Jonathan Kellerman - Obsesión

Здесь есть возможность читать онлайн «Jonathan Kellerman - Obsesión» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Obsesión: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Obsesión»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Patty Bigelow pensaba que por fin había conseguido enderezar su vida, pero de repente, su rebelde hermana Leila abandona a su hija, Tanya, en la puerta de su casa. Tía y sobrina aprenden con dificultad a vivir juntas con la ayuda profesional del doctor Alex Delaware, psiquiatra. Ahora, quince años después, Tanya acude de nuevo a la consulta de Alex porque la única madre que ha tenido, Patty Bigelow, ha fallecido dejando a la joven un extraño legado: le confesó, en su lecho de muerte, haber matado a un hombre años atrás. Este acto de barbarie abrirá inevitablemente un túnel al pasado en el que los secretos, junto con los cadáveres, han sido profundamente enterrados.

Obsesión — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Obsesión», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Apuntó con la cabeza hacia el patio de los búngalos.

– Mirando este edén, seguro que hubo muchos crímenes callejeros en los alrededores durante aquellos años. Esperemos a ver si Isaac descubre algo. No es que esté más convencido hoy de que pasara algo de lo que lo estaba ayer. Pero si no fue eutanasia, mi próxima hipótesis tendría que ver con el mercado de drogas de Cherokee. Sobre todo, después de conocer a Lester Jordan. Déjame husmear un poco más, le haré a Jordan otra visita a domicilio.

Milo bostezó, se estiró y cerró los ojos.

– Suficiente por hoy. Vamos.

– ¿Hora de ver la tele? -pregunté.

Sus ojos se abrieron.

– No tan rápido, chaval. Te toca pagar un almuerzo de los caros.

– Claro -respondí-. Después podemos volver a hacerle una visita a Jordan.

– No, demasiado pronto. Iré yo solo mañana.

– ¿Qué necesitas que haga yo mañana?

Bajó la ventanilla y respiró el humo.

– Decídelo a cara o cruz, que es una forma bonita de decir que no tengo ni puñetera idea.

Llegué a casa a las tres, con la barriga llena de comida tailandesa y saqué a Blanche a dar un paseo por el jardín, renové su agua, la escuché hablar de su día, y la llevé a ella, y a su cuenco de comida, a mi despacho.

Ella empezó a comer mientras yo le daba otro vistazo al expediente de Tanya.

Empecé por el principio.

El círculo vicioso del comportamiento obsesivo-compulsivo está propulsada por la ansiedad. Las interferencias pueden anularse con SSRI, drogas que incrementan el flujo de la serotonina al cerebro. Pero no se conoce mucho sobre cómo los medicamentos psicoactivos afectan a los niños a largo plazo y cuando el paciente deja de tomar las pastillas, la banda vuelve a arrancar. La terapia de comportamiento cognitivo supone más tiempo y requiere una participación activa por parte del paciente, pero no presenta efectos secundarios y enseña al paciente ciertas habilidades de autoayuda que pueden perdurar. En la época en que Tanya vino a verme por primera vez, había tratado con éxito a niños con trastornos obsesivo-compulsivos, probando con una amplia variedad de metodologías de CBT.

Intentaba ver a cada paciente sin caer en los prejuicios, pero después de ejercer varios años, las ideas preconcebidas son inevitables y cuando ella llegó, yo ya tenía un plan en mente.

1. Reconstruir su confianza.

2. Encontrar el centro del ansia.

3. En el momento adecuado, pararse a reflexionar, exposición guiada, insensibilización, o alguna combinación; sustituir la tensión por relajación.

En la cuarta sesión, nuestra relación parecía fijada y ya estaba listo para trabajar. Tanya caminaba por el despacho, se sentó en la mesa de juegos y dijo:

– Se han ido.

– ¿Quiénes?

– Mis hábitos.

– ¿Se han ido?-pregunté.

– Ya no los hago.

– Eso es fantástico, Tanya.

Se encogió de hombros.

– ¿Cómo lo has hecho?

– Usted sugirió que yo me ponía nerviosa, así que cuando me pongo nerviosa, los aparto lejos de mí.

– ¿Los apartas?

– Me digo «Para, eso es estúpido» y pienso en otras cosas aquí dentro -dijo, dándose golpecitos en la sien.

¿Quieres el título de psiquiatría para tomar aquí, o te lo pongo para llevar?

– ¿En qué otras cosas dentro de tu cabeza?

– En pasear con mamá. Ir a Disneylandia.

– ¿Disneylandia es tu lugar favorito?

– El mundo en miniatura es aburrido -argumentó-. Me gustan las tazas giratorias. -Hacía girar una mano-. Me gusta la taza rosa.

– Entonces, has subido ya a las tazas giratorias con tu mamá.

– No -respondió. Parecía irritada-. En realidad no lo hemos hecho, mi mamá se marea cuando gira. Nosotras miramos.

– Te gustaría hacerlo.

– Finjo hacerlo. -Empezó a girar ambas manos. Rápido y de forma desigual como si fuera un conductor de autobús nervioso.

– Finges girar.

– Rápido.

– Eso hace que los hábitos nerviosos se vayan.

La duda avivó sus pálidos ojos verdes.

– Usted me dijo que los hábitos venían cuando estaba nerviosa.

– Tienes toda la razón, Tanya. Has hecho un gran trabajo.

– Yo no hice nada de nada -respondió.

– ¿Alguien te ayudó?

Movió la cabeza con empatía.

– Yo no hice nada la primera vez.

– Tú hiciste algo.

Se giró dándome la espalda.

– Miré debajo de la cama. Un poco. Me lavé las manos un montón de veces. La segunda vez no miré debajo de la cama y solo me lavé las manos una vez. Tengo que lavármelas. Para estar limpia, mi mamá dice que hay que usar el jabón y el agua antes de irse a dormir, y lavarse los dientes.

– Parece una buena idea.

– Lavarse solo una vez es una buena idea -dijo-. Más veces es estúpido.

– ¿Tu mamá te indicó que era estúpido?

– ¡No! Me lo dije a mí misma. -Cogió un lápiz, lo giró, golpeó la casa de muñecas.

– Estoy muy impresionado, Tanya.

Ninguna respuesta.

– Tienes que estar orgullosa de ti misma.

– Tener hábitos hacía que me cansara -replicó, sin darle importancia.

– Y ahora puedes manejarlos.

– Cuando me pongo nerviosa, me digo: «Estás nerviosa, no necesitas estos hábitos».

– Perfecto -añadí-. Podrías ser médico.

Jugaba con las muñecas. Cogió una con fuerza, poniendo cara de póquer. La soltó, se dejó llevar y sonrió.

– Mi mamá dice que no hay nadie perfecto, pero que yo casi lo soy.

– Tu mamá lo sabe.

Una risa tonta.

– Bueno…, ¿puedo dibujar?

***

La segunda vez, tres años después, esperaba un cierto desánimo debido a la recaída. Me sorprendió verla con la espalda bien erguida y dándose aires mientras entraba en el despacho. Seguía siendo pequeña para su edad, pero vestía como si fuese mayor: pantalones caqui de soldado ajustados, camiseta blanca bajo un suéter azul marino con cuello en pico, mocasines marrones inmaculados. Su pelo estaba peinado hacia afuera y liso. Mostraba indicios de madurez que empezaban a concretar el contorno de su cara.

La mesa de juegos que la había entretenido cuando tenía siete años fue ignorada tras una mirada. Se acomodó en uno de los sillones de piel, cruzó las piernas y dijo:

– Así que estoy aquí de nuevo.

– Me alegro de verte, Tanya.

– Lo siento. Lo he vuelto a hacer.

– ¿Tus hábitos?

– No, lo que quiero decir es que ya se han ido.

– ¿Te has curado otra vez?

– Mi mamá ha dicho que de todas formas tenía que venir.

– Eso no es nada que debas sentir.

– Tenía que venir hace unas semanas, pero tenía muchos exámenes, así que…

– Mientras tanto hiciste tú sola el trabajo.

– No quiero desperdiciar su tiempo. Ni el dinero de mi mamá. Mi mamá quería que viniese a verle de todas maneras. Quiere estar segura de que estoy bien.

– ¿Te sientes bien?

– Sí.

– Entonces me imagino que estarás bien -dije- ¡Caramba! Lo has hecho incluso más rápido que la primera vez. Estoy impresionado.

– La primera vez fue usted quien lo hizo de verdad -dijo ella-. Me explicó que estaba haciendo todas aquellas cosas porque me ponía nerviosa. Ahora lo entiendo. -Se estiró en la silla-. No sé por qué volvía empezar. Al menos esta vez no era tan malo. No tenía que comprobarlo todo una y otra vez.

– ¿Estabas nerviosa por algo?

– En realidad, no.

– Tu madre me ha contado que os habéis mudado.

– Me gusta.

– A veces hasta un cambio para mejor puede ponernos nerviosos.

Reflexionó sobre aquello.

– Me gusta.

– ¿Cómo te va la escuela? -pregunté.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Obsesión»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Obsesión» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Jonathan Kellerman - Devil's Waltz
Jonathan Kellerman
Jonathan Kellerman - Billy Straight
Jonathan Kellerman
Jonathan Kellerman - Test krwi
Jonathan Kellerman
Jonathan Kellerman - Compulsion
Jonathan Kellerman
Jonathan Kellerman - Dr. Death
Jonathan Kellerman
Jonathan Kellerman - True Detectives
Jonathan Kellerman
Jonathan Kellerman - Evidence
Jonathan Kellerman
Jonathan Kellerman - The Clinic
Jonathan Kellerman
Jonathan Kellerman - The Conspiracy Club
Jonathan Kellerman
Jonathan Kellerman - Rage
Jonathan Kellerman
Jonathan Kellerman - Gone
Jonathan Kellerman
Отзывы о книге «Obsesión»

Обсуждение, отзывы о книге «Obsesión» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x