John Katzenbach - Un Asunto Pendiente

Здесь есть возможность читать онлайн «John Katzenbach - Un Asunto Pendiente» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Un Asunto Pendiente: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Un Asunto Pendiente»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Megan y Duncan Richards son gente normal. Él es banquero; ella, agente inmobiliaria. Tienen dos hijas adolescentes y un hijo. Viven en una casa preciosa. Todo indica que sus días de activistas políticos, allá por 1968, han quedado muy atrás. Después de todo, cualquiera que fuera joven en 1968 tiene un pasado activista.
Pero Megan y Duncan son distintos. Ellos fueron un poco más lejos. Empujados por una hermosa mujer que se hacía llamar Tania y que dirigía un grupo radical llamado la Brigada de Phoenix, tomaron parte en un robo que, según Tania, sería sencillo y sin derramamiento de sangre, pero no fue así. Desde entonces han pasado 18 años.
Y ahora, cuando los Richards disfrutan de su tranquilidad familiar, Tania está a punto de salir de la cárcel. Lleva 18 años planeando cómo vengarse de las dos personas a las que culpa de lo que ocurrió aquel día. Su venganza será dulce, será perversa. Empezará por su hijo…

Un Asunto Pendiente — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Un Asunto Pendiente», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Se sentaron a la mesa de la cocina.

– Es curioso cómo soy capaz de soltar un discurso que nos hace sentirnos mejor y peor al mismo tiempo.

Duncan se tapó la cara con las manos como buscando esconderse y Megan recordó que solía hacer ese gesto cuando jugaba con las gemelas, y después con Tommy. Contuvo las lágrimas.

Duncan levantó la cabeza.

– Anoche fue como un sueño, solo en el banco y metiendo todo ese dinero en mi maletín.

Se recostó en la silla y miró al techo.

– Es como si algo se hubiera roto dentro de mí, partido en dos.

Calló un momento, como si reflexionara sobre lo que acababa de decir. Después añadió:

– Tengo la sensación de que debería hacer un discurso sobre el sacrificio y el deber y el amor y todo eso, pero me siento incapaz, sólo quiero que suene el teléfono.

Megan no contestó y los dos permanecieron sentados sin decir palabra, mirando de vez en cuando por la ventana, mientras, con la creciente oscuridad, se ensombrecían también sus esperanzas.

***

Olivia miró al juez y al niño y dijo:

– Les pediría disculpas y les diría que lamento haber tenido que recurrir a esto, pero no me creerían, así que no lo haré.

El juez la miró furioso. Tenía las manos y los tobillos atados y notaba que se le entumecían los músculos y las articulaciones. Tommy estaba junto a él atado de la misma forma.

Olivia les enseñó un rollo de cinta adhesiva.

– Podría taparte la boca con esto, juez.

– No será necesario -respondió éste deprisa, tal vez demasiado deprisa. Enseguida deseó no haber pronunciado esas palabras.

Olivia desenrolló un trozo de cinta, la cortó y la sostuvo en alto para que pudieran verla. Después se la colocó sobre su propia boca, sin llegar a pegarla, e hizo una mueca.

– Huele mal -dijo-. Y es pegajosa.

– Repito que no será necesario, esperaremos aquí en silencio.

Olivia sonrió.

– ¿Seguro? ¿Palabra de juez?

Éste asintió.

– ¿Y tú, Tommy? ¿Palabra de scout?

Tommy también asintió, pero se acercó más a su abuelo.

– De acuerdo -dijo Olivia-. ¿Ven cómo no soy tan mala después de todo?

– No me gustaría que alguno de los dos se atragantara y se asfixiara y encontrármelo muerto al volver. Y más cuando estamos tan cerca del final; sería una pena haber llegado hasta aquí y estropearlo, ¿no, juez?

Éste soltó un gruñido de asentimiento.

– Sobre todo tú, Tommy, no creas que me he olvidado de esos pequeños ataques que te dan. En la cárcel conocí a unas cuantas con complejo de conejo. Bonita expresión, ¿no? Expresa muy bien ese deseo irrefrenable de escapar.

Miró a Tommy.

– Nada de complejo de conejo, ¿eh?

– No -contestó éste-. Lo prometo.

Olivia sonrió.

– No te creo.

Siguió sonriendo.

– En cualquier caso, les aconsejo que no lo estropeen ahora. Piénsenlo, están a punto de salir de aquí.

– ¿Quiere decir que por fin le van a dar su maldito dinero y podremos irnos a casa?

– Más o menos, juez. Todavía me falta dar a Duncan unos cuantos sustos más y después echaremos el cierre. ¿Te alegra saberlo? ¿Y a ti, Tommy?

– Quiero irme a casa -contestó el niño.

La sonrisa falsa de Olivia se desvaneció.

– Pequeño cabrón, eso ya nos lo has dejado claro.

Tommy se estremeció, pero Olivia volvió a adoptar el tono de broma, consultando su reloj mientras decía:

– Bien, hora de irse. Ahora, chicos, quédense aquí quietos y tranquilos, nosotros volveremos dentro de un ratito para despedirnos. ¿De acuerdo?

El juez no contestó y Tommy se limitó a mirar a Olivia. No piensa hacer nada de lo que dice, pensó, y la fuerza de este convencimiento lo asombró. Abrió los ojos de par en par y miró a Olivia, quien le devolvió la mirada y por un momento pareció desconcertada por la intensidad de la expresión de los ojos del niño. Se dio la vuelta, bajó los escalones del ático y cerró de un portazo. Después echó el cerrojo y lo comprobó dos veces. Por un breve instante la invadió una furia desconocida al recordar la mirada esperanzada del juez. Lo he tenido dominado casi desde el principio, pensó, siempre anticipando lo que iba a decir o hacer. Pero no consigo engañar al niño. Esa inocencia que tiene es peligrosa.

Tomó una pequeña bolsa de lona del suelo y la abrió para comprobar su contenido: un revólver, unos prismáticos con visión nocturna y una brújula. Metió también el rollo de cinta adhesiva.

Luego miró a los dos hombres.

– ¿Armados y peligrosos? -preguntó.

Éstos sonrieron y la siguieron al frío del atardecer.

– Que empiece el espectáculo -dijo Olivia.

***

Cuando sonó el teléfono los dos sintieron una especie de descarga eléctrica y alargaron la mano hacia el aparato al mismo tiempo; después Megan retiró la suya y dejó que Duncan contestara. Éste se llevó el auricular a la oreja.

– ¿Sí?

– Hola, ¿Duncan? -dijo Olivia.

– Hola, Olivia.

– ¿Tienes el dinero?

– Sí.

– ¿Lo sabe alguien?

– No.

– No has sido tan tonto como para llamar a la policía, ¿no?

– Conoces la respuesta a esa pregunta.

– Bien, así me gusta, Duncan. Estamos preparados para el siguiente paso, para subir un nivel, por así decirlo. -Rio brevemente.

– Maldita sea, Olivia. Tengo el dinero, mucho, así que quiero que me devuelvas a mi hijo y al juez. Cuando sepa que están sanos y salvos te daré el dinero.

Olivia no dijo nada. Estaba de pie en un Burger King, junto al centro comercial que Duncan había visitado el día anterior. Ramón y Bill estaban sentados a una mesa cercana tomando café. Frente a Bill había restos de una hamburguesa.

– No me des órdenes, Duncan. Si haces lo que te digo los recuperarás, suponiendo que hayas conseguido reunir dinero suficiente.

– Escucha, es más de…

– Dejemos que sea una sorpresa -lo interrumpió Olivia.

– Estoy cansado de tus jueguitos, Olivia.

– ¿En serio? Pues yo no, y mi voto es el único que cuenta.

– Te lo advierto, Olivia, ¡has llevado las cosas demasiado lejos! -tan pronto como dijo estas palabras se dio cuenta de lo trilladas que sonaban y se sintió estúpido y desorientado. Olivia le respondió con una breve carcajada.

– ¡Qué duro! Pero me parece que no, y además, en este juego, Duncan, yo tengo los ases.

Ambos permanecieron callados unos segundos. Finalmente Duncan habló con una voz llena de la exasperación que le nublaba el entendimiento.

– De acuerdo. ¿Y ahora qué? -preguntó.

– Bien. Así está mejor. Mira tu reloj, Duncan.

– Son casi las cuatro.

– Afina más.

– Son las cuatro menos tres minutos.

– Bien -dijo-. Ahora llega la parte emocionante. ¿Conoces las cabinas de teléfono que hay fuera de la farmacia de Smith's en la calle East Pleasant? Deberías, allí es donde compras tus medicinas.

Duncan pensó un momento y después contestó:

– Sí, supongo.

– Genial, esto es igual que en la televisión. La tercera cabina desde la pared. Tienes que estar allí a las cuatro y cinco, y solito, recuerda. Adiós.

– ¿Qué?

– Más vale que te des prisa, hijo de puta, y que hagas lo que te he dicho. Exactamente lo que te he dicho, Duncan, o si no todo habrá terminado. Y antes de tiempo. ¿Te queda claro o necesitas que sea más explícita?

– No.

– Estupendo, Duncan. Ya malgastaste treinta segundos.

Olivia colgó el teléfono y se volvió hacia los dos hombres, que seguían en la mesa.

– Ya estamos -dijo-. Ya sale.

Duncan tiró el auricular y agarró el maletín con el dinero. Megan parecía asustada.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Un Asunto Pendiente»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Un Asunto Pendiente» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


John Katzenbach - Profesor
John Katzenbach
John Katzenbach - La Guerra De Hart
John Katzenbach
John Katzenbach - Juegos De Ingenio
John Katzenbach
John Katzenbach - Juicio Final
John Katzenbach
John Katzenbach - Just Cause
John Katzenbach
John Katzenbach - The Wrong Man
John Katzenbach
John Katzenbach - La Sombra
John Katzenbach
John Katzenbach - W słusznej sprawie
John Katzenbach
John Katzenbach - La Historia del Loco
John Katzenbach
John Katzenbach - El psicoanalista
John Katzenbach
John Katzenbach - Opowieść Szaleńca
John Katzenbach
John Katzenbach - The Madman
John Katzenbach
Отзывы о книге «Un Asunto Pendiente»

Обсуждение, отзывы о книге «Un Asunto Pendiente» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x