Jeff Abbott - Pánico

Здесь есть возможность читать онлайн «Jeff Abbott - Pánico» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Pánico: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Pánico»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

El vértigo y la incontenible alegría que sintió al despertar aquella mañana eran para Evan Casher la mejor prueba de que estaba profundamente enamorado. Sí, sin duda aquél era el inicio de una nueva y feliz vida que compartiría junto a Carrie, la joven responsable de aquel cambio sustancial en él. Sin embargo, un solo instante puede cambiar toda una vida: una llamada de su madre, apremiándolo a reunirse con ella de inmediato, iba a provocar un vuelco radical en la hasta entonces tranquila existencia de Evan. Para su horror, descubrirá que su madre ha sido asesinada, y sin tiempo siquiera para asumirlo, a punto estará de ser asesinado él también. Sólo la súbita intervención de un misterioso personaje, aparentemente surgido de la nada, le permitirá salvar la vida, al menos por esta vez…
No obstante, esto es sólo el principio de un peligroso viaje sin retorno, durante el cual Evan descubrirá que su vida hasta entonces no ha sido más que una sucesión de engaños y artificios donde nadie era quien aparentaba ser: empezando por sus propios padres y por la adorable Carrie, a la que, como pronto averiguará, en realidad no conocia en absoluto. Perseguido por un implacable traficante de información convencido de que posee unos valiosos documentos, Evan deberá salvar su vida y descubrir la verdad, consciente de que, esta vez, no tendrá una segunda oportunidad.

Pánico — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Pánico», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Eso es muy extraño. Te habría facilitado la búsqueda. -Carrie tamborileó con los dedos sobre el archivo de Hadley-. Sabemos que existe una conexión entre nuestros padres, Bast y Khan. Eso no significa que exista una conexión directa entre Thomas Khan y nuestros padres.

Evan sintió un escalofrío.

– No es una coincidencia que Hadley escogiese la historia de Bast. Debe de conocer la conexión entre mis padres y Bast.

– Se acercó a ti, pero no te lo contó todo. Así que o bien se escabulló o bien lo detuvieron para que no se pusiese en contacto contigo de nuevo.

– Creo que se asustó; por eso lo hizo de manera anónima. Hadley tenía sus propios planes. Su novia dice que él y Thomas no se llevaban bien. Me pregunto… si se trata de venganza contra su padre.

– Sólo se trataría de venganza si su padre hubiese hecho algo malo.

Carrie se masajeó el hombro herido.

– ¿Como estar involucrado en el asesinato de Bast?

Carrie se encogió de hombros.

– Eso podría interesar a las autoridades británicas, pero ¿por qué le interesaría a Jargo?

Se quedaron callados cuando Pettigrew volvió. Había hecho un bocadillo con la carne fría y el queso.

– Me ha llamado mi fuente en New Scotland Yard. No hay constancia de que Hadley Khan esté desaparecido. Nada indica que haya salido de Gran Bretaña ni que haya entrado en ningún país europeo en las últimas dos semanas. -Le pegó un mordisco enorme al sandwich-. Hemos llamado al móvil de Hadley tres veces esta mañana, pero no contesta.

– Haremos una visita a su padre, Thomas -propuso Evan.

– Éste es el mejor momento -dijo Pettigrew todavía con la boca llena.

– No hay que ponerlo sobre aviso entrando violentamente -dijo Pettigrew mientras aparcaba a un bloque de distancia de Libros Khan y colocaba un permiso de aparcamiento para residentes del distrito. Evan supuso que la policía británica se lo había dado a la CIA por cortesía profesional-. Sugiero que Evan vaya solo.

– ¿Tú qué crees? -le preguntó Evan a Carrie.

– Khan puede huir -dijo Carrie-. Creo que debería estar preparada para seguirlo. -Señaló a la esquina de enfrente-. Puedo ponerme allí. Pettigrew, usted puede seguirlo de cerca si viene por este lado.

Pettigrew frunció el ceño.

– Deberíamos haber venido con un equipo de vigilancia. El Albañil no dijo nada de que esto se convertiría en una operación de campo. Tendría que haber alertado a Los Primos -dijo utilizando el término que solían emplear los servicios de inteligencia británico y estadounidense para referirse el uno al otro-. No podemos empezar a seguir a un tío en suelo británico sin permiso.

– Cálmese -le pidió Carrie-. Sólo quiero estar preparada.

– No me siento demasiado cómodo -dijo Pettigrew.

– Si hay algún problema, El Albañil se ocupará de él. No se acalore -dijo Carrie. Pettigrew asintió.

– Vale. Si Khan sale corriendo, usted lo sigue a pie y yo en coche.

– Ándese con ojo.

Carrie salió del coche, se puso unas gafas de sol y fue caminando hasta la esquina opuesta a la librería, fingiendo que hablaba por el móvil con un amigo.

– Tenga cuidado -le dijo Pettigrew a Evan.

– Lo tendré.

Evan salió del coche y pasó junto a una amalgama de tiendas de antigüedades, restaurantes de lujo y boutiques. La campanilla de la tienda de Libros Khan sonó al entrar. Era la última hora de la tarde y entre semana, y los únicos clientes del establecimiento eran una pareja francesa que exploraba una exposición de las primeras ediciones de Patricia Highsmith y Eric Ambler en gran variedad de idiomas. Evan se dio cuenta de que estaba fijándose en las puertas de salida y en las cámaras de vigilancia colocadas en cada esquina de la habitación.

«He cambiado. Siento como si tuviese que estar preparado para cualquier cosa en cualquier momento.»

Un hombre enjuto pero fuerte, bajo, elegantemente vestido con un traje hecho a medida y con el cabello gris ceniza vino hacia él. Sus zapatos brillaban como el azabache. Un pañuelo de seda azul asomaba por un bolsillo formando un triángulo impecable.

– Buenas tardes. ¿En qué puedo ayudarle?

Tenía la voz tranquila, pero fuerte.

– ¿Es usted el señor Thomas Khan?

– Sí, soy yo.

Evan sonrió. No quería ser perspicaz.

– Estoy interesado en las primeras ediciones publicadas por Criterios, especialmente en la traducción de Anna Karenina y en la literatura de disidentes publicada en los años setenta.

– Estaré encantado de ayudarle.

– Creo entender que el propietario de Criterios, Alexander Bast, era un buen amigo suyo.

La sonrisa de Thomas Khan siguió resplandeciente.

– Sólo un conocido.

– Soy amigo de un amigo del señor Bast.

– El señor Bast murió hace mucho tiempo y apenas lo conocía.

Thomas Khan sonreía de manera bondadosa, pero parecía confundido.

Evan decidió correr el riesgo y lanzó otro nombre al extraño círculo que unía todas esas vidas.

– El amigo que me recomendó su tienda es el señor Jargo.

Thomas Khan se encogió de hombros y dijo rápidamente:

– Uno conoce a tanta gente… Ese nombre no me dice nada. Un momento, por favor, consultaré mis archivos. Creo que tengo varias copias de la edición de Karenina.

Y desapareció hacia la parte de atrás.

«Este hombre debe de haber mantenido un secreto durante décadas; que llegues tú y empieces a soltarle nombres no lo asustará. Pero si eres el primero que se lo suelta en muchos años… quizá lo pongas nervioso.» Evan se quedó en el sitio, observando a la pareja francesa. La mujer estaba ligeramente apoyada en el hombre mientras rebuscaban en las estanterías.

Esperó. No le gustaba que Khan estuviese fuera de su campo de visión; quizás estuviese escapando por la puerta de atrás. El nombre de Jargo podía ser como ácido sobre la piel. Evan pasó detrás del mostrador y giró en la esquina, ocupada por un escritorio antiguo sobre el que descansaban un ordenador, un refrigerador de agua y montones de libros, y siguió buscando a Thomas Khan.

Pettigrew observaba cómo Carrie fingía hablar por teléfono con la mirada fija en la entrada de la librería. Evan entró. Pasó un minuto; Pettigrew contó cada segundo. Sacó un maletín del asiento trasero de su sedán, salió del coche y se dirigió a la entrada de la librería.

Vio a Carrie mirándolo y levantó la mano haciendo una señal rápida y disimulada con la palma que significaba «espera». Ella se quedó quieta mientras Pettigrew se dirigía hacia la librería.

El laberinto de oficinas de la parte de atrás de la librería no llevaba a ningún sitio.

– ¿Señor Khan? -dijo Evan en voz baja al entrar en la trastienda.

Estaba vacía. Thomas Khan no tenía ayudantes, ni secretarias ni aprendices de vendedor en su conejera. Evan oyó un leve sonido, dos pitidos agudos; quizás era una alarma anunciando que una puerta se había abierto y cerrado. Evan encontró la salida trasera; empujó la puerta y ésta se abrió. Daba a un pequeño camino de ladrillos y vio a Thomas Khan corriendo hacia la calle y mirando por encima del hombro.

– ¡Deténgase!

Evan corrió tras él.

Pettigrew trabajaba mejor si recibía órdenes específicas. Ésa era la esencia de su vida: recibir órdenes en el colegio, en su familia, en la cama con su mujer. Entró en la librería, cerró la puerta y echó el cerrojo. Le dio la vuelta al cartel escrito a mano que decía «Cerrado». Nadie había salido ni entrado en la tienda después de Evan. Vio a éste meterse en la trastienda preguntando en voz baja: «¿Señor Khan?».

Una pareja hurgaba entre libros colocados sobre una mesa. La mujer murmuraba en francés al hombre señalando con consternación el precio de un volumen. Pettigrew sacó su pistola de servicio y con una sola mano temblorosa les disparó a los dos en la parte de atrás de la cabeza. El silenciador se escuchó dos veces. Cayeron al suelo y la sangre y sus sesos se esparcieron sobre una pirámide de libros. Habían pasado diez segundos.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Pánico»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Pánico» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Jeff Abbott - Collision
Jeff Abbott
Jeff Abbott - A Kiss Gone Bad
Jeff Abbott
Jeff Abbott - Trust Me
Jeff Abbott
Jeff Abbott - Distant Blood
Jeff Abbott
Jeff Abbott - Cut and Run
Jeff Abbott
Jeff Abbott - Only Good Yankee
Jeff Abbott
Jeff Abbott - Do Unto Others
Jeff Abbott
Jeff Abbott - Adrenaline
Jeff Abbott
Jeff Abbott - Panic
Jeff Abbott
Jeff Abbott - The Last Minute
Jeff Abbott
Jeff Abbott - Black Joint Point
Jeff Abbott
Отзывы о книге «Pánico»

Обсуждение, отзывы о книге «Pánico» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x