás. Este acto de barbarie abrirá inevitablemente un túnel al pasado en el que los secretos, junto con los cadáveres, han sido profundamente enterrados.

Obsesión — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Obsesión», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Nos gustaría hablar con usted sobre Robert Fisk -comenzó Petra.

Sus ojos redondos y brillantes se abrieron.

– ¿De quién?

Incluso con la puerta cerrada y el ruido del tráfico atenuado, a su voz le faltaba volumen.

– Es sospechoso de un crimen y estamos investigando.

– Un mierdecilla. ¿A quién ha jodido ahora? -preguntó con apenas un susurro flemático, cada palabra era un esfuerzo.

– Un tipo de Hollywood -contestó Petra-. ¿Fisk juega sucio?

– Es un hijo de puta -increpó Bowland-. Un cabrón hijo de puta de mierda.

El balón golpeó en el guante de uno de los receptores. Bowland movió los brazos y el torso.

– ¿Por qué se pelearon?

– Por nada.

– ¿Por nada?

– Me saltó encima.

– Cuéntenos.

Bowland inspiró por la nariz y exhaló el aire por la boca.

– Estaba trabajando. De gorila.

– En el Rattlesnake -continuó Petra.

– Aquella semana se llamaba así. -Hizo una pausa para respirar. Bowland se acarició la garganta-. Todavía me duele. Hijo de puta. Díganme donde está y no tendrán que perder el tiempo.

Levantó el puño. Sus ojos saltones pasaron del envalentonamiento a lo patético.

– No se culpe por sentirse así -dijo Petra, sentándose junto a él. Se mordió los labios, su lengua recorrió la parte inferior de una de las mejillas. Cada uno de sus muslos era tan ancho como el cuerpo de ella.

– Entonces, estaba trabajando en el Rattlesnake y ¿qué pasó?

– El cabrón entró con otros cabrones, todo iba bien. Luego el cabrón se levantó y decidió que quería bailar con su banda. Le dije que no lo hiciera, me sonrió y bajó del escenario, como si estuviera todo bien.

Bowland suspiró.

– Mientras le acompañaba abajo del escenario, empezó a charlar, haciéndose el gracioso, sabía que solo estaba haciendo mi trabajo, él también había pasado por ahí, tío. Como tú, si estuvieras allí, eres una marioneta, me entiendes, ¿no?

– Es un tipo pequeño, Bassett, ¿puedo llamarle Bassett?

– Bass, como la cerveza. -Bowland hizo girar sus dedos pulgar e índice juntos-. Entonces desea que el muy hijo de puta desaparezca.

– Bien, estaba cooperando con usted, haciéndose el bueno.

– Seguimos andando. Le dejé pasar hacia la barra, para que fuera a tomarse una copa, bien fría, pero el tío era uno de esos que no beben, para parecer más auténtico. Sacó la mano así.

Reprodujo el gesto con la mano.

– Yo no quería problemas y se lo hice saber, ¿sabe lo que quiero decir? En lugar de darme la mano me agarró por aquí. -Se tocó una de las muñecas-. El puto brazo se me quedó muerto, entonces me pegó en la rodilla y me cogió.

– Por el cuello -interrumpió Petra.

– Era como una puta garra de hierro -repitió Bowland-. Yo le daba golpes arriba a la cabeza mientras él me golpeaba.

Se acarició la rodilla.

– Me dislocó el hueso o algo así. Yo me caí y él seguía agarrándome con la mano. Me han contado que me pateó la espalda, pero soy un tipo grande, ya sabe, no me rompió nada.

Hablaba arrastrando las palabras y parecía exhausto. Jadeó y se dejó caer de nuevo con tanta fuerza como para mover el sofá.

– Un ataque sorpresa -apuntó Petra.

– La única forma que tuvo de hacerlo -replicó Bowland-. Y esa es toda la historia. Ahora, tengo que ir a dormir.

– ¿Ha trabajado duro?

Su respuesta fue un bostezo.

– ¿Qué tipo de trabajo tiene, Bass?

– Seguridad.

– ¿Dónde?

– En la casa de empeño, en Van Nuys. Persas. Tengo que ponerme eso, pago para que lo limpien.

– ¿Con quién fue Fisk aquella noche a la discoteca?

– Con otros hijos de puta. Esto es lo que va a recibir. -Sonrió mientras formaba con los dedos de la mano una pistola.

– Me cae simpático Bass, pero somos la ley, así que tenga cuidado.

– No quería decir eso -dijo Bowland-. Dios le dará su merecido.

– ¿Es religioso?

Bowland metió la mano por dentro de la camiseta y sacó un pequeño crucifijo.

– Todos pagan.

– Fisk no pagó porque usted no quiso testificar.

Bowland no contestó.

– Si un tío me hiciera eso, Bass, me gustaría que pasara una larga temporada entre rejas.

Bowland examinó su figura esbelta.

– Si un tío le hiciera eso, merecería la pena de muerte.

– ¿Al contrario que con usted?

– Sé cuidar de mí mismo.

– Estoy segura de que sí, pero aun así…

– ¿Qué? -preguntó Bowland-. ¿Voy al juicio y me pongo a llorar para que todos digan que soy una nenaza y que necesito que la Policía me defienda?

Cerró los ojos.

– ¿Qué más puede contarnos de Fisk? -añadió Petra.

– Nada.

– ¿Le había visto alguna vez antes de aquella noche?

– Un par de veces.

– ¿Siempre se movía con la misma gente?

– Sí.

– ¿Algún nombre?

– Uno se llamaba Rosie -apuntó Bowland- y otro Blazer.

– ¿Era Rosie su chica?

– Era un tipo negro, a veces pincha discos.

– ¿En el Rattlesnake?

– No.

– Entonces, ¿dónde?

– Ni idea.

– ¿Y cómo sabe que es pinchadiscos?

– Me lo dijo él.

– ¿Cuándo?

– Antes.

– ¿Antes de que Fisk le atacara?

– Usted y Rosie estaban hablando.

– Estábamos junto al escenario y me decía que lo de la banda estaba bien, pero que podía pinchar mucho mejor si lo hacía solo.

– ¿Había tenido problemas con él antes?

Movió la cabeza.

– Se comportó siempre.

– ¿Cuál es su apellido?

– Ni idea.

– ¿Y Blazer?

– Un tipo bajito, se apellidaba algo así como Pain.

– ¿Blazer Pain?

– Algo así -respondió Bowland.

– ¿Blanco o negro?

– Blanco, creo que es famoso.

– ¿Utilizaba la sala vip?

– No había en el Snake. El cabrón era simplemente un estúpido.

– ¿Estúpido? ¿A qué se refiere?

– Caminaba por allí como si fuera el centro de todo.

– ¿Blazer Pain? -preguntó Petra.

– Algo así.

– Robert Fisk solía andar con estos dos.

– Supongo que sí.

– ¿No lo sabe?

– Siempre está a tope de gente.

– Usted estaba en la puerta, veía quién entraba.

Bowland movió la cabeza.

– A veces estaba junto al escenario.

– La noche que Fisk le atacó, ¿dónde estaba situado?

– En el escenario.

– Entonces no sabe si Fisk entró con Rosie y Blazer.

– Los vi dentro. Rosie estaba con Blazer, luego Blazer se alejó y Rosie se quedó junto al escenario. Me pareció que Fisk estaba buscando a Blazer, luego volvió y dijo que quería bailar.

– ¿Buscaba a Blazer? ¿Por qué?

– Para tener al cabrón cerca, disimular, ya sabe.

Entrecerró los ojos, inclinó la cabeza.

– ¿Fisk era el guardaespaldas de Blazer?

Se encogió de hombros.

– ¿Blazer necesitaba a un guardaespaldas?

– Quizá pensaba que sí.

– ¿Conoce alguna razón por la que él necesitaría un guardaespaldas?

– Pregúntenle a él.

– Lo que quiero saber -aclaró Petra- es si él estaba metido en, actividades ilegales.

– Pregúntenle.

– ¿Dónde podemos encontrarle?

Bowland se rió.

– Quizá en Idiotilandia -bostezó-. Me voy a dormir.

– ¿Por qué está tan cansado? -preguntó Petra- Nunca he oído hablar de una casa de empeño con horario de noche.

– Tengo que estar allí a las ocho de la mañana.

– ¿Hasta qué hora?

– La una -contestó Bowland.

– Un trabajito de media jornada.

– Parece jornada completa. Dando vueltas y mirando toda esa mierda que compran los persas.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Obsesión»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Obsesión» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Jonathan Kellerman - Devil's Waltz
Jonathan Kellerman
Jonathan Kellerman - Billy Straight
Jonathan Kellerman
Jonathan Kellerman - Test krwi
Jonathan Kellerman
Jonathan Kellerman - Compulsion
Jonathan Kellerman
Jonathan Kellerman - Dr. Death
Jonathan Kellerman
Jonathan Kellerman - True Detectives
Jonathan Kellerman
Jonathan Kellerman - Evidence
Jonathan Kellerman
Jonathan Kellerman - The Clinic
Jonathan Kellerman
Jonathan Kellerman - The Conspiracy Club
Jonathan Kellerman
Jonathan Kellerman - Rage
Jonathan Kellerman
Jonathan Kellerman - Gone
Jonathan Kellerman
Отзывы о книге «Obsesión»

Обсуждение, отзывы о книге «Obsesión» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x