Yrsa Sigurðardóttir - Ceniza

Здесь есть возможность читать онлайн «Yrsa Sigurðardóttir - Ceniza» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Ceniza: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Ceniza»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

La violenta erupción de un volcán en Islandia obliga a desalojar una pequeña isla. Las cenizas y la lava sepultan una población. Sus habitantes se ven en la necesidad de iniciar una nueva vida en duras condiciones, y muchos abandonan la isla.
Treinta años después aquel trauma parece superado, pero el proyecto Pompeya del Norte decide desenterrar algunas de las viviendas. En las excavaciones de una de las casas, junto a objetos y utensilios cotidianos, se realiza un hallazgo sorprendente: cuatro cadáveres habían quedado ocultos por las cenizas todo ese tiempo sin que nadie sospechara de su existencia. Una abogada se ve forzada a investigar qué había ocurrido realmente con aquellos cuerpos y cómo habían llegado allí. La evidencia de un antiguo crimen hará aflorar una sórdida historia de violencia que parece no haber finalizado todavía, estremeciendo la aparentemente tranquila vida de un pueblo de pescadores.

Ceniza — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Ceniza», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Þóra sujetó el auricular con la barbilla y recolocó la foto de su nieto mientras marcaba el número. A la criaturita la habían bautizado Orri, después de que los jóvenes padres se dedicaran a buscar nombres que a Þóra seguían poniéndole los pelos de punta. Era precioso, rubio y de ojos grandes, todavía con las hinchadas mejillas del lactante aunque hacía mucho que había empezado a tomar el biberón. Þóra sentía una profunda ternura al mirarle, y estaba siempre esperando que llegara la siguiente semana para tenerlo con ella, aunque el desbarajuste de la casa aumentaba muchísimo cuando llegaba la madre con su hijo. Sonrió al niño de la foto y cruzó los dedos cuando por fin le contestaron al otro extremo de la línea.

– Hola, Hannes. ¿Podrías hacerme un favorcito? No llego a recoger a Sóley…

La niña del parque de juego se quedó mirando cuando la ambulancia llegó hasta la casa. Se acomodó en el columpio y lo hizo balancearse en semicírculo. Se alegraba de que la sirena no estuviese puesta, porque entonces no podía tratarse de nada grave. A lo mejor, la señora solo se había caído y se había roto una pierna. Una amiga suya se había roto una pierna una vez, y entonces fue a buscarla una ambulancia. Tinna sopló desde las mejillas hinchadas haciendo jugar al aire mientras pensaba en todas estas cosas. Mejillas gordas. Mejillas flacas. Mejillas gordas. Mejillas flacas. De pronto dejó de hinchar el rostro y se quedó quieta, pensativa. Esa era la demostración de que no hacía falta comer para engordar. El aire engorda. Se quedó rígida. Todo estaba lleno de aire. Y encima, estaba en todas partes y no había lugar alguno donde protegerse de él. Tendría que intentar respirar menos.

Sonó un ruido sordo en la ambulancia y Tinna volvió a dirigir su atención a ella. Estaba esperando que alguien saliera de la casa para poder hacerse una idea de lo que había sucedido, pero el ajetreo que había alrededor de la ambulancia era mejor que nada. La casa se volvió más interesante. A lo mejor habían detenido a un delincuente entre esas paredes que le impedían ver lo que pasaba. Si las paredes fueran finas podría ver a través de ellas, igual que un día se podría ver a través de ella misma. Aguzó la vista con la esperanza de ver mejor, pero no vio nada. Sin embargo algo tenía que estar pasando, el coche de policía que llegó el primero de todos llevaba la sirena encendida. Cuando su amiga se rompió la pierna en el patio del colegio no llegó ningún coche de policía, de modo que no era muy probable que hubiera ido a casa de la señora por un simple accidente. Si se trataba de un ladrón, Tinna esperaba que la policía lo metiera en la cárcel. Aquella señora era muy buena y no merecía que le hicieran ningún daño. Sonó un crujido en el columpio, que seguía balanceándose hacia los lados. La niña observó a dos hombres que salían de la ambulancia y sacaban una camilla. Suspiró bajito. Aquello no anunciaba nada bueno. ¿Cuándo iba a ver ahora a la señora? A lo mejor se pasaría meses en el hospital. La última vez que la ingresaron, Tinna tardó cuarenta días en volver a casa. Claro que aquello no cambiaba nada. Aquello podía esperar. Muchas veces había tenido que pasarse meses enteros esperando algo. Cosas que le importaban mucho menos.

Tinna se puso de pie en el columpio para ver mejor. Se agarró con fuerza al notar que se mareaba por haberse incorporado tan deprisa. Cerró los ojos y la molesta sensación pasó, como siempre. Se recordó a sí misma que marearse era una buena señal, se recuperó justo cuando estaba a punto de desmayarse y sintió que el cuerpo había empezado a quemar grasa. Cuando Tinna volvió a abrir los ojos, los hombres de la camilla habían entrado ya en la casa, fuera no se veía movimiento alguno. La ambulancia estaba justo delante de la casa y tapaba la puerta. Se estiró todo lo que pudo y miró con la esperanza de ver si estaba abierta, pero sin éxito. ¿Qué era mejor: irse a casa a toda prisa o esperar a que sacaran a la señora? No tenía mucho sentido volver a casa porque no había nadie, su madre trabajaba hasta las cinco y no la dejaban salir del trabajo aunque en el colegio no hubiera clases. No había nada esperándola en casa.

Dobló las rodillas y se columpió de pie sin especial intención de hacerlo. Era agradable sentir el aire jugando en su cabello, y aceleró, solo para volver a frenar en cuanto recordó que el aire no era amigo suyo. El corazón le dio un brinco en el pecho por la preocupación que la invadió, mientras intentaba contrarrestar la velocidad que había adquirido el columpio. Una vez que el columpio se hubo detenido, se sintió mejor y pensó en qué podría decirle a la señora, en cómo podría expresar con palabras que sabía quién era. Tinna sonrió. La señora se quedaría asombrada, y probablemente también se alegraría. Aún tenía grabada en la memoria lo mustia que se puso cuando su padre soltó aquellas barbaridades sobre lo que le estaba diciendo la señora. Su papá también era un burro. Un burro malo y feo que no comprendía a Tinna, igual que su mamá. Ella era aún peor, en verdad, no hablaba más que de comida y más comida y de que Tinna tenía que comer, y a veces se ponía a llorar, encima. Por eso Tinna se alegraba de ir a casa de su padre un fin de semana de cada dos, porque él no la vigilaba. Le decía que tenía que comer pero no se fijaba, como hacía su mamá. Eso le venía muy bien. Papá tenía tan poco interés por Tinna que ni se enteró de que estaba escuchando todo lo que hablaron esa mujer y él una vez que vino a su casa. Tinna había entrado en casa sin que su papá ni la forastera se dieran cuenta, pero el tono violento y enfadado de la voz de su papá hizo que más tarde le dieran ganas de llamar la atención. Podría haber hecho como si no estuviera, porque, a fin de cuentas, eso es lo que intentaba conseguir, llegar a ser invisible. Si hubiera conseguido ya alcanzar su meta se habría podido colocar tranquilamente en medio de los dos y ver los gestos de la cara y los movimientos del cuerpo de ambos mientras discutían. Pero tuvo que contentarse con ponerse al lado de la puerta de la sala y limitarse a escuchar la conversación. Cuando esta concluyó, volvió a salir a la calle y aparentó que acababa de llegar cuando vio a la mujer abandonar la casa. Su papá estaba de un malhumor desacostumbrado y la recibió sin siquiera fijarse en ella, pero Tinna hizo como que no pasaba nada y al final él volvió a ser el de siempre, interesado única y exclusivamente por el partido que echaban en la televisión.

La mujer, igual que el papá de Tinna, no sabía que la niña había estado escondida, a lo mejor ni siquiera tenía la menor idea de su existencia. A diferencia de su papá, esa mujer estaría encantada si se enterase de que había oído lo que hablaban, y sin duda querría conocerla mejor. Tinna encontró su nombre y su número de teléfono en un papel que había dejado sobre la mesa para que su padre pudiera ponerse en contacto con ella. Había sido un trabajo de mucha paciencia, porque su padre había roto la hoja de papel y la había tirado al suelo, de modo que Tinna tuvo que juntar los pedazos como si fueran un puzle antes de poder leer lo que ponía. Teniendo el nombre de la mujer y su número de teléfono, para Tinna fue un juego encontrar su dirección. Iba allí algunas veces para observar la casa sin saber muy bien por qué ni qué esperaba conseguir. La noche anterior por fin había pasado algo y Tinna observó con atención. Sin duda no había pasado nada del otro mundo, y se enteraría más tarde. Pensó en la hoja de papel que había salido volando con el viento y se había quedado sujeta al seto. Tinna la había cogido y la había guardado en su casa. Era importante. Lo sabía perfectamente…, aunque no sabía por qué lo era. Pero algún día se sabría.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Ceniza»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Ceniza» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Yrsa Sigurðardóttir - I Remember You
Yrsa Sigurðardóttir
Yrsa Sigurðardóttir - The Silence of the Sea
Yrsa Sigurðardóttir
Yrsa Sigurðardóttir - Het laatste ritueel
Yrsa Sigurðardóttir
Yrsa Sigurdardóttir - The Day Is Dark
Yrsa Sigurdardóttir
Yrsa Sigurdardottir - Ashes To Dust
Yrsa Sigurdardottir
Yrsa Sigurdardottir - Last Rituals
Yrsa Sigurdardottir
Yrsa Sigurðardóttir - Ladrón De Almas
Yrsa Sigurðardóttir
Yrsa Sigurðardóttir - El Último Ritual
Yrsa Sigurðardóttir
libcat.ru: книга без обложки
Yrsa Sigurðardóttir
Yrsa Sigurdardóttir - My Soul to Take
Yrsa Sigurdardóttir
libcat.ru: книга без обложки
Yrsa Sigurðardóttir
Fríða Á. Sigurðardóttir - Ninas Geschichte
Fríða Á. Sigurðardóttir
Отзывы о книге «Ceniza»

Обсуждение, отзывы о книге «Ceniza» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x