Gregg Hurwitz - Cuenta Atrás

Здесь есть возможность читать онлайн «Gregg Hurwitz - Cuenta Atrás» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Cuenta Atrás: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Cuenta Atrás»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Latinoamérica es víctima de constantes desastes ecológicos: los rayos solares que atraviesan los agujeros de la capa ozono pueden quemar la piel humana en cuestión de minutos, muentras que los terremotos y los huracanes están a la orden del día. Un grupo de investigadores es enviado a una isla de las Galápagos con el objetivo de instalar unos detectores de actividad sísmica que permitan prevenir futuros seísmos y paliar de algún modo sus devastadores efectos. Como refuerzo y protección, les acompaña un equipo de soldados de la marina estadounidense.

Cuenta Atrás — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Cuenta Atrás», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Rex asintió con la cabeza.

– Supongo que necesitaremos algo más fuerte que veneno de serpiente.

– Entonces, ¿cómo lo mataríamos? -preguntó Szabla. Miró la pequeña lanza, a su lado-. Quiero decir, ¿cómo lo hiciste, Savage?

Savage lo explicó.

– ¿Qué es tan gracioso, Szabla? -preguntó Cameron.

– Nada. Imaginaciones -dijo ella-. Imaginaciones.

– Si hay otro por ahí -continuó Rex-, esperemos que sea un macho. Son más pequeños y, normalmente, atacan menos. Es una pena que sean una especie tan solitaria. Si se tratara de una ballena macho, sólo tendríamos que reunir a un puñado de hembras y acudiría enseguida.

– ¿Podemos atraerlo con un cebo? -preguntó Cameron.

Rex sonrió.

– Bueno, ya nos hemos imaginado por qué no nos hemos encontrado con ningún perro ni con ninguna cabra desde que llegamos. Incluso a pesar de que se sabe que las mantis comen presas mayores que ellas, yo diría que una vaca es demasiado grande. Probablemente podría matar a una, pero pasaría un mal rato para comerla.

– ¿Y un león marino? -preguntó Tank.

– Se encuentran sabiamente apartados en el tufo -dijo Rex-. Y lo pasaríamos muy mal para arrastrar a uno cerca del bosque. Yo diría que la única presa de un tamaño razonable somos nosotros -sonrió-. Yo voto por Savage.

– ¿Se te ocurre algo más? -dijo Cameron-. Cualquier cosa.

– Sólo comen presas vivas -dijo Savage. Todos le miraron, sorprendidos-. Yo vi a una comerse un ratón. Empezó por los bigotes. Se había comido casi toda la cabeza antes de llegar al cerebro y matarlo.

– Imaginaos eso -murmuró Justin-. Un insecto que se come a un jodido mamífero.

Cameron miró a Rex, intentando captar la exactitud de la afirmación de Savage. Él asintió con la cabeza:

– Una vez vi a una devorar a un geco desde la cola. Masticaba con fuerza e incansablemente: la carne, los huesos. Tardó cerca de una hora. El geco estuvo vivo por lo menos la mitad del tiempo.

Justin estaba pálido.

– Esperemos que no haya más adultos.

– Hagamos algo mientras esperamos -dijo Cameron.

– Inspeccionaremos el bosque con la primera luz -Derek se balanceó sobre los pies y cuando se dio cuenta, se detuvo.

– ¿Por qué no ahora? -preguntó Cameron.

– ¿Es que quieres pasearte por el entorno natural de un depredador durante la noche con una brillante luz en la mano para atraer su atención? Usa el puto cerebro, Cam. Esperaremos a la primera luz para ver si hay algún otro adulto por ahí.

– Si lo localizamos, ¿tenemos permiso para matarlo? -preguntó Szabla.

– Sí.

Diego iba a protestar, pero Derek levantó una mano.

– Pero ninguno de vosotros le hará daño a ésta -continuó Derek, acercándose a la larva y levantándola-. Yo la tendré conmigo esta noche. La encerraré en la caja de viaje. Szabla, ya que tienes un exceso de testosterona, puedes hacer la primera guardia -dijo, y desapareció en la tienda que compartía con Cameron.

– Suponemos que sólo hay un linaje de mantis, pero recordad que es sólo una suposición -dijo Rex-. Tenemos que observar la naturaleza y ver si encontramos alguna otra cosa que sea anormal. -Se pasó los dedos por los párpados-. Hay que tener los ojos abiertos con las otras cuatro larvas que quedan. Traerlas y mantenerlas en observación.

– ¿Cómo sabes que no se han metamorfoseado ya? -preguntó Justin.

Savage levantó la lanceta y señaló al enorme cuerpo que estaba al lado del fuego.

– Pronto lo sabremos.

48

Floreana despertó chillando.

Ramón se puso de pie al instante. Los gritos de Floreana eran muy agudos y reflejaban auténtico pánico. Tenía los muslos mojados y pegajosos; había roto aguas.

Respiraba con dificultad y la enorme esfera del vientre se lo hacía más difícil. Gritaba el nombre de su esposo una y otra vez, se agarraba a las sábanas y tiraba de ellas con fuerza. Ramón se arrodilló a su lado y descansó la frente contra la sien de ella, intentando tranquilizarla con la voz.

– ¿Ya estás a punto, cariñito? -le preguntó, con voz temblorosa-. ¿Cuánto falta? -La tomó de la mano y las uñas de ella le dejaron unas marcas blancas en la palma.

Las sábanas se habían puesto oscuras a causa del sudor. Él le separó las piernas, pero no vio la cabeza del niño. Quería estar preparado para cuando apareciera, para poder aguantarlo por el cuello y ayudar a su mujer para que no se desgarrara la carne.

– La manta -dijo Floreana, con voz entrecortada-. ¿Tienes la manta?

Ramón levantó la suave colcha que ella había acabado el día anterior.

– Aquí está, cariño. Justo aquí.

Floreana arqueó la espalda y chilló. Clavaba los codos con fuerza en el colchón, y retorcía las manos hacia dentro, como ganchos.

– No va bien -gimió-. No va nada bien.

– No padezcas -la tranquilizó él-. Todo irá bien.

Ramón deseaba que ella no advirtiera el miedo que sentía. Floreana puso los ojos en blanco y empezó a incorporarse.

Ramón puso su torso encima de ella, con cuidado de no presionarle el vientre. Ella forcejeaba con violencia. Con una rodilla le dio un golpe en la cabeza y Ramón quedó un momento con la visión borrosa. Se levantó y dio un paso hacia atrás. Floreana tenía el rostro tenso y retorcía los brazos como si fueran serpientes.

Ramón tenía que conseguir ayuda.

Retrocedió y tropezó con un cubo. Con el hacha en la mano, salió de la casa dando tumbos. A pesar de que el sufrimiento de su mujer le apremiaba a continuar, tenía miedo de aventurarse en la noche. El cielo estaba plagado de agujeritos, estrellas de un tono amarillo como la suave llama del fuego. Los gemidos de su mujer le acompañaron hacia la noche.

Tenía que encontrar a la soldado. Ella les ayudaría. Los gritos de su mujer le impulsaban hacia delante, pero se detuvo a unos cincuenta metros de la fila de balsas. El campamento de los soldados se encontraba muy lejos, al otro lado del camino y en el interior del campo de hierba del lado nordeste. Quizá no le daría tiempo de llegar hasta allí.

Se detuvo un momento para luchar contra el miedo y la frustración, con los ojos húmedos. Miró en dirección al campamento de los soldados y luego se dirigió de nuevo hacia el cuadrado de luz de la ventana de su casa. Se dio la vuelta otra vez y volvió a enfilar hacia el camino, con los ojos llenos de lágrimas.

No sabía qué hacer y no tenía tiempo de poner en orden sus ideas.

Los gritos de Floreana llenaban la noche y le empujaban a hacer algo. Corrió hacia su campo, al barracón de las herramientas, donde comenzaban las plantaciones. Con una cuerda podía atar a Floreana a la cama y luego él haría todo lo posible para traer al niño. En cuanto el niño estuviera a salvo en la colcha, iría a buscar a la soldado rubia y ella sabría qué hacer.

Le temblaban las manos de tal forma que tuvo que intentarlo tres veces hasta que consiguió introducir la pequeña llave en la cerradura del barracón. Los gritos de Floreana se abatían sobre él como olas. Ramón maldijo a los vientos del sudeste que se llevaban los gritos hacia el oeste, hacia la llanura de pahoehoe deshabitada en lugar de hacerlos audibles en el campamento de los soldados. Abrió la puerta, entró atropelladamente en el barracón y empezó a tirar al suelo los suministros ordenados en los delgados estantes de madera.

A tientas en la oscuridad buscaba un trozo de cuerda, con las mejillas mojadas, intentando no escuchar los gritos de su esposa. Finalmente, sintió la fibra áspera en la mano. Sacó la cuerda de debajo de una bolsa de fertilizante y se la colgó del cuello. La puerta se había cerrado detrás de él y Ramón la abrió de un puntapié con tanta fuerza que la dejó colgando del gozne.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Cuenta Atrás»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Cuenta Atrás» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Gregg Hurwitz - The Survivor
Gregg Hurwitz
Gregg Hurwitz - We Know
Gregg Hurwitz
Gregg Hurwitz - The Tower
Gregg Hurwitz
Gregg Hurwitz - The Crime Writer
Gregg Hurwitz
Gregg Hurwitz - Minutes to Burn
Gregg Hurwitz
Iris Johansen - Cuenta atrás
Iris Johansen
Gregg Hurwitz - Comisión ejecutora
Gregg Hurwitz
Gregg Hurwitz - Troubleshooter
Gregg Hurwitz
Gregg Hurwitz - The Program
Gregg Hurwitz
Gregg Hurwitz - Prodigal Son
Gregg Hurwitz
Отзывы о книге «Cuenta Atrás»

Обсуждение, отзывы о книге «Cuenta Atrás» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x