Ian Rankin - En La Oscuridad

Здесь есть возможность читать онлайн «Ian Rankin - En La Oscuridad» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

En La Oscuridad: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «En La Oscuridad»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Edimburgo está a punto de convertirse, al cabo de casi tres siglos, en anfitriona del primer Parlamento escocés, un hito histórico y político que enciende pasiones. El inspector Rebus ha sido destinado al comité de enlace de seguridad del Parlamento, en Queensberry House, centro mismo del distrito de la comisaría de St. Leonard. De Queensberry House, futura sede del gobierno de la nueva Escocia, perdura la maldición de una leyenda, una maldición que según algunos recaerá sobre los nuevos inquilinos.Los problemas empiezan cuando, en la antigua chimenea donde de acuerdo con la leyenda murió asado un joven, aparece el cadáver de Roddy Grieve,candidato a un escaño en el nuevo Parlamento.

En La Oscuridad — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «En La Oscuridad», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Bobby Hogan se encogió de hombros. Llevaba en el Cuerpo tanto tiempo como Rebus y los dos estaban al cabo de la calle. La detención no era más que el primer asalto, seguido casi siempre de un combate con resultado amañado.

– En cualquier caso, haremos una rueda de reconocimiento -comentó Hogan abriendo la puerta del cuarto de interrogatorios.

La comisaría de Leith no era moderna como la de Saint Leonard. Estaba instalada en un sólido edificio de estilo Victoriano tardío que a Rebus le recordaba la escuela de su infancia. Tenía muros de piedra recubiertos de innumerables capas de pintura y había tuberías a la vista por todas partes. Los cuartos de interrogatorio eran como calabozos, pequeños y deprimentes. Sentado ante una mesa, Lorimer parecía hallarse en el cuarto de estar de su propia casa.

– Quiero un abogado -dijo al verlos entrar.

– ¿Te hace falta por algo? -replicó Hogan.

– Quiero un abogado -repitió Lorimer.

– ¿Has visto? Es como un disco rayado -dijo Hogan mirando a Rebus.

– Que se atasca siempre en el surco equivocado.

Hogan se volvió hacia Lorimer.

– Tenemos seis horas por delante sin que tengas el menor derecho a asesor legal. Es lo que dice la ley -dijo metiendo las manos en los bolsillos del pantalón, con gesto pensado para darle a entender que era una charla entre amigos-. Mick, ahí donde lo ves -añadió mirando a Rebus- fue portero de Tommy Telford. ¿No lo sabías?

– Pues no -mintió Rebus.

– Pero tuvo que largarse al venirse abajo el imperio de Telford.

– La mano de Big Cafferty -añadió Rebus asintiendo con la cabeza.

– Sí, es sabido que a Big Ger no le gustaba la banda de Tommy Telford, ni nadie relacionado con él -añadió mirando intencionadamente a Lorimer.

Rebus se había situado delante de la mesa y se inclinó hacia ella apoyando las manos en el respaldo de la silla vacía.

– Big Ger está libre -dijo-. ¿Lo sabías, Mick?

Lorimer ni parpadeó.

– Suelto y en Edimburgo -añadió Rebus-. Si quieres puedo ponerte en contacto con él…

– Seis horas -replicó Lorimer-. No se moleste.

Rebus miró a Hogan. De momento bastaba.

Interrumpieron el interrogatorio para salir a fumar un cigarrillo.

– Pongamos que Lorimer mató a Roddy Grieve -comentó Rebus pensativo-. Móvil aparte, pensamos que detrás del crimen está Barry Hutton -Hogan hizo un gesto afirmativo-. Se plantean dos interrogantes: primero ¿tenía que matarlo? ¿No será que Lorimer se excedió porque es un tipo que una vez que empieza se ensaña? Segundo -prosiguió Rebus-, ¿tenía que quedar allí el cadáver de Grieve? ¿Por qué no intentaron esconderlo?

Hogan se encogió de hombros.

– También es el estilo de Lorimer, duro como una piedra pero bastante burro.

Rebus le miró.

– Pongamos, pues, que si jodió el asunto que le encomendaron, ¿por qué no le han castigado? Hogan sonrió.

– ¿Castigar a Mick Lorimer? Hace falta un ejército o sorprenderle con la guardia baja.

Rebus recordó algo. Volvió a llamar al hotel y le dijeron que no sabían nada de Rab Hill. Quizá fuese mejor cara a cara. Necesitaba a Hill de su parte porque era la prueba y por eso Cafferty lo tenía siempre a su lado.

Si podía encontrar a Rab Hill podría volver a encerrar a Cafferty. Eso era casi lo que más deseaba en el mundo.

– Sería como un buen regalo de Navidad -dijo en voz alta.

Hogan le preguntó a qué se refería pero él se limitó a mover la cabeza.

El señor Cowan, que les había dado la descripción del hombre que él vio aquella noche en Holyrood Road, se tomó con tiempo el reconocimiento de la rueda de sospechosos, pero al final se inclinó por Lorimer. A éste lo metieron en el calabozo y a los demás, casi todos ellos estudiantes, les dieron té con galletas antes de efectuar un segundo turno de identificación.

– Cuando me hacen falta tiarrones recurro al equipo de rugby -dijo Hogan-. La mitad de ellos son estudiantes de medicina y de derecho.

Pero Rebus no escuchaba. Estaban fumando un cigarrillo en la calle delante de la comisaría cuando llegó una ambulancia. Abrieron la puerta trasera, bajaron la rampa y apareció Derek Linford en silla de ruedas, con la cara tumefacta, la cabeza vendada y un collarín quirúrgico. Cuando laboriosamente llegó a su altura Rebus advirtió los alambres que envolvían su mandíbula. Sus pupilas estaban obnubiladas por los sedantes pero al ver a Rebus se le iluminaron y entornó los ojos. Rebus movió despacio la cabeza en un gesto de negación y de simpatía, pero Linford apartó la vista con dignidad cuando dieron la vuelta a su silla de ruedas para subirle mejor por la escalinata.

Hogan tiró el cigarrillo a la calzada justo delante de la ambulancia.

– ¿Tú no entras? -preguntó y Rebus dijo que no.

– Sí, creo que será mejor.

Cuando Hogan volvió a salir se había fumado dos pitillos más.

– Bueno, ha dicho que sí, es Mick Lorimer.

– ¿Puede hablar?

Hogan negó con la cabeza.

– Tiene la boca llena de placas metálicas.

– ¿Qué ha dicho el abogado de Lorimer?

– Le ha hecho poca gracia. Ha preguntado qué medicamentos ha tomado Linford.

– ¿Vais a acusar a Lorimer?

– Creo que sí. Para empezar, de agresión.

– ¿Crees que prosperará?

Hogan infló los mofletes y soltó el aire.

– Entre tú y yo, creo que no. Lorimer no ha negado que siguiese a Linford, pero el problema es que eso plantea muchas dificultades.

– ¿Por vigilancia no autorizada?

Hogan asintió con la cabeza.

– La defensa se llevaría el gato al agua. Volveré a hablar con la amiga. Tal vez si le guarda cierto rencor…

– Ella no hablará -comentó Rebus convencido-. Nunca hablan.

Siobhan fue al hospital. Derek Linford estaba incorporado en la cama apoyado en cuatro almohadas, con una jarra de plástico con agua y un periódico de la prensa amarilla por toda compañía.

– Te he traído unas revistas -dijo ella- pero no sabía tus temas preferidos -añadió dejando la bolsa en la cama y cogiendo una silla-. Me han dicho que no puedes hablar, pero pensé que de todas maneras tenía que venir -sonrió-. No voy a preguntarte cómo estás, porque ya se ve, pero quería decirte que no fue culpa de John. El no haría nunca una cosa así… ni consentiría que le sucediese a nadie. No es tan retorcido -hablaba sin mirarle, jugueteando con las asas de la bolsa-. Lo que pasó entre nosotros…, entre tú y yo…, fue culpa mía. Ahora lo comprendo. Culpa mía y tuya también, claro. De nada va a servir que… -prosiguió y al levantar la vista vio la rabia y el recelo en los ojos de él-. Si tú… -no pudo continuar.

Llevaba ensayado una especie de discurso pero se daba cuenta de que no iba a arreglar nada.

– Sólo debes echar la culpa al agresor -añadió volviendo a mirarle y apartando la vista-. No sé si ese odio es por mí o por John.

Le vio coger el periódico y ponerlo despacio sobre la colcha. Tenía un bolígrafo y trazó algo en la primera página. Siobhan se puso de pie para mirarlo mejor ladeando la cabeza y vio que había dibujado un círculo irregular, el más grande que pudo hacer. Comprendió enseguida que representaba al mundo. Los odiaba a todos.

– Me he perdido un partido del Hibs por venir aquí -dijo-, para que veas -él la miró-. Vale, no tiene gracia. De todos modos habría venido -añadió.

Pero él cerró los ojos como si le aburriera escuchar.

Alargó la visita dos minutos más y se marchó. En el coche recordó que tenía una llamada pendiente; llevaba el número anotado, que tardó casi veinte minutos en encontrar entre el papeleo del escritorio.

– ¿Sandra?

– Sí.

– Pensé que habías ido de compras. Soy Siobhan Clarke.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «En La Oscuridad»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «En La Oscuridad» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Ian Rankin - Fleshmarket Close
Ian Rankin
Ian Rankin - Hide And Seek
Ian Rankin
Ian Rankin - Resurrection Men
Ian Rankin
Ian Rankin - Aguas Turbulentas
Ian Rankin
Ian Rankin - Doors Open
Ian Rankin
Ian Rankin - The Complaints
Ian Rankin
Ian Rankin - Mortal Causes
Ian Rankin
Ian Rankin - Strip Jack
Ian Rankin
Ian Rankin - Westwind
Ian Rankin
Отзывы о книге «En La Oscuridad»

Обсуждение, отзывы о книге «En La Oscuridad» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x