James Ellroy - Jazz blanco

Здесь есть возможность читать онлайн «James Ellroy - Jazz blanco» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Jazz blanco: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Jazz blanco»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Para el teniente David Klein, muertes, palizas y extorsiones sólo son gajes del oficio. Hasta que en otoño de 1958 los federales abren una investigación sobre la corrupción policial y el mismo Klein se convierte en el cetnro de todas las pesquisas y acusaciones. Sin embargo, aunque él haya contribuido a crear ese mundo monstruoso, poblado por la codicia y la ambición, está dispuesto a salir vivo de él a cualquier precio.

Jazz blanco — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Jazz blanco», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Orchard, frenesí chivato:

– ¡Eh, yo conozco a ese Junior!

– ¿Y?

– ¡Y me chantajeó y se quedó con mi pasta!

– ¿Y?

– Y me robó mi… mis…

– Y te robó tus narcóticos ilegales. ¿Y?

– ¡Y ese tipo estaba drogado hasta las cejas!

– ¿Y?

– ¡Y soltaba no sé qué tonterías de «soy un genio criminal»!

– ¡Y se tomó lo mío! ¡Se tomó todas mis papelinas allí mismo, delante del club Alabam!

Confirmado por Tilly Hopewell.

– ¿Y?

– Y… y…

Golpeé su silla con la porra:

– ¿¿¿Y…???

– Y… Y conozco a Steve Wenzel. ¡Steve me dijo que Junior también le había ido con esa misma mierda!

También confirmado por Tilly. Observé a Leroy (demasiado callado), me fijé en sus dedos…

Hurgando en el cinturón, furtivos.

Levanté su silla y tiré del cinturón. Varias papelinas de caballo saltaron de sus pantalones. Improvisé:

– Mira, Pat, esto no se lo he encontrado al señor Carpen-ter, sino a ti. Y ahora, ¿tienes algo más que decir sobre Junior Stemmons, Steve Wenzel o tú mismo?

Leroy:

– ¡Estás loco, detective!

– ¿Y, señor Orchard?

– Y Steve dijo que había hecho un trato con ese loco. Junior prometió a Steve un montón de pasta para comprar ese montón de caballo. Hace un par de días, Steve me dijo que Junior necesitaba veinticuatro horas para conseguir el dinero.

– ¡Blandengue, chivato, hijo de puta! -Leroy.

Junior, chiflaaado. JACK, MÁTALE. Volteando la porra:

– Posesión de heroína con intención de vender. Conspiración para distribuir narcóticos. Agresión a un agente de policía, porque me acabas de dar un puñetazo. Y ADEMÁS, señor Orch…

– ¡Está bien! ¡Está bien! ¡Está bien!

Descargué un cachiporrazo sobre la mesa:

– ¿¿¿Y…???

– Y ese loco de Junior me obligó a ir con él al club Alabam. ¿Usted… usted conoce a ese policía boxeador?

– ¿Johnny Duhamel?

– Eso es. El que ganó los Guantes de Oro. Junior empezó a incordiar al… al…

La lengua trabada de mala manera. Le quito las esposas, dejo que se tranquilice. Leroy:

– ¿Qué, señor policía, le da miedo soltarme las manos a mí también?

– ¡Joder, así está mucho mejor! -Orchard.

– ¿¿¿Y…???

– Y Junior estaba espiando con micrófonos ocultos a ese chico de los Guantes de Oro.

– ¿Qué hacía Duhamel en el club Alabam?

– Parecía estar vigilando a los tipos reunidos en esa trastienda cerrada con cortinas que tienen en ese local.

– ¿Qué tipos? ¿Qué hacían allí?

– Parecían anotar cifras de esas máquinas tragaperras.

– ¿Y?

– Oiga, ¿no sabe decir otra cosa?

Di otro porrazo sobre la mesa. Fuerte. La hice saltar del suelo.

– ¿Y por qué te llevó Junior Stemmons al club Alabam?

Orchard, con las manos alzadas, suplicante:

– Está bien, está bien, está bien. Junior como se llame estaba hasta las cejas de polvos. Estuvo charlando con el hombre de los Guantes de Oro y le contó esa loca fantasía de que yo tenía un montón de pasta con la que comprar abrigos de visón. El policía boxeador casi se volvió loco tratando de hacer callar a Junior. Estuvieron a punto de llegar a las manos.

También vi a esos otros dos policías que conozco de vista, observando toda la escena con mucho interés.

– Describe a esos otros dos policías.

– Un aspecto poco recomendable, mierda. Un tipo rubio y corpulento y su compañero, delgado y con gafas.

Breuning y Carlisle: seguir desde allí:

Duhamel espiando la actividad con las máquinas tragaperras: ¿de servicio para la brigada Antibandas? Matones espiándole a él: ¿como sospechoso del robo de pieles?

Orchard:

– Mire, ya no tengo más «y esto, y lo otro…» para usted. A partir de aquí me puede amenazar con lo que quiera, pero todo cuanto le diga serán bobadas.

Presionar al otro tipejo:

– Canta, Leroy.

– «Canta», una mierda. Yo no soy ningún soplón.

– No, lo que eres es un vendedor de narcóticos independiente de poca monta.

– ¿Cómo dices?

– Digo que esta heroína es la paga de un mes para ti.

– Di también que tengo un fiador dispuesto a pagar mi fianza y un honrado abogado judío para defenderme. Si me encierra, me bastará con mi llamada telefónica. ¿Qué dices a eso, mierda de policía?

Le quité las esposas.

– ¿Nunca te ha dado una paliza Tommy Kafesjian, Leroy?

– Tommy K. no me asusta.

– Claro que sí.

– Una mierda.

– Una de tres: o le pagas protección, o le haces de soplón, o vendes para él.

– Una mierda.

– Bien, no creo que te dediques a los chivatazos, pero creo que tienes el cuello dolorido de tanto volverlo para ver si algún tipo de Kafesjian te descubre.

– Quizá sea verdad lo que dices, pero quizá los Kafesjian no sigan controlando el tráfico en el Southside mucho tiempo más.

– ¿Te lo ha dicho Junior Stemmons?

– Quizá sí. Pero quizás es sólo un rumor relacionado con esa gran movida federal en el Southside. Y, en cualquier caso, no soy ningún soplón.

El drogota, un tipo duro.

– Leroy, ¿por qué no me cuentas cómo te zurró Junior Stemmons?

– Que te jodan.

– ¿Por qué no me cuentas de qué hablasteis?

– Que jodan a tu madre.

– Mira, si colaboras conmigo, quizás eso ayude a arruinar a los Kafesjian.

– Que te jodan. No soy ningún soplón.

– Leroy, ¿conocías a un vendedor de marihuana llamado Wardell Knox?

– Que te jodan. ¿Y qué, si lo conocía?

– Le mataron.

– Vaya cosa, Sherlock.

– Verás, ahora mismo hay toda una campaña para aclarar esos homicidios de negros.

– Vaya cosa, Dick Tracy.

Duro y estúpido. Llevé a Orchard a la sala contigua y le esposé donde no pudiera moverse. Volví con Leroy:

– Háblame de ti y Junior Stemmons o te llevo a la calle Setenta y siete y le digo a Dudley Smith que tú mataste a Wardell Knox y abusaste de un puñado de chiquillos blancos.

Golpe de gracia. Dejé la heroína sobre la mesa.

– Cógela. No la he visto nunca.

Leroy recuperó sus polvos. Zooom… colaboración instantánea:

– Lo único que hicimos ese chiflado de Junior y yo fue hablar. Sobre todo, él habló y yo escuché, porque me sacó la pasta y unas cuantas papelinas y yo supe enseguida que lo que me enseñaba no era una placa de juguete.

– ¿Mencionó a Tommy Kafesjian?

– A Tommy en concreto, no.

– ¿A su hermana, Lucille?,

– No.

– ¿A un mirón que espiaba a Lucille?

– Tampoco. Sólo dijo que la familia Kafesjian estaba jodida, que lo iba a tener mal con ese asunto de los federales. Dijo que Narcóticos del LAPD iba a ser neutralizado por los federales y que él iba a ser el nuevo rey de la droga del Southside…

MATARLE.

»… ese desgraciado de policía moqueante volando con las narices llenas de droga. Dijo que tenía pruebas contra los Kafesjian, y acceso a la investigación de su jefe sobre el robo, que estaba lleno de cosas sucias para chantajear a J.C. Kafesjian…

MATARLE.

»… y dijo que iba a echar a los Kafesjian y robarles el territorio. Todavía ahora tengo que morderme la lengua para no echarme a reír. Después dijo que tiene algo contra esos hermanos que trabajan para Mickey Cohen. Dijo que preparan esos chantajes sexuales a estrellas de cine…

Las fichas de Junior: Vecchio y su servicio de sementales…

»… y lo mejor es que el pequeño Junior dice que va a apoderarse del reino de Mickey Cohen, aunque me parece que ya no es un reino tan apetecible.

– ¿Y?

– Y estoy pensando que el dinero y la droga que perdí merece la pena por coger a ese chiflado hijo de puta.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Jazz blanco»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Jazz blanco» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Jazz blanco»

Обсуждение, отзывы о книге «Jazz blanco» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x