• Пожаловаться

Giorgio Faletti: Yo Mato

Здесь есть возможность читать онлайн «Giorgio Faletti: Yo Mato» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию). В некоторых случаях присутствует краткое содержание. категория: Триллер / на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале. Библиотека «Либ Кат» — LibCat.ru создана для любителей полистать хорошую книжку и предлагает широкий выбор жанров:

любовные романы фантастика и фэнтези приключения детективы и триллеры эротика документальные научные юмористические анекдоты о бизнесе проза детские сказки о религиии новинки православные старинные про компьютеры программирование на английском домоводство поэзия

Выбрав категорию по душе Вы сможете найти действительно стоящие книги и насладиться погружением в мир воображения, прочувствовать переживания героев или узнать для себя что-то новое, совершить внутреннее открытие. Подробная информация для ознакомления по текущему запросу представлена ниже:

libcat.ru: книга без обложки

Yo Mato: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Yo Mato»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Un locutor de Radio Montecarlo recibe una noche durante su programa una llamada telefónica asombrosa alguien revela que es un asesino El hecho se pasa por alto, como una broma de pésimo gusto, sin embargo, al día siguiente un famoso piloto de formula uno y su novia aparecen en su barco, muertos y horrendamente mutilados Se inicia así una serie de asesinatos, cada uno precedido de una llamada a Radio Montecarlo con una pista musical sobre la próxima victima, cada uno subrayado por un mensaje escrito con sangre en el escenario del crimen, que es al mismo tiempo una firma y una provocación «Yo mato» Para Frank Ottobre, agente del FBI, y Nicolás Hulot, comisario de la Sürete monegasca, comienza la caza de un escurridizo fantasma que tiene aterrorizada a la opinión publica nunca hubo un asesino en serie en el principado de Monaco Ahora lo hay, y de su búsqueda nadie va a salir indemne Yo mato es un thriller pleno de acción e intriga, con un desarrollo narrativo tan maduro como absorbente Eso ha bastado -y ha sobrado- para situar a su autor entre los nombres mas importantes del genero y a su obra como un autentico fenómeno editorial

Giorgio Faletti: другие книги автора


Кто написал Yo Mato? Узнайте фамилию, как зовут автора книги и список всех его произведений по сериям.

Yo Mato — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Yo Mato», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Fin de la pausa, vuelta al trabajo.

Sin molestarse en responder, el locutor se apartó de la ventana y volvió a su puesto. Se puso los auriculares y se sentó ante el micrófono. Laurent, del otro lado del cristal, le hizo una seña con la mano abierta para indicarle que faltaban cinco segundos para el fin de la tanda publicitaria.

Laurent pinchó el breve jingle de Voices para anunciar la continuación del programa. Al menos hasta aquel momento, había sido una emisión tranquila, incluso divertida, sin las llamadas quejumbrosas que a veces debían soportar.

– Aquí Jean-Loup Verdier. Aquí Voices , en Radio Montecarlo, esperando que en esta hermosa noche de mayo nadie necesite nuestra ayuda, sino solo nuestra música. A ver, acaban de hacerme una seña de que hay una llamada.

En efecto, la luz roja en lo alto de la pared se había encendido y Laurent se la señalaba con el índice para confirmarle que había una llamada en la línea. Jean-Loup apoyó los codos sobre la mesa y se acercó al micrófono.

– ¿Diga?

Hubo un par de chasquidos y luego un silencio. Jean-Loup arqueó una ceja y miró a Laurent, que se encogió de hombros para indicar que el problema no era de ellos.

– Sí, ¿diga?

Al fin la respuesta llegó a través del aire, y las ondas de la radio la hicieron llegar a todos los oyentes. Se introdujo en las cajas de transmisión y en la mente y la vida de todos los que escuchaban. A partir de ese momento, y durante mucho tiempo, las tinieblas se volverían un poco más oscuras y haría falta mucho ruido para llenar todo aquel silencio.

– Hola, Jean-Loup.

Había algo antinatural en el sonido de aquella voz. Parecía extrañamente chata, sin expresión ni color, como si sonara a través de un tubo. Las palabras tenían un eco sofocado, como un avión que despega a lo lejos.

De nuevo, Jean-Loup miró con expresión interrogante a Laurent, que con el índice de la mano derecha trazó unos pequeños círculos en el aire para indicar que la distorsión provenía de la línea del que llamaba.

– Hola, ¿quién habla?

Del otro lado de la línea hubo un instante de vacilación. Después llegó la respuesta, casi un soplo en su reverberación antinatural.

– No tiene importancia. Soy uno y ninguno.

– Tu voz está distorsionada, se oye mal. ¿De dónde llamas?

Pausa. El ligero silbido de un avión que despega hacia no se sabe dónde.

El interlocutor no respondió a la pregunta de Jean-Loup.

– Tampoco eso tiene importancia. Lo único que importa es que ha llegado el momento de que hablemos, aunque esto signifique que después ni tú ni yo sigamos siendo los mismos.

– ¿En qué sentido?

– Yo seré pronto un hombre perseguido, y tú estarás del lado de los perros que ladran y dan caza a las sombras. Es una pena, porque ahora, en este preciso momento, tú y yo somos iguales, somos lo mismo.

– ¿En qué somos iguales?

– Para el mundo, los dos somos una voz sin rostro que se escucha con los ojos cerrados, imaginando. Fuera está lleno de gente que solo se preocupa de conseguir un rostro que mostrar con orgullo, de inventarse uno que sea distinto de todos los demás. Es el momento de salir, de ir a ver qué se oculta detrás…

– No comprendo qué quieres decir.

Otra pausa, lo bastante larga para pensar que la comunicación había finalizado. Después la voz volvió; podía percibirse el dejo de una sonrisa.

– Entenderás con el tiempo.

– No logro seguir tu razonamiento…

Otro breve silencio, como si el hombre al otro lado de la línea estuviera buscando las palabras.

– No te preocupes. A veces es difícil también para mí.

– Entonces, ¿por qué has llamado? ¿Por qué estás hablando conmigo?

– Porque estoy solo.

Jean-Loup se inclinó sobre la mesa y se cogió la cabeza entre las manos.

– Hablas como un hombre que está encerrado en una prisión.

– Todos estamos encerrados en una prisión. La mía me la he construido yo solo, pero no por eso es más fácil escapar.

– Lo lamento por ti. Me parece intuir que no te gusta la gente.

– ¿A ti te gusta?

– No siempre. A veces creo entenderla; y cuando no puedo, trato, al menos, de no juzgarla.

– Incluso en eso somos iguales. Lo único que nos hace distintos es que tú, cuando has terminado de hablar con ellos, tienes la posibilidad de sentirte cansado. Puedes irte a tu casa y apagar tu mente y todos sus males. Yo no. Yo, de noche, no puedo dormir, porque mi mal no descansa nunca.

– Entonces, ¿qué haces, de noche, para curar tu mal?

Jean-Loup decidió presionar un poco a su interlocutor, pero la respuesta se hizo esperar. Cuando llegó, fue como si un objeto envuelto en varias capas de papel saliera lentamente a la luz.

– Yo mato…

– ¿Qué signif…?

La voz de Jean-Loup fue interrumpida por una música que salía del receptor. Era una melodía melancólica y complicada; sin embargo, después de aquellas dos últimas palabras parecía flotar en el aire como una amenaza. Duró apenas unos diez segundos y luego, con la misma brusquedad con la que había comenzado, calló.

En el silencio que se hizo a continuación, todos oyeron con claridad el clic de la comunicación concluida. Jean-Loup levantó la cabeza hacia los demás. En la sala, solo había el rumor fresco del acondicionador de aire y el hielo de los pensamientos; sin embargo, fue como si todos, al mismo tiempo, se volvieran a mirar hacia el resplandor cegador de Sodoma y Gomorra en llamas.

Después de ese incidente, con grandes esfuerzos, lograron continuar el programa hasta finalizar la emisión. No llamó ningún otro oyente. O, mejor, tras la extraña llamada la centralita telefónica se saturó de llamadas, pero ninguna salió al aire.

Jean-Loup se quitó los auriculares y los dejó junto al micrófono. A pesar del aire acondicionado, tenía el pelo mojado, como si hubiera corrido.

«Ni tú ni yo seguiremos siendo los mismos.»

Durante el resto del programa solo había puesto música, y únicamente había comentado la extraña semejanza entre Tom Waits y el italiano Paolo Conté; ambos eran intérpretes atípicos y autores extremadamente significativos. Tradujo las letras de dos de sus canciones y subrayó su importancia. Por fortuna, él y su equipo disponían de diversas escapatorias para llenar las noches desesperadas, y esta sin duda era una de ellas. Tenían algunos números de teléfono a los que recurrían cuando el programa resultaba demasiado tibio. Llamaron a algunos artistas amigos para pedirles que intervinieran, y pasaron un cuarto de hora acompañados por la poesía y el humor de Francis Cabrel.

Se abrió la puerta de comunicación y asomó la cabeza, de Laurent.

– ¿Todo bien, Jean-Loup?

Jean-Loup lo miró como si no lo viera.

– Sí, todo bien.

Se levantó y salieron juntos del estudio; en el camino se cruzaron con las miradas perplejas y casi evasivas de Barbara y de Jacques, el técnico de sonido. La muchacha llevaba una blusa azul, y Jean-Loup notó dos grandes manchas de sudor bajo las axilas.

– Ha habido una avalancha de llamadas. Dos han preguntado si era una historia policíaca en capítulos y cuándo se emitía el siguiente. Después, por lo menos una docena de personas indignadas se han quejado por el truco sensacionalista al que hemos recurrido para aumentar la audiencia. Hasta el jefe ha llamado; ha llegado como un rayo y nos espera en el despacho del presidente. También cree que ha sido una broma de mal gusto, y nos ha preguntado si estamos locos. Parece que uno de los patrocinadores le ha telefoneado, y no precisamente para felicitarle.

Jean-Loup ya se imaginaba la escena: el despacho más lleno de humo de cigarrillos que de costumbre -si eso era posible-, y Bikjalo pronunciando un discurso algo menos entusiasta que el que le había ofrecido antes de la emisión.

Читать дальше
Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Yo Mato»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Yo Mato» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё не прочитанные произведения.


libcat.ru: книга без обложки
libcat.ru: книга без обложки
Cecilia Ahern
John Katzenbach: Juegos De Ingenio
Juegos De Ingenio
John Katzenbach
Giorgio Faletti: Yo soy Dios
Yo soy Dios
Giorgio Faletti
Mari Jungstedt: Nadie lo ha visto
Nadie lo ha visto
Mari Jungstedt
Отзывы о книге «Yo Mato»

Обсуждение, отзывы о книге «Yo Mato» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.