Harlan Coben - Muerte en el hoyo 18

Здесь есть возможность читать онлайн «Harlan Coben - Muerte en el hoyo 18» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Muerte en el hoyo 18: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Muerte en el hoyo 18»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

El golf, precisamente, no es el deporte preferido de Myron Bolitar. Pero ahí está: presenciando entre bostezos el Abierto de Estados Unido. Es el mejor escaparate para un agente deportivo en busca de clientes. Y parece que va a tener suerte: Linda Coldren, número uno en la lista de ganancias en el circuito americano promete contratarle. Antes, sin embargo, tendrá que encontrar a su hijo, que ha desaparecido misteriosamente justo cuando el marido de Linda, Jack, parece que va a tener de nuevo la posibilidad de ganar el torneo. Win, para sorpresa de Bolitar, sin embargo, le va a pedir que no acepte el caso. Myron, por una vez, decide ignorarle y se lanza a la búsqueda de Chad. Muy pronto comprenderá que nunca debió de hacerlo. Descubrirá que un mundo de falsas apariencias, estafas, dolor y muerte, pero, sobre todo, obligará a Win a revivir su pasado, traumas de la infancia que no se olvidan jamás.

Muerte en el hoyo 18 — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Muerte en el hoyo 18», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– ¿Le gusta? -insistió Francine Rennart.

– Ajá -repuso Myron sin dejar de sonreír.

– Ya sé que no está al alcance de todo el mundo.

– Hmmm -fue todo lo que consiguió expresar él.

Ella le escrutó el rostro un instante. Él mantuvo la sonrisa idiota.

– Usted no sabe nada sobre instalaciones, ¿no es verdad?

Myron se encogió de hombros.

– Me ha pillado. -Cambió de táctica al vuelo-. Verá, lo que ocurre es que no suelo hacer crónicas de este tipo. Soy periodista deportivo. Ése es mi fuerte. -Su fuerte. Nótese la genuina jerga de reportero-. Pero Tanya, o sea mi jefa, necesitaba que alguien redactara un artículo sobre estilos de vida, y cuando Jennifer llamó diciendo que estaba enferma, bueno, me tocó a mí. Es un reportaje sobre varios artistas locales: pintores, escultores… -No se le ocurría ninguna otra clase de artista, de modo que no siguió-. En fin, quizá pueda usted explicarme un poco lo que hace.

– Mi obra es sobre espacios y conceptos. Consiste en crear estados de ánimo.

Myron asintió.

– Entiendo.

– No es arte per se, en el sentido clásico. Va más allá. Es el paso siguiente en el proceso evolutivo del arte.

– Entiendo -repitió Myron.

– Todo cuanto hay en esta exposición sirve a un propósito. El lugar donde he colocado el sofá. La textura de la moqueta. El color de las paredes. La forma en que el sol entra por las ventanas… La combinación de estos elementos crea un ambiente específico.

Myron hizo un ademán hacia la… obra de arte.

– ¿Y cómo vende algo de estas características?

– No se vende -respondió ella.

– ¿Cómo dice?

– El arte no tiene nada que ver con el dinero, señor Worley. Los verdaderos artistas no asignan un valor monetario a su obra. Sólo los mercenarios lo hacen.

Sí, como Miguel Ángel y Da Vinci, menudos mercenarios.

– ¿Qué hace entonces con esto? -inquirió él-. Quiero decir, ¿se limita a guardarlo en esta habitación, sin más?

– No. Introduzco cambios. Monto otras piezas. Creo algo nuevo.

– ¿Y qué pasará con ésta?

Ella sacudió la cabeza.

– El arte no tiene nada que ver con la permanencia. La vida es transitoria. ¿Por qué no va a serlo también el arte?

De modo que era eso.

– ¿Tiene nombre esta clase de arte?

– Instalación. Aunque no me gustan nada las etiquetas.

– ¿Cuánto hace que se dedica a… al arte de las instalaciones?

– Llevo dos años trabajando en mi doctorado en el New York Art Institute.

Myron procuró no mostrar su sobresalto.

– ¿Asiste a clases para hacer esto?

– Sí. Tienen un programa muy selectivo.

Claro, pensó Myron, como un curso de reparación de vídeos y televisores de esos que anuncian en las revistas.

Por fin regresaron a la sala de estar. Myron se sentó en el sofá. Con cuidado, pues quizá también fuese una obra de arte. Esperó a que ella le ofreciera una galleta, u otra obra de arte con forma de galleta.

– No acaba de comprenderlo, ¿verdad?

Myron se encogió de hombros.

– Quizá si añadiera una mesa de póquer y unos tahúres.

Francine Rennart soltó una carcajada.

– No estaría nada mal -dijo.

– Si me lo permite, ¿podríamos cambiar de tema? -propuso Myron-. ¿Qué le parece si hacemos algo sobre Francine Rennart, la persona?

Ella se mostró un tanto precavida, pero dijo:

– De acuerdo, pregunte.

– ¿Está casada?

– No. -Su voz sonó como un portazo.

– ¿Divorciada?

– No.

Al reportero Bolitar le encantaban los entrevistados locuaces.

– Entiendo -dijo-. En ese caso supongo que no tendrá hijos.

– Tengo un hijo.

– ¿Qué edad tiene?

– Diecisiete. Se llama Larry.

Un año mayor que Chad Coldren. Interesante.

– ¿Larry Rennart?

– Sí.

– ¿Dónde estudia?

– Aquí mismo, en el instituto Manasquan. Está en el último curso.

– Estupendo. -Myron se arriesgó y dio un mordisco a una galleta-. Tal vez podría entrevistarlo, también.

– ¿A mi hijo?

– Claro. Sería interesante incorporar alguna cita del hijo pródigo hablando de lo orgulloso que está de su madre, de cómo la apoya en lo que hace, esa clase de cosas. -El reportero Bolitar resultaba patético.

– No está en casa.

– Vaya.

Esperó a que le diera más detalles, pero no lo hizo.

– ¿Dónde está Larry? -preguntó Myron-. ¿Vive con su padre?

– Su padre está muerto.

Por fin. Myron supo disimular con maestría.

– Caray, lo siento. No he… Quiero decir, es usted tan joven. No se me ha ocurrido la posibilidad de… -El reportero Bolitar se mostraba aturrullado.

– No se preocupe -dijo Francine Rennart.

– Le pido que me disculpe.

– Está bien.

– ¿Hace tiempo que enviudó?

Ella ladeó la cabeza.

– ¿Por qué lo pregunta?

– Antecedentes.

– ¿Antecedentes?

– Sí. Me parece esencial para comprender a Francine Rennart, la artista. Deseo explorar cómo ha afectado la viudez a su persona y a su arte. -El reportero Bolitar demuestra sus tablas.

– Hace poco que soy viuda.

Myron señaló hacia el… estudio.

– Así pues, cuando creó esa obra, ¿condicionó la muerte de su marido el resultado final? Me refiero al color de las papeleras o la forma de enrollar esa alfombra.

– No, lo cierto es que no.

– ¿Cómo murió su marido?

– ¿A santo de qué…?

– Una vez más, lo considero importante para asimilar el contenido de su obra. ¿Fue un accidente, por ejemplo? La clase de muerte que nos hace reflexionar sobre la volubilidad del destino. ¿Una enfermedad larga? Ver sufrir a un ser querido…

– Se suicidó.

Myron fingió sorprenderse.

– Lo lamento mucho -dijo.

Ella empezó a ponerse a todas luces nerviosa. Mientras Myron la observaba, sintió una horrible punzada en el corazón. «Afloja -se dijo-. Deja de centrarte sólo en Chad Coldren y recuerda que esta mujer también ha sufrido. Estuvo casada con ese hombre. Lo amó, vivió con él, construyeron juntos una vida y le dio un hijo.»

Y después de todo eso, prefirió poner fin a su vida en lugar de pasarla junto a ella.

Myron tragó saliva. Jugar de aquel modo con el dolor de un ser humano era, en el mejor de los casos, una injusticia. Menospreciar la labor artística de aquella mujer porque no la entendía era cruel. Myron no se gustaba mucho en aquel momento. Por un instante pensó que debía marcharse, pues las posibilidades de que aquello tuviera algo que ver con el caso eran muy remotas, pero, por otra parte, tampoco podía olvidarse sin más de un chico de dieciséis años al que le habían amputado un dedo.

– ¿Estuvieron casados mucho tiempo?

– Casi veinte años -respondió ella en voz baja.

– No quisiera entrometerme, pero ¿cómo se llamaba?

– Lloyd Rennart.

Myron entrecerró los ojos como quien trata de recordar algo.

– ¿Por qué me suena ese nombre?

Francine Rennart se encogió de hombros.

– Era copropietario de un bar en Neptune City. El RustyNail.

– Claro -dijo Myron-. Ahora caigo. Pasaba mucho tiempo allí, ¿verdad?

– Sí.

– Dios mío, si yo lo conocía. Lloyd Rennart. Ahora me acuerdo. Había enseñado golf, ¿verdad? Estuvo en el circuito durante un tiempo.

Francine Rennart frunció el entrecejo.

– ¿Cómo lo sabe?

– Por el Rusty Nail. Soy un gran aficionado al golf. Como jugador soy una calamidad, pero sigo el golf como otros siguen la Biblia. -Estaba dejando de hacer pie, pero quizá llegase a alguna parte-. Su marido fue cadi de Jack Coldren, ¿verdad? Hace mucho tiempo. Recuerdo que lo comentamos.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Muerte en el hoyo 18»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Muerte en el hoyo 18» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Harlan Coben - Don’t Let Go
Harlan Coben
Harlan Coben - W głębi lasu
Harlan Coben
Harlan Coben - Motivo de ruptura
Harlan Coben
Harlan Coben - Tiempo muerto
Harlan Coben
Harlan Coben - Play Dead
Harlan Coben
Harlan Coben - Caught
Harlan Coben
libcat.ru: книга без обложки
Harlan Coben
Harlan Coben - The Innocent
Harlan Coben
Harlan Coben - Just One Look
Harlan Coben
Harlan Coben - Bez Skrupułów
Harlan Coben
Harlan Coben - Tell No One
Harlan Coben
Harlan Coben - Jedyna Szansa
Harlan Coben
Отзывы о книге «Muerte en el hoyo 18»

Обсуждение, отзывы о книге «Muerte en el hoyo 18» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x