Ian Rankin - Callejón Fleshmarket

Здесь есть возможность читать онлайн «Ian Rankin - Callejón Fleshmarket» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Callejón Fleshmarket: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Callejón Fleshmarket»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

En un barrio de viviendas protegidas de Edimburgo aparece asesinado un sin papeles. ¿Se trata de una agresión racista o de algo muy distinto? Es un caso que, sin duda, interesa a Rebus, que se encuentra en ese momento rodeado de problemas: han cerrado su antigua comisaría y sus jefes querrían que se retirara. Pero Rebus es más terco que nadie. Durante las indagaciones visita un centro de detención para inmigrantes, trata con el sórdido mundo del hampa de Edimburgo y probablemente acabe enamorándose. Siobhan, por otra parte, tiene sus propios problemas. Una joven de dieciocho años ha desaparecido de casa y ella se siente obligada a ayudar a los padres, lo que implica acercarse más de lo debido a un violador convicto. Está además involucrada en otro caso, el de los dos esqueletos de mujer y de niño enterrados bajo el suelo de cemento de un sótano en el callejón Fleshmarket, un asunto que alguien quiere que salte a los medios, pero ¿quién y por qué? ¿Existe alguna relación entre este caso y el del barrio de pisos baratos de Knoxland? Callejón Fleshmarket indaga el proceso interno de una sociedad que ha perdido sus buenas costumbres y se ve inmersa en lo peor de la naturaleza humana: la codicia, la desconfianza, la violencia y la explotación.

Callejón Fleshmarket — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Callejón Fleshmarket», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– No sea paranoica.

Ella retrocedió un paso.

– ¿Es eso lo que soy?

– Escuche, me refiero a…

– No me conoce, John. No me conoce en absoluto…

Rebus guardó silencio pensando qué responder.

– Pues no la conoceré -dijo al fin, volviendo la cabeza hacia la entrada.

Storey, que le aguardaba junto al coche, comentó:

– Sí que conoce a gente aquí.

Rebus lanzó un resoplido y los dos vieron llegar corriendo a un enfermero que iba hacia la ambulancia a recoger algo que había olvidado.

– Deberíamos haber pedido dos ambulancias -comentó Storey.

– ¿Otra para Janet Eylot? -preguntó Rebus.

Storey asintió con la cabeza.

– Están preocupados; la han llevado a otra oficina y la tienen allí en el suelo envuelta en una manta, tiritando.

– Yo le dije que no tenía que preocuparse -musitó Rebus casi para sus adentros.

– Yo no me fiaría mucho de su opinión de especialista.

– No -dijo Rebus-, haría muy bien.

Capítulo 29

El tren llegó con un cuarto de hora de retraso.

Siobhan y Mangold, que esperaban al principio del andén, vieron abrirse las puertas de los vagones; comenzaron a bajar los viajeros, casi todos turistas con equipaje, cansados y perplejos. De los de primera clase se apeaban hombres de negocios que se dirigían sin perder tiempo hacia la fila de taxis. No faltaban madres con niños y cochecitos, parejas de ancianos, hombres solos de andar tambaleante, mareados de tres o cuatro horas en el vagón bar.

A Ishbel no se la veía por ninguna parte.

El andén era largo con muchas salidas, y Siobhan estiró el cuello para ver mejor sin preocuparse por las miradas y comentarios que suscitaba entre los viajeros que tenían que esquivarla.

Mangold le dio un golpecito en el brazo.

– Ahí está -dijo.

La tenía allí, más cerca de lo que ella creía, cargada de bolsas. Al ver a Mangold, las levantó y sonrió satisfecha, ufana de sus compras. No había visto a Siobhan, quien, de no haber sido por Mangold, tampoco se habría percatado de su presencia porque ahora era la Ishbel de antes, sin pelo teñido y con un nuevo peinado. No un calco de su hermana, sino la auténtica Ishbel Jardine. Echó los brazos al cuello de Mangold y le dio en los labios un beso prolongado con los ojos cerrados; pero Mangold los mantenía abiertos mirando por encima de su hombro hacia Siobhan. Finalmente, Ishbel retrocedió un paso y Mangold le puso la mano en el hombro y la hizo volverse hacia Siobhan.

– Dios mío. Usted…

– Hola, Ishbel.

– ¡No pienso volver! ¡Dígaselo!

– ¿Por qué no se lo dices tú?

Ishbel negó con la cabeza.

– Ellos me… Serían capaces de convencerme. No sabe cómo son. ¡Demasiado les he dejado controlar mi vida!

– Vamos a la sala de espera para hablar-dijo Siobhan señalando hacia el andén ya más desalojado.

Al fondo se veían taxis subiendo por la rampa de salida hacia el puente de Waverley.

– No hay nada de qué hablar.

– ¿Ni siquiera de Donny Cruikshank?

– ¿Y bien?

– ¿Sabes que ha muerto?

– ¡Qué descanso!

Toda su actitud, la voz, los gestos, eran más duros que la última vez que Siobhan la había visto. Estaba curtida y endurecida por la experiencia, sin temor a mostrar su indignación. Muy capaz también de recurrir a la violencia.

Siobhan centró su atención en Mangold. Mangold, con sus contusiones en la cara.

– Hablemos en la sala de espera -dijo en tono autoritario.

Pero la sala de espera estaba cerrada y volvieron sobre sus pasos hacia el bar de la estación.

– Estaríamos mejor en The Warlock -declaró Mangold mirando la decoración anticuada y la clientela más anticuada aún-. De todos modos, tengo que volver allí.

Siobhan no hizo caso de lo que decía y pidió las bebidas. Mangold sacó un fajo de billetes, negándose a que pagara, y ella no discutió. Nadie hablaba en el local, pero había ruido suficiente para amortiguar lo que ellos hablasen, porque el televisor retransmitía el programa de una cadena deportiva y sonaba una música de fondo de gaitas, el zumbido del extractor y una máquina tragaperras. Estaban en una mesa en un rincón; Ishbel había dejado las bolsas en el suelo.

– Buen cargamento -comentó Siobhan.

– Unas cosillas -repuso Ishbel mirando de nuevo a Mangold y sonriéndole.

– Ishbel, tienes a tus padres muy preocupados -comentó Siobhan sin preámbulos-. Lo que implica que también la policía anda preocupada.

– ¿Acaso tengo yo la culpa? Yo no le pedí que metiera la nariz en mis asuntos.

– La sargento Clarke cumple con su deber -terció Mangold en tono apaciguador.

– Y yo digo que no tenía por qué molestarse… y ya está -replicó Ishbel llevándose el vaso a los labios.

– En realidad, no es totalmente cierto -explicó Siobhan-. En los casos de homicidio hay que interrogar a todos los sospechosos.

Sus palabras causaron el efecto deseado, pues Ishbel miró por encima del borde del vaso y, sin beber, lo dejó en la mesa.

– ¿Sospechan de mí?

Siobhan se encogió de hombros.

– ¿Hay alguna persona que tuviera mayor motivo para matar a Donny Cruikshank?

– ¡Pero si yo me fui de Banehall porque él me daba miedo!

– Creí que habías dicho que fue por tus padres.

– Bueno, también por eso… Querían que yo fuese como Tracy.

– Lo sé. He visto fotos tuyas, y pensé que era idea tuya, pero el señor Mangold me lo explicó.

Ishbel dio un apretón en el brazo a Mangold.

– Ray es mi mejor amigo.

– ¿Y tus amigas, Susie, Janet y las demás? ¿Crees que no están preocupadas?

– Tenía pensado llamarlas -respondió Ishbel en tono más hosco.

Siobhan dedujo que, a pesar de lo que aparentaba, seguía siendo una jovencita de dieciocho años, quizá la mitad de la edad de Mangold.

– ¿Y mientras, tú te dedicabas a gastar el dinero de Ray?

– No me importa que lo gaste -replicó Mangold-. Ha tenido una vida desgraciada y ya es hora de que se divierta un poco.

– Ishbel -añadió Siobhan-, ¿has dicho que Cruikshank te daba miedo?

– Exacto.

– ¿Por qué exactamente?

– Por lo que veía en sus ojos cuando me miraba -respondió ella bajando la vista.

– ¿Porque le recordabas a Tracy?

Ishbel asintió con la cabeza.

– Y me daba cuenta de lo que él pensaba… Recordaba lo que le había hecho a mi hermana -añadió tapándose la cara con las manos.

Mangold le pasó el brazo por los hombros.

– A pesar de ello le escribiste en la cárcel -continuó Siobhan- diciéndole que te había arrebatado la vida igual que a Tracy.

– Porque mis padres querían «convertirme» en Tracy -dijo con voz entrecortada.

– Tranquilízate, nena -intervino Mangold bajando la voz, y añadió para Siobhan-: ¿No ve lo que yo le decía? Ha sido muy duro.

– No lo dudo, pero debe contestar a las preguntas de la investigación.

– Ahora necesita que la dejen en paz.

– ¿En paz y con usted, quiere decir?

Mangold entrecerró los ojos tras sus gafas color naranja.

– ¿Qué insinúa?

Siobhan se encogió de hombros fingiendo fijar su atención en la bebida.

– Es lo que te dije, Ray-aseguró Ishbel-. Nunca me libraré de Banehall -añadió meneando la cabeza despacio-. Ni yendo al otro extremo del mundo. Tú dijiste que no pasaría nada, pero ya ves… -terminó cogiéndose de su brazo.

– Lo que a ti te hace falta son unas vacaciones, con copas al borde de la piscina, desayuno en la cama y una bonita playa.

– Ishbel, ¿qué has querido decir con que no pasaría nada? -terció Siobhan.

– No quería decir nada -espetó Mangold abrazando más fuerte a la joven por los hombros-. Si quiere hacer más preguntas, hágalo en plan oficial -añadió poniéndose en pie y cogiendo unas bolsas-. Vámonos, Ishbel.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Callejón Fleshmarket»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Callejón Fleshmarket» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Ian Rankin - Fleshmarket Close
Ian Rankin
Ian Rankin - Hide And Seek
Ian Rankin
Ian Rankin - En La Oscuridad
Ian Rankin
Ian Rankin - Resurrection Men
Ian Rankin
Ian Rankin - Aguas Turbulentas
Ian Rankin
Ian Rankin - Doors Open
Ian Rankin
Ian Rankin - The Complaints
Ian Rankin
Ian Rankin - Mortal Causes
Ian Rankin
Ian Rankin - Strip Jack
Ian Rankin
Ian Rankin - Westwind
Ian Rankin
Отзывы о книге «Callejón Fleshmarket»

Обсуждение, отзывы о книге «Callejón Fleshmarket» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x