P.C. Cast - En El Lugar De La Diosa

Здесь есть возможность читать онлайн «P.C. Cast - En El Lugar De La Diosa» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

En El Lugar De La Diosa: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «En El Lugar De La Diosa»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

La única emoción que esperaba Shannon Parker de las vacaciones de verano era hacer unas cuantas compras. Sin embargo, recibió la llamada de un ánfora antigua y se vio transportada a Partholon, donde todos la trataron como a una diosa. Una diosa muy temperamental…
Sin saber cómo, Shannon había adoptado el papel de otra, se había convertido en la encarnación de la diosa Epona. Y, aunque eso tenía una ventaja (¿a qué mujer no le gustaban los lujos?), también conllevaba un matrimonio ritual con un centauro y la amenaza de muerte a su nuevo pueblo. Además, todo el mundo la odiaba, porque pensaban que era una simple doble de su diosa.
Shannon tenía que averiguar cómo podía volver a Oklahoma sin morir en el intento, sin contraer matrimonio con un centauro y sin volverse loca…

En El Lugar De La Diosa — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «En El Lugar De La Diosa», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Las caballerizas eran dignas de una reina. O mejores. Los boxes estaban hechos del mismo mármol blanco que el resto del templo. Probablemente, había unos veinte espaciosos compartimentos a cada lado del establo, y a medida que caminaba por el pasillo central, no podía evitar pararme en cada uno de ellos y arrullar a los maravillosos caballos que los ocupaban. Eran de linaje real. Todas eran yeguas, desde delicadas zainas a yeguas árabes, pasando por purasangres de largas patas. Y todas me reconocían. En todos los boxes, las yeguas levantaban los hocicos suaves y resoplaban en dirección a mí, pidiéndome caricias y halagos.

– Hola, preciosa.

– Hola, cariño.

– Mira qué señora más guapa.

Por la reacción de los animales, estaba claro que Rhiannon adoraba a sus yeguas. Y, claramente, ellas correspondían aquel sentimiento. Había que añadir otro parecido entre ella y yo. Tendría que procurar que la lista no creciera mucho.

Cuando llegué al final de la fila de boxes, encontré uno a mi izquierda, enorme, con una puerta que daba a un gran corral fuera del establo. Se trataba del corral que yo había visitado en espíritu un poco antes. Dentro de aquel espacioso box había tres ninfas arreglando a la yegua plateada. Entré en el compartimento y ellas, con aspecto somnoliento, se detuvieron para hacerme una reverencia. Después continuaron con su tarea.

Yo me detuve y exhalé un suspiro de felicidad al ver un caballo tan exquisito. Era un animal magnífico, incluso más de lo que yo había percibido en mi sueño. Ella notó mi presencia, y giró su cabeza perfecta para poder verme. Me lanzó un saludo con un relincho estupendo que me hizo reír de alegría.

– ¡Vaya, hola a ti también, preciosa!

Me acerqué a la yegua, tomé el cepillo de manos de una de las sirvientas y disfruté de la sensación de peinar su pelaje suave y brillante.

La yegua plateada me acarició la cara con el hocico y me lamió el hombro mientras yo le cepillaba el cuello.

– Eres muy bonita, preciosa -le dije, inhalé su olor, y sentí la calidez de su respiración.

Ella giró la cabeza hacia delante, obedientemente, cuando una de las sirvientas se acercó con una refinada brida sin bocado. Era de esperar que aquel animal no lo necesitara. Yo me aparté para que las ninfas le pusieran los arreos a la yegua y la ensillaran. Cuando, por fin, estuvo lista, les pedí que me ayudaran a montarla. Agarré un puñado de crin plateada y elevé un pie. Una de las sirvientas me dio un suave empujón y yo subí a la silla y metí los pies en los estribos. Después erguí los hombres y, como no sabía por dónde debía salir, les ordené:

– Bien, ahora, ¡abridme la puerta!

Una de las ninfas salió corriendo hacia una puerta que había al otro extremo del box de la yegua, y la otra corrió a una salida que había en el muro exterior del templo. Yo chasqueé dos veces con la lengua y la maravillosa yegua comenzó a caminar. Justo antes de salir por la última de las puertas, hice que frenara y hablé hacia atrás, por encima del hombro, a las sirvientas.

– Gracias. Ahora, volved a la cama. Podéis dormir hasta tarde mañana, yo me ocuparé de la yegua cuando vuelva.

Después, apreté los muslos contra los costados de la yegua, me incliné hacia delante, y el animal emprendió un medio galope.

Salimos del castillo y nos pusimos en camino. La luna estaba muy alta y brillante, así que se veía muy bien. Detuve a la yegua para poder mirar a mi alrededor e intentar averiguar dónde estaba y hacia dónde debía dirigirme. Lo primero que vi fue que el templo había sido erigido, estratégicamente, en la cima de una colina, y que el terreno que lo rodeaba, aunque era verde y exuberante, estaba despejado de árboles. Claramente, las murallas y la situación del templo lo hacían fácil de defender.

El reflejo de la luna en el agua atrajo mi atención hacía el río, que rodeaba la colina del templo lo suficientemente cerca de él como para tener barcazas de transporte amarradas en un muelle cercano. Era muy conveniente. Si no fuera por aquellas horribles criaturas comedoras de hombres, aquellas tierras serían un lugar muy agradable para vivir.

Dirigí la yegua hacia el curso del río, contenta por el hecho de que la noche fuera tan clara y tranquila. Me incliné hacia delante y apreté las rodillas para que la yegua comenzara a galopar suavemente. Pronto llegamos a la ribera del río y me encaminé hacia el oeste. Era un río impresionante, ancho, de corriente rápida. Olía bien, no a pescado y a barro como el Mississippi, sino claro y rocoso, como el río Colorado. Las orillas estaban flanqueadas de árboles y yo me sentí aliviada al ver que la yegua había comenzado a recorrer un pequeño sendero, seguramente, un camino de ciervos, que corría paralelo a la corriente. Poco después, hablándole con suavidad, hice que la yegua aminorara la velocidad. Estaba en muy buena forma, pero nos quedaban todavía dos días de marcha, y ningún caballo podía mantener aquel ritmo durante dos jornadas. Le di unos golpecitos en el cuello sedoso y me relajé en la montura mientras ella trotaba.

– Eh, bonita, ¿cómo te llama Rhiannon? -ella irguió sus delicadas orejas al oír mi voz-. No puedo seguir llamándote «la yegua», es de mala educación. Imagino que todo el mundo te llamará Epona, pero eso me suena demasiado formal y estirado. ¿Qué te parecería que te llamara Epi? Puede que no sea tan digno, pero en mi mundo, sólo los políticos quieren parecer tan dignos.

Su relincho desvergonzado y una pequeña cabriola fueron suficiente respuesta para mí.

– Entonces, Epi.

Le acaricié las crines y me acomodé para un largo camino. Desde el principio, tuve claro que Epi no era uno de esos caballos que necesitaban mucha atención del jinete. Era lista y capaz de avanzar sin que yo la guiara y la persuadiera. Así que me relajé y admiré el paisaje. Era una zona muy bonita. Entre los árboles atisbaba casas que salpicaban el terreno. Estaban bien mantenidas y tenían preciosos tejados de paja.

Entre las casas de labranza había viñedos y campos llenos de cereales, y creo que reconocí maíz y judías, pero no estaba segura, a la luz de la luna. Hacía muy buena noche, y a medida que avanzaba, poco a poco empezó a clarear. Casi al mismo tiempo, el arbolado se hizo más denso, y el camino menos definido. No parecía que a Epi le preocupara mucho, así que dejé que ella eligiera su ritmo. En aquellos momentos comencé a darme cuenta de que había salido del templo sin preocuparme de cosas como el desayuno, la comida, la cena, el agua o el papel higiénico. No sabía qué hora era, pero para cuando el sol asomó por encima de las copas de los árboles, tanto mi trasero como mi estómago me decían que llevaba un buen rato cabalgando.

El hecho de montar a caballo durante varias horas, alternando trote y galope, y sin desayunar, podía cansar mucho a un cuerpo de treinta y cinco años.

Decidí hacer un descanso. Detuve a Epi y desmonté, y al tocar el suelo, no sentía los pies ni las piernas. Me quedé en pie durante unos minutos para intentar recuperar la circulación, y después, cojeando, me dirigí con la yegua hacia la orilla del río.

– Bueno, por lo menos no está turbio -dije, y le di unas palmadas a Epi en el lomo para que bebiera primero. Yo me coloqué un par de pasos por delante del animal y me agaché, con un gran crujir de rodillas, para lavarme las manos.

– Oh, vaya, ¡está helada!

Esperaba que el agua tuviera una temperatura mucho más cálida, debido a que el clima era caluroso, pero el río estaba muy frío, lo cual me dio a entender que tenía su nacimiento en las montañas. Formé un hueco con ambas manos y bebí.

Después, me incorporé, mientras mis rodillas crujían de nuevo, y me di cuenta de que, de repente, no tenía tanta hambre como antes.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «En El Lugar De La Diosa»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «En El Lugar De La Diosa» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «En El Lugar De La Diosa»

Обсуждение, отзывы о книге «En El Lugar De La Diosa» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x