James Ellroy - Jazz blanco

Здесь есть возможность читать онлайн «James Ellroy - Jazz blanco» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Jazz blanco: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Jazz blanco»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Para el teniente David Klein, muertes, palizas y extorsiones sólo son gajes del oficio. Hasta que en otoño de 1958 los federales abren una investigación sobre la corrupción policial y el mismo Klein se convierte en el cetnro de todas las pesquisas y acusaciones. Sin embargo, aunque él haya contribuido a crear ese mundo monstruoso, poblado por la codicia y la ambición, está dispuesto a salir vivo de él a cualquier precio.

Jazz blanco — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Jazz blanco», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Dos sobres abiertos -¿dejados en el apartado para más seguridad?-, sin remitente, matasellos de Navidad del 57. Once meses guardados en el cajetín de Correos: ¿Por qué?

17 de diciembre de 1957

Mi querido hijo:

Me apena mucho estar lejos de ti en estas fiestas. Hace años que las circunstancias no nos favorecen en cuanto a estar juntos. Los demás, por supuesto, no te echan de menos como yo y eso hace que aún te añore más y me hace echar de menos la fingida familia feliz que teníamos hace años.

Sin embargo, la vida extraña que has escogido llevar es un extraño consuelo para mí. No echo en falta el dinero de la casa que te mando y me río en secreto cuando tu padre repasa mis listas de gastos detalladas y encuentra esas grandes cifras de «gastos diversos» de los que no doy explicaciones. Él, por supuesto, sólo te cree una persona que rehúye las responsabilidades reales de la vida. Sé que las circunstancias de nuestra familia, y también de la suya, te han hecho algo. No puedes vivir como los demás y yo te quiero por no intentar fingirlo. Tus intereses musicales deben de darte consuelo y siempre compro los discos que tú me dices, aunque la música no es del estilo que yo prefiero normalmente. Tu padre y tus hermanas no prestan atención a los discos y sospechan que los compro sólo por estar en contacto contigo en esta difícil ausencia tuya, pero no saben que son recomendaciones directas. Sólo los escucho cuando los demás están fuera, con todas las luces de la casa apagadas. Cada día salgo al encuentro del cartero antes de que llegue a casa, para que los demás no sepan que estamos en contacto. Es nuestro secreto. Esta manera de vivir nos viene de nuevas, a ti y a mí, pero aunque tengamos que seguir así para siempre, como viejos amigos por correspondencia viviendo en la misma ciudad, lo acepto porque comprendo las cosas terribles que te ha hecho esa larga historia de locuras que nuestras dos familias han soportado. Te comprendo y no te juzgo. Éste es mi regalo de Navidad para ti.

Te quiere,

Madre

Caligrafía pulcra, papel rugoso; inútil buscar huellas. Nada que confirmase un Richie; «larga historia de locuras/nuestras dos familias». Mi mirón: madre/padre/hermanas. «Circunstancias de nuestra familia, y también de la suya, te han hecho algo.»

24 de diciembre de 1957

Querido hijo:

Felices Navidades, aunque no siento el espíritu de las fiestas y aunque los discos de jazz navideños que me dijiste que comprara no me han alegrado demasiado, porque las melodías son muy desordenadas para mi oído, más tradicional. Quizá tengo la sangre pobre en hierro, como dice el anuncio de Geritol en televisión, pero creo que ha sido más bien la acumulación de cosas lo que me ha dejado agotada físicamente. Siento que quiero que esto termine. Más que cualquier otra cosa, siento que ya no quiero saber más. Hace tres meses, dije que estaba a punto de hacerlo y eso te impulsó a cometer una imprudencia. No quiero volver a hacerlo. A veces, cuando pongo alguna de las canciones más bonitas de esos discos que me recomiendas, pienso que el paraíso debe parecerse a ello y me siento cerca. Tus hermanas no son ningún consuelo. Desde que tu padre me pasó lo que esa prostituta le pasó a él, sólo le soporto por el dinero y, si por mí fuese, te daría todo el dinero de todos modos. Escríbeme. Por Navidad, el correo es un lío, pero estaré pendiente del cartero a todas horas.

Te quiere,

Madre

Hermanas/música/padre adinerado.

Madre suicida, unos tres meses antes de la fecha: «…te impulsó a cometer una imprudencia.»

«Tu padre me pasó lo que esa prostituta le pasó a él.»

Doug Ancelet despide a Lucille: «Les contagiaba a sus clientes la gonorrea.»

Una idea repentina:

El mirón había grabado a su propio padre con Lucille.

«Locuras.»

«Nuestras dos familias.»

«Circunstancias de nuestra familia, y también de la suya, te han hecho algo.»

Volví a casa, me cambié, cogí la grabadora, más copias del retrato robot y la lista de clientes. Una parada en un teléfono público, una llamada a Exley; le abordé enérgicamente, sin explicaciones:

Leroy Carpenter/Steve Wenzel/Patrick Orchard: los quiero. Mande patrulleros a buscarlos. Quiero detenidos a esos traficantes.

Exley asintió, a regañadientes. Encargaría la detención a la comisaría de Wilshire. Suspicaz: ¿por qué no la calle Setenta y siete?

Para mis adentros:

He dado orden de matar a un policía/no quiero a Dudley Smith rondando cerca de mí; se lleva demasiado bien con ese policía ladrón de pieles.

– Me ocuparé de ello, teniente. Pero quiero un informe completo de sus interrogatorios.

– Sí, señor.

10.30 de la mañana. Azafatas Premier debería estar abierto.

Salí hacia Beverly Hills. El Rodeo, junto al Beverly Wilshire. Abierto: una suite en la planta baja, una recepcionista.

– Doug Ancelet, por favor.

– ¿Es usted cliente?

– Potencial.

– ¿Puedo preguntarle quién le ha recomendado nuestra agencia?

– Pete Bondurant. -Pura farsa: Pete, un putero redomado.

A nuestra espalda:

– Karen, si conoce a Pete, déjale pasar.

Entré. Un buen despacho: madera oscura, fotos de golf. Un viejo vestido para jugar a golf, con una sonrisa de relaciones públicas.

– Soy Doug Ancelet.

– Dave Klein.

– ¿Qué tal está Pete, señor Klein? Hace siglos que no le veo.

– Está ocupado. Entre su trabajo para Howard Hughes y Hush-Hush, siembre anda de cabeza.

El tipo, con falso calor:

– ¡Dios, las historias que cuenta ese hombre! ¿Sabe?, Pete ha sido durante varios años cliente y, a la vez, buscatalentos para el señor Hughes. De hecho, hemos presentado al señor Hughes varias chicas que han terminado contratadas como actrices para él.

– Pete sabe vivir.

– Sí, señor. Dios mío, él es también quien verifica la veracidad de esas historias procaces que aparecen en esa procaz revista de escándalos. ¿Le ha explicado cómo funciona Azafatas Premier?

– Con detalle, no.

Ancelet, práctico:

– Exclusivamente de boca a oreja. Alguien conoce a otro y nos recomienda. Funcionamos según un principio de relativo anonimato y todos nuestros clientes usan seudónimos y nos llaman cuando desean que les preparemos una cita. Así no tienen que darnos su verdadero nombre ni un número de teléfono. Tenemos fotos y fichas de las muchachas que enviamos a los encuentros y ellas también usan seudónimos adecuadamente seductores. Las fichas de las chicas también llevan anotados los seudónimos de los hombres con los que se citan, para ayudarnos a hacer recomendaciones. Anonimato. Sólo aceptamos pago en metálico y le aseguro, señor Klein, que ya he olvidado su verdadero nombre.

Yo, incisivo:

– Lucille Kafesjian.

– ¿Cómo dice?

– Otro cliente suyo me habló de ella. Una morenita sexi, un poco rellenita. Francamente, me contó que era estupenda. Por desgracia, también me dijo que usted la despidió por trasmitir enfermedades venéreas a sus clientes.

– Por desgracia, he despedido a algunas chicas por esa falta, y una de ellas utilizaba un apellido armenio, en efecto. ¿Quién era el cliente que la mencionó?

– Un hombre de la orquesta de Stan Kenton.

Ancelet: su mirada, suspicaz ahora; oliendo a policía.

– Señor Klein, ¿cómo se gana la vida?

– Soy abogado.

– ¿Y eso que lleva ahí es una grabadora?

– Sí.

– ¿Y por qué lleva un revólver en una sobaquera?

– Porque también estoy al mando de la Subdirección Administrativa del departamento de Policía de Los Angeles.

El hombre, poniéndose rojo:

– ¿Es verdad que Pete Bondurant le dio mi nombre?

Le enseño el retrato robot del mirón, observo su reacción:

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Jazz blanco»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Jazz blanco» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Jazz blanco»

Обсуждение, отзывы о книге «Jazz blanco» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x