John Gardner - Scorpius
Здесь есть возможность читать онлайн «John Gardner - Scorpius» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.
- Название:Scorpius
- Автор:
- Жанр:
- Год:неизвестен
- ISBN:нет данных
- Рейтинг книги:3 / 5. Голосов: 1
-
Избранное:Добавить в избранное
- Отзывы:
-
Ваша оценка:
- 60
- 1
- 2
- 3
- 4
- 5
Scorpius: краткое содержание, описание и аннотация
Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Scorpius»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.
Scorpius — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком
Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Scorpius», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.
Интервал:
Закладка:
– El Servicio Secreto asegura que posee los mejores guardaespaldas del mundo. -Levantó la mirada hacia el techo-. Sí, aunque se los puede detectar desde un kilómetro de distancia por sus insignias en la solapa, el tono oscuro de sus trajes, los walkies-talkies que parlotean desde fundas ocultas o porque muchos de ellos llevan largos impermeables, aun cuando haga treinta grados de calor a la sombra. -Hizo una mueca burlona-. «Muy bien, señor presidente. En cuanto traspongamos esa puerta seremos los amos de la calle.» O al menos eso es lo que oí decir a uno de ellos.
– Supongo que les habrá dejado bien patente cuál es el peligro real -indicó Bond, cuya voz seguía teniendo un tono perplejo e incrédulo-. Si se ha señalado una misión mortal contra el primer ministro, y posiblemente también contra el presidente, me parece que es poco lo que ambos puedan hacer para evitarlo.
– Les he indicado todos los sistemas. -Charlie imitó el encogimiento de hombros de Wolkovsky-. Al parecer, el primer ministro de ustedes también ignora el verdadero peligro. Según parece lleva tras de sí a un número extra de agentes del servicio especial, y en cuanto al Servicio Secreto advirtió que nadie se acercara a menos de quince o veinte metros de ambos personajes.
– ¡Veinte metros! -exclamó Bond, haciendo un gesto de desesperación, cerrando los puños y agitándolos a la altura de los hombros-. Lo mismo podían haber dicho veinte centímetros.
– Lo sabemos, James. Por eso he llamado al jefe de seguridad de la Casa Blanca. Es un viejo amigo Y quizá pueda conseguir que me escuche. Incluso es posible que nos deje ir a echar una mano.
Tras ellos, el teléfono empezó a sonar y uno de los hombres del FBI levantó el auricular. Enseguida dijo, dirigiéndose a Wolkovsky:
– Me parece que es él.
Casi en el mismo instante en que el hombre de la CIA se acercaba al teléfono, Pearlman reapareció por la puerta del despacho de Scorpius. Su cara mostraba la textura de un viejo pergamino Y tenía los ojos exageradamente abiertos con expresión preocupada.
– ¿Pasa algo Pearly ?… -preguntó Bond.
– Ella se ha ido -repuso Pearlman agachando la cabeza y mirando a su alrededor como atontado-. Se ha ido. No está aquí. Y el imbécil de su marido permanece arrodillado como sumido en un trance.
Bond le sacudió suavemente por un hombro.
– ¿Sabe cuándo se ha ido?
– He hablado con los que se ocupan de las notas y de los informes de los discípulos de Scorpius. Esto no me gusta nada, jefe. -Hablaba como un niño que acaba de ver en la televisión algo que le ha afectado profundamente-. Me han dicho que se marchó ayer y que Rudolf, es decir, mi condenado yerno… -porque se llama así… Rudolf. ¿Me quiere decir, jefe, quién es capaz de poner Rudolf a un niño?
– Nos iba usted a enterar de lo que esa gente le ha dicho de Rudolf.
– ¡Ah, sí! Me han dicho que se comporta como el marido de alguien a quien se ha encomendado una tarea mortal. Al parecer Scorpius les ha enseñado ese tipo de autohipnosis. Se arrodillan y quedan absolutamente inmóviles hasta que todo ha pasado. Es como concentrarse para que su compañero realice la tarea con éxito.
Bond conservó la calma hasta donde le era posible.
– Pearly , quizá sea ya demasiado tarde para Ruth. Pero ¿nos quiere hacer un favor?
– Haré lo que deseen.
– Vuelva allá e intente hablar con los expertos: la gente que maneja los explosivos o las personas que han sido adiestradas para ello. Quiero detalles de cómo fabrican las bombas, quién las hace estallar y con qué factores de seguridad cuentan. Averigüe todo lo posible. ¿Me ha entendido?
– Perfecto, jefe. Ahora están separando el trigo de la paja en el Salón de los Rezos, buscando quiénes tienen asignadas tareas mortíferas para el futuro y todo lo demás.
– No se deje ni un detalle, Pearl .
Bond no se había dado cuenta de que había llamado Pearl al sargento en vez de Pearly . Acercándose a donde Wolkovsky estaba todavía hablando, tomó su libreta de notas y escribió: «Sabemos quién actuará como bomba. Una muchacha. Dígales que hay aquí alguien capaz de identificarla.»
Sin dejar de hablar, Wolkovsky tomó el papel, lo leyó e hizo una señal de asentimiento a Bond, al tiempo que decía por el teléfono:
– Escuche, Walter: disponemos de una prueba positiva. El atentado se va a producir. Lo que hacen los Humildes en Inglaterra lo van a sufrir ustedes también en Washington hoy mismo. Sabemos ya quién lo va a hacer y aquí tenemos a alguien capaz de identificar a esa persona. -Escuchó en silencio mientras iba murmurando-: Sí…, de acuerdo, Walter, ya lo sé… Sí, desde luego; es auténtico. ¿Qué se habían creído? ¿Que se trataba de un juego de video?… Sí, Walter… Bien…, bien. De acuerdo. Llámeme otra vez cuando todo esté dispuesto. -Colgó el auricular y, volviéndose a Bond, le preguntó-: ¿Quiere explicarme eso?
Bond le facilitó un breve resumen de la parte que Pearlman había desempeñado en todo el asunto y terminó con la última información sobre su hija Ruth:
– Ahora le he mandado a enterarse de cómo manipulan las bombas.
– Bien: mi colega parece haber comprendido la idea. ¿Están seguros de lo de esa muchacha?
– Seguros en un ciento cincuenta por ciento.
– Van a poner en práctica lo que ellos llaman un «reajuste manual» en el Servicio Secreto. Me 1lamará cuando todo esté preparado. Por lo que he podido entender, se nos otorgará un poco de protección armada: tres agentes como máximo. Están preparando un reactor militar para que vaya a Savannah y nos recoja allí. Luego el jet nos llevará a la base de las fuerzas aéreas de Andrews. El primer ministro de ustedes llega a mediodía.
De manera automática Bond miró su Rolex de acero inoxidable. Sólo eran las ocho y media. Preguntó si podía tomar un café. Pero esta vez no insistió en que fuera de una determinada marca. Un miembro del FBI se apresuró a ir en busca del café. Wolkovsky le siguió.
– Habrá una guardia militar de honor en Andrews y un helicóptero llevará al primer ministro y a sus acompañantes hasta el helipuerto de la Casa Blanca. -Bajó la mirada a las notas que había ido tomando-. Hasta ahí no hay problema para nosotros. La prensa no estará en Andrews, pero si los de la televisión. Habrá tres helicópteros: el número uno, o sea, el presidencial, para el primer ministro y algunos miembros de su séquito; los números dos y tres, para el Servicio Secreto y para tres de nosotros. El horario estimado de llegada a la Casa Blanca serán las doce cincuenta y cinco. El presidente saluda al primer ministro. Seis equipos de televisión como es usual. Ningún otro miembro de los servicios de información. Se espera que la comida y la reunión duren tres horas. Habrá prensa con fotógrafos durante diez minutos…, al parecer ni uno más, a las dos en el Rose Garden. Así los periódicos podrán obtener buenas fotos para sus ediciones de última hora de la noche y de mañana por la mañana.
»Se espera que el primer ministro parta del helipuerto entre las cinco y las seis de la tarde, yendo directamente a Andrews. Tiene que apresurarse para enfrentarse otra vez a los problemas de las elecciones. La prensa de ustedes clama que el primer ministro está aprovechando esta reunión para sus asuntos electorales. Pero el primer ministro ha anunciado fríamente que ya había sido planeada mucho antes de que se convocaran las elecciones, y ustedes ya le conocen. Cuando se trata de celebrar una entrevista con el presidente no permite que nada, ni unas elecciones generales, obstaculice su camino.
Bond miró por encima del hombro de Wolkovsky.
– Este será el momento más peligroso. -Indicó poniendo su índice sobre la nota relativa a la reunión de fotógrafos de prensa convocada para las dos.
Читать дальшеИнтервал:
Закладка:
Похожие книги на «Scorpius»
Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Scorpius» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.
Обсуждение, отзывы о книге «Scorpius» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.