»Mientras el Proyecto Libro Azul fue el guardián oficial de las Fuerzas Aéreas para objetos voladores no identificados, se creó un grupo de estudio secreto formado por psicólogos sociales y representantes militares con el objeto de preparar planes de contingencia ante el contacto con alienígenas. Estos proyectos formaron parte del ámbito de la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa. Yo fui uno de los miembros fundadores del comité de contactos de la agencia.
»Inicialmente, el problema que teníamos era teórico. -El doctor Slayden sonrió-. Por aquel entonces, los del comité no sabíamos de la existencia de esta instalación. También estábamos muy limitados por consideraciones éticas y de seguridad. Trabajábamos en el campo de dinámicas de grupos amplios: ¿cómo respondería la gente de la Tierra ante una entidad exterior? La posibilidad de efectuar experimentos realistas era prácticamente nula. De hecho, nuestros datos de investigación más válidos proceden de la reacción del público ante la película La guerra de los mundos, de Orson Welles, en 1978.
»El resultado más relevante ante esa película fue la histeria en masa y el miedo. Como muestra esta tabla…
Mientras el doctor Slayden proseguía su actuación, el general Gullick fijaba su atención en la pantalla del ordenador incorporada a la mesa que tenía delante. Todos los presentes ya sabían que lo que el doctor Slayden dijera no era importante. Todos menos uno, la doctora Duncan, y éste era el objetivo principal de esa reunión informativa.
No había nada nuevo de las fuerzas operativas Lincoln sobre los cazas Fu ni tampoco sobre Von Seeckt y los otros tres objetivos. Gullick volvió a dirigir de mala gana su atención a la reunión.
– Sin embargo -estaba diciendo el doctor Slayden-, nadie había considerado la posibilidad de que nuestra exposición a la vida alienígena se produjera con el descubrimiento de los discos y la nave nodriza, una especie de descubrimiento arqueológico de vida extraterrestre. Ha habido personas, la mayoría de ellas majaderas, que señalaron distintos artefactos y símbolos del planeta como señales de que en el pasado habíamos sido visitados por formas de vida alienígenas. Los agitadores y la nave nodriza son una prueba irrefutable de lo que ocurrió. Esto nos brinda varios retos y también una gran oportunidad.
El doctor Slayden se había olvidado de que se trataba fundamentalmente de una sesión informativa de propaganda dirigida a la doctora Duncan y estaba totalmente inmerso en el tema.
– Verán, una de las variables incontrolables en la teoría del contacto era que éste se produjese a discreción de los propios extraterrestres, es decir, que ellos vinieran a nosotros. O bien que el hallazgo de pruebas de que el planeta había sido visitado en el pasado por alienígenas llegase a la prensa de forma incontrolada. Sin embargo, aquí, en el Área 51, esta variable está controlada. Tenemos las pruebas y depende de nosotros revelar esa información. Al controlar la variable podemos preparar, tanto al público como a nosotros mismos, para el momento de dar a conocer la noticia. -El doctor Slayden miró a la doctora Duncan y siguió hablando-: Es posible que en los últimos años haya advertido un aumento de informes en la prensa sobre el Área 51. Estas informaciones no han surgido de la nada. Hemos hecho muchas cosas premeditadamente a fin de crear un fundamento para que el público acepte la revelación de lo que tenemos aquí.
«Contrariamente a lo que la prensa ha dicho, la seguridad que tenemos no se ha diseñado para mantener alejados a los observadores, sino para que éstos vean lo que nosotros queremos que vean. Podríamos haber impedido el acceso a todos los puntos de avistamiento del área de Groom Lake. En cambio, en algunos momentos y lugares hemos dejado fisuras en nuestra red de seguridad para permitir que se observaran y consignaran estímulos visuales y auditivos diseñados.
«También utilizamos agentes de desinformación. Un ejemplo famoso es un hombre llamado Steve Jarvis, que dice haber trabajado durante años aquí, en el Área 51. En realidad, Jarvis es un agente de los nuestros encargado de revelar información a la prensa. Algunos de los datos que da son ciertos, y otros, falsos. Todo esto está diseñado específicamente para preparar a la gente a aceptar sin temor lo que tenemos aquí. Hace años efectuamos una prueba de información pública, cuando las Fuerzas Aéreas presentaron el caza Stealth F117 y lo mostraron públicamente. No había una razón militar o de seguridad válida para revelar la existencia del caza Stealth.
De hecho, las fuerzas armadas se opusieron enérgicamente a la presentación en público. En cualquier caso, la operación se llevó a cabo para calibrar la reacción de los medios de comunicación y de la gente ante algo que previamente el gobierno mantuvo en secreto. Como pueden ver en los datos de…
Gullick se acordaba muy bien del acontecimiento. El ejército organizó un buen revuelo por hacer público el F117. Pero para Gullick lo interesante era que Slayden y sus majaderos doctores emplearon las tablas del personal general de las Fuerzas Aéreas para mostrar los efectos beneficiosos que la publicación tendría en el momento de negociar el presupuesto en el Congreso. Al final las Fuerzas Aéreas se mostraron entusiastas ante el acontecimiento. No obstante, Gullick no era tan tonto como para creer que el anuncio del F117 se asemejaba a anunciar la existencia de la nave nodriza. Pero, de todos modos, eso sonaba muy bien.
Naturalmente, Slayden mostraba a la doctora Duncan sólo la punta del iceberg. Slayden y su gente ya había presentado antes una de las verdades de la preparación psicológica: la sobreestimulación. Hacer creer a la gente que la verdad era mucho peor de lo que en realidad era, constituía uno de los principales objetivos de las misiones Nightscape.
Nightscape había efectuado numerosas mutilaciones a animales, vuelos de los discos sobre zonas rurales e incluso secuestros de personas. No se podía permitir que la doctora Duncan supiera todo eso. El propio Slayden no conocía el alcance real de Nightscape; ignoraba para qué se llevaban las personas secuestradas o las partes de los animales a Dulce. Gullick se frotó el lado derecho de la cabeza, molesto por el timbre de voz de Slayden. «Malditos cabrones académicos», pensó Gullick mientras comprobaba su pantalla de nuevo, buscando una actualización de la búsqueda de los cazas Fu y del grupo de Von Seeckt.
Gullick observó a la doctora Duncan en la mesa de reuniones. Le molestaban los extraños que se lamentaban y se quejaban del secretismo y la seguridad del gobierno. Lo consideraba una paradoja extraña; le resultaba incomprensible que los demás no vieran las cosas del modo en que él las veía. Si el público fuera capaz de saberlo todo, entonces no habría necesidad de secretos porque el mundo viviría en armonía. La misma gente que desacreditaba al gobierno era la que lo convertía en necesario. Si todos tuvieran la autodisciplina que él o sus militares tenían, el mundo sería un lugar mejor, pensó Gullick mientras esperaba con impaciencia el final de la reunión para volver al trabajo de verdad.
CARRETERA 666, NOROESTE DE NUEVO MÉXICO. 81 horas.
Todavía iban en la misma camioneta. Kelly creía que era mejor librarse de ella, pero Turcotte insistió en que era posible que necesitaran el equipo. Por fin llegaron al acuerdo de cambiar la placa de matrícula del gobierno por una privada.
Kelly conducía; por el retrovisor observó a Turcotte sentado en una de las cuatro butacas de la parte trasera, al lado de la consola de comunicación y del ordenador que ocupaba la mayor parte del lado izquierdo. Ambos escuchaban cómo Von Seeckt y Nabinger ponían en común lo que tenían e intentaban postular alguna teoría razonable que explicase todo aquello.
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