John Katzenbach - Un Asunto Pendiente

Здесь есть возможность читать онлайн «John Katzenbach - Un Asunto Pendiente» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Un Asunto Pendiente: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Un Asunto Pendiente»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Megan y Duncan Richards son gente normal. Él es banquero; ella, agente inmobiliaria. Tienen dos hijas adolescentes y un hijo. Viven en una casa preciosa. Todo indica que sus días de activistas políticos, allá por 1968, han quedado muy atrás. Después de todo, cualquiera que fuera joven en 1968 tiene un pasado activista.
Pero Megan y Duncan son distintos. Ellos fueron un poco más lejos. Empujados por una hermosa mujer que se hacía llamar Tania y que dirigía un grupo radical llamado la Brigada de Phoenix, tomaron parte en un robo que, según Tania, sería sencillo y sin derramamiento de sangre, pero no fue así. Desde entonces han pasado 18 años.
Y ahora, cuando los Richards disfrutan de su tranquilidad familiar, Tania está a punto de salir de la cárcel. Lleva 18 años planeando cómo vengarse de las dos personas a las que culpa de lo que ocurrió aquel día. Su venganza será dulce, será perversa. Empezará por su hijo…

Un Asunto Pendiente — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Un Asunto Pendiente», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– No, después de eso.

– Pues que este hombre, después de luchar en Vietnam y de sobrevivir al asalto a un banco…

– El asalto a un banco.

– Sí, en el 68. Salió en los titulares de los periódicos durante unos cuantos días. Un grupo de hippies locos intentó robar un banco, dos vigilantes resultaron muertos y a Miller le dispararon en la pierna. Dos de los asaltantes murieron también. A Miller le dieron la medalla al valor del Estado.

– Lo recuerdo -dijo Duncan.

– Desde luego, durante unos diez minutos fue la noticia del año, pero es que en el 6.8 cada nueva noticia eclipsaba a la anterior.

– Lo recuerdo -repitió Duncan.

Dejó caer los hombros, de pronto sentía náuseas y por un instante pensó que iba a vomitar de miedo. Ahora lo sé, se dijo, ahora lo entiendo. Tragó la bilis que le subía a la garganta y preguntó:

– ¿La policía tiene algún sospechoso?

– Bueno, tienen varias teorías, la principal es que fue obra de una banda que opera en San Francisco, al parecer ha habido otros robos a casas en los últimos meses. Pero Miller, con el trabajo que tenía, debió de cruzarse con más de un criminal a lo largo de su vida. Y esto es California, ya sabe.

– Gracias -murmuró Duncan con voz apenas audible.

– Oiga. ¿Sabe usted algo del caso que pueda ayudar a la policía? Su empresa ofreció una recompensa de veinte de los grandes.

Pero Duncan colgó.

Se sentó de nuevo en su silla pensando que ya sabía quién era Robert Miller: el hombre que le disparó a Emily en la calle en Lodi en 1968.

Y Duncan sabía por qué había muerto.

Venganza.

***

El juez Thomas observaba a su nieto, que parecía algo más tranquilo conforme se familiarizaba con su nuevo entorno. Pero seguía sobresaltándose cada vez que un ruido llegaba al pequeño ático procedente del piso inferior. Podía ver que su irritación crecía fruto de la combinación del miedo y el aburrimiento. Tan pronto caminaba por la habitación como se acurrucaba en uno de los jergones en posición fetal para levantarse inmediatamente y empezar a caminar otra vez. Había rechazado todos los intentos de su abuelo por distraerlo. Toda la mañana habían estado solos, preguntándose qué pasaría a continuación; luego, después de que Olivia les sacara las fotos, la tarde transcurrió sin noticias, en completo silencio. El juez se preguntó varias veces si estarían solos en la casa, pero, aunque así fuera, no se le ocurría qué podía hacer.

Observó de nuevo la habitación. Es una trampa diabólica, pensó, encerrado entre cuatro paredes. Pero también era una gran responsabilidad. Si algo le ocurriera a Tommy no podría volver a mirar a Megan ni a Duncan a la cara. Miró su reloj y vio que había pasado ya la hora de la cena. Nuestra segunda noche aquí, afuera está oscuro y el cielo parece envuelto en un sudario. Empieza a hacer frío y los rescoldos del calor diurno se desvanecen entre las sombras.

Hizo un gesto a Tommy para que se sentara a su lado y cuando éste obedeció le pasó un brazo por los hombros.

– Está todo tan silencioso, abuelo -dijo el niño pensando en voz alta-. A veces me pregunto si siguen aquí.

– Lo sé -contestó el juez-. Pero luego, justo cuando pensamos que es el momento de levantar una de las camas e intentar echar la puerta abajo se oye un ruido y te das cuenta de que sí están.

– ¿Cuánto tiempo crees que tendremos que estar aquí, abuelo?

– Ya me lo has preguntado antes, y no tengo la respuesta.

– Pues intenta adivinarlo.

– ¿Qué sentido tiene eso, Tommy?

– Por favor.

Sentía la tensión de su nieto y dudaba entre mentirle y decirle la verdad, el eterno dilema con los niños, pensó. Nunca estamos seguros de si la verdad los tranquilizará o los asustará más. De pronto se recordó conduciendo con su mujer y sus hijos, hacía muchos años, durante unas vacaciones. Tommy le recordaba mucho a Megan cuando tenía su edad.

– ¿Cuándo llegamos? -había preguntado ésta con voz lastimera una y otra vez.

– Cuando hayamos llegado -le había contestado él.

– ¿Pero cuánto falta? -había insistido la niña.

– Kilómetros y kilómetros.

– Pero ¿cuántos?

Por fin, tras veinte minutos de preguntas y respuestas, le había dicho la verdad:

– Megan, todavía faltan por lo menos dos horas, así que intenta tranquilizarte, mira por la ventana o juega a algo con tu madre, pero deja de preguntar cuánto falta.

– ¡Dos horas! -había exclamado impaciente, llorando y rechinando los dientes-. ¡Dos horas! ¡Quiero irme a casa!

Pero aquella había sido una verdad sin gran trascendencia. ¿Qué pasaría en cambio con grandes verdades? Como, por ejemplo, ¿qué posibilidades tenemos? ¿Vamos a morir o no?

– Bueno, sospecho que tendremos que estar aquí al menos otro día.

Vio cómo temblaba el labio de Tommy.

– ¿Por qué? -preguntó el niño con un escalofrío.

– Bueno, me imagino que habrán pedido dinero a papá y le llevará tiempo reunirlo; ya te lo he explicado.

Tommy asintió con la cabeza, pero seguía temblando.

– Quiero irme -dijo y el juez vio como se le llenaban los ojos de lágrimas-. Quiero irme a casa -continuó con voz cada vez más alta y mezclada con sollozos-. Quiero irme a casa, a casa, a casa…

Su abuelo lo abrazó con fuerza, pero el niño lo rechazó con brusquedad, empujándolo de espaldas.

– ¡Quiero irme! ¡Quiero irme! ¡Quiero irme! -empezó a gritar pateando el suelo con furia. Después corrió hacia la puerta y empezó a golpearla fuertemente con la palma de la mano. ¡Quiero irme!

El juez se levantó deprisa y lo sujetó por los hombros tratando de apartarlo de la puerta, pero Tommy se soltó.

Aquí no, por favor, pensó el juez. Aquí no, Tommy, por favor.

El niño volvió a soltarse de los brazos del abuelo y se lanzó sobre la puerta, que crujió bajo su peso.

– ¡Irme, irme, irme! ¡A casa, a casa, a casa! -gritaba.

El juez retrocedió asombrado de la fuerza del pequeño. Dios mío, pensó, le va a dar un ataque y no puedo con él. Cuando se ponía así eran Duncan y Megan quienes lo sujetaban, yo solo no puedo.

Tommy volvía a golpear la puerta con los puños con tal estruendo que parecía que iba a echar la casa abajo, resonando como truenos en las viejas vigas de madera. El juez escuchó ruido de pasos subiendo las escaleras en dirección al ático. Dios mío, pensó, ya vienen.

– Tommy, por favor, para -suplicó intentando sujetar al niño, algo que resultaba tan inútil como intentar detener el viento con las manos.

– ¡Suéltame! ¡Suéltame! -gritaba Tommy histérico.

– ¡Tommy! ¡Tommy!, por favor. Soy yo, el abuelo… -el juez intentó arrancarlo una vez más de la puerta cuando vio que las manos del niño sangraban. La visión de la sangre lo aterrorizó.

– ¡Tommy! -gritó-. ¡Tommy!

– ¡No! ¡No! ¡Nooo! -gritó Tommy cuando el juez lo sujetó otra vez por los hombros.

Éste podía oír el ruido del cerrojo de la puerta descorriéndose y por un momento logró apartar a Tommy, que dejó escapar un largo aullido apenas humano y que resonó en la diminuta habitación llenándola de terror. El grito reverberó en toda la casa.

Olivia Barrow y Bill Lewis entraron portando sendas pistolas, sus caras una mezcla de confusión y pánico, y se quedaron mirando al niño que gritaba y se retorcía en brazos de su abuelo.

– ¡Quiero irme! ¡Quiero irme! -chillaba-. ¡Déjenme irme! ¡Quiero irme!

– ¡Cállate! -le ordenó Bill.

– ¡Silencio! -gritó Olivia.

Sus gritos no tuvieron ningún efecto en Tommy, que tenía los ojos cerrados y el cuerpo arqueado como por una corriente eléctrica.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Un Asunto Pendiente»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Un Asunto Pendiente» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


John Katzenbach - Profesor
John Katzenbach
John Katzenbach - La Guerra De Hart
John Katzenbach
John Katzenbach - Juegos De Ingenio
John Katzenbach
John Katzenbach - Juicio Final
John Katzenbach
John Katzenbach - Just Cause
John Katzenbach
John Katzenbach - The Wrong Man
John Katzenbach
John Katzenbach - La Sombra
John Katzenbach
John Katzenbach - W słusznej sprawie
John Katzenbach
John Katzenbach - La Historia del Loco
John Katzenbach
John Katzenbach - El psicoanalista
John Katzenbach
John Katzenbach - Opowieść Szaleńca
John Katzenbach
John Katzenbach - The Madman
John Katzenbach
Отзывы о книге «Un Asunto Pendiente»

Обсуждение, отзывы о книге «Un Asunto Pendiente» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x