P. Cast - Diosa Por Elección

Здесь есть возможность читать онлайн «P. Cast - Diosa Por Elección» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Diosa Por Elección: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Diosa Por Elección»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Por fin, Shannon Parker se había reconciliado con la vida en el mundo mítico de Partholon. Amaba a su marido centauro y se había acostumbrado a su conexión con la diosa Epona y los beneficios que conllevaban ambas cosas. Casi había olvidado su antigua vida en la Tierra… sobre todo, cuando descubrió que estaba embarazada…
Pero entonces una súbita explosión de poder la envió de vuelta a Oklahoma. Sin la magia, Shannon no podía regresar a Partholon, así que tendría que buscar ayuda. El problema era que esa ayuda tomó la forma de un hombre tan tentador como su marido. Y, durante el camino, Shannon descubriría que ser una diosa por error era mucho más fácil que ser una diosa por elección…

Diosa Por Elección — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Diosa Por Elección», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Sentí cómo mis ojos se llenaban de lágrimas cuando mi padre empleó el apodo cariñoso con el que solía llamarme. Pero enseguida recordé que Rhiannon detestaba el whisky porque lo consideraba vulgar, y me estremecí ante la prueba de que ella había estado allí. Con mi padre.

– ¡No! ¡Quiero decir, sí! Me refiero a que todavía me gusta el whisky. Es sólo que esta noche prefiero un té.

«Y», añadí para mí, «durante los siete meses próximos también».

Tomamos nuestras bebidas en silencio. Yo no sabía por dónde empezar, pero con sólo estar en aquella habitación tan familiar me sentía mejor, más fuerte, más capaz de enfrentarme a los horrores de aquel día.

– ¿Dónde está mamá Parker? -pregunté.

La ausencia de mi madrastra me asaltó de repente. Ella debería haber estado por allí, insistiendo en que comiéramos algo y en que yo me quitara aquella ropa sucia y húmeda. En general, haciendo cosas de madre que me hacían sentirme querida. Me avergoncé de no haber preguntado por ella en cuanto había llegado.

– Mamá Parker está visitando a su hermana de Phoenix.

– ¿Sin ti?

– Llevaba meses preparando la visita. Yo iba a ir con ella, pero uno de esos potros idiotas decidió que quería saltar una valla y se rompió una pata, así que me he quedado para curar al muy tonto.

Yo asentí al oír aquella letanía familiar de quejas contra los caballos. Había pocas cosas que a mi padre le parecieran tan tontas como los caballos de carreras, y pocas cosas que adorara más.

Sabía que debía abordar el motivo de mi visita, pero aquella conversación hizo que me diera cuenta de lo mucho que ansiaba la normalidad, aunque sólo fuera una ilusión temporal.

– Bueno, ¿y cómo van las cosas en el instituto?

Mi padre llevaba entrenando casi tres décadas a los alumnos del instituto en el que yo trabajaba de profesora. A mí también me encantaba enseñar. Y una de las cosas en las que mi padre y yo estábamos totalmente de acuerdo era que los adolescentes eran más tontos que los caballos de carreras. Vi que en sus labios se dibujaba lentamente una sonrisa.

– Esos pequeños bobos… cada año son más tontos -dijo, y se echó a reír-. Y este año han contratado como subdirector a un sensiblero que ha trabajado en una de esas escuelas tan delicadas de medio grado. El muy tonto no sabría lo que es la disciplina ni aunque la tuviera delante de las narices -añadió, y me miró agitando la cabeza, con una expresión de sufrimiento y resignación-. Es una suerte que te fueras cuando lo hiciste.

Ante aquella mención de mi cambio de carrera profesional, la calidez que estaba sintiendo por dentro se congeló. Miré mi té con tristeza.

– Tienes mal aspecto, Bichito -me dijo mi padre-. ¿No vas a contarme lo que ha pasado?

Lo miré. Yo nunca había podido ocultarle nada, ni lo había intentado. Quizá Rhiannon tampoco hubiera podido ocultarle su verdadera forma de ser. Quizá él ya supiera que Rhiannon no era yo.

Tomé aire y erguí los hombros.

– No sé por dónde empezar. Es complicado.

– La vida es complicada -me dijo-. Empieza por el principio, y nos las arreglaremos desde ahí.

– Papá, no he sido yo misma durante estos seis meses.

Mi padre asintió.

– Sí, ya lo sé. Fuiste muy grosera con mamá Parker. Es una suerte que ella te quiera tanto. Me alegro de que hayas vuelto a la normalidad y…

Yo alcé la mano para detenerlo.

– No, no me refiero a que no haya actuado con normalidad. Me refiero a que no era yo. Literalmente.

El comentario que iba a hacerme se le quedó en los labios, y me observó con suma atención.

– Explícate, Shannon Christine.

– ¿Te acuerdas de que hace seis meses tuve un accidente?

– Por supuesto que lo recuerdo. Estuviste sin conocimiento durante días. Estábamos muertos de preocupación. Yo sabía que ibas a estrellar ese maldito Mustang más tarde o más temprano. Conduces demasiado rápido… -murmuró, sacudiendo la cabeza, preparado para retomar aquella vieja discusión.

– No fue un accidente normal, papá. Y no me estrellé contra nada. Compré un ánfora en la subasta de una finca. Era una urna funeraria antigua, creo. En ella estaba la imagen de la Suma Sacerdotisa, la Encarnación de Epona.

– La diosa celta de los caballos, ¿verdad? -dijo, asintiendo. A mi padre le encantaba leer, como pueden atestiguar todos los libros que almacenaba en el salón.

– La diosa era yo -continué-. O, más exactamente, mi reflejo en otro mundo, en otra dimensión. Es un mundo en el que existe la mitología en vez de la tecnología, y en el que algunas personas son reflejos exactos de las personas que hay aquí.

– Shannon, ésta es una broma muy tonta.

– ¡No es una broma! -exclamé yo, mirando a Clint, que hasta aquel momento, se había mantenido en silencio-. Díselo.

– Señor… Escúchela. Le está diciendo la verdad, y puede demostrárselo.

Yo entorné los ojos. ¿De qué estaba hablando? ¿Cómo iba a demostrarlo? Clint asintió para animarme.

Yo carraspeé y me volví de nuevo hacia mi padre.

– Fue el ánfora lo que causó mi accidente, y más que eso. Fue la causa de que me transportaran a otro mundo y me intercambiaran por mi reflejo, la Encarnación de la Diosa Epona.

Él abrió unos ojos como platos, pero no me interrumpió.

– Así que la bruja que ha estado estropeándome la vida y la de mis amigos y mi familia durante estos seis meses no era yo.

– ¿Me estás diciendo que no has estado físicamente en este mundo?

Asentí.

– ¿Y que la mujer que dejó tu trabajo, se casó y acabó con un millonario y ha estado paseándose por todo el país en un jet no eras tú?

– Exactamente.

– Shannon, eso parece una locura.

– ¡Ya lo sé! Soy yo la que lo está viviendo, y a mí me parece ridículo.

Cerré los ojos y me froté las sienes al sentir una nueva oleada de náuseas y un súbito dolor de cabeza. Mi padre no iba a creerme.

Entonces, Clint me posó la mano en el cuello.

– Señor Parker… -dijo con calma-, es tarde y Shannon ha pasado por muchas cosas hoy. Tal vez sea mejor que nos vayamos a dormir y terminemos de explicárselo por la mañana.

– Tienes mal aspecto, niña -me dijo mi padre.

Yo abrí los ojos.

– Papá, Suzanna ha muerto.

Él dio un respingo.

– ¡La pequeña Suzanna! Dios santo, ¿qué es lo que le ha pasado?

Clint intervino.

– Es una parte de la historia, señor Parker. Por ahora le diremos que ha ocurrido esta misma noche, y que Shannon ha tenido que verla morir.

Su voz tenía un tono protector que me sorprendió.

Yo vi que mi padre lo miraba especulativamente.

– De acuerdo, hijo. Que nuestra chica se acueste.

Mi padre se acercó al sofá y me tomó de la mano para que me pusiera en pie. Me dio un abrazo y unas palmaditas en la espalda. Después me olisqueó.

– Dios santo, Bichito, hueles fatal.

– Lo sé -dije con tristeza.

Sin soltarme la mano, me llevó por el pasillo a mi habitación. Allí encendimos velas para iluminar, y después, él se volvió hacia Clint.

– Ésta es la habitación de Shannon. Tú puedes dormir en la cama que hay en la oficina, si te parece bien.

– Sí, señor.

Mi padre asintió y se volvió hacia mí de nuevo.

– Creo que todavía quedan algunas cosas tuyas en la cómoda, y supongo que habrá bastante agua caliente como para que puedas darte una ducha rápida. La necesitas. Mañana aclararemos todo esto.

Yo le di un abrazo y susurré:

– Te quiero, papá.

– Yo también te quiero, Bichito -respondió. Después se dio la vuelta y empujó a Clint hacia la puerta-. Ven conmigo, hijo -me dijo, cerrando la puerta con firmeza.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Diosa Por Elección»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Diosa Por Elección» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Diosa Por Elección»

Обсуждение, отзывы о книге «Diosa Por Elección» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x