Yrsa Sigurðardóttir - Ladrón De Almas

Здесь есть возможность читать онлайн «Yrsa Sigurðardóttir - Ladrón De Almas» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Ladrón De Almas: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Ladrón De Almas»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Jónas, el propietario de un moderno complejo hotelero especializado en terapias alternativas, acude a Þóra, una ahogada de Reykiavik, para que investigue una serie de sucesos relacionados con lo sobrenatural, pero el mismo día de su llegada a Snæfellsnes encuentran el cadáver de Birna, la arquitecto a la que Jónas había encargado la construcción de un ala del hotel.
Þóra, con la inestimable ayuda de su compañero Matthew, se propone demostrar la inocencia de su cliente, pero nada es lo que parece en aquel paraje idílico, repleto de leyendas y misterios y donde se concentra una fuerte carga telúrica y espiritual. No dejan de circular historias de desapariciones, se producen nuevos crímenes y las pistas, por extraño que pueda parecer, conducen a los antiguos propietarios de las tierras donde esta ubicado el hotel, en cuyo pasado se oculta un terrible secreto que alguien parece interesado en ocultar.

Ladrón De Almas — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Ladrón De Almas», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

¿Quizá Bertha le había abandonado? ¿Ya se había hartado? ¿No iba a ayudarle más? Steini se acercó en su silla hasta la televisión y agarró el mando a distancia. Prefería ver aquellos espantosos programas que seguir con sus negros pensamientos. Subió el volumen y fijó la mirada en la pantalla. No pensar. No pensar.

* * *

Þóra y Matthew hicieron un brindis.

– Realmente, espero que esto no proceda de agricultura ecológica-dijo él antes de tomar un trago.

Þóra le sonrió.

– No, esperemos que se haya cultivado con la habitual porquería de los pesticidas, mejor aún si se les ha añadido algo de mercurio. -Bebió un sorbo de vino-. Da igual cómo se ha cultivado, el resultado es muy bueno. -Dejó su copa sobre el mantel blanco y comió un bocado de pan para tener algo que morder-. Estoy muerta de hambre. Muerta.

– Mmmm -dijo Matthew-. Me alegro mucho de que eso no haya cambiado. Y de que tú no hayas cambiado. -Le guiñó un ojo-. Además, tu forma de vestir sigue siendo tan… cómo decirlo…

Þóra se miró su sencillo jersey y sacó la lengua.

– ¿No irías a pensar que habría venido aquí con vestido largo esperando que alguien me invitara a comer?

– Me permito dudar que te hubieras puesto vestido largo aunque te hubieran invitado. -Se recolocó la corbata con gran ceremonia.

– Ja, ja. -Þóra se rió-. Tengo demasiada hambre para responder a los chistecitos de un tarugo como tú. ¿Y dónde está la comida? -Miró el reloj-. Maldita sea. Tengo que llamar a casa antes de que se duerma Sóley. -Alargó la mano para agarrar su bolso, pero antes de abrirlo recordó que su teléfono estaba en poder de la policía-. Vaya, ¿me puedes dejar tu móvil?

– Claro -dijo Matthew, ofreciéndole un elegante teléfono-. ¿Algo no va bien con tus niños? Casi ni me atrevo a preguntar, pero… ¿ya eres abuela?

Þóra alargó la mano para tomar el móvil.

– Puedes respirar tranquilo, aún estás cenando con una mujer joven. -Era un teléfono con tapa, y lo abrió. En la pantalla apareció la foto de una niña negra con montones de trencitas en el pelo-. ¿Quién es ésta? -preguntó extrañada, dirigiendo el teléfono hacia Matthew. Nunca había mencionado que estuviera casado o viviendo con alguien.

Matthew sonrió.

– Es mi hija.

– ¿Ah, sí? -dijo Þóra-. No se te parece mucho. -Volvió a contemplar la foto-. Excepto en el pelo, quizá. -No sabía muy bien qué más decir.

Matthew se rió y se pasó la mano por el cabello, con perfecto corte de caballero.

– No, no somos parientes consanguíneos. La adopté a través de una ONG.

– Oh, qué bonito. -Þóra bebió un sorbo para disimular el peso que se le había quitado de encima-. Por un momento creí que estabas casado o que vivías con alguien. No me gustan demasiado los hombres casados. En la escala de atractivo del cero al diez, les pongo un menos dos.

– Qué raras sois las mujeres -dijo Matthew-. A mí, tú me pareces atractiva y eso no cambiaría, estuvieras casada o no.

– Tienes la suerte de que estoy divorciada -dijo Þóra, mirando de nuevo la foto-. No vive contigo, ¿no? -Era totalmente incapaz de imaginarse a Matthew lavando las ropitas de un niño, y mucho menos haciendo una serie de apretadas trenzas en una cabecita.

– No, no -respondió Matthew-. Vive en Ruanda. Conozco a una mujer que trabaja en ese pueblo con la Cruz Roja, ayudando a los necesitados. Fue ella quien me convenció.

– ¿Cómo se llama? -preguntó Þóra.

– ¿La mujer, o la niña? -preguntó Matthew.

– La niña, claro -contestó Þóra.

– Laya -dijo Matthew.

– Un nombre muy bonito -afirmó Þóra, poniendo sus manos sobre una de las de él, que descansaba sobre la mesa-. Voy a hacer una llamada breve, porque cuando llega la hora de comer le cuelgo hasta a mis propios hijos. -Marcó el número de su hijo-. Hola, Gylfi, ¿qué tal estás?

– ¿Estás en el extranjero? -preguntó la voz extrañada de su hijo.

– No, no -dijo Þóra, que se apresuró a añadir-: He tomado prestado un móvil a un extranjero que está aquí en el hotel, porque tuve que dejar el mío. Pero ¿qué tal todo?

– Una mierda. Esto es espantosamente aburrido. Quiero irme a casa -respondió Gylfi convencido.

– No, no -respondió Þóra, maternalmente-. Si es muy divertido. ¿Está contenta Sóley?

– Ella está siempre contenta, no tienes que preguntar -replicó Gylfi cabreado-. Pero yo me voy a morir de aburrimiento aquí. Papá se ha puesto como loco a jugar con el Sing Star de los 80, de Sóley, y si vuelvo a oírle otra vez cantando Eye of the Tiger, me largo. De verdad.

– Venga, hombre -dijo Þóra-. Ya queda poco. Déjame hablar un momentito con Sóley, cariño. -No se atrevía a decir nada en favor del karaoke de su padre.

– Habla con ella pero no te alargues mucho. Tengo que llamar a Sigga. Antes se puso el teléfono en la barriga para que el niño me mandara un SMS con sus pataditas.

– ¿Ah, sí? -dijo Þóra, que ya no se asombraba por nada-. ¿Y qué escribió?

– jt -respondió Gylfi orgulloso. Le pasó el teléfono a su hermana sin más preámbulos, y una vocecita gritó:

– ¡Mami, hola, mami!

– Hola, ratoncito -saludó Þóra-. ¿Te lo pasas bien?

– Sí, sí, muy bien. Pero tengo ganas de estar en casa contigo. Papá y Gylfi siempre están peleándose.

– Ya queda poco, cariño. Tengo muchísimas ganas de que volvamos a estar juntos los tres. Dile hola a tu padre de mi parte, nos vemos mañana. -Þóra se despidió. Cerró el teléfono y se lo pasó a Matthew.

– No entendí ni una palabra -dijo éste, volviendo a meter el teléfono en el bolsillo de la americana-. ¿Piensas hablarme en islandés luego? ¿En la cama?

– Claro que sí, corderito mío -dijo Þóra lo más cariñosamente que pudo, y levantó un pie del suelo para ponerlo en un lugar mucho más cálido. El vino blanco estaba empezando a hacerle efecto-. ¿No te alegras, al menos, de que no lleve zapatos de tacón?

* * *

Rósa estaba junto a la cocina colando café al estilo antiguo. No necesitaba estar muy pendiente y dejó vagar sus pensamientos, pero, por desgracia, su mente iba demasiado rápido y lo único que consiguió fue desencadenar ideas aún más negras sobre todas las cosas que ella no podía cambiar. Hizo un esfuerzo por pensar en su corderito, Stubbur, y lo fuerte que había chupado el biberón aquella mañana, pero aquella tierna visión se disipó enseguida. En su lugar, se interpuso el recuerdo de la vuelta a casa de Bergur la noche anterior, y el gesto que tenía cuando le habló del cadáver que había encontrado en la playa. Ella intentó alejar aquella imagen, obligándose a pensar en la inminente visita de su hermano. Seguramente, serviría para alegrar la vida doméstica, porque era un hombre muy simpático y siempre estaba de broma. No cabía la menor duda de que les vendría estupendamente, la casa era tan silenciosa que los desconocidos debían de pensar que ella y su marido eran mudos. Sonrió triste e irónica ante semejante idea. Como si por allí pasara algún desconocido. A aquella casa no iban ni siquiera los conocidos. Sólo a los parientes más próximos se les pasaba por la cabeza ir de visita. Era lógico. La gente no visitaba un lugar donde incluso las plantas de las macetas se habían vuelto tan tristonas como ellos dos.

Rósa suspiró. No tenía ni una amiga íntima a la que recurrir cuando necesitaba consejo. Bergur era desdichado porque vivía con ella y no la quería. Y ella también era desdichada porque vivía con él y le quería, sin que su amor se viera correspondido. No sabía exactamente cuándo había dejado de quererla, si hubiera podido hablarse de amor alguna vez, pero recordaba bien cuándo empezó a quererle ella a él. El día en que se conocieron. Aún podía recordar lo guapo que era y tan distinto a los demás jóvenes que había tratado hasta entonces. Había llegado a la comarca para ayudar en los trabajos de primavera en las granjas, y en un abrir y cerrar de ojos la había embrujado hasta la médula. Trabajaron juntos, ensangrentados hasta los codos en la época de nacimiento de los corderos, y su fascinación fue creciendo a medida que descubría, a lo largo de sus conversaciones, lo culto que era el joven y cuánto sabía de todo. Además, él hablaba con mucho más cuidado que el resto de la gente, y seguía haciéndolo. Aquello le daba un cierto aire cosmopolita, aunque nunca hubiera puesto un pie fuera de la región. En esa época, y en realidad todavía hoy, ella se sentía como una palurda a su lado. Siempre había sabido que no le llegaba a la suela de los zapatos. Llegaría el momento en que se marcharía, y aquello la llenaba de una tristeza y un pesar que contribuían a asfixiar aún más su relación. ¿Qué fue primero, el huevo, o la gallina?

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Ladrón De Almas»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Ladrón De Almas» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Yrsa Sigurðardóttir - I Remember You
Yrsa Sigurðardóttir
Yrsa Sigurðardóttir - The Silence of the Sea
Yrsa Sigurðardóttir
Yrsa Sigurðardóttir - Het laatste ritueel
Yrsa Sigurðardóttir
Yrsa Sigurdardóttir - The Day Is Dark
Yrsa Sigurdardóttir
Yrsa Sigurdardottir - Ashes To Dust
Yrsa Sigurdardottir
Yrsa Sigurdardottir - Last Rituals
Yrsa Sigurdardottir
libcat.ru: книга без обложки
Yrsa Sigurðardóttir
Yrsa Sigurðardóttir - El Último Ritual
Yrsa Sigurðardóttir
libcat.ru: книга без обложки
Yrsa Sigurðardóttir
Yrsa Sigurdardóttir - My Soul to Take
Yrsa Sigurdardóttir
libcat.ru: книга без обложки
Yrsa Sigurðardóttir
Fríða Á. Sigurðardóttir - Ninas Geschichte
Fríða Á. Sigurðardóttir
Отзывы о книге «Ladrón De Almas»

Обсуждение, отзывы о книге «Ladrón De Almas» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x