Sue Grafton - L de ley

Здесь есть возможность читать онлайн «Sue Grafton - L de ley» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

L de ley: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «L de ley»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

La detective Kinsey Millhone se aprestaba a ser dama de honor en la boda del hermano de su casero cuando, pocos días antes, acepta investigar para un vecino, Chester, por qué en los archivos militares ha desaparecido todo rastro de Johnny Lee, su padre recién fallecido y veterano de la segunda guerra mundial. ¡Adiós planes de boda!, porque, de pronto, alguien ha entrado en casa del difunto dejándolo todo patas arriba y Chester descubre, en una caja de caudales, una llave con esta misteriosa inscripción: LEY. A partir de entonces nadie es ya quien dice ser: ni Ray Rawson, el antiguo amigo del ejército, que quiere alquilar la casa; ni Gilbert Hays, a quien Kinsey sorprende llevándose una bolsa de la casa de Lee; ni Laura Huckaby, la mujer a quien aquél entrega la bolsa. A Kinsey no le queda más remedio que emprender una salvaje odisea en la que, para desenredar la madeja, acabará pasando por cualquier cosa, menos por detective…

L de ley — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «L de ley», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Escucha, Gilbert, este asunto viene de muy lejos. No tiene nada que ver con ellas tres. Haz conmigo lo que quieras, pero deja que se vayan.

– Haré lo que se me antoje. Ya lo estoy haciendo. No me preocupan estas dos, la vieja y ésa -dijo señalándome-. Pero a esta otra tengo que ajustarle las cuentas. Huyó de mí. -Se quedó mirando a Laura con el entrecejo fruncido-. ¿Quieres hacer lo que te he dicho?

– Gilbert, por favor, eso no. Por favor.

– ¿Quieres callarte? No estoy haciendo nada -dijo con indignación-. ¿Qué hago en este momento? Sólo estar aquí, hablando con tu padre. Ve y haz lo que te he dicho. No quiero que Ray juegue sucio.

– ¿Por qué no nos vamos? Subimos al coche y nos vamos los dos solos.

– No estás preparada. Ni siquiera has empezado -dijo Gilbert. En su voz se habían colado unas notas de exasperación y eso era mala señal.

Ray miraba a Laura con ternura.

– Tranquila, pequeña, no pasa nada. Acércate y haz lo que dice. Lo importante es que nadie pierda los estribos.

– Totalmente de acuerdo -dijo Gilbert con una sonrisa-. Todo el mundo tranquilo. Quiero que le ates los tobillos a las patas de la silla. Y las manos en la espalda, con un nudo bien fuerte. Voy a vigilarte, de manera que no lo ates mal fingiendo que lo atas bien. No soporto que me engañen. Ya me conoces. Suénate la nariz y deja de lloriquear.

Laura metió la mano en el bolsillo, sacó un pañuelo de papel y obedeció. Tiró el pañuelo y estiró una cantidad de cinta, que crujió al despegarse. Pasó la cinta por el tobillo derecho de Ray, pegándole primero al tobillo el dobladillo de la pernera y luego pasando varias veces la cinta por la pata de la silla.

– Que esté tirante. Si no tiras más, le meteré una bala en la pierna.

– ¡Ya lo hago! -Laura fulminó a Gilbert con la mirada y durante unos segundos no hubo miedo en sus ojos, sino violencia pura.

La reacción pareció gustar a Gilbert, que sonrió ligeramente.

– ¿Por qué te pones así?

– ¿Dónde está Farley? -preguntó Laura con voz sombría.

– Ah, ése. Lo dejé en California. Vaya montón de mierda resultó el muchacho. Se derritió como la mantequilla. Me revienta la gente así. Te lo diré en pocas palabras: te ha traicionado. Es la verdad. Te delató. Me lo contó todo para salvar el pellejo. Un comportamiento poco loable. Más bien apestoso. -Se acercó a la silla donde estaba sentado Ray. Sin quitarnos el ojo de encima, se agachó junto a la silla y comprobó la cinta aislante. Se incorporó, satisfecho al parecer del trabajo de Laura-. Cuando lo hayas atado, repite la operación con ella -dijo, refiriéndose a mí.

Laura estiró otra cantidad de cinta y se puso a atar la pierna izquierda de Ray al travesaño de la silla.

– ¿Qué le has hecho? -preguntó.

Gilbert se había alejado un par de pasos.

– ¿Qué le he hecho? No hablábamos de lo que le había hecho. Yo no le hice nada. Es lo que hiciste tú. Me traicionaste, pequeña. ¿Cuántas veces te lo dije? No me escuchaste, ¿verdad? Me he esforzado, Dios sabe que me he esforzado por que entendieras lo que yo esperaba.

– ¿Está muerto?

– Sí, está muerto -dijo Gilbert con solemnidad-. Siento tener que darte yo la noticia.

– Era tu sobrino. De tu misma sangre.

– ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra? El dato no rompe el hielo. Tener la misma sangre no significa una mierda. Lo que importa es la lealtad. ¿Tanto te cuesta entender una idea tan sencilla? Escucha, quiero decirte algo. No me eches la culpa de lo que pasa. Si alguien sale herido, caerá sobre ti, no sobre mí. Te he dicho cientos de veces que hay que hacer lo que yo digo. No quieres obedecerme, luego yo no soy el responsable.

– Hago lo que me has dicho. ¿En qué te he desobedecido?

– No me refiero a eso. Hablo del dinero. Hablo de lo de Río. ¿Vas entendiendo? Presta atención. No fuiste a Río como convinimos y mira ahora las consecuencias de tu conducta. Farley… bueno, no importa. Creo que ya hemos hablado bastante de él.

Helen, al igual que yo, había estado manos arriba y sin rechistar, pero en aquel punto tomó la palabra.

– Por favor, joven, quítese el abrigo y siéntese.

Gilbert frunció el entrecejo, irritado por la interrupción. Saltaba a la vista que le gustaba rentabilizar la eficacia en todo, hacerse el sensato y señalar los mil defectos de los demás. Helen no lo miraba. Tenía la vista fija en un punto situado a la derecha de Gilbert, a quien seguramente confundía con el quicio de la puerta. A Gilbert le hizo gracia la confusión y perdió el hilo durante unos instantes. Agitó los brazos.

– Eh, aquí, tesoro. Parece que no ve usted muy bien. Me ha confundido con la percha.

– Veo de sobra. Es que se me cansan los pies -dijo la anciana-. Tengo ochenta y cinco años.

– ¿Es verdad? Se le cansan los brazos, ¿es eso?

Helen no dijo nada. Su húmeda mirada iba de un lado a otro. Me puse a inspeccionar la habitación, en busca de armas y deseosa de trazar un plan. No quería que nadie corriera más riesgos. Las intenciones de Gilbert parecían estar claras. Nos ataría y amordazaría uno por uno y al final nos mataría sin que pudiéramos evitarlo. Yo estaba más cerca de él que Laura, pero si me arrojaba sobre él podía ponerse nervioso y darle al gatillo. Tenía que actuar pronto, pero no dar pasos en falso, no hacerme la heroína cuando podía empeorar la situación.

– Voy a sentarme. Si no está de acuerdo, dispare -dijo Helen.

Gilbert agitó la pistola.

– Siéntese exactamente donde está. Baje las manos, pero no toque nada de la mesa.

– Gracias -dijo la anciana. Apoyó las manos en la mesa y se dejó caer en la silla. Se quitó el abrigo. Vi que doblaba los dedos con cuidado para estimular la circulación y que al final apoyaba las manos en el regazo.

Gilbert se movió de lado para vigilar los progresos de Laura, que estaba ya atándole las manos a Ray. Este tenía los brazos en la espalda. Para unir las muñecas se arqueó ligeramente hacia delante y forzó los hombros hacia atrás.

A Gilbert pareció gustarle la incomodidad de Ray.

– ¿Dónde está la faja? -preguntó a Laura.

– En la otra habitación.

– Cuando hayas terminado, tráela y veremos lo que tenemos.

– ¿No me dijiste que la atara a ella?

– Traes la faja y después la atas, so desgraciada -dijo Gilbert.

– Sólo hay ocho mil dólares. Dijiste que había un millón -exclamó Laura irritada.

Dejó a un lado el rollo de cinta aislante y entró en la habitación contigua. Si he de ser franca, yo no me habría atrevido a hablarle de aquel modo. A Gilbert no pareció sorprenderle lo del dinero, por lo que deduje que Farley le había contado lo de los ocho mil y todo lo demás. Laura volvió con la faja en la mano, Gilbert la recogió y la puso en el mármol que tenía al lado. Miró el contenido, sacando los fajos de billetes. Miró a Ray.

– ¿Dónde está el resto? ¿Dónde están las joyas y las colecciones de monedas?

– No lo sé. Y tampoco puedo jurar que falte nada -dijo Ray.

Gilbert cerró los ojos con la paciencia a punto de agotársele.

– Ray, yo también estaba allí, ¿lo recuerdas? Os ayudé a sacar todo el dinero y las joyas. ¿Y los diamantes y las monedas? Allí había una fortuna, por lo menos dos millones, y Johnny no llevaba nada encima cuando le echaron el guante.

– Mira, no quiero discutir, pero tú tenías entonces diecisiete años. Ninguno de nosotros había visto en su vida un millón de dólares, y menos dos. Nunca supimos en realidad cuánto había porque no tuvimos oportunidad de contarlo, ésa es la verdad -dijo Ray.

– Había muchísimo más de lo que hay aquí. Siete u ocho sacas. Un botín así no desaparece en el aire. El muy cabrón tuvo que esconderlo. Así que dime dónde lo puso.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «L de ley»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «L de ley» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Sue Grafton - T de trampa
Sue Grafton
Sue Grafton - U Is For Undertow
Sue Grafton
Sue Grafton - I de Inocente
Sue Grafton
Sue Grafton - H is for Homicide
Sue Grafton
Sue Grafton - P is for Peril
Sue Grafton
Sue Grafton - O Is For Outlaw
Sue Grafton
libcat.ru: книга без обложки
Sue Grafton
Sue Grafton - F is For Fugitive
Sue Grafton
Sue Grafton - E Is for Evidence
Sue Grafton
Sue Grafton - K Is For Killer
Sue Grafton
Sue Grafton - Z Jak Zwłoki
Sue Grafton
Sue Grafton - S is for Silence
Sue Grafton
Отзывы о книге «L de ley»

Обсуждение, отзывы о книге «L de ley» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x